Madre e Hija

—Bueno...que sea lo que Mavis quiera—tomo las pastillas en su boca y las paso con agua.

La mujer se vio en el espejo. Aún después de una hija, todavía conservaba su belleza natural; esa con la que había conquistado a su esposo.

Se alzó de hombros y se dirigió a su habitación. Tomo lugar en la cama y cerró los ojos para dormir.......o eso intentó.

—¡Mami! ¡Mami!—exclamaba su pequeña, entrando a la habitación como una salvaje. Además del cabello rosa, magia y ojos jade, la personalidad era algo que habia heredado por su padre.

—¿Que pasa querida?—pregunto ella.

—Mira el dibujo que le hice a Papi—elevo el pedazo de papel en sus manitas; exhibiendo su obra de arte. Algo en Lucy pico.

—Yo podría hacerlo mejor. El me ama más a mi—frunció el ceño al escucharse. ¿Por que lo estaba diciendo?.

—¡Papi me quiere más a mi! ¡No a una señora llena de menopausia y con pechos más grandes que cabeza!—lucy abrió la boca indignada ante los comentarios de su hija. Ella le saco la lengua y salió corriendo de ahí.

—¡Eres mi hija, y de la herencia genética no te salvaras!—le grito desde su cama. ¿Que se creía ella para asegurar eso de SU esposo?.

Esto era la guerra.

/////

La pequeña jugaba con cubos y otros juguetes para pasar el rato. Hoy regresaría su padre de la misión que le había sido encomendada y estaba feliz. Después de 3 semanas, volvería a ver a su querido padre.

—Así es—dijo, dirigiéndose a su muñeca. —¿Que te parece?—le pregunto, mostrándole un "cartel bien elaborado" de bienvenida.

—Eso no impresiona—desde el comer, colocando platos en la mesa, su madre miraba lo que su hija había hecho. —Se escribe con B de burro, e, Y griega—sonrió burlesca. La pequeña bajo el cartel y la miro enfada.

—¿Tu que sabes, madre?—reto inquisidora la nena. Su madre sonrió como respuesta a la mirada que su sangre le mandaba.

—Se que MI esposo adora la comida, y que mejor modo de recibirlo después de un trabajo arduo que con un festín—con su brazo, hizo un movimiento de demostración, revelando varios platillos y postres en la mesa. La pequeña vio todo con ojos de estrellita y baba escurriendo de la comisura de su labio inferior. Subió a la silla y estiro el brazo, recibiendo un azote en la mano de su madre. —Es para mi esposo—aclaro, viéndola con el ceño fruncido. El gesto fue devuelto.

—¿Por que aseguras que esto llamará la atención de Papi mas que ver a su hija?—pregunto entre cerrando sus ojos a modo de sospecha.

—Por que a un hombre se llega por su estómago. Y mi esposo es un claro ejemplo de ello—sonrió orgullosa.

—Igual me quiere más a mi—lucy la vio con los ojos molestos y blancos.

—Me quiere más a mi—aseguro la rubia.

—A mi—la pequeña de cabello rosa y puntas amarillas, visiblemente anaranjadas, no se rendía.

—A mi—.

—A mi—.

—A mi—acerco el rostro.

—A mi—choco la frente con su madre.

Ambas se veían con chispas en los ojos brotando de sus frentes por el choque. Happy veía todo desde su silla, con miedo.

—Estoy feliz, emocionado; pero también asustado—murmuro sudando un par de gotas. Ese par eran como uña y carne si hablamos de carácter.

—¿Que te hace pensar que te quiere más ti?—indagó la pequeña, poniendo un puchero, adorable en ella.

—Por que hemos vivido Miles de aventuras juntos; me ha protegido desde el día en que nos conocimos, y por que, yo puedo darle "servicios especiales, sólo para padres"—.

—¿Y que tienen de increíbles esos "servicios especiales, sólo para padres"?—imitó el gesto de comillas de su madre al repetir lo que dijo la misma.

—Eso fue lo que te trajo al mundo—.

—No entiendo—.

—Ya lo sabrás—.

Ambas giraron la cabeza de maners robótica al oír abrirse la puerta. Era la razón de sus constantes disputas.

—Hija; Luce; estoy tan feliz de...

—¡¡CARIÑO!!/¡¡PAPI!!—gritaron en sincronía. Enseguida que terminaron de decir eso, se lanzaron sobre el peli-rosa. Luna se le subió y aferro en la cabeza, mientras que Lucy lo atrapó por el pecho y abrazo con sus piernas, enterrando la cara en su pecho(imagen multimedia para ser más explícito).

Natsu sólo sonrió y suspiro, dejándose llevar por el pleito que tenían ambas en ese momento. Las dos mujeres de su vida si que lo querían, y se lo demostraban de una manera muuuuuuuuuuy frecuente.
Así son y así las quiere.















































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TRminamos.

Quería sacarlo de mi sistema.

Nada más que decir. Hasta la próxima. 

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