❛ 09 ❜
U N P L A N N E D
nueve
❀̸
❛ 𝓢owon ❜
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❝ Digo que te odio con una sonrisa
en mi rostro. ❞
ㅡFavorite Crime, Olivia Rodrigo.
27 DE ENERO, 2019
05:21 am.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
MALDICIÓN, fue el primer pensamiento que llegó a mi mente en el segundo que mis ojos se abrieron. Pedazo de imbécil, te quedaste dormido, ese fue el segundo.
No estaba seguro de en qué momento exactamente perdí el conocimiento, pero al notar que Haye se encontraba en la misma situación que yo, volví a relajarme. Ambos nos habíamos quedado dormidos en el sofá, ella aún seguía durmiendo muy plácidamente. Su cabeza se encontraba sobre el apoyabrazos y sus pies en el asiento, y a pesar a de que no parecía ser la mejor postura, ella no lucía precisamente incómoda.
Dani había acompañado a un moribundo Taehyung hasta la habitación pero sospechosamente nunca regresó, así que sólo éramos Haye y yo. Tristemente no hubo beso para mi esta noche y como no planeaba torturarme con los "¿qué hubiera pasado si...?" en frente de Haye, sugerí que continuáramos con la película, Dani claramente no iba a regresar así que Haye estuvo de acuerdo, y supongo que en algún momento del filme nos quedamos dormidos.
Debí suponer que iba dormirme, seguía cansando por la noche anterior, ni siquiera recordaba haber visto mucho de la película antes de pasar a mejor vida. Lo último que recordaba era mi conversación con Haye. Y a decir verdad, todavía seguía algo sorprendido por ese nuevo descubrimiento, me refiero a que, siempre supe que la chica no iba por el mundo besuqueándose con cualquier tipo, Haye parecía más bien reservada en ese sentido, sin embargo, a pesar de eso no creí que ella realmente fuera tan intocable. Eso era...algo con lo que no me topaba a diario, las chicas así no se me acercaban con frecuencia, y yo mucho menos a ellas. Estar con alguien así significaba involucrarse bastante más de lo que a mí me hacía sentir cómodo así que prefería mantener mi distancia. Extrañamente...eso no me ocurría con Haye.
Y eso era bastante jodido.
La cosa era que, las chicas que yo conocía no eran como ella, o al menos no con las que yo me involucraba. Las chicas que me atraían eran casi siempre iguales: extrovertidas, seguras de sí mismas y alérgicas al compromiso, y eso me gustaba, era sencillo acercarse a ellas, por eso no entendía por qué carajos la personalidad de Haye me resultaba tan atrayente.
No tenía ningún puto sentido.
Tal vez simplemente era una atracción física, o tal vez era esa molesta necesidad mía de tener todo aquello que sabía que no podía tener...al menos no de la forma en la que lo quería. De cualquier manera, la razón por la que fuese que me sentía tan atraído hacia ella no importaba ya, ahora que sabía lo intacta que era, podía entender porqué Seulgi me quería lejos, así que debía...iba a mantener mi distancia.
—No.
Gruñó ella de pronto, sacándome de mis pensamientos y asustándome por su repentina exaltación. Mierda, ¿cómo podía verse tan bonita haciendo básicamente nada?
—Mh, n...no, no.
Vi como Haye fruncía su ceño y protestaba en el sueño, arrugando la nariz y sacudiendo ligeramente su cabeza, acompañando aquel sutil gesto con un golpe certero, dándome inconscientemente una patada en la pierna. No tenía idea de qué demonios estaba soñando, pero parecía molestarle. ¿Qué carajos...? maldije para mis adentros y tuve que contener el impulso de abofetearme a mí mismo cuando me encontré pensando en que se veía adorable incluso cuando ponía cara de pocos amigos.
—Mierda —me quejé impulsivamente y en voz alta cuando ella volvió a darme una patada en el mismo lugar, esta vez con mucho más odio.
No me dio tan fuerte pero el golpe fue tan inesperado que mi quejido salió más alto de lo que esperaba. Haye despertó casi de manera instantánea a causa de mi exageración, y lo hizo un poco alterada.
Su adormilado ser se incorporó torpemente en la escena. Sus ojos se abrieron y cerraron velozmente un par de veces en lo que ella aclaraba su visión, entonces se percató de que su pierna estaba cómodamente sobre la mía y creo que entró —innecesariamente— en pánico pues se aseguró de quitarla tan velozmente que apenas advertí su movimiento, como si yo tuviera alguna enfermedad contagiosa o algo.
—Oh, perdón, lo siento, no estaba...—tartamudeó, quitando el despeinado cabello que se había colado frente a su rostro—. ¿Te di una patada? Yeosang siempre dice que doy patadas cuando duermo, lo lamento...
¿Yeosang?
