Jugando a las Nalgadas
Se sentía aburrida, y dar click a cada link que veía, no le daba súper diversión. Últimamente se sentía aburrida; después de escribir los libros, nada le daba vida a la vida. En su aburrimiento, y desesperación, empezó a googlear maneras de pasar el tiempo en casa; bajo: "Maneras de pasar el tiempo en los días de aburrimiento siendo soltera y sin nada mejor que hacer"; Y tras rechazar 900 páginas de pornografía, encontró algo que se podía jugar con amigas y amigos por igual. Lo llamaban: "La ruleta del desafío ruso"; consistente en tomar un revolver y llenarlo con papeles, que contengan escritos retos que sólo un ruso podría pensar; por suerte, para ella, conocía a alguien que, aún que sea por la mitad, procedía de Rusia.
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—¿En que puede ayudarla Juvia, Lucy-san?—pregunto la mujer de cabello azul, piel blanca y ropas de invierno estilo ruso.
—Es que encontré un juego en internet donde decía que los retos deben ser escritos por un ruso, así que.....pensé en ti ya que, bueno, tu sabes, eres la única rusa de conozco—explico un tanto temerosa de sonar racista.
—Entiendo—dijo asintiendo levemente en señal de captar sus palabras. —Juvia escribirá los retos, pero Juvia debe saber quién mas participa en el juego—.
—Solo seríamos Levy, tu, si gustas, y yo—.
—Esta bien—dijo la rusa. —Juvia se encargará de los retos para mujeres en específico y las veré en casa de Lucy-san en la tarde—.
—Esta bien, gracias. Nos vamos a divertir esta noche—sin más, se retiró de la casa de la rusa. Ya esperaría hasta la tarde.
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Lucy y Levy esperaban a la rusa; matando el tiempo con pláticas y comida chatarra de paso.
La puerta fue tocada y Lucy atendió, hallando a Juvia vestida de manera casual.
—¿Listas?—pregunto pasando a la residencia. Ambas asintieron. —Aquí están los retos—busco en su bolso hasta encontrar los papeles que escribió y se los entregó a Lucy.
—Muy bien, cuando caiga uno, lo haremos y terminaremos hasta que haya una ganadora por mayoría de tiempo y resistencia, ¿queda claro?—ambas peli-azules asintieron. —Muy bien, veamos que dice la ruleta—.
Le dió vuelta al hogar de las balas y la detuvo al momento de meterla de golpe. Apretó el gatillo y saco el papel que de a poco se asomó por el cañón. Lo abrió y leyó, quedando sorprendida por lo que estaba plasmado en papel.
—¿Jugar a las nalgadas?—pregunto al leer. —¿Las mujeres en Rusia hacen esto? —.
—Juvia a azotado muchos traseros—comento. —Y los traseros de Lucy-san y Levy-san estarán en la lista de Juvia—por inercia, reflejo o instinto, pero, ambas chicas, se cubrieron las nalgas con las manos.
Aún con todo, el trío de chicas se animó a jugar el juego. Las tres jugaron al piedra, papel o tijeras para ver quien sería la que azotaba primero; con Juvia como ganadora. Las tres se quitaron los pantalones; mostrando sus panties: Juvia con unos en el azul igual a su cabello; Levy unos blancos simples, y Lucy unos en negro con moño y detalles rojos. Juvia se sentó en el sillón y Lucy se acomodó sobre sus piernas. Juvia le vio el trasero y lo acarició.
—Lucy-san lo tiene muy grande y suave—haciendo referencia a su trasero. Sin aviso, le dió el azote en las nalgas—. ¡Parece de gelatina!—exclamo asombrada por la consistencia que tenía el trasero de la rubia. —¡Otra vez!—exclamo divertida y volvio a azotar el trasero de Lucy; repetidas veces hasta que se cansó.
A pesar del dolor en sus nalgas, Lucy resistió. Juvia era más fuerte de lo que parecía.
El turno ahora era de Juvia a Levy, obteniendo el mismo resultado, sólo que ella gimió un par de veces.
—¿Es normal que me sienta excitada por los golpes en mi trasero?—pregunto la enana mientras recibia las nalgadas dd Juvia.
—Somos mujeres, así que sí—respondió Juvia.
—Entonces sigue—pidió la peli-azul. Juvia le concedió el deseo.
Ella quedó con las nalgas rojas, pero resistió al asalto. Ahora, era turno de Lucy. Y su víctima era Juvia.
El primer azote y Lucy sintió la perfección encarnada en ese trasero.
—¡Lo tienes mejor que yo!—halago. —¡¿Así lo tienen todas en Rusia!?—.
—Ni te imaginas—respondió.
A ese le siguieron varias nalgadas más hasta que a Lucy se le entumio la mano.
—Juvia se siente excitada—comento poniéndose de pie. —¿Quieren tener una orgía lésbica? Juvia tiene amigas que les encantaría—.
—Tal vez otro día—dijo Lucy sin prestarle mucha atención en realidad. —Tu turno Levy-chan—dijo la rubia, y su amiga la puso en sus piernas.
Levy le dió varias nalgadas a su mejor amiga; disfrutando la sensación de su mano tocando la gelatina que lucy tenía por trasero; decorada con esas panties rosadas con rayas blancas. Le encantaba ver el boing en cada azote que le daba.
La noche transcurrió entre nalgadas, masajes, cosquillas y besos entre las tres amigas, pero todo llegó a su fin cuando cayeron dormidas. A la mañana siguiente Juvia se vistió y volvió a su hogar.
—No hablemos mucho de lo que pasó aquí anoche—sugirió Levy.
—Me parece bien—concordo su mejor amiga.
El trabajo llamaba y siguieron sus vidas normales.
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TRminamos.
Una precuela de: Mejores amigas. Espero que haya sido de su agrado perros, por que se que les encanta el Yuri. Habrá más, así que esperen y lo tendrán.
Sin más que agregar, hasta la próxima.
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