❛ 06 ❜
U N P L A N N E D
seis.
❀̸
❛ 𝓐dvertencias ❜
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❝ No caigas en la trampa, que un profesional siempre es bueno en su profesión, y la suya es mera pretensión. ❞
ㅡUnknown.

26 DE ENERO, 2019
13:48 pm.
❪ ❛ JEON JEONGGUK ❜ ❫
LA CASA ESTABA HECHA un completo desastre, fue lo primero que pensé en lo que mi aún adormilado ser se tomaba el tiempo de inspeccionar con total holgazanería el primer piso. Tenía que dejar de ofrecer mi casa para estas mierdas.
—¡Buenas días estrellitas! —saludó Jimin, medio gritando desde el sofá de la sala, bostezando escandalosamente en el proceso.
¿Buenos días?
¿Y este qué hora creía que era?
—¿Te dormiste ahí? —pregunté, estirándome en mi lugar con la esperanza de quitarme el sueño y la pereza de encima.
No sé en qué condiciones se encontraba Jimin antes de acostarse, pero era más que evidente que estaba lo suficientemente ebrio como para quedarse dormido hasta con los zapatos puestos. El idiota estaba tapado sólo con una frazada que ni siquiera le cubría por completo los pies...ni nada en realidad.
—Eso creo —respondió, igual o aún más desorientado que yo—. Creo que aquí me medio desmayé.
—¿No se supone que tienes prohibido beber? Estoy seguro de que tu entrenador puede oler tu peste desde donde sea que se encuentre.
Le quité la frazada de encima, pero ni siquiera se inmutó, él simplemente permaneció echado en una extraña posición.
—¿Qué eres? ¿la policía de la diversión? —se burló, arrastrando ciertas palabras—. Tranquilo Kookie, estoy de vacaciones, puedo beber un vasito de alcohol.
—¡Dijo el que se tomó siete botellas de Soju! —lo acusó Taehyung, gritando desde la cocina.
—¡¿Acaso no deberías estar llorando por Dani en algún rincón de la casa, huh?! —gritó Jimin de vuelta—. Bocón.
—¡¿Acaso no deberías estar llorando por Yeeun en algún rincón de la casa?! —le contestó Taehyung de la misma forma, y entonces yo entendí todo.
—¡Ven aquí, niño! ¡Voy a...! —Jimin comenzó su amenaza, pero en lo que trató de incorporarse en el sofá, creo que fue cuando los efectos secundarios del beber tanto alcohol lo golpearon—. Mierda.
—¿Viste a Yeeun? —inquirí, uniendo los puntos y tratando de comprender la razón de su borrachera.
En esta casa todos sufrían por alguna mujer, ese era un hecho. Taehyung sufría por su amor no correspondido, mientras que Jimin sufría por un amor del pasado. Y tenían el descaro de criticar mi vida amorosa. Já, la audacia.
—Hablamos —me contó, con una de sus manos en su cabeza, probablemente sintiendo que esta estaba a punto de explotar—. Bueno, algo así.
—Mh, no debió ser una buena conversación si terminaste así —señalé, refiriéndome a su penoso estado.
—Traté de hablarle —prosiguió, exhalando de manera cansina—. Le dije que la extrañaba...
Vaya, directo.
—¿Y qué pasó? ¿Fingió no conocerte? Nah, seguro te abofeteó —bromeé, esperando no haber acertado.
—Me dijo que esperaba que me ahogara con mis mentiras algún día —auch—, entre otro par de cosas muy dulces.
Yeeun era ingeniosa, le concedía eso, me agradaría si no provocara que mi amigo se convirtiera en esta cosa patética cada vez que se veían, aunque tampoco era culpa de ella. Esta no era la primera que le rompía el corazón, así que tenía sentido que Jimin quisiera perderse por un momento, la chica que quería probablemente nunca iba a perdonarlo, eso...apestaba.
—Si te hace sentir mejor, Dani le dió sus bendiciones a Taehyung para salir con otro chica —ofrecí, logrando al menos sacarle una ladina sonrisa.
—¡Oye! ¿Cómo demonios sab...? Nunca te di detalles, ¿Acaso nos estabas espiando? —cuestionó Taehyung, parándose en el umbral de la puerta con una chistosa expresión de incredulidad.
—Culpa a Seulgi —me desentendí de la situación, enseñando mis palmas en un gesto que decía que yo no tenía nada que ver al respecto—. Ella quería saber lo que sucedía entre Dani y tú, yo sólo quería una excusa para estar cerca de Haye.
No podía decirle eso a Seulgi sin arriesgar mi vida, pero no tenía que ser tan cuidadoso con los chicos. Sí había tenido curiosidad sobre lo que estaba pasando entre Dani y Taehyung, pero si acepté meterme al bosque en la madrugada no fue por eso, no era tan entrometido, sólo quería estar un par de minutos más con Haye. Quería admirarla de un poco más de cerca, porque aunque era una lastima, eso era todo lo que tenía permitido hacer. admirarla. Además, no era precisamente seguro que caminaran solas por ese lugar, no con Seulgi como guía.
