Conejo

Volvió a su hogar con un rostro de pocos amigos y con la mochila siendo arrastrada. La única presente, de momento, en su hogar lo noto y se acercó a él con preocupación.

—¿Se encuentra usted bien, joven Dragneel?—pregunto la sirvienta de cabello plateado al hijo del hombre de la casa.

—Si, estoy bien, Grayfia; sólo muy estresado, así que estaré en mi cuarto para hacer mis deberes—respondió secamente antes de subir a su alcoba y encerrarse para hacer lo que dijo.

Lo vio irse con preocupación. Natsu se exigía demasiado y eso afectaba sobre su estado de ánimo constante. El peli-rosa necesitaba descargar todo su estrés en algo y volver a sonreír como lo hacía de niño. En ese instante, tuvo una idea que la hizo sonreír. En definitiva, esto sería algo que ayudaría a Natsu y que le quitaría un deseo reprimido desde hace mucho.

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Natsu escribía como condenado en su libreta. Se detuvo cuando se le acalambro la mano y soltó el bolígrafo. Se quejó por el dolor y gruño. Su estrés y enojo le resultaban agobiantes, pero debía terminar esto o no habría beca para el extranjero, y enserio deseaba ir a Italia a seguir sus estudios. Antes de poder tomar su útil, tocaron a la puerta. Natsu sabía que era Grayfia, por que no había nadie más, pero de igual modo se levantó y atendió; sufriendo un ataque cardíaco de 3 segundos por lo que había tras su puerta.

—Es hora del servicio especial, joven Dragneel—dijo la sirvienta de manera coqueta. Vestía un disfraz de conejo Playboy en color negro, más unas orejas y medias de semi-transparentes en color negro también.

Natsu no tuvo ni tiempo para decir nada, cuando la sirvienta de la familia puso sus manos sobre su pecho y lo empujo hasta sentarlo en su cama. Se puso de pie y le dejó ver su escultural figura en el erótico traje de conejo, que había adquirido cuando el tenía 10 años. Mentiría si dijera que no tuvo fantasías sexuales con el muchacho peli-rosa; una descarada mentira.
Grayfia empezó a darle un baile erótico; moviendo sus caderas a un ritmo constante y haciendo rebotar sus pechos con giros y saltos en la danza. Se dió media vuelta, se agachó como si fuera a levantar algo y sacudió el trasero a los lados rápidamente; y semejante a la gelatina, Natsu veía el trasero de su sirvienta meneandose de lado a lado. Empezaba a excitarse y eso, sus pantalones lo corroboravan.

—¿Esta excitado, joven Dragneel?—pregunto ella con picardía, poniéndose de rodillas entre sus piernas abiertas.

—S-Si....—murmuro con los ojos cerrados, la cabeza inclinada y las mejillas rojas.

—¿Desea que siga, Joven Dragneel?—pregunto con lujuria, acariciando la erección apenas resaltable en su pantalón.

—Si.....por favor—pidió en un suspiro.

—Lo que usted ordene—tomo sus pantalones y los bajo, junto a sus bóxers y liberando el pene erecto de Natsu, que sintió mucha libertad. —Vaya...No sería justo llamarlo "Amiguito"—dijo ella viendo la erección de Natsu.

Ella engulló todo el pene con su boca. Lo lleno de saliva y luego empezó a lamer desde la base, recorriendo el tronco y besando su punta. Natsu gemía con cada lamida que Grayfia le daba y lo disfrutaba. Mentiría si dijera que no llegó a masturbando pensando en ella; una descarada mentira. Siguió lamiendo hasta que Natsu se corrió en su boca. Ella bebió todo el líquido seminal y miro a Natsu con una sonrisa pervertida, y un pequeño hilo de semen bajando por la comisura de sus labios.
Se puso de pie y se puso sobre sus piernas.

—Mi trasero es sólo suyo, joven Dragneel. Hágame lo que quiera—dijo ella moviendo las piernas levemente.

Natsu, sin saber que hacer exactamente, atino por darle una nalgada leve; gimiendo por el acto. Natsu, incitado por el sonido, siguió los golpes al trasero hasta que noto como las carnes se tornaban rojas. Tras muchos minutos más, ya era hora de lo bueno. Grayfia le quitó la ropa a Natsu y ella se quitó la suya, se recostó en la cama, abrió las piernas e invitó al jóven a explorar sus tierras. Natsu ingreso en ella y comenzó a moverse de adelante hacia atrás durante varios minutos(9) hasta correrse dentro de ella. Natsu, al ser su primera experiencia sexual, quedó muy agotado y sudado; Grayfia, por otro lado, aún tenia mucha energía. Fue en busca de ciertos objetos y al volver, esposo de muñecas y tobillos a Natsu para violarlo sin fin hasta que se acabará su energía.

—G-Grayfia...—expreso asustado y sorprendido.

—Vamos a seguir, Natsu-sama—dijo ella con lujuria.

Y durante toda la noche, lo único audible en la mansión, eran gemidos, gruñidos, súplicas y jadeos de un par de amantes prohibidos.

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—Aquí tiene maestra, todo en orden y lugar—declaró Natsu con una sonrisa y mucha energía.

—Vaya, muy bien, joven Dragneel, y debo decir que, lo veo con mucho ánimo esta mañana. ¿Paso algo en especial?—pregunto curiosa la maestra.

—Nada, nada; sólo un humor matutino; sólo eso—respondió volviendo a su asiento.

Definitivamente, todo su estrés se había ido por completo.








































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TRminamos.

No se ustedes, pero a mi me ha dejado abrumado la velocidad con la que la historia ha obtenido popularidad. ¿Han visto los Rankings? Realmente no lo esperaba tan rápido. Sin más que agregar, hasta la próxima.

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