Natsu no era popular. Ni por asomo. Se le dificultaba mucho la socialización y era pésimo para hablar en público. Además, las mujeres lo hallaban desagradable.

Con suerte tenía uno o dos amigos. Pero eso si, era alguien muy listo, dedicado y comprometido.
Lástima que en la era actual nadie valorará esas virtudes.

***

Otro día más para Natsu.
Para su buena suerte no era un blanco de abuso, pero a este paso no tardaría en serlo.

Se hallaba caminando a la biblioteca, con su almuerzo y un par de libros entre sus brazos. Bien agarrados.

—Que agradable —susurró en un suspiro de alivio y placer. Cuanto amaba ese lugar. Era su santuario. Rodeado de los libros y todo el conocimiento que contenían se sentía seguro.

Un pequeño sonido logró llamar su atención. Cuando levantó la mirada pudo ver cómo una chica, de cabello blanco, batallaba para alcanzar un libro de una de las repisas superiores.

Natsu, que era un chico muy amable, se levantó de la silla, fue hasta ella y alcanzó el libro para después entregárselo e irse lo más rápido que pudiera.

—Oye, tranquilo —dijo ella alcanzando a Natsu y posando su mano sobre su hombro—. No muerdo, ¿Sabes?. ¿Cual es la prisa?

—L-Lo siento... —se disculpó tímidamente.

—Gracias por ayudarme. Eres muy amable —dijo ella, dándole una encantadora sonrisa al chico peli-rosado—. ¿Cual es tu nombre?

—N-Natsu...

—Significa verano, que lindo —comentó—. Yo soy Mirajane Strauss. Mucho gusto, Natsu-kun.

Estrecharon manos y luego de un pequeño intercambio de números, Mirajane volvió a sus propias actividades personales. Natsu se despidió con la mano y suspiró aliviado. No recordaba cuando se había sentido así de nervioso.

—¿Estas bien, Natsu? —preguntó una voz femenina detrás suya.

—¿Eh? Ah, Levy, no, no es nada. Sólo ayudaba a alguien —respondió/explicó a su única amiga mujer, Levy McGarden.

Levy era una chica pequeña y adorable, de cabello azul y ojos marrones. Además, era una auténtica ratona de biblioteca igual o hasta más grande que Natsu. Y era justamente por eso que ambos podían congeniar tan bien.

Se sentaron en la mesa y comenzaron a comer. Entre tanto, Natsu le contó lo sucedido a Levy.

—Menuda locura. ¿Como es que no te desmayaste? —expresó sin escatimar en perplejidad.

—Yo tampoco lo sé —admitió riendo con nervios—. Pero no te preocupes, dudo que vuelva a suceder.

Mirajane Strauss, la vicepresidenta del consejo estudiantil, estrella del club de vóleibol y una potencial modelo de talla mundial. Justamente por eso era tan impresionante que alguien tan popular como ella se detuviera a hablar con un cero a la izquierda como Natsu.

Luego de que terminará el receso, y las clases posteriormente, Natsu caminaba de regreso a su hogar.

Todo normal, hasta que se topó con "esa" persona. O mas bien, ella se topó con el.

—¡Natsu-kun! —lo llamó a la vez que corría hasta alcanzarlo.

—¡M-M-Mirajane-san! —pronunció nervioso. Un sonrojo subió a sus mejillas y el cuerpo le comenzó a temblar.

—No seas tan formal, Natsu-kun. Llámame Mira-chan —dijo ella, sonriendo de ese modo tan encantador y propio de ella.

—E-Esta bien... M-Mira-chan... —logró articular. Dios, la pena y los nervios lo estaban matando.

—Eso esta mejor —dijo—. Ahora, ¿Que tal si volvemos a casa juntos?

No respondió. Ni siquiera tuvo la oportunidad de hacerlo. Mirajane lo tomó de la mano y ambos se alejaron de allí para empezar a caminar en dirección al hogar de la chica.

***

—Ya llegue —avisó Natsu mientras ingresaba a su hogar.

Como de costumbre, su padre no estaba. Seguramente salió a otra junta o a algún festival extraño. Sólo Dios sabe cual era.

Se acercó a la mesa y halló dinero, suficiente para al menos un mes o dos si era bien gestionado. Rápidamente supo que su padre, de nuevo, se había ido de vacaciones locas al culo del mundo, sino es que más lejos.

—¿Que se le va a hacer? —cuestionó con decepción y resignación.

Luego de dejar a Mirajane en su hogar, el volvió al suyo.
Aprendió que Mirajane era una persona agradable, pues durante el trayecto conversaron de modo ameno y agradable.

Ingresó a su alcoba y atendió los deberes del hogar hasta caer la noche.
Ahora mismo estaba en su celular, conversando con Levy sobre temas triviales.

O al menos así era... Hasta que un mensaje llegó al celular de Natsu y notificaciones se hizo cargo de hacérselo saber.

—¿Mm'? —expresó notablemente confundido—. ¿Quien podrá ser?

Abrió la conversación en que el mensaje descansaba, y dicho mensaje decía: "Buenas noches, Natsu-kun".

Ya había memorizado el número y se trataba de Mirajane.
Y estaba claro que no comprendía las razones para haberle enviado dicho texto.

—Debo estar alucinando cosas —se dijo a si mismo, tratando de convencerse sobre la locura que era todo el asunto.

Pero si creía que ahora era una locura... No tenía ni idea de lo que el futuro le deparaba.

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Originalmente iba a ser un One-shot sencillo, pero a la par que lo escribía me di cuenta del potencial que podía tener a largo plazo y es así que nace esto.

También tenía pensado volver el One-shot "Dragon's Paradise" un AU. ¿Ustedes que dicen?.

¡Gracias por el tiempo de tu vida y hasta el próximo capítulo, compadre!.