—¿Por qué no me sorprende? —resopló Taehyung, regresándose a la cocina—. ¡Le diré a Seulgi sobre tus sucios planes con Haye! —anunció desde la distancia.
Como si tuviera algún plan en mente. No era idiota, Seulgi me mataría antes de que pudiera tratar de hacer algo.
Haye era preciosa, en todo el sentido de la palabra, y poseía una belleza...exquisita, ella era sencillamente encantadora. Tenía una personalidad adorable, me gustaba ver como sus mejillas se tornaban rosadas cada vez que hacía algún comentario nada sutil, o como sus ojos siempre tenían un brillo tan peculiar, me gustaba todo lo que conocía de ella hasta ahora, pero sabía que estaba fuera de mi alcance.
—Así que, ¿Haye? —insinuó Jimin—. Apenas pude hablar con ella anoche, tenía ganas de conocerla.
Lo sabía, lo había mencionando un par de veces desde que Seulgi le contó sobre la llegada de Haye.
—La vi un par de veces en el pasado, aunque sólo desde lejos —me contó—. Es muuucho más bonita de cerca.
Hizo énfasis en la palabra mucho, y yo no podía disentir al respecto. Haye no era la clase de chica que pasaba desapercibida, no, era la clase de chica por la cual te volteabas a mirar. Yo no fui el único que se percató de eso, pero parecía que Haye no lo notaba, o tal vez simplemente no le interesaba, porque ella no mantuvo conversaciones particularmente largas con ningún chico que se le acercó en la fiesta.
—Sí, lo es —concedí, exhalando suavemente—. Ojalá no fuera amiga de Seulgi.
Haye era intocable por ese pequeño detalle, el cual, aunque no quería que me molestara, lo hacía, porque ahora tendría que acostumbrarme y conformarme con mirarla de lejos.
—Es una pena —estuvo de acuerdo Jimin—. Para ti.
Agregó esto último con una socarrona sonrisa dibujada en el rostro. Y ese era mi mejor amigo, señoras y señores.
—Seulgi piensa que Haye y yo seríamos la pareja perfecta, ¿lo sabías? —me preguntó, claramente tratando de tocarme las narices.
Por supuesto que lo sabía, no dejaba de repetirlo porque según Seulgi, Jimin era el chico ideal. Mi amigo tenía un historial intachable, mientras que yo...no tanto.
—¿Tú qué piensas?
—Pienso que Seulgi no diría eso si realmente te conociera—declaré, sonriéndole mordazmente—. Y lo sabes.
Jimin frunció sus labios y llevo una de sus manos por encina de su corazón, fingiendo estar herido.
—Amigo, eso fue...—golpeó su pecho dos veces con su puño cerrado, exagerando su falso dolor—, brutalmente honesto, lo aprecio.
Me encogí de hombros, con fingida humildad. Jimin no era un mal chico, pero no estaba ni cerca de superar a su ex novia, y si Seulgi supiera que él correría de regreso a ella en un latido de corazón, entonces no lo querría con su amiga. Y eso no debía importarme, me recordé cuando me encontré a mí mismo dándole muchas vueltas al asunto.
—Aunque...tal vez Seulgi tiene razón —opinó de pronto, casi como si algo hubiese hecho click en su cabeza.
—¿En qué? ¿De pronto piensas que Haye y tú serían la pareja perfecta? —me burlé.
—Tal vez.
—Ni siquiera la conoces —expuse, sonando más a la defensiva de lo que me hubiera gustado.
—¿Y? Ya habrá mucho tiempo para eso —le restó importancia—. Seremos compañeros, colegas, nos veremos diariamente.
—¿Qué hay de Yeeun?
—Yeeun me odia, ¿qué se supone que haga, hm? Lo he intentado, sabes que lo he hecho, pero ella ya dejó muy en claro que no va a perdonarme, así que...—se puso de pie de golpe, arrepintiéndose instantáneamente de su decisión al olvidar su evidente resaca—. Joder.
¿Qué era todo esto?
¿La época del año para acabar con relaciones tóxicas?
—Lo que quiero decir es que —continuó, pasando una de sus manos por sus ojos con la poca energía que parecía tener—, tal vez es momento de conocer a alguien nuevo.
—Ya, ¿Y piensas que Haye es ese alguien nuevo?
—¿Eso te molesta?
Pff.
¿No?
¿Por qué me molestaría?
Apenas comenzaba a conocerla y Seulgi ya me había dejado bastante en claro que no podía tocarla ni con el pensamiento, me encontraba advertido desde el primer instante, así que...¿Qué más daba?
—Sólo ten en cuenta que no es cualquier chica —le recordé—. Seulgi te molerá a golpes si juegas con ella.
—Amigo —dijo poniendo una de sus manos sobre mi hombro—, de entre nosotros dos, no soy yo quien tiene problemas con el compromiso.
🥀