Ah, vaya, definitivamente era patético porque de otro modo no podía explicar cómo era que ese nombre fue lo único que mi mente rescató de todo lo que ella dijo. Yeosang. Ese Yeosang debía de ser el chico de sus fotos. Así que dormían juntos, interesante. Ya no me sentía tan especial por ser pateado por ella.
—¿Te di muy fuerte? No controlo cuando...
—Tranquila —la interrumpí, divertido por la forma en la que podía soltar tantas palabras en un segundo, tratando de ocultar mi injustificada molestia por la mención del tal Yeosang—. Está bien, sólo fue una patada, no mataste a nadie.
Pero sí rompiste mi corazón.
Haye suspiró y asintió tímidamente, pasando sus puños por sus ojos, probablemente para despabilar un poco.
—¿Te desperté? —preguntó, tapando su boca en cuanto un exagerado bostezo puso en evidencia su cansancio.
—Ya estaba despierto —aseguré, poniéndome de pie para poder desperezarme un poco—. Tus ronquidos me despertaron.
Mentí, tomándole un poco el pelo. Los ojos de Haye se abrieron y la expresión de mortificación en su rostro me hizo soltar una carcajada.
—No era en serio, Haye...relájate —le sonreí—. Si quitamos lo de los los balbuceos y las patadas, eres una muy buena compañera de sofá, aunque...sí estabas babeando un poco —señale su barbilla, apuntando un inexistente rastro de saliva—, supongo que es porque estabas soñando conmigo.
Já, ya quisieras, hombre, pensé para mis adentros.
—¿Sabes? comienzo a creer que de verdad disfrutas todo eso de mortificarme.
—Mh, un poco —admití y me gustó ver como una pequeña sonrisa tironeaba de la comisura de sus lindos labios—. Te ves más bonita cuando te pones toda nerviosa y te sonrojas.
Ya, cierra la boca, Jeongguk.
—Seguro, entonces debo de lucir irresistible en este momento —ironizó ella, tratando de peinar su cabello con su mano para poder controlarlo un poco. Y la verdad era que sí, su rostro adormilado era encantador, pero no pude hacer ningún comentario al respecto porque ella intervino antes—. ¿Y Dani? —agregó al percatarse de la ausencia de la susodicha—. ¿No regresó?
AFORTUNADO HIJO de puta, pensé orgulloso e impresionado cuando en el proceso de guiar a Haye hasta su habitación, me llevé una gran sorpresa. La puerta de la habitación en la que Taehyung solía dormir cada vez que se quedaba aquí estaba entreabierta, y apenas tuve que echar un rápido vistazo dentro para ver que no se encontraba solo: Dani estaba con él, y extrañamente no estaban discutiendo ni gritándose, no, Dani estaba recostada sobre el pecho de Taehyung, durmiendo muy plácidamente.
Quise reír por la pura impresión porque cuando Dani no regresó, nunca se me ocurrió que fuera por esa razón. La verdad no tenía tanta imaginación, no se me habría ocurrido algo así, no en esta vida.
Bastardo con suerte
—¿Estoy viendo mal o esa es...? —cuestionó Haye, tan sorprendida como yo—. Oh.
Sí, oh.
El impulso de sonreír con orgullo fue mucho más grande que el impacto, y es que después de ver a mi amigo durante tantos años tratar de acercarse a Dani, fallando miserablemente en cada intento, no podía ser de otra forma. Se había tardado más de seis años en lograrlo, pero ahí estaba, al fin.
—Aw, se ven muy lindos juntos —comentó Haye, sonriendo enternecida ante la escena—. ¿No?
—Nosotros nos veríamos más lindos —bromeé inconscientemente... más o menos.
En mi imaginación así era.
Haye puso sus ojos en blanco y una sonrisa apenas visible se asomó en sus labios. No me tomaba en serio cuando le decía esas cosas.
—Y lo sabes —añadí—. Ah, que envidia.
Ya ni siquiera recordaba cómo se sentía tener en tus brazos a las persona que querías. No lo extrañaba la mayor parte del tiempo, pero había veces, muy pocas, en las que pensaba que tal vez...
No.
Olvídalo.
—¿Envidia? —preguntó ella, con un tono curioso en su voz—. Podemos hacerlo, si quieres.
Propuso ella y yo la miré, esta vez confundido.
—¿Hacer qué?
—Abrazarnos —replicó con obviedad, encogiéndose de hombros con naturalidad...y yo juré haber entrado a una dimensión desconocida.
Los ojos de Haye se alzaron y ella me miró como si lo que acababa de decir fuera cualquier cosa.
—¿Huh? ¿q...qué? —repetí, aturdido.
Haye levantó una de sus cejas y chistó con su lengua, yo seguía incrédulo. —¿Qué es esa expresión en tu rostro, mh? —inquirió, frunciendo sus labios—. No entiendo ¿querías besarme pero te asusta abrazarme?
