AU: El navío del Rey Dragón (4)

Agrh' ¡Natsu! —gritó la pequeña rubia con euforia.

—Lo lamento —se disculpó—. No esperaba que nuestro reencuentro fuese de este modo.

—Que extraño... —musitó ella con cierta chispa alegre y retórica en la voz—. Yo no lo imaginé de otro modo.

—Je' —esta vez se lo concedía. Tenía razón.

Rompió las cadenas con facilidad y cargo a la pequeña hada sobre su hombro.

—Minerva —llamó en voz alta.

—Hai —respondió una voz en su cabeza.

El cuerpo de Mavis desapareció en una esfera de colores sólo unos instantes después.

Natsu se sacudió las manos y soltó una pequeña carcajada. Sabía que Mavis se iba a enojar por dejarla fuera. Pero era lo mejor por ahora.
No quería que viera que el dolor y sufrimiento ajeno lo divertía.

—No quiero que conozcas ese lado mío. Se que viste algo peor... Pero esta vez no tendría justificante —habló con pesadez para si mismo.

Entrelazo todos sus dedos e hizo tronarlos al mismo tiempo. Siguió con su cuello y caminó hasta la puerta del calabozo en que estaba metido.

***

—¿Como estará haciéndolo? Más le vale haber conseguido la información —decía Jeremy notablemente molesto.
Este se hallaba cruzado de brazos y recargado en una de las paredes dentro del lugar.

—No lo presiones —pidió Mary, una niña de pelo rosado y ojos con estrellas, amablemente—. El sabe lo que hace.

—Lo dudo —objetó el rubio.

—Hay que confiar —agregó un sujeto vestido de negro y con piezas de armadura cicople sobre su ropa—. La confianza es un punto clave en el trabajo de equipo.

—Concuerdo —apoyó un niño extraño, acariciando un muñeco—. Sin confianza, sólo somos cavernícolas que comen lodo.

—Tsk' —chasqueo.

El capitán de la tripulación, Arlock, únicamente se limitaba a escuchar las discusiones de sus tripulantes. No tenía nada que decir, ni a favor ni en contra. El simplemente esperaba resultados lo más rápido posible.

Toc, Toc, Toc

—Debe ser el —aseguró el menor de todos. Rápidamente se puso de pie y, sin dejar de acariciar al muñeco, caminó hacia la puerta para abrirla—. ¿Ves? Si confiamos en nuestros compañeros, entonces podemos–

La puerta de metal, junto al cuerpo del mocoso espeluznante ese, salió volando envuelta en humo hasta detenerse dentro de una pared.

—Oh, vaya... —musitó Mary, falsamente preocupada—. Que tragedia.

Natsu salió de entre el humo con una expresión de pocos amigos y un puño imbuido hasta el codo en llamas.

El primero en responder a la agresión fue el cíclope. Su ojo brilló un destello rojo, y cuando estaba a punto de atacar, Natsu apareció delante suya y conectó un apabullante puñetazo en su rostro. Las piezas metálicas sobre su rostro se llenaron de grietas, luego se rompieron y, finalmente, su cuerpo fue proyectado contra el mismo muro donde descansaba la puerta, haciéndola añicos en el proceso de impacto.

—¿¡Quien demonios es este tipo!? —gritó Jeremy a la vez que desenvainaba su espada—. ¡Muere!

El corte que este lanzó fue parado por Natsu, usando los dientes.

—¿¡Acaso eres idiota!? ¡Mi espada esta hecha con un fuego oscuro capaz de corroer todo lo que alcanza! ¡Tu cabeza no será más que un montón de restos humeantes una vez que–

Las llamas que cubrían la hoja de la espada empezaron a ser absorbidas desde el interior de la boca del peli-rosado.
Cuando se acabaron, el aludido rompió el arma con una mordida.

—Este fuego... —empezó diciendo. Y con velocidad y fuerza apabullantes conectó  una patada en su torso—... Es asqueroso.

El rubio salió violentamente proyectado sobre la pared del calabozo. Usó tanta fuerza que el mismo lugar fue reducida a meros escombros sin valor alguno.

—Ahora sigues–Ugh' —musitó con malestar. Se postro sobre una de sus rodillas y llevó su mano a la cabeza.
Todo se se veía borroso y lentamente su cuerpo empezaba a fallar funcionalmente.

—Jiji' Que hombre más violento —comentó Mary, divertida—. Pero mi pequeño virus es más que capaz de contenerlo e incluso de mas.

—«¿Virus?» —pensó extrañado. Y de pronto lo entendió—. «Ya veo. Con que es eso».

La cabeza, literalmente, le estalló en llamas. Así perduró mientras mucho humo se elevaba desde su cabeza hasta la atmósfera.

—¿Are? ¿Mi virus no funciona? Debe ser por el intenso calor y las células quemadas. Eso fue realmente astuto, señor Sakura.

—Ya cállate, por favor.

Igual que haces con un perro o gato molesto e irritante que quiere quedarse con tu comida y casa, Natsu pateó a la niña por los cielos usando el lujo de la fuerza extrema.