26 DE ENERO, 2019
17:23 pm.
❪ ❛ BAE HAYE ❜ ❫
MORDÍ MI CUARTO PASTELITO de chocolate, saboreando con mucho gusto el delicioso frosting de queso crema que lo cubría, como si este fuera el primero que tragaba. En estas dos últimas semanas me había vuelto seriamente adicta a los pastelitos de chocolate, era por ellos que continuamente ignoraba mi ya no tan estricta dieta.
Seulgi y yo llevábamos más de una hora recostadas en su cama, holgazaneando y sin nada productivo que hacer. Yo comía mientras veía Iron Man en la televisión, y Seulgi simplemente estaba metida en su celular, riéndose cada cierto tiempo de algún vídeo que aparecía en sus redes sociales. Y no podía quejarme, disfrutaba estar haciendo nada con ella.
—Que idiota —expresó Seulgi, soltando una risita entre dientes al mismo tiempo que me tendía su celular para enseñarme algo—. ¿Cómo lo has hecho, mh? tienes a Jeongguk todo enamoradito de ti.
¿Huh?
¿Qué?
Seulgi mantuvo una sonrisa burlona en su rostro todo el tiempo y yo me apresuré en ver qué era lo que me estaba mostrando. Era una conversación entre Jeongguk y ella. De acuerdo, de pronto me sentía nerviosa.


Que bobos.
Sonreí al ver la clase de fotos que ambos se enviaban y entonces comprendí porqué Seulgi no dejaba de reírse.


Oh.
Ahí estaba de nuevo. La simple mención de la palabra novias me descolocaba un poco, hacía que me preguntara ¿qué tan cierto era eso de que Jeongguk tenía más de una novia? suponía que era una broma, pero...¿y sí...? como sea, tampoco era como si me importara, nada de eso era de mi incumbencia, pero...no lo sé, supongo que quería creer que no era más que una simple broma.

Bu.

Ay, no.
¿Y yo qué tenía que ver con esto?
Miré a Seulgi con reproche por meterme a mí en la conversación pero mi amiga ni siquiera se inmutó, ella seguía muy sonriente.

Oh, por Dios.
Iba a matarla.
¡¿Por qué demonios le envió esa foto?!
¿Por qué diablos le envió una foto mía en primer lugar?
Creo que mis ojos casi se salieron de su cuencas al ver mi rostro en la pantalla del pequeño artefacto. Maldita seas, Seulgi. Lucía terrible, aún estaba usando mi pijama y con suerte había lavado mi rostro esta mañana. Ni siquiera me percaté de que me había tomado una foto. ¿En qué momento sucedió? ¿Y por qué rayos me importaba tanto?
—¡Seulgi! —chillé horrorizada, llamando instantáneamente su atención—. ¿Por qué le enviaste esto? —esta vez lloriqueé, sí, lo hice, tal como una niña pequeña—. ¡Me veo fatal!
—¡Te ves adorable! —rectificó ella—. Mírate, tan bonita como siempre —agregó precipitadamente, con un gesto de adoración en el rostro, a lo que le respondí con una mirada hostil—. Venga, no te enojes...sólo es Jeongguk.
Sí, claro,
"sólo es Jeongguk".
—Pues...no quiero que Jeongguk me vea toda fea.
—¿Por qué no? —enarcó una de sus cejas, mirándome con una sonrisa burlona.
—Porque...sólo no quiero —refunfuñé—. Ya no se puede confiar en nadie —dramaticé.
—Ay, sólo sigue leyendo, niña.
Indicó, aún sonriendo malévolamente. Ahora no estaba segura de querer seguir leyendo, tristemente mi cerebro curioso opinaba lo contrario.