El labio inferior de Haye salió a relucir en un adorable puchero y al instante su mirada cayó, ella agachó la cabeza y mi cerebro automáticamente se desconectó.
—Como sea...
—No...no es eso —la interrumpí antes de que dijera algo más—. No me asusta, es sólo que...¿estás hablando en serio?
Haye entrecerró sus ojos y bufó, negando con su cabeza y parándose erguidamente. —Si no quieres, sólo tienes que decirlo —aseveró—. No tienes que ser tan humillante.
Se dio la media vuelta para retirarse y mi primer instinto fue el de alcanzar su mano para que no lo hiciera.
—Sí quiero —las palabras salieron de mi boca antes de que incluso pudiera pensar en ellas—. Digo...no es que no quiera, es que...Seulgi me mataría si se entera que respiré cerca de ti, es tu mejor amiga, tú sabes las cosas horribles que ella podría hacerme y...
Honestamente, ni siquiera yo sabía qué demonios estaba diciendo, hace un rato me había importado un carajo Seulgi, pero ahora...ahora que sabía lo que sabía, no podía ignorarlo, sin embargo, no podía decirle eso, por eso no sabía a dónde diablos quería llegar. El repentino e inusual cambio de actitud de Haye me tomó por sorpresa, y yo debí saber que ella solamente estaba jugando conmigo, debí notarlo mucho antes de ver una burlona sonrisa comenzar a tironear de la comisura de sus labios en lo que ella trataba inútilmente de mantenerse seria al escuchar mi patético blah blah.
—Te estás riendo —señalé lo obvio.
Muy bien.
Lo merecía.
Haye sonrió victoriosamente, mostrándose muy complacida consigo mismo, así que...al diablo, podía soportar un poco de humillación si eso la ponía así de contenta.
Una melodiosa pero sutil carcajada salió de sus labios, y ella rápidamente se apresuró en tapar su boca con una de sus manos al recordar que todos estaban durmiendo.
—Dulce Haye, eso no fue para nada dulce de tu parte, eh—le dije con un falso tono de reproche.
—Ya veo porqué te gusta tanto tomarme el pelo —me hizo saber su conclusión, sonriendo abiertamente, esta vez con un inusual brillo juguetón en su mirada—. La expresión en tu rostro ha sido...
—Ya, no lo digas —pedí, tratando de no imaginar esa escena en mi cabeza, que patético, hasta había balbuceado, me desconocía—. Si lo divulgas, lo negaré.
—¿Qué pasa? No es tan gracioso ahora, ¿uhm? —se burló.
—No seas tan presumida, sólo caí porque son las cinco de la madrugada, apenas estoy de pie —resoplé esa gran mentira—. Si logras ponerme así cuando esté en mis cinco sentidos, entonces te felicitaré.
Haye viró los ojos y sacudió su cabeza, aunque sin dejar de sonreír en ningún momento. Evidentemente no le importaba lo que yo dijera, simplemente estaba en su burbuja de felicidad.
—No importa lo que digas, grandulón, es una victoria para mí —replicó triunfal.
No podía negar que sí me sentía avergonzado por mi ineptitud de hace un rato, sólo me había ofrecido un abrazo y a mí casi me temblaron las piernas, pero a pesar de eso, ahora sólo podía pensar en que realmente me gustaba este lado de Haye. Se veía más confiada y segura.
—Ya, entonces recuérdalo porque no se volverá a repetir.
—Si tú lo dices —canturreó.
—Creo que la falta de sueño ya comienza a afectarte, así que adelante —señalé la puerta que se encontraba al final del pasillo—, ve a descansar y reflexiona sobre tus acciones.
Sugerí en modo de broma, aunque no me molestaría que pensara en mí aunque sea por un segundo antes de dormir.
—¿Nunca te dijeron que no debes jugar así con los sentimientos de las personas? Eso fue cruel, te ganaste un pase al infierno por ilusionarme de esa manera.
Haye me miró como si tratara de decirme "¿Es en serio? ¿Y eres tú quién me dice eso?" y no podía decir nada el respecto, siempre le decía cosas para ponerla nerviosa, era justo que me tocara a mí esta vez. Aunque debía admitir que estaba algo impresionado, la chica había logrado ponerme nervioso, demonios, si hasta había tartamudeado, eso no me pasaba desde que estaba completamente embobado con Sowon. A los dieciséis años.
—No seas resentido, Jeongguk, lo merecías —se excusó ella.
—Mhh...sí, probablemente, y sólo por eso te lo dejaré pasar.
—Vaya, pero que caballero —respondió irónicamente.
—Sólo por ti —juré, sonriéndole de costado—. Pero algún día te cobraré lo del abrazo.