La observó elevarse un par segundos y finalmente volteó a ver al capitán de la tripulación "Avatar".

—Reconozco tu mérito por acabar a Avatar en solitario —dijo el viejo de la máscara—. Pero tu camino de insensatez se acaba justo aquí. Contra mi... Tu esperanza de vencer es cero.

Rápidamente fue callado por el puño de Natsu estampado en su rostro de metal. Varios fragmentos del metal volaron por los aires al mismo tiempo que el cuerpo de Arlock volaba y caía en la arena fuera de la isla.

—Ladras mucho, perro —señaló el peli-rosado mientras salía siguiendo su rastro—. ¿Acaso quieres hablarme de tus sentimientos? Que lindo, pero no habló de eso con ancianos raros, sólo con mujeres hermosas a las que me quiero coger.

Un colosal objeto emergió de la arena, golpeando al capitán rosado. Este se alzó por el cielo, dió una vuelta y salió proyectado sobre Arlock.

—Un intento inútil —señaló el anciano—. No hay nada que pueda romper mis barreras. ¡Te mataré usando el poder de mi magia, capitán de tercera!.

Una cantidad de sellos mágicos, colocados diagonalmente sobre el, aparecieron, evocados por el mago. Este mismo estaba convencido de que Natsu no lograría pasar de ellos, pero no contaba con que el aludido lograría traspasar estas barreras usando llamas en todo su cuerpo.

—¡Karyū No Kenkaku! —gritó al mismo tiempo que su cabeza embestia brutalmente a Arlock y lo empujaba junto a él por gran parte de la playa hasta estallar y separarse de este—. Barreras irrompibles mis huevos.

Natsu contempló el cuerpo chamuscado del anciano por un par de segundos. Luego, como una oleada de viento, saltó para esquivar un ataque, que resultó un corte de arma física.

—No me gustan los piratas que no avisan de antemano —reveló Erigor, molesto.

—Si avisaramos de antemano, no seríamos piratas —contestó Natsu, riéndose—. ¿Y tu eres...?

—Llámame: "Dios de la muerte" —dijo, sonriendo de manera macabra.

—Si... Nah' —contestó en burla el peli-rosado.

—Voy a matarte —aseguró Erigor. Volvió a empuñar su guadaña, listo para atacar.

—Claro. Sólo si puedes pasar por encima de su cadáver —expresó, señalando a un tercero con la mirada.

fagas de viento golpearon estrepitosamente al Shinigami, provocando que su cuerpo fuera empujado varios metros alejados del capitán peli-rosa.

—Si quieres llegar a Natsu-nii... —Wendy aterrizó sobre la arena, con la cabeza agachada, el cabello cambiado a un color rosado blanquecino (¿O será blanco rosado?) y emitiendo una poderosa cantidad de poder mágico. Alzó la mirada, dejando ver unos ojos depredadores que significaban "Muerte" y "Destrucción" a quien se pudiera delante—... Tendrás que pasar sobre mi —declaró del modo más frío y aterrador posible.

Erigor se asustó y tragó saliva. De solo verla podía sentir el gran, y particular, poder emanando de ella. Eso sin mencionar el instinto asesino que destilaba.
¿Como alguien tan joven podía tener semejantes dos cosas?.

—A mi no me va a intimidar una mocosa —declaró con el ceño fruncido y una mueca de enojo.

Salió proyectado sobre Wendy. Dió varias vueltas a su guadaña y lanzó un corte al que Wendy ni siquiera tuvo que mirar; lo atrapó por la cuchilla y apretó la misma hasta hacerla reventar en pedazos.

—¿¡Q-Que!? ¡N-No es posible! —gritó sin creerlo. Y, de cierta manera, cayendo en la desesperación.

—A eso nos dedicamos en la tripulación de Natsu-nii, mejor conocido como el Rey Dragón —declaró de manera sombría. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro y un segundo después elevó su puño a modo de preparación—: Hacemos posible lo imposible.

El golpe que Wendy acesto sobre Erigor tenía mucho poder destructivo. Tanto, que el solo cuerpo del aludido bastó para destruir el lugar en donde tenían cautiva a Mavis y volar muchos metros más hasta perderse en alguna parte del océano, sin consciencia.

Minutos después, el cabello y la fluctuación mágica de Wendy volvieron a la normalidad. Esta se giró para ver a Natsu y, como en un anime, se dió un golpecito en la cabeza mientras sacaba la lengua y en sus ojos aparecían un par de estrellas de caricatura.

—Creo que me excedí —mencionó inocentemente.

—Para nada —objetó Natsu, asustado.

Esa niña era de temer.




















































































































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¿Sabían que hay fanfics de Toy Story, con ámbito sexual? Les juro que me cague de risa cuando lo descubrí. Y lo descubrí cuando halle una historia de hora aventura (también me sorprendió) y una cosa llevó a la otra.

¡Gracias por el tiempo de tu vida y hasta el próximo capítulo, compadre!.

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