Ya, mátenme.
¡Esa foto era aún peor!
Para alguien que tenía serios problemas con las fotos desprevenidas, esta era una verdadera tortura, necesitaba que alguien acabara con este sufrimiento...ahora. O al menos eso fue lo primero que pensé antes de analizar con mayor detenimiento las palabras escritas por Jeongguk;
"Que linda".
No, no, no, basta, Haye, me ordené mentalmente al notar que una pequeña sonrisa amenazaba con formarse en mis labios.
Maldición, no. ¿Por qué me importaba si él pensaba que yo era linda o no? No seas tan ingenua, Haye, me dije a mí misma y sacudí mi cabeza, tratando de ignorar el hecho de que Jeongguk podía lograr hacer que mi corazón se acelerara incluso encontrándose a kilómetros de distancia.

Qué mentiroso.
¿Cómo podía decir que seguía siendo linda después de ver esa foto?
Como sea, no era relevante, por mi bien no iba a darle mayor importancia a lo que él dijera sobre mí, así que simplemente envié lejos mis absurdos pensamientos y me limité a continuar leyendo.


Ah.
Necesitaba con urgencia que alguien me explicara por qué rayos Seulgi era así.
No quería reírme, al menos no después de ver mis desprevenidas fotografías, pero no podía evitarlo, además...debía admitir que me sentía considerablemente menos mortificada, pues para mi consuelo, ellos se enviaban fotos muchísimo peores de sí mismos, así que...la verdad no tenía sentido sentirme avergonzada.


Por favor. Seulgi comenzaba a parecerse a mi padre con todo eso de la protección, aunque...era divertido viniendo de ella, lo apreciaba. Al menos entendía porqué lo hacía, aunque en el fondo esperaba que ella supiera que, aunque tal vez no lo pareciera, yo era muy capaz de cuidar de mí misma.
Llevaba años haciéndolo.
Y quería creer que no lo había hecho tan mal.

¡Y ahí estaba de nuevo!
Increíble. Mi amiga me estaba utilizando para lograr sus sucios propósitos y era tan descarada que me lo enseñaba.

Ay, mamá.
Definitivamente mi nula experiencia con chicos me estaba pasando la cuenta. No era posible que un simple mensaje, que evidentemente no era más que una broma, lograra hacer que mi corazón se encogiera dentro de mi pecho.
¡Había visto al chico dos veces en mi vida!
¿Qué estaba mal conmigo?
Realmente necesitaba comenzar a salir y a relacionarme con más personas. Sí, debía de ser eso. Jeongguk no era el único chico lindo que existía en Seúl, me recordé.

Ca–si.

Yyy...lo consiguió.
Ahí estaba su noche de karaoke.