29 DE ENERO, 2019
11:21 am.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
NO ESTABA DEL TODO segura sobre quién se encontraba en peor estado esta mañana, si Seulgi o yo, sin embargo, lo que sí sabía era que ninguna de las dos estaba apta para enfrentar el mundo, al menos no en las siguientes diez horas.
—Dame el jarabe de maple —pidió una adormilada Seulgi, arrastrando las palabras.
Los ojos de mi amiga se veían pequeños por el cansancio, y es que apenas habíamos dormido tres miserables horas.
Ver películas y quedarnos despiertas charlando durante toda la noche parecía una buena idea, eso hasta que Seulgi recordó —a las cinco de la madrugada— que se había ofrecido como voluntaria para ayudar a los chicos con su trabajo para la muestra de esta tarde en la universidad.
La muestra era para recolectar dinero y según tenía entendido la mayor parte de los estudiantes debía participar, ya fuera en el escenario o fuera de él, ayudando con la preparación.
—¿Cómo te sientes, mh? ¿no estás emocionada? hoy probablemente conocerás a muchos de tus nuevos compañeros, los de primer año siempre asisten a la muestra —me comentó Seulgi.
—He dormido demasiado poco como para sentirme emocionada con respecto a nada —respondí.
Tal vez con el transcurso del día eso cambiaría, seguro que sí, pero por ahora yo no era más que un alma en pena.
En fin, corté un trocito de mi pancake y justo cuando estaba a punto de darle el primer mordisco, la pantalla de mi celular se encendió, avisando la llegada de un mensaje nuevo.
De un número desconocido.
El mensaje únicamente decía: "¿Haye?", yo no recordaba haberle dado mi número a nadie en los últimos días así que me extrañó, sin embargo, justo cuando iba a responder, recibí otro mensaje en el cual la incógnita quedó resuelta.
"Hola, lo siento, que descortés, soy Jimin".
Aclaró y yo como que me medio infarté al leer que se trataba de él. De acuerdo, Jimin tenía mi número y acababa de enviarme un mensaje. Que divertido. Seguramente seguía durmiendo y este era un sueño.
—¿Quién es? —preguntó Seulgi, hablando con la boca llena—. Te ves chistosa.
—Dice que es Jimin —respondí algo atontada, ignorando su último comentario.
—¡¿En serio?! —chilló mi amiga, repentinamente eufórica—. ¡Oh por...! Me pidió tu número la otra noche pero se tardó tanto en hablarte que creí que ya no lo haría.
—¿Él...él te pidió mi número? —me trabé y tuve que tragar para aclarar mi garganta.
—¿De dónde más podría haberlo sacado? —se dio importancia, guiñándome un ojo.
El celular volvió a encenderse, notificándome otros dos nuevos mensajes.
¿Molestar? Por supuesto que no.
¿Sorprender? Desde luego que sí.
—¿Vas a responderle algo, no? —cuestionó Seulgi, expectante al ver que no estaba haciendo nada más además de leer los mensajes una y otra vez.
Cierto.
No imaginaba por qué otra razón él podría estar hablándome más que por una emergencia, aunque eso tampoco tendría mucho sentido. No tendría ningún sentido, de hecho.
Vaya, él quería hablar conmigo.
Pellízquenme.
—¿Qué te dijo? —insistió Seulgi, demasiado emocionada con todo esto.
—Quiere saber si iré a la muestra —relaté, obviamente tratando de no dejar en evidencias mi nerviosismo.
—Él se presentará esta tarde, probablemente quiere que veas su presentación —teorizó ella, sonriendo alegremente—. Eso es lindo, ¿no crees?
—¿Lo es? —cuestioné, estaba confundida.
Tal vez Seulgi simplemente estaba sacando las cosas de contexto, eso sucedía muy a menudo con ella.
—Está interesado en ti, niña, eso es evidente, Jimin no mensajea a todas las chicas —opinó ella, comiendo de su plato con una victoriosa sonrisa en el rostro—. ¿Puedes contestarle? Creerá que lo estás ignorando.
Despabila, Haye.
Presioné enviar e instantáneamente comencé a analizar minuciosamente mis mensajes, ¿no sonaba demasiado interesada, verdad? digo, quería ser amable, pero no intensa. Tal vez debí escoger mejor mis palabras. O tal vez debía dejar de pensar tanto las cosas.
Sí, probablemente debía dejar de hacer eso, era un pésima costumbre.
Cierto, que tonta.
¿Qué acababa de leer?
Mi corazón se saltó un latido al leer su último menaje y tuve que releerlo para asegurarme de que no estaba leyendo mal. Eso sonaba a una invitación...¿verdad? es decir, ¿él quería que nos viéramos solo los dos o...?
Jimin se apresuró en enviar dos mensajes más y por alguna razón sus palabras me parecieron un lindo detalle.
