AU: La familia Dragneel (4)

Capítulo 4: Una revelación contundente.

I

Ambos bajaron sus tenedores y limpiaron los restos que pudieran quedar de sus bocas usando servilletas.
La primera en tomar la palabra fue Umi, quien, con los ojos brillantes, miraba a Luke.

—Luke-sama, eso estuvo realmente delicioso —halago la chica de cabello negro—. Tienes mucho talento para la gastronomía.

—Hago lo mejor que puedo —contestó apenado, rascándose la nuca—. Supongo que si tengo suerte podre estudiar en una escuela gastronómica.

—Se que lo harás —se puso de pie y rápidamente tomó una de las manos de Luke entre las dos suyas—. Yo y todos creemos que Luke-sama será un gran chef algún día. Siempre estaré ahí para apoyarte, Luke-sama.

—Gracias. Tus palabras de verdad me halagan —sonrió de manera amistosa, ligeramente sonrojado por las palabras de su mejor amiga.

—"Es ahora o nunca. Vamos Umi, ¡con huevos!" —pensó más que determinada. Este era EL momento—. Luke-sama...

—¿Si?

Las mejillas del rubio estallaron en rubor y sus ojos se abrieron de par de par hasta casi salirse de las cuencas.
Los labios de Umi, conectados a los suyos en lo único que se puede describir como un beso, sabían fríos. Pero no era algo desagradable, sino todo lo contrario: Era un sabor dulce y frío a la vez.

Podía ver el rostro de su amiga: También estaba sonrojada y con ambos ojos fuertemente cerrados y sus brazos sosteniendo sus manos sobre las rodillas.

Al separarse tomó mucho aire, el suficiente luego de un beso largo, pero no levantó la cara. Ahora mismo el corazón de la chica latía a diez mil por hora, sus mejillas no bajaban de un rojo intenso y sentía unas inmensas ganas de llorar.

—Luke-sama, perdóneme. No se que me sucedió, yo solo... Estaba...

—Umi.

Lejos de estar molesto o aturdido, Luke sentía la necesidad de más.
Sujeto el rostro de Umi entre sus manos, la hizo levantar la mirada y volvió a besarla.
Umi se pasmo unos segundos, pero correspondió gustosamente.
Para estar más cómodos, Umi se sentó en el regazo de Luke. Se acomodó de tal forma que se podía crear un poco de fricción entre sus intimidades. Los brazos de ella rodearon su cuello mientras sus manos jugaban con su cabello de mechones rebeldes; Luke, por el otro lado, puso las manos en su amplia cadera e hizo más intenso el beso. Cada lengua luchaba su propia batalla mientras ambos jóvenes se fundian en su propio universo de amor y placer.

Pero todo lo bueno tiene un final.
Y este final venía en forma de algo muy malo para el rubio.

—¿Eh...?

Cayó sobre su espalda, y sobre el respaldo de la silla, súbitamente. Sus ojos miraban hacia arriba y veían a Umi flotando, con un rostro igualmente confundido como el suyo.

—Sabía que eras igual de cabrón que el idiota de tu padre —dijo Gray Fullbuster, el padre de la casa, mirando mal a Luke.

Sostenía a Umi con una mano, mientras que usando su pie previamente rompió una de las patas de la silla y dejo a Luke comprobar lo bien que sabía el suelo.

Apartó a Umi y levantó a Luke. No lo hizo violentamente, ni tampoco parecía estar hecho una furia. Aún que si se notaba su molestia natural como progenitor de la chica.
Llevó al rubio hasta la puerta y ya una vez allí, le dio las palabras.

—No te prohibo ver a mi hija —aclaró seriamente—. Pero será mejor que mires por donde estas pisando, Dragneel. Ya conozco a tu padre muy bien; nada de lo que hagas tú podrá pasar por debajo de mi radar. ¿Te quedó claro?

—S-Si, señor Fullbuster —respondió Luke, temblando de miedo. El tío Gray, como solía decir su padre, podía dar mucho miedo si se lo proponía.
Jamás al mismo nivel que Erza (era imposible), pero si que te haría temblar.

—De acuerdo. Ahora a tu casa, niño —ordenó, y sin esperar respuesta cerró la puerta en la cara del chico.

Gray, ya dentro, volteó a ver a su hija, quien simplemente jugaba con uno de sus mechones ondulados con indiferencia, como si no hubiera nada de malo en lo que estaba haciendo (y de cierta manera no lo había).

—¿Esta es la parte donde me explicas que estabas haciendo? —preguntó seriamente, caminando hasta quedar frente a frente con su hija.

—Me temo que no —respondió Umi—. Escucha, agradezco tu preocupación, en serio, pero ya soy mayor y soy libre de elegir tanto quien me gusta como a quien quiero besar. No hay más misterio.

—Oye, ¿a donde vas? —indagó cuando Umi paso a un lado suyo, dirigiéndose a la puerta.

—Voy a salir con mis amigas. Vuelvo más tarde —y sin más, se fue.

—Esa niña...

