Princesas

Había sido una batalla brutal, pero la fuerza y determinación de Luffy logro prevalecer y vencer al Tirano Doflamingo, y con ello, logrando liberar a Dressrosa de sus diabólicas garras hiladas. Ahora la paz volvería a dicho lugar, todo gracias al pirata de gran corazón: Monkey D. Luffy.

Y hablando del futuro rey de los piratas, este se hallaba descansando, pues semejante batalla le había dejado sin fuerzas. Rebecca, princesa de Dressrosa, en compañía de Viola, su tía, se hallaban en la puerta del cuarto donde descansaba el pirata. Rebecca cargaba una bandeja llena de comida y Viola muchas medicinas líquidas para acelerar su recuperación, y de paso, para darle un agradecimiento personalmente. Ambas pasaron y se hallaron con Luffy, y Zoro cuidando de el.

—¿Quienes son ustedes?—fue la pronta pregunta de Zoro, quien lo dijo, al mismo tiempo que tomo a Shusui con una mano.
—Tranquilo Zoro, son mis amigas. Ella es Rebecca y su tía, Viola. No son enemigas—se apresuro a aclarar el capitán, antes de que pasará cualquier cosa.
—Oh, bien—se relajó. —Supongo que ustedes lo cuidaran por las cosas que llevan ahí. Bien, pues lo dejo en sus manos. Yo iré a preparar el barco y a los demás para poder irnos—se levantó y antes de retirarse, le dió un tremendo puñetazo a luffy en toda su cara, con lo cual quedó inconsciente. —Tranquilas, es para que no tengan problemas en suministrar sus medicinas en el. Puede ser algo... agresivo en esos casos. En fin, te veo luego, Luffy—se despidió de su capitán y finalmente abandono la sala.

Rebecca dejo la bandeja alimenticia en una mesa y Viola procedió a suministrar los medicamentos a modo de inyección. Primero fue uno azul claro, luego otro rojo y finalmente uno verde; el azul servia como un enfriador relajante, el rojo como una anestesia y el verde un desinflamante muscular. Todo pareció reaccionar bien en Luffy, pues los moretones y rasguños desaparecían, además de que las partes infladas empezaban a volver a la normalidad; se convertían de nuevo en piel tonificada. Ambas mujeres miraban al pirata con ojos brillantes y sonrisas radiantes.

—Es un gran hombre—comento Rebecca sin dejar de verla.
—Si. Jamás vi tanta fuerza de voluntad y determinación en alguien—halago Viola guardando los frascos en una maleta.
—Gracias—dijo Luffy ya despierto.
—Oh, Mugiwara—se sorprendió de verlo con consciencia.
—No se que me pusieron, pero ya me siento mejor, gracias—decía el pirata ya recuperado. 
—¿Como te sientes, Lucy?—pregunto Rebecca.
—Mucho mejor, gracias—respondió Luffy.

Las dos mujeres siguieron hablando con el pirata sobre temas respectivos a Dressrosa y la derrota del guerrero del mar. Incluso habían pensado en convencer al rey de que nombrara a Luffy como "El héroe de Dressrosa". Viola tuvo que salir de la habitación para traer más medicina, mientras que su sobrina y Luffy seguían hablando.

—De verdad, gracias por lo que has hecho—dijo Rebecca acercándose más a luffy.
—Solo hice lo que debía hacer—respondió el sin darle tanta importancia. Como siempre, con un gran corazón. Rebecca se sonrojó un poco.
—De verdad... muchas gracias... por todo... Lucy...—decía la chica de cabello rosa, acortando la distancia entre ambos.
—¿Rebecca?—.
—Lucy...—murmuro en un susurro, acortando más la distancia y cerrando todo en un beso.