—Me preguntó si quería que nos viéramos después de la muestra —le conté a Seulgi, la cual no tardó en expresar su sorpresa y emoción a través de un fuerte chillido de alegría—. ¿Debería decirle que...?
—¡Que sí! —exclamó inmediatamente—. ¡Por supuesto que sí!
—¡Relájate Seulgi! Ni siquiera me has dejado terminar.
—¡Lo siento! —expresó de la misma forma—. Es que me gusta la idea de Jimin y tú saliendo juntos.
Eso estaba claro.
—De acuerdo, primero lo primero, ¿a ti te gustaría verte con él después de la muestra?
Sabía que no era la gran cosa, la gente lo hacía todo el tiempo, ¿verdad? entonces no había ninguna razón para no aceptar su propuesta. Además, iba a ser divertido. La otra noche me gustó hablar con Jimin, me sentí cómoda con él, era fácil hablar con alguien teniendo tantas cosas en común.
—Sí...creo que sí —repliqué.
—Entonces, mi querida amiga, ya sabes que hacer.
Presioné enviar y recién en ese momento me percaté del temblor en mi mano. Bueno, no podía negar que sí estaba bastante nerviosa, era Jimin después de todo. Gracias a Dios su respuesta no tardó en llegar, así que muy pronto pude volver a respirar.
Sonreí al ver la simplicidad de su mensaje y un suspiro de alivio se escapó de mis labios.
¿Era normal sentir cierto emoción al respecto, verdad? Digo, por supuesto que no iba a hacerme ilusiones, eso sería estúpido de mi parte, pero sí iba a disfrutar de la ocasión.
Por una vez en la vida iba a dejar de tomarme las cosas tan en serio, era necesario.
29 DE ENERO, 2019
19:26 pm.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
ESTABA AGOTADA. Después de haber pasado la tarde: ordenado, limpiado y moviendo mesas, finalmente podía decir que todo estaba en su lugar. Dios, había sido mucho más trabajo del que imaginé que sería. Éramos muchas personas, pero todos teníamos trabajos diferentes, asignados en diferentes secciones, así que de alguna forma se sentía como que no éramos suficientes.
Ya no estaba tan emocionada de tener que volver a hacer esto el próximo año.
—¡Hasta que llegas! —señaló una enfadada Seulgi, mirando por encima de mi hombro.
Me di la media vuelta para ver de quién se trataba y lo cierto era que a estas horas, no me esperaba que fuera Jeongguk, así que de verdad me sorprendí al verlo caminar precipitadamente en nuestra dirección.
—¿Se puede saber dónde diablos estabas? —gruñó mi amiga—. ¡Haye y yo tuvimos que hacer todo tu trabajo!
—Lo siento, tuve un problema —se justificó él y viendo la expresión desanimada de su rostro, supuse que debió de ser un problema de aquellos—. Tuve que resolverlo y se me hizo tarde.
—¡¿Más de seis horas tarde?! ¡Eso es inaceptable Jeon Jeongguk! —continuó regañándolo—. ¿Se puede saber qué problema tan grande tuviste como para ni siquiera tener tiempo de llamar o avisar?
—Seulgi, ya —pedí, viendo que Jeongguk realmente no lucía bien, se veía algo abrumado, ¿cómo era que ella no podía notarlo?—. No es para tanto, y ya acabamos con todo así que ¿por qué no lo dejas?
Seulgi cruzó los brazos sobre su pecho y le dedicó una mirada de reproche a Jeongguk. Ay, tanto drama innecesario con esta chica.
—Mi abuelo apareció en mi casa esta mañana —le ofreció Jeongguk a modo de explicación, por supuesto yo no entendí nada, pero supongo que Seulgi sí porque su ceño fruncido instantáneamente se relajó.
—Oh —fue todo lo que ella dijo, posiblemente arrepintiéndose de ser un dolor en el culo en algunas ocasiones—. Ya entiendo.
—Gracias —contestó Jeongguk, sin decir ni una palabra más al respecto—. ¿En qué puedo ayudar?
Jeongguk no se veía para nada animado, era evidente que no tenía muchas ganas de estar aquí. No sabía nada de su relación con su abuelo, pero por la cara que traía, no creía que fuera muy buena.
—Ya está todo listo, pero ¿podrían ir a apartar una mesa mientras busco a los chicos? —sugirió Seulgi, esta vez más calmada—. Jimin saldrá dentro de poco y quiero verlo de cerca.
Jeongguk y yo estuvimos de acuerdo, y mientras nosotros caminábamos en dirección al escenario, Seulgi caminó en la dirección contraria.
—¿Tuvieron mucho trabajo que hacer? —preguntó Jeongguk, rompiendo el silencio.
—¿La verdad? —dudé, y es que sí fue bastante trabajo, pero no quería que se sintiera culpable al respecto.