—Debería calmarse, Gray-sama —sugirió Juvia, la bella esposa y señora Fullbuster—. Tanto estrés no es bueno para su salud. Además, Umi-chan tiene razón, ya es lo bastante mayor para elegir sus amores. Umi-chan le recuerda a Juvia cuando Juvia era joven. El padre de Juvia tampoco aprobaba a Gray-sama por ser un engreído, arrogante y mujeriego —empezó a hablar, sonrojandose ligeramente al recordar sus tiempos de juventud junto al que ahora era su esposo y padre de sus 3 hijos.

—No era mujeriego —se defendió—. Solamente tenía muchas chicas detrás de mi.

—En fin —suspiro finalmente—, es mejor darnos prisa. Juvia no quiere llegar tarde a la reunión. Juvia se muere por saber cual será el anuncio que daran Wendy y Romeo-san.

II

—¿Listo para perder?

—En tus sueños.

Ambos niños rubios sonrieron con emoción y desafío al tener delante de ellos la pantalla plana de su hermano mayor y una consola de videojuegos, por ahora solo para ellos.

Nash e Igneel eran el equivalente al Batman y Robin de la vida real: Hacían casi todo juntos, siempre andaban buscando algo divertido que hacer y la rivalidad entre ambos nunca estaba fuera.

Sin embargo, su pequeño mundo de alegría infantil fue cruelmente destruido por ese tipo al que llamaban "papá".

—Escuchen... Su madre y yo saldremos a una reunión solo para adultos. Mientras no estamos alguien se hará cargo de ustedes y de Layla, así que hagan caso, se portan bien y nada de travesuras estúpidas o los meteré en la secadora junto a la ropa. ¿Quedó claro, hijos de mi?

—Si, papá —contestaron sin ánimo, al mismo tiempo.

—Excelente —dijo Natsu, sonriendo—. Y no se preocupen, les conseguí una buena niñera. Es muy responsable y le encantan los niños. Se que los dejo en buenas manos.

Los tres Dragneel viajaron hasta la puerta principal. Estaba siendo tocada, quizás por la persona que haría de niñera esta noche.

—Chicos, les presento a su niñera de esta noche: La hija menor de Rogue y Kagura —abrió la puerta, revelando lo que había detrás de ella—. Eiryu Cheney.

Ambos niños abrieron los ojos hasta donde sus cuencas pudieron soportar. La chica delante de ellos era una belleza sin igual para sus ojos.
Era alta, cabello negro y largo atado en una cola de caballo, piel blanca, ojos rojos, usaba gafas y un conjunto de ropa negra que iba de una blusa de tirante y una falda, junto a unas medias hasta la rodilla y converse negras con cintas blancas.

—Bien, entonces quedamos en que serán 1000 yenes por hora; la televisión y el refrigerador están a tu disposición y si estos dos te dan problemas mayores, puedes llamarme sin ningún problema. Confío en ti para esta tarea.

—No se preocupe, señor Dragneel. Cuidare bien de sus hijos. Disfrute su reunión.

Una vez aclarados todos los puntos, Natsu subió al auto, donde la esperaba Lucy, y partieron a la reunión en la que habían quedado con todos sus amigos.

—¿Ustedes tienen una hermanita, cierto? —preguntó Eiryu, cerrando con seguro la puerta detrás de ella.

—Así es —contestó Igneel—. Pero duerme mucho, así que no creo que te de muchos problemas.

—Simplemente excelente —murmuró para sí misma, con cierto dejé malicioso.

III

—Bueno chicos, la razón por la que los hemos reunido aquí hoy es por que... Por que... —de repente bajo la mirada con las mejillas rojas y la cara llena de vergüenza. Podías incluso ver el humo que le salía de las orejas.

Todos quedaron con expresiones confundidas y voltearon a ver a la otra mitad de la pareja anfitriona de esta velada.

—Lo que Romeo-kun intenta decir es que... —a ella también le daba mucha vergüenza, pero debía ser firme—. Estoy embarazada. Tengo 2 semanas.

Al principio hubo un largo y eterno silencio que parecía aplastar a todos. Pero después fue desplazado por una secuencia de gritos estrepitosos que no expresaban otra cosa más que alegría pura.

Nadie lo podía creer.

—¡Felicidades, Wendy! —se apresuró a decir Erza—. Ya veras que ser mamá es una labor muy satisfactoria.

—Estamos felices por ti —dijo Levy—. Todas sabemos que serás una gran mamá.

Y mientras las mujeres expresaban su cariño y apoyo a la nueva ingresada en el circulo de las mamás, los hombres, conociendo a Romeo, se encargaban de joderlo al decirle lo bien que lo había hecho, que tenía una gran puntería, que era todo un tigre, etc, etc, etc.

Aquí iniciaba una nueva etapa en la vida conjunta del matrimonio más joven en el circulo. Esto iba a ser genial.













































































































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Tengo una vida, no voy a disculparme por eso.

¡Gracias por el tiempo de tu vida y hasta el próximo capítulo, lector promedio!

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