Cita en línea
—¿Estas seguro de esto, erza?—pregunto la peli-roja mayor, sentada frente a una computadora.
—Claro—aseguro la pelirroja mas jóven. —Las citas en línea son la solución rápida para las personas desesperadas que......—su madre le daba una mirada matadora que la asustó. —Aceptalo mamá; ya tienes 50 años y no has estado en el rodeo desde tu divorcio—su madre bufó; señal de que le daba la razón.
—¿Así conociste a ese tal Jellal?—erza se sonrojo.
—El punto es que aquí podrás conocer a alguien para variar—dio el "click" final, que daba por concluida la forma de datos y el inicio de un nuevo perfil en la página. —Ahora sólo debes esperar a que las respuestas e invitaciones lleguen—.
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—Esto fue mejor de lo que pensé, ¿sabes?—comento erza, mirando las 123, 789 visitas e invitaciones en el perfil de su madre.
—Me recuerda a la casa—dijo Irene bebiendo un té.
—La gran mayoría son muy guapos—dijo asombrada, viendo las fotos de quienes visitaron el perfil. —Si así fue tu juventud, y viendo a papá, ¿Por que lo elegiste a él?—.
—Fue el único que no busco por sexo—respondió sincera. —Hasta eso, el fue muy atento conmigo, y.....supongo que al final cedí—se alzó de hombros y dio otro sorbo a la taza.
—En fin......—comento. —¿Que tal.......Silver_Fullbuster89?—pregunto viendo la foto del hombre de mediana edad con barba de unos días.
—Es guapo......pero no parece mi tipo. Me gustan más........ extravagantes—informo la pelirroja mayor.
Pasaron las siguientes 4 horas de sus vidas revisando perfiles y datos; siempre cayendo todos en la misma respuesta: No.
—Esos eran todos—puntualizó la hija. —Sera mejor que....
—Mira, otro—señalo la madre al ver otra notificación.
—A ver...—alargo la expresión, a la vez que estaba viendo el perfil del recién llegado. —Este se oye interesante: 24 años de edad, dedicado al comercio y....
—Mira que guapo—enseguida se pegó a la pantalla, quitando a su hija. —Mira esos ojos....esas facciones, y...¡oh por Dios! ¡Mira ese cabello! ¡Eso si es extravagante!—exclamó emocionada, viendo el cabello rosado de Verano_X777 en la pantalla.
—Entonces.......
—Sera con el—declaro. —Consigue que nos veamos. Es un buen partido—pidió. Se levantó de su silla y desapareció de la habitación. Erza miraba por donde se había ido.
—No me gustaría que mi padrastro tuviera mi edad—se dijo a si misma.
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Con todas las preparaciones hechas y el galán asegurado, Irene sólo necesitaba la ropa adecuada. Para ello, eligió un conjunto de lencería negra con detalles en verde menta; sólo por si las dudas; un vestido corto y ajustado, que hacia contraste con su piel, tan fina y blanca, con un escote en forma de corazón y otro en la espalda, también en forma de corazón; de un precioso color azabache brillante.
Debía verse bella para su vuelta al juego. En especial con un joven semental como lo era su cita.
—Muy bien, todo está listo. Nos vemos hija; no me esperes despierta—sin más, desapareció por la puerta principal de su hogar. Erza alzó su ceja.
—Esto terminara con resultados sexuales—concluyo.
/////
I
rene ingreso dentro del elegante restaurant; buscando inmediatamente a su cita con la mirada. Con un color de cabello tan extravagante como lo era el de ese apuesto joven, no se demoró mucho tiempo para hallarlo en su mesa. A pasos lentos pero deseosos se acercó hasta la mesa del galán.
—Hola, buenas noches. Se ve preciosa, Irene-san—dijo el peli-rosa. Se levantó y corrió la silla de su cita. Cuando tomo asiento, su cita le ofreció un clavel en un precioso color vino. Ella lo tomo encantando y con un sonrojo en sus mejillas.
—Eres muy caballeroso....
—Natsu, Natsu Dragneel—se presento formalmente. Tomo su asiento frente a ella.
—Es un nombre muy lindo—halago Irene. —Casi tanto como tú—aseguro cruzando sus dedos con los codos en la mesa y colocando el mentón sobre ellos.
—Le agradezco sus cumplidos, Irene-san—dijo Natsu. —Usted también es, una mujer sumamente encantadora y bien distinguida—halago. —Seria un placer decir que es usted, el color escarlata mas bello que mis ojos han contemplado—sonrió. Ella sintió que se derretia sólo con ver esa sonrisa.
Toda la velada fue mágica y llena de clase. Hablaron de sus profesiones, la vida, trivialidades; sobre erza, la hija de Irene. Natsu respondía a todo con un aire sofisticado y muy maduro para la edad que tenía. No es que 25 años no sea una edad para alcanzar la madurez, pero, ciertamente, sólo se empieza a tener ese aire sofisticado cuando llegas a la edad mayor. Unos 30 o 40 años es un buen arranque.