—Lo siento, traté de llegar antes, no pensé que me tomaría tanto tiempo —volvió a disculparse.
—Descuida, está bien —le sonreí, restándole importancia al asunto—. Somos chicas fuertes, podemos mover un par de mesas, es sólo que a Seulgi le gusta exagerar un poco las cosas.
—¿Un poco? —preguntó irónicamente, esta vez con una pequeña sonrisa decorando su rostro—. De todos modos, ese era mi trabajo, así que se los compensaré.
—No es necesario, aunque...si te ofreces a comprarme un hotteok, no diré que no —bromeé.
—Suena justo —aceptó, viéndose mucho más relajado y mucho menos desdichado—. Te compraré todos los que quieras, hay un lugar cerca donde venden unos muy buenos.
Santo cielo, tenía tanta hambre que si cerraba los ojos y los imaginaba, podía incluso saborearlos.
—Podemos ir después de la muestra —propuso, y yo quise darme una bofetada por abrir la boca en primer lugar—. Seulgi seguro se nos pega.
Rayos.
Sí quería, pero ¿tenía que ser precisamente hoy?
Demonios, este era un evento verdaderamente desafortunado, esperaba que la propuesta fuera válida para algún otro día.
—Quiero, pero no puedo después de la muestra —me lamenté, porque realmente quería ese hotteok.
—Ah...entiendo, ¿tienes planes?
—Uhh, sí —vacilé, porque aún no sabía de que iba mi encuentro con Jimin—. Algo así —agregué, aún no muy segura—. Ahí hay un lugar.
Señalé a la distancia el mejor espacio que quedaba disponible. El lugar estaba repleto de personas y lo más seguro era que no encontráramos otro lugar mejor, así que Jeongguk y yo nos apresurarnos en reservar ese.
—El escenario se ve bien —comentó Jeongguk.
—Sí, pudo ser peor —estuve de acuerdo.
Sobre el escenario había un muchacho presentando una canción compuesta totalmente por él. Desde la música hasta la letra, y mientras lo escuchaba, lo único en lo que podía pensar era en lo talentoso que era, y en lo talentosas que eran probablemente todas las personas aquí.
—¿Y bien? —inició Jeongguk—. ¿Qué es lo que harás después de esto?
Ni siquiera yo estaba del todo segura.
—Se supone que me veré con Jimin —le conté—. Y espero que vayamos a comer porque muero de hambre.
Y cuando tenía hambre no podía pensar en nada más que en eso.
—Ah —fue todo lo que Jeongguk dijo por un instante—. ¿Algo así como...una cita?
—¿Qué? no —solté una carcajada—. No es una cita, es...
¿Qué era?
¿Podía considerarse como una salida de amigos?
Jeongguk me miró algo expectante, con una de sus cejas sutilmente elevada. Bueno, que me mirase de esa forma me ponía incluso más nerviosa.
—Es una...uhm...
—Una cita —insistió Jeongguk—. Ya veo.
Quise reiterar que no era así, pero entonces él agregó el comentario de—: Eso es bueno, ustedes se ven lindos juntos.
No esperaba que dijera eso, así como tampoco esperaba que un impulso de idiotez me hiciera decir—: ¿No decías que nosotros nos veríamos más lindos?
En mi cabeza sonó más como una broma que como una declaración, simplemente recordé lo que dijo la otra noche y quise molestarlo con eso, sin embargo, su respuesta hizo que me arrepintiera de abrir la boca en primera lugar. Tal vez porque esta me hizo experimentar una sensación desagradable en la boca del estómago.
—No, definitivamente ustedes se verían más lindos —él afirmó y yo tuve que luchar para no demostrar que odié oírlo decir eso.
Bueno, como sea.
—Espero que se diviertan —añadió, mirando por encima de mi hombro—. Allí vienen los chicos.
FINALMENTE FALTABA sólo una presentación para que fuera el turno de Jimin. Seulgi y yo acabábamos de regresar del baño, mi amiga se había bebido como tres litros de agua y no dejaba de querer orinar, pero logramos llegar justo a tiempo para la penúltima presentación.
Una chica.
Una chica que resaltaba más que las demás.
—Wow, ella es...en verdad muy hermosa —casi sentí la necesidad de halagar a la chica que se encontraba sobre el escenario.
La chica parecía ser sólo unos cuantos centímetros más alta que yo, sin embargo, en el escenario lucía bastante imponente. Su cabello era largo y de un color castaño claro, sus ojos eran oscuros, aunque su sutil maquillaje los resaltaba favorablemente, al igual que sus labios. Ella era en verdad muy bonita. Y por la seguridad que desprendía desde donde se encontraba, podía suponer que era tan talentosa como hermosa.
—¿La conoces? —le pregunté a mi amiga después de notar como ella mecánicamente viraba sus ojos al percatarse de quien era la persona a punto de presentarse.