Luffy abrió los ojos levemente por la sopresa, pero le correspondió enseguida. Tenía fama de idiota, y lo era en el sentido intelectual e imprudente, pero claro que no lo era en el sentido sexual; era sólo que ninguna mujer había mostrado un interés real en el, así que, ¿Para que molestarse?. Pero ahora, Rebecca le había besado y claro que iba a atender el llamado. Es lo que un buen pirata y capitán hace, ¿cierto?.
Separaron sus labios al necesitar oxígeno. Ambos se miraron a los ojos; Rebecca tenía un pequeño brillo en ellos. Se recostó suavemente en la cama y abrió un poco las piernas. Cabe recordar que la peli-rosa aún utilizaba su ropa gladiadora, por la cual, se exponía toda la carne que Rebecca cargaba. Y Rebecca tenía mucha.

—¿Rebecca?—aun estaba algo dudoso.
—Esta bien, Lucy. Puedes hacer lo que quieras conmigo—fueron las únicas palabras que necesito decir Rebecca y Luffy escuchar, antes de ceder al lívido, el cual SI TENÍA.

Se posicionó entre las sus piernas y comenzó a besarla de nuevo, pero de modo más exigente. Las manos de la chica acariciaban su cabello negro, mientras que las de luffy se hacían cargo de acariciar a la chica. Separaban sus labios por instantes antes de regresar a los besos, que pronto pasaban a caricias mas íntimas. Luffy bajo hasta su cuello, procediendo a lamerlo y besarlo, generando en ella suspiros leves que lo ponían más duro.

Rebecca inicio por quitarle su camisa negra de piñas, dejando al aire su cuerpo. Sus manos recorrían su fuerte espalda y con los pies bajaba sus pantalones hasta quedar en boxers. Luffy también empezó a despojarla de sus prendas de lucha, dándose cuenta de que no llevaba un brasier.

—Oh por Dios—fue lo único que pudo decir al tener ese par de magumbos frente a él. Eran más grandes que los de Nami o Robin.
—Anda, puedes tocar lo que quieras. Te lo mereces—dada la luz verde, Luffy poso su mano sobre uno de los enormes senos. Ella suspiro ante la sensación de ser tocada.
—¡Es muy suave!—exclamo anonadado por la textura tan suave y delicada del seno en su mano.
—¿Te gusta?—.
—¡Me encanta!—.
—Que bueno, por que son todas tuyas—volvio a abrazarlo y empezó a besar su cuello.

Ambos estaban como Dios los trajo al mundo. Se besaban con fervor y las manos de cada uno se iban a las partes del cuerpo del otro. Luffy bajo las manos hasta el trasero de Rebecca, lo sujeto, lo apretó y la cargo hasta ponerla contra una de las paredes. Rebecca bajo sus manos hacia el pene de Luffy y lo atrapó. Empezó a masturbarlo, escuchando los jadeos y suspiros de Luffy sobre su oído, aumentando su excitación. Entre la masturbación se dió cuenta de una cosa: La cosa gigante que Luffy cargaba entre sus piernas. Descubrió que su pene, al igual que todo de su cuerpo, se estiraba al ser de goma. Lo estiro como chicle hasta que alcanzó para meterlo en su boca y comenzar a lamer.

—Oh, Rebecca...—gimió ante la atención recibida.
—¿Quieres más?—pregunto Rebecca.
—Claro—.
—Entonces volvamos a la cama—sugirió.
—Mejor baja esa cosa y déjame trabajar—ordeno sobre su oído. Agregó una mordida a lóbulo como estímulo.
—Me gusta este lado tuyo—comentó la chica excitada.
—Si eso te gusta, esto te va a encantar—rebecca soltó su miembro y profano todo su ser.
—Diablos...—maldijo al sentir el dolor de la primera vez.
—L-Lo siento..—trato de salir, pero Rebecca se lo impidió. Tomo su cabeza y la abrazo a sus enormes senos.
—E-Esta bien. S-Solo necesito un m-momento...—le aseguró tratando de no oírse muy adolorida para no preocuparlo.

Bien. Pasados algunos minutos retomaron la acción. Luffy empezó a ir de adelante hacia atrás, aumentando la velocidad con cada estocada que le daba a la peli-rosa, quien tenía la lengua de fuera y gemía como una perra en celo.

—Mas... Más rápido, por favor, Lucy—suplicaba entre gemidos.

Como un perro obedeciendo a su amo, Luffy intensificó sus estocadas e incremento la constancia de sus salvajes embestidas.