La noche llegó a su fin; igual que la cita. La pareja en cita caminaba por la acera, hacia el hogar del peli-rosa.
—Fue una velada encantadora—dijo Irene caminando al lado de Natsu.
—No se puede compara con sus encantos, Irene-san—halago. La pelirroja se sonrojó nuevamente. —Es una linda noche—comento Natsu.
—Ciertamente—concordo Irene. —Aun que empieza a hacer algo de frío—comento. Sobó su brazo en señal de necesitar calor. Natsu, como buen caballero, se quitó su saco para colocarlo sobre los hombros de Irene. —Gracias, que tierno—respondió ante el gesto.
—Ya estamos a una calle de mi residencia—informo. —Una vez ahí podríamos.....disipar los rastros del frío—susurro en su oído; incitando a la pasión para hacer acto de presencia.
—Me parece excelente—le respondió alegre.
Tomándolo de la mano, aceleraron su paso al hogar del peli-rosa.
Una vez que llegaron e ingresaron, no esperaron a nada ni nadie; comenzando a desvestirse mutuamente, con dirección al dormitorio del dueño. Para cuando llegaron, Irene sólo vestía sus medias negras, mientras Natsu, sólo llevaba sus bóxers.
La recostó en la cama, subiendo sobre ella sin llegar a aplastarla. Su mano se posicionó en su intimidad; iniciando movimientos de abajo a arriba con si dedo corazón, acariciando la entrada, provocándole cosquillas. Irene reia ligeramente. No quería estallar en risas, por que sentía que podría herir su ego y terminar la velada. Eso no.
—Ah...—gimió débilmente cuando sintió su clitoris ser presionado. —¡Ah!—de gemidos débiles a un grito fuerte, fue el cambio radical, cuando sintió dos dedos en su interior; gritando nuevamente cuando sintió que empezaban a dar estocadas en ella. —¡Ah~!....Si.....¡sigue! ¡no te detengas! has que me derrita—decía/gritaba entre la excitación, la desesperación y la ira cuando sentía los dedos invasores de Natsu subir o bajar la intensidad. Sintió otro ingresar y, nuevamente, las estocadas se hicieron presentes.
Al mismo tiempo que su mano se hacía cargo de la vagina, la otra amasaba un seno a la vez; tomando los pezones y girandolos en todas direcciones, estirandolos y pellizcandolos; provocando en Irene gemidos, que pasaban a jadeos, que pasaban a gritos desenfrenados. Finalmente, el clímax llegó, con Irene corriéndose en un extasiante y ardiente orgasmo; sellado con un grito de placer.
—Que bueno que te divirtieras, por que ahora, te toca complacerme a mi—ordeno con voz seductora. Se sentó en la cama e Irene, como pudo, se acercó a él; despojandolo de su única prenda, para ver así al miembro viril de su cita; el cual, no estaba nada mal.
—Es lindo—comento. —Veamos cuán resistente es—sin otra palabra que decir, engulló el falo con toda su boca; dejando una parte de la base fuera. A Natsu casi se le salen los ojos por eso.
—Fascinante...—empezaba a perderse en el placer que le estaba dando esa mujer.
Su lengua recorría todo lo que alcanzaba; dando lamidas suaves en la punta con el único fin de estimularlo como jamás lo han estimulado.
Pasados unos minutos de sexo oral, término por llenar su boca con su semilla. Tras ingerir todo el líquido seminal, ambos se recostaron en la cama. Natsu debajo e Irene arriba, cabalgandolo atrevida mente; dando salto y gritando suciedades por el inmenso placer que le proporcionaba aquellas estocadas auto-inflingidas para su beneficio.
Las tornas cambiaron, dando lugar a Natsu encima; penetrando fuertemente, lamiendo sus senos, su cuello, su abdomen y besándola lujuriosa y suciamente; excitando a su lívido con cada gemido y grito que su cita soltaba. Las piernas de Irene pasaron a posicionarse sobre sus hombres; aumentando así la profundidad. Pasando lo que debía pasar, Natsu lleno a Irene con toda su semilla, derramada sin cuidado alguno, y recordando de golpe que existían los condones; pero no era tiempo para pensar en eso.
Natsu se recostó; cansado y agitado por la acción, siendo imitado por Irene con las mismas acciones: Jadear y limpiar el sudor de sus rostros.
—¿Desea quedarse aquí por lo que resta de la noche, o prefiere que la envié a su hogar en un taxi? Erza debe estar preocupada—pregunto cortésmente, pasando a avisar.
—Ya tiene 24 años y un novio; que madure—como pudo, se acurrucó en el pecho del peli-rosa, haciendo círculos en el con su dedo. —Pasara aquí la noche, bajo el cobijo de un lindo caballero—un último beso en la mejilla y cerró los ojos, durmiendo casi enseguida.
Natsu sonrió, la abrazo más y la siguió al mundo de los sueños.
Su mundo sería invadido por ella, y viceversa.
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TRminamos.
A la votación, por que no tengo nada que decir:
Erza.
Ultear.
Meredy.
Mirajane.
Hisui.
Sin más que decir, hasta la próxima.
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