Esa no fue una buena señal.
Seulgi asintió desinteresadamente con su cabeza, con un gesto poco amigable dibujado en el rostro. Vi como mi amiga miraba de reojo a Jeongguk, quien por su parte admiraba con muchísima atención a la muchacha que se preparaba para cantar.
Oh.
Fue todo en lo que pude pensar al ver como los ojos de Jeongguk brillaban de una manera bastante peculiar. Toda su atención estaba puesta muy evidentemente sobre esta chica, así que sólo podía suponer que la causante de aquel brillo especial, era ella.
Y yo quise darme una fuerte bofetada en cuanto volví a sentir esa desagradable sensación en la boca del estómago a causa de la escena que acababa de presenciar.
No podía ser verdad.
¿Qué rayos me pasaba?
—Ella es Sowon —respondió Seulgi en un susurro, trayéndome de regreso a la triste realidad—. Es la ex novia de Jeongguk.
Me informó, y entonces la molesta sensación en mi estómago se transformó en algo más, un sentimiento que no fui capaz de identificar, pero que no fue nada lindo.
—¿Ella es...? —apenas pude preguntar, ¿por qué demonios estaba tan sorprendida?
¿Qué demonios tenía de sorprendente?
Era Jeongguk de quien estábamos hablando, él era condenadamente atractivo, por su puesto que saldría con una chica igual de hermosa. Despampanante, también podría decirse. Ellos dos juntos probablemente hacían una pareja de ensueño, podía entender perfectamente porqué la miraba de esa forma, aunque...estaba bastante segura de que esa no era forma de mirar a tu ex.
Al menos que aún sintieras algo por esa persona.
—Sí, ella es la chica de la que te hablé —respondió con desinterés.
Estaba claro que a Seulgi no le agradaba la chica. Podía recordar que en nuestra charla en la cafetería mencionó que Jeongguk y Sowon tenían una relación algo tóxica, sin embargo, nunca traté de indagar más allá. Y Seulgi no era una persona que fuera por la vida odiando a personas al azar, por el contrario, si a Seulgi no le agradaba, muy posiblemente era porque había un razón de peso detrás.
—Ya veo —musité, mirando el suelo bajo mis pies.
De pronto ya no me sentía tan emocionada por todo esto de la muestra. Estaba siendo patética, y lo odiaba, pero no era como si pudiera controlar mis estúpidos e ingenuos sentimientos. ¿Por qué siquiera permitía que Jeongguk me provocara esto? Estaba tonta.
—Sentémonos por aquí, Jimin se presentará después de ella —me indicó Seulgi, guiándome hasta la mesa que habíamos apartado Jeongguk y yo.
Genial.
Cuando tomé asiento al lado de Jeongguk, él ya no estaba mirando hacia el escenario, su atención esta vez estaba puesta toda sobre su celular. Sus dedos se movían rápidamente sobre la pequeña pantalla y lucía algo molesto. Como sea, pensé y me obligué a mí misma a mirar el escenario.
Y fue en ese preciso instante que escuché la melodiosa voz de la chica a través de la gran cantidad de parlantes que había en el lugar. La escuché fuerte y muy claro, y debido a la forma en la que su mirada se encontraba puesta directa —y para nada disimuladamente— sobre Jeongguk, pude comprender que la letra de la canción había sido escrita para él.
Hoy te llamé por teléfono,
sólo para preguntar cómo has estado.
Todo lo que hice fue hablar normalmente,
pero de algún modo toqué un punto sensible.
Me tienes mal de la cabeza, chico
nunca dudé tanto de mí misma,
¿soy bonita? ¿soy graciosa?
odio haberte dado poder sobre ese tipo de cosas.
Porque siempre es un paso adelante
y tres pasos atrás,
soy el amor de tu vida
hasta que te hago enojar.
Siempre es un paso adelante
y tres pasos atrás,
¿me amas? ¿me quieres? ¿me odias?
no lo entiendo.
No, no lo entiendo.
Y tal vez, de una manera masoquista,
encuentro todo esto emocionante,
porque ¿qué clase de novio tendré hoy?
¿me acompañarás a la puerta
o me enviarás a casa llorando?
Es un ir y venir,
¿acaso dije algo malo?
Es un ir y venir,
repito en mi mente todo lo que dije.
Es un ir y venir,
¿acaso hice algo mal?
Es un ir venir,
tal vez todo esto es culpa tuya.
En vez de eso, es un paso adelante
y tres pasos atrás,
y te dejaría, pero esta montaña rusa
es todo lo que siempre he tenido.
Sí, es un paso adelante
y tres paso atrás, dime
¿me amas? ¿me quieres? ¿me odias?
chico, no lo entiendo.
No, no lo entiendo.