A estas alturas ambos ya se hallaban gritando y diciendo palabras que harían sonrojar al mismo Kaido si los escuchará.

Era tanto el placer que se daban que no escucharon a Viola acceder a la habitación. La mujer abrió los ojos con enormidad y soltó un gemido de sorpresa.

—¡V-Viola-san!—dijo Rebecca con terror. Luffy no podía ni moverse por el shock.
—Eres muy lista, Rebecca—halago la mujer. Su sobrina de noto confundida. —El "Héroe de Dressrosa" merece una recompensa después de semejante hazaña, y veo que hallaste la más adecuada—sonrio a la par que se acercaba a los jóvenes. —Yo también voy a unirme a la recompensa—la mujer se retiró la ropa, quedando expuesta ante ambos jóvenes, quienes no creían lo que oían.

Viola se quitó la ropa interior, dejando sus enormes senos al aire. Abrazo a luffy por la espalda, pegando semejantes montañas a ella.

—No seas egoísta, Rebecca. Deja algo para tu tía—pidió la mujer dándole la vuelta a luffy para encarar al futuro rey de los piratas.

Tomo al pene y lo introdujo dentro. Ella no era virgen, por lo que pudo sentir directamente el placer. Luffy gimió, sin soltar a la peli-rosa. Viola llevo sus manos a los senos de su sobrina, dándoles varios apretones, haciéndola gemir sobre la boca de Luffy.

—Si que son grandes. Con esfuerzo, pueden ser igual o más grandes que los míos—aseguro sin dejar de amasar. Luffy ayudaba a Rebecca besándola y ahogando sus gemidos.

De sus manos paso a sus glúteos, los cuales acariciaba suavemente, generando en ella escalofríos placenteros. Rodeos a ambas con sus brazos elásticos y las llevo a la cama. Postro a ambas sobre la orilla de la cama. Tuvo una idea que ambas iban a disfrutar mucho.

Gear second—activo su poder en todo su cuerpo, el cual empezó a humear propiamente. Pero Luffy ya tenía una idea. El Gear Second aumenta el transporte de oxígeno y nutrientes en la sangre, dándole más fuerza; algo que usaría ya mismo. Concentró el 50% de su sangre empoderada directamente en su pene, el cual humeaba. Y sin piedad, se introdujo hasta el alma dentro de Rebecca.
—¡¡SANTO ODA QUE TODO LO SABES!!—grito llena de éxtasis, placer, ricura y más sinónimos. Sabía el poder que tenía esa habilidad suya, pero sentirla directamente en sus entrañas, era algo completamente diferente. Pero alcanzó el verdadero Nirvana cuando empezó a penetrarla. —¡¡SI, SI, SI!! ¡¡SIGUE CON ESTO!! ¡¡TE AMO LUCY!! ¡¡TE AMO COMO NO TIENES NI IDEA!! ¡¡ROMPE MI COÑO CON EL PODER SANGRIENTO DE TU PENE!! ¡¡TU ERES EL REY Y YO LA SIRVIENTA QUE SOLO SIRVE PARA TENER SEXO!! ¡¡¡Y ME ENCANTA!!!—ya estaba fuera de si. El placer era demasiado para ella, y el que Luffy la haya girado, sentado en su regazo, jugará con sus pechos e hiciera jet pistol son su pene varias veces dentro de ella, sólo la hacia perderse aún más.

Luffy sentía la liberación cerca. Se movió saliendo de ella y puso su pene erecto en su cara. Captó el mensaje y empezó a lamerle para hacerlo correrse. Fue como un volcán estallando directamente en su cara. Todo el líquido blanco cayó en su cara y boca. Lo más interesante era que el el también humeaba. Quizás era un efecto de la habilidad de Luffy.