Terminé de leer la conversación y apenas entonces fui consciente de lo caliente que se sentían mis mejillas. Estaba ruborizada y él ni siquiera estaba aquí. Su poder.
—Te diría que es curioso que ande todo de rogón, pero la verdad es que siempre supe que Jeongguk se interesaría en ti —me hizo saber, recuperando su teléfono de entre mis manos.
¿Huh?
—¿Si sabes que sólo está bromeando, no?
—Yo sé que bromea —estuvo de acuerdo, mirándome con una apenas perceptible sonrisa en sus labios—, pero también sé lo que piensa. Y confía en mí, esos mensajes contienen más verdades que mentiras.
Oh.
Creo que no estaba entendiendo.
—Lo que quiero decir es que, Jeongguk dice cosas y hace cosas que tal vez podrían llegar a confundirte —trató de explicarse—. Y es porque claramente siente cierto interés por ti...
—No es así —aseguré, negando con mi cabeza junto a una nerviosa sonrisa asomándose en mis labios, ella era su amiga, debería saberlo mejor que yo—. Si ni siquiera me conoce.
—Sí, yo tampoco conocía a Yoongi, ni siquiera habíamos intercambiado una palabra y yo estaba totalmente coladita por él —declaró ella, exponiendo un punto—. Relacionas el interés con el tiempo, Haye, pero no siempre funciona de esa forma. Algunas veces las cosas son más simple que eso, a veces, la mayoría de las veces, todo comienza con una simple atracción física, ¿entiendes?
¿Por qué sentía como que estaba a punto de tener la charla con mi madre?
—Y no soy ciega, mucho menos tonta, ¿de acuerdo? soy capaz de ver lo que está frente a mis ojos—expresó en un suspiro—. El idiota se quedó charlando contigo toda la madrugada con la excusa de que Mingyu no lo dejaba dormir con sus ronquidos y ¡Mingyu no ronca! Yo lo sé, hemos dormido en la misma habitación un montón de veces.
Oh.
—Luego están sus comentarios y esos pequeños detalles, como el de prestarte su chaqueta cuando te estabas congelado, guiarte para que no te tropezaras con las piedras, él incluso tomó tu mano, y sí, vi eso. ¿Te piensas que él es así con todo el mundo?
—Él sólo es amable conmigo porque soy tu mejor amiga, creo que es bastante obvio que si no fuera así, él ni siquiera notaría mi presencia.
Eso era triste, pero era cierto.
—Eso es lo que tú piensas porque por alguna razón es lo que tu insegura cabecita te hace creer —señaló—. Pero lo conozco, sé que piensa que eres bonita, llamaste su atención desde, literalmente, el día en el que te vio. Y puedo asegurarte que si no fueras mi amiga, Jeongguk probablemente ya habría tratado de hacer algo al respecto.
Eso era en extremo debatible, pensé, sin embargo, la dejé continuar, después de todo ella lo conocía mucho mejor que yo.
—Sé que no ha intentado nada contigo porque eres importante para mí y sabe que no puede comportarse contigo de la misma forma que lo hace con otras chicas, yo no lo permitiría —aclaró.
No estaba segura de si realmente quería saber la respuesta a aquella pregunta que rondaba en mi cabeza, pero antes de que pudiera darle más vueltas al asunto, me encontré a mí misma preguntando:
—¿Y cómo sería eso?
Bueno, ya estaba hecho.
—Pues...verás, Jeongguk tiene...uhh —inició ella, pero por un segundo pareció verse complicada al encontrar las palabras correctas para expresarse—. ¿Problemas para comprometerse? —continuó, sonando más como una pregunta que una afirmación—. Él usualmente conoce chicas, se acerca a ellas cuando llaman su atención, pero se aburre o pierde el interés con una facilidad y rapidez alucinante. Sus relaciones, o "intento de relaciones" por lo general no duran más de dos semanas.
Vaya.
Eso definitivamente no lo esperaba.
Tal vez a eso era a lo que se refería la chica de anoche. Al vernos charlar, ella claramente pensó que había algo entre Jeongguk y yo.
"Perderá el interés en ti en cuanto consiga lo que..."
Fue lo que dijo la chica antes de que Seulgi la interrumpiera. Creo que ahora podía entender un poco mejor las cosas, y a lo que esa chica se refería.
—No es un mal chico —agregó atropelladamente, como si se sintiese culpable por exponer aquella parte de su amigo—. No es eso lo que trato de decir. No es que juegue con la chicas o disfrute hacerlas sufrir, la verdad suele ser muy honesto al respecto, pero...ugh, creo que esta es sólo mi extraña forma de protegerte de posibles futuros corazones rotos.
¿Escuchaste corazón?
Considérate advertido.
Comprendía lo que Seulgi trataba de advertirme, él era su amigo, obviamente lo conocía muy bien. Y supongo que era bueno saberlo, tal vez de esa forma se volvería mucho más sencillo ignorar lo que provocaba en mí. Esa era una reacción netamente física, lo encontraba atractivo, no podía negarlo, pero ahora sabía que eso era todo. Atracción física. Me acostumbraría con el tiempo.
—No romperá mi corazón —aseguré, mirándola divertidamente para eliminar el ambiente serio que de pronto parecía habernos embargado—. Así que no tienes que ser paranoica ni preocuparte por eso.
—¿Por qué? ¿Eres demasiado inteligente como para caer en los encantos de Jeon Jeongguk? —bromeó ella, enarcando una de sus cejas.
—¡Por supuesto que lo soy!
Exclamé.
Y realmente esperé que fuera verdad.
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