Vaya. Comenzaba a creer que cuando Seulgi dijo que la chica y Jeongguk tenían una relación algo tóxica, se había quedado corta. Eso no sonaba como algo tóxico, sonaba como a dos personas que no tenían nada que hacer la una con la otra. ¿Cómo era posible que dos personas que se querían, o decían quererse, se hicieran ese tipo de daño? Eso era algo que no entendía pero que me aterraba de las relaciones. Y justo cuando creí que no podía volverse peor, la chica, Sowon, presentó su segunda canción.
No deseo extrañarte
cada vez que me siento sentimental,
vamos por caminos separados,
pero de pronto estoy de vuelta aquí,
justo en el medio
Cantó la chica, y fueron pocas las palabras necesarias para volver a atraer la atención de Jeongguk. Sowon en ningún momento se cohibió ni se apocó, ni siquiera cuando Jeongguk la miró con la misma intensidad con la que ella lo miraba. Podía suponer que eso es lo que ella buscaba, tener toda su atención.
No podía soportar el perderte
pero creo que amarte es mucho peor,
sin embargo, aquí sigo,
esperando,
esperando a que llegue el día
en el que esto deje de doler
Todo el mundo parecía encantado con la presentación, pero en nuestra mesa podía palmarse la tensión. Todos aquí seguramente conocían la historia de Jeongguk y Sowon, era yo la única que la ignoraba. Y esto no era divertido. Jeongguk no lucía contento, tampoco parecía haber sido conmovido o algo, él se veía más bien incómodo y fastidiado. Seulgi, por otro lado, continuaba negando con su cabeza incrédulamente mientras que yo...yo no entendía absolutamente nada.
Tal vez deberías liberarme,
aunque realmente no quiero que lo hagas.
Tal vez sólo quiero ser la persona,
esa persona a quien no puedes perder.
Pero si te vas a ir, entonces vete.
Si me necesitas, házmelo saber,
ámame o sólo déjame ir
Vi la mandíbula de Jeongguk tensarse más y más con el transcurso de la letra. Él fue el primero en romper el contacto visual con Sowon, pero ella no se detuvo.
Dije que sería la última vez
pero no, no, no
justo como la última vez
pero no, no, no
Y ya estoy cansada de construir mis muros,
sólo para verlos caer una y otra vez,
así que,
a la mierda este amor
que grita mi nombre,
sal de mis venas
si necesitas tu espacio
entonces, sólo vete.
Esto se parecía mucho más a un momento íntimo entre la chica y Jeongguk, que a una presentación pública. Me sentía como una intrusa echando un vistazo en una historia ajena con sólo escuchar la letra de la canción. Que jodido, ojalá no hubiera preguntado quién era ella.
Tú sabes como arruinarme
y luego hacer que todo esté bien,
supongo que ese es tu juego,
y yo soy con quien juegas
una y otra vez.
Los ojos de Sowon brillaron con lágrimas no derramadas al pronunciar aquella estrofa y Jeongguk sólo se quedó a escuchar aquella última oración antes de ponerse de pie y excusar su salida —o huida— con unas falsas ganas de ir al baño.
Esto definitivamente no estaba bien.
Vi a a Taehyung observar como Jeongguk desaparecía entre la multitud y entonces Mingyu se puso de pie, con una fingida sonrisa en el rostro.
—Ya regreso, voy a, uh...traer refrescos —anunció, en una mentira bastante obvia.
Ni siquiera presté atención al resto de la canción, las cosas se habían puesto raras y me sentía fuera de lugar.
—Es una arpía —masculló Seulgi entre dientes—. Que sencillo debe ser para ella creerse la víctima.
—¿Qué acaba de pasar? —cuestioné en voz muy baja.
—Eso que acabas de presenciar, es otro intento desesperado de manipulación de nuestra querida Sowon.
Seulgi apenas terminó de decir aquello cuando las personas a nuestro alrededor comenzaron a aplaudir la actuación de Sowon. Por un segundo, sentí el impulso de aplaudir al igual que todos, porque no iba a mentir, la chica tenía una voz hermosa y también muchísimo talento, pero preferí no hacerlo.
—Se lució esta vez —concedió Taehyung—. Esa chica realmente disfruta hacer estos espectáculos, se piensa que su vida es un drama televisivo o algo.
—No la soporto —bufó Seulgi, exhalando ruidosamente y sacudiendo su cabeza en negación—. ¿Por qué no se detiene de una vez?
—Porque sabe que aún tiene poder sobre él —opinó Taehyung—. A Jeongguk aún le afecta, ella lo sabe.
—Después de lo que hizo debería sentir vergüenza, o al menos un mínimo de remordimiento —manifestó mi amiga, cruzando sus brazos sobre su pecho—. Es increíble lo descarada que puede llegar a ser.
"Después de lo que hizo".
Maldita sea.
¿Alguien podía decirme qué rayos era eso tan malo que ella había hecho?
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