—Sabe tan bien—decía lamiendo los restos del pene de Luffy.
—Oye, no lo acapares. Es mi turno—sin deseos de querer quedarse atrás, lo giro hacia ella y lo beso con fervor. A luffy se le vino otra idea. La sujeto hacia el, pero de espalda, sujetando sus brazos sin la posibilidad de escape. Pero ella no quería escapar.
Gear Third—puso su dedo en su boca y lleno su pene de aire, haciéndolo más largo y gordo. Se lo introdujo hasta el fondo sin piedad. Sus ojos se fueron hacia atrás y la lengua se le salió.
—Jamás sentí nada igual...—dijo pérdida en la lujuria. A diferencia de su sobrina, ella era mucho más sutil en comparación. Luffy se movía salvajemente. En algún punto ella sentia que Luffy lo reducía, salía, entraba, le daba algún número impar de estocadas y nuevamente lo hacía crecer de golpe dentro de ella; lo hacía incluso un poco mas grande.
—¿P-Por que haces e-eso?—pregunto ella con dificultad debido al placer que, como los padres que compran cigarrillos, iba y venia.
—Para más placer—fue su corta respuesta antes de hacerla recargarse sobre sus manos para seguir.

Continuó con las estocadas hasta correrse dentro de ella. Su pene incluso hizo un efecto de vaciado; algo así como cuando vacías un tubo de pasta de dientes de golpe.

Ella cayó, pegando la cara al colchón, el trasero al aire y la semilla de Luffy escurriendo de su vagina; goteando como tubería rota, y bajando en hilos por sus piernas. Atrajo a Rebecca hacia el y le hizo lo mismo para quedar en igualdad. Cuando se corrió dentro de ella, la dejo caer junto a su tía, exactamente de la misma forma que a Viola.

—Ambas están llenas de vida—dijo de forma ambigua. —Pero era terminar con esto, haré esto—ninguna tenía fuerzas para moverse, al menos la cabeza, y ver que tramaba.

El volvió a inflar su mano, pero esta vez, la había recubierto con Haki de armadura. Sonrió sádico y en un movimiento veloz y potente, azotó el trasero de ambas a la vez.

—¡¡LUFFY!!/¡¡LUCY!!—gritaron en unisono al recibir y sentir tremendo impacto directamente en sus partes posteriores.

Las pobres mujeres ya no pudieron más y sus traseros cayeron rendidos, y más rojos que el magma del brazo de Akainu cuando mató a Ace.

Luffy tampoco resistió mucho y cayó entre ellas, agotado, pero feliz.

***

Desde la orilla del puerto, con los ojos nostálgicos y los corazones algo vacios, ambas mujeres veian como el barco de ese hombre se iba por el mar para seguir su marcha. Aún si sus corazones quedaban vacíos, sabían que era lo mejor para Luffy. Debía hacerlo si quería cumplir su sueño.

—Espero poder verte nuevamente en algún día en el futuro, Lucy—dijo ella con añoranza. Viola puso una mano sobre su hombro.
—Se que lo volverás a ver. Tengo fé en eso, y tu también deberías tenerla—le sonrió fraternalmente y ella asintió.

Esto no era un adiós, sino un hasta luego, Lucy.




























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TRminamos.

Hace tiempo un lector me sugirió hacer una historia estilo LuffyX. No lo hice por que no sabía nada de la serie, ni me interesaba en absoluto. Ahora me gusta y se sobre ella considerablemente. La pregunta del millón es: ¿Debería hacerla?.
¿Que opinan ustedes?.

Si.

No.

Sin más que agregar, hasta la próxima.






























Nueva Sección: "Algo que no viste tras..." Princesas #1.

La mañana pintaba bastante bien. Todo era paz y calma. Aun que para Rebecca, no era así. Justo ahora tenía una batalla mortal con... sus bragas.

Au. Au. Au. Au. ¡Auch!—exclamó adolorida al soltar la prenda para que se pegará a su cuerpo. Su dolor era sencillo; debido a la nalgada de Luffy, su trasero, y zonas aledañas a él, quedaron con las carnes muy sensibles. Incluso una brisa suave le hacía sentir fatal. De ahí que vestirse fuera una lucha constante, todos los días. —Valió la pena—era su frase de motivación ante el dolor. Su frase le recordaba que el dolor es efímero, comparado con la noche de placer que tuvo con el. Y además, con el regalo más bello de todos, que dejó en ella. Pero eso es carne de otro taco.

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