Lo había captado todo; desde el abrazo, hasta el momento donde ella lo había besado de manera francesa. Todo estaba captado en cámara.

—Listo—dijo la infante peli-azul.

—Borra eso de inmediato—ordeno el peli-rosa con una voz autoritaria.

—No—respondió bromista. —Esto es sólo el inicio, Natsu-nii—aseguro coqueta.

—¿Crees que voy a caer ante tu chantaje?—cuestiono desafiante.

—Es tu palabra contra la de una niña de 13 años—resalto. —Una niña que puede hacer esto:...—dirigió sus manos a su rostro; empezando a sollozar. —..fue tan malo conmigo......fue un animal......me....me....¡Waaaaaa!—empezo a llorar sin consuelo. Natsu la vio con los ojos blancos. Ella se detuvo y lo miro con una sonrisa triunfante. —¿Crees que puedes ganar?—pregunto arrogante.

—¿Como puede algo tan tierno como tú, estar tan lleno de maldad y embusteria?—pregunto como respuesta.

—El internet y esos violentos videojuegos, Natsu-nii—respondió simple. —Ahora, hay que ver los detalles de tu contrato—.

—¿De que hablas?—.

—Seras mi perra—concluyo arrogante.

—Eso no pasará—aseguro Natsu.

—Díselo a las autoridades—natsu frunció el ceño. —¿Accedes?—nuevamente, pregunto arrogante. Natsu frunció su ceño, claramente molesto.

—Aceptó—respondió sin más remedio. —Pero debes borrar las fotos y vídeos—.

—Claro—respondió sonriente. —Ahora ven, quiero un helado—sonrió tan inocente, y ofreció su mano a Natsu. El la tomo; tomando dirección al centro comercial.

Aquí iniciaba el infierno.

/////

Wendy usaba a Natsu como una gata de limpieza; también como su juguete favorito. Vestido con un traje de baño escolar japonés; adornado con orejas y cola de gato. Le limpiaba los pies, hacia su tarea, la alimentaba, la vestía, y por si fuera poco, y pecaminoso, la besaba; de manera francesa cuando ella quería. Básicamente, Natsu era el esclavo de ella. Cayó en sus redes y ahora, la araña se lo comía lenta y dolorosamente.

—Dame un masaje—ordeno la niña.

—Enseguida—dijo resignado.

—Mi tarea. Toca fracciones esta vez—sin cuidado, dejo caer sus libros sobre el abdomen de Natsu, que descansaba en el sillón.

—¿Cual te gusta más?—le pregunto a Natsu, cargando dos piezas de ropa.

—Ambas son lindas—respondió resignado.

—Entonces me los llevo—dijo apegando ambas a si misma. —A pagar, rápido—ordeno antes de dirigirse a la caja dando saltitos de alegría. Natsu suspiro resignado.

Ese era el día a día de Natsu con Wendy Marvel; la maldad personificada.

No obstante, todo eso era sólo era la punta del iceberg del chantaje de la Loli llena de maldad hasta la médula.

—Oye—.

—¿Si, Wendy-sama?—debía llamarla así. Sólo para inflar su ego maligno.

—Lo estuve pensando y creo que ya has sufrido suficiente humillación; sólo te pediré que hagas una última tarea y seras libre—aseguro la pequeña. Natsu sintió el más grande alivio de su vida.

—¿Que tengo que hacer?—.

—Quitarme la virginidad—y toda el alivio se convirtió en miedo y alteración en sólo un instante.

—Esta bien—accedió resignado.

Iniciaron con besos de labios, donde la infante metía su lengua en la boca de Natsu, quitándole todo el aire de la boca a cada beso que se daban. Poco a poco fueron desvistiendose hasta quedar ambos en ropa interior; el simplemente un boxer negro y ella con ropa interior de las princesas de Disney. Le retiró las panties y con un extremo cuidado, ingreso su miembro viril dentro de su pequeña intimidad; topandose casi de inmediato con la Barrera que demostraba su virginidad, y atravesando la misma en el acto. Durante otros diez minutos, siguieron con su acto de copulación pedofilica; con ella en 4 patas de paso. Una vez terminado el acto, Natsu se dió una ducha con agua más fría que el hielo del Everest y mucho desinfectante, para lavar su pene. Cuando salió, se encontró a una sonriente Wendy que lo veía con amor y deseo.

—¿Te gusto?—pregunto; con una respuesta única a todo lo que hacía con ella.

—Me encantó, y lo haría de nuevo—fue su forzada respuesta.

—Bien. Ya puedes irte, eres libre; me he encargado de borrar todas las fotos y los vídeos al respecto—aseguro, con un aura angelical rodeandola.

—Bien, gracias. Adiós.....loca—murmuro lo último más para si mismo.

/////

La puerta sonó; indicativo de que alguien llamaba.

—Yo abro—la madre de Natsu, se acercó a la puerta y al abrirla, varios oficiales de la ley ingresaron en busca de algo..o de alguien.

—¡¿Que sucede!?—grito Igneel, el padre de Natsu.

—Venimos por Natsu Dragneel; queda bajo arrestó por abusar de una menor de edad—ambos padres se quedaron fríos al oír semejantes cargos.

—Es tonto, pero jamás haría algo así—aseguro el hombre de la casa.

—¡Pues deberían pensarlo mejor!—molesta e indignada, la madre de Wendy entro por la puerta, con su hija abrazada a ella, como si tuviera miedo.

—¡Esperen...Yo no hice nada de eso!—forcejeando, Natsu trataba de razonar con los oficiales.

—Si claro...la pequeña ya ha declarado y tu, la violaste—aseguro uno de los oficiales que lo retenian.

—Así es..-snif-...—con lágrimas de cocodrilo, intentaba relatar. —E-El.....fue tan malo y tan.....violento...me amenazó, me tocó por lugares que me dolieron mucho.....—rompió en llanto, abrazándose fuertemente a su madre y escondió su rostro entre sus prendas.

Los oficiales se llevaron a un estupefacto Natsu, que no cabía en su shock. Esa maldita mocosa lo había traicionado. No cabía en su ira; que fue tanta que, como pudo, se liberó de los oficiales que lo retenian, corrió hasta Wendy y la tomo por los hombros, obligándola a mirarlo a los ojos.

—Me traicionaste—le dijo furioso. —Me engañaste, dijiste que borraste fotos y vídeos—.

—Lo hice—le susurró maligna. —Pero no dije que borraria las grabaciones de audio—dijo con aún más maldad. Natsu quedó frío al oír eso. —Necesitas ser más precavido con los detalles, Nat-su-nii—sugirió con soberbia y  la pequeña sonrisa en su rostro, era la cereza del pastel.

Uno de los oficiales golpeó a Natsu en la cabeza con su garrote y se lo llevaron. La madre de Wendy la abrazo e intentó calmarla.

—Tranquila hija, ya todo paso. Ese chico malo ya no te hará nada—le aseguro con una voz compasiva.

—Gracias—la abrazo fuertemente. Tras el abrazo, la sonrisa que adornaba el rostro de Wendy, era la de una sucubo; engañosa y peligrosa. Mejor no meterte con ella.

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TRminamos.

Nada que decir, mas que: Quería sacarlo de mi sistema. Sin más que agregar, hasta la próxima.