Si bien, no salía en revistas como Gray, Natsu, tenía mucho atractivo que llamaba la atención de más de una. Por lo general, sólo eran miradas voladoras, por eso mismo Lucy, su actual novia y primera vez, no se molestaba a la hora de ir por las calles y notar algunos ojos sobre Natsu. Pero, esa tarde, en la feria junto al muelle de Hargeon...

—Kyaaa! Es el auténtico Natsu-sama/Kun!!—fue el grito grupal de varias chicas. Gritos de emoción.

Todas rodearon a Natsu; en medio de gritos, chillidos y gestos de manos que sólo demostraban cuán emocionadas estaban.

—¿Eh?—expreso Lucy con sus ojos blancos al darse cuenta de que estaba apartada de todo el cúmulo de mujeres que chuleaban a su novio. La habían apartado como perro viejo, así, sin mas.

—Natsu-sama es tan fuerte...—musitó una de ellas acariciando uno de los brazos de Natsu.

—Tan guapo...—siguió otra, acariciando la mejilla de este.

—Tan varonil...—finalizaron otras de forma lasciva, y, acariciando, sobre el pantalón, la entrepierna del chico, sin ningún tipo de pudor o reserva.

Natsu estaba sumamente nervioso; sin mencionar que su "dragón" empezaba a desear emprender vuelo por tantas caricias que recibía al mismo tiempo. No podía sólo empujarlas y gritar que se fueran; era muy rudo, y el era un caballero.

—Ah no hermanas, consigan el suyo—una furiosa Lucy apareció entre la multitud. —Ahora nos vamos, que tenemos un asunto MUY IMPORTANTE que atender—declaro la rubia sujetando la oreja de SU novio y arrastrandolo fuera de ahí.

Todo el camino fue de Lucy llevando a Natsu de la oreja, con mucha fuerza, cabe mencionar. Cuando ingresaron al hogar de la rubia, lo primero que hizo fue soltar dolorosamente a natsu; lo segundo: cerrar la puerta con seguro y azotar la llave con la mesa y finalmente, girar a ver a su novio con el ceño fruncido.

—¿Puedo decir algo antes del Lucy-kick?—pregunto con el miedo a flor de piel; muy notable en su voz. Lucy no respondió, sólo se acercó a él. —¡En los bajos no, por favor!—rogó asustado y cubriendo su entrepierna con las manos.

Lucy lo sujeto fuertemente por la bufanda y jalo a ella para unir sus labios en un agresivo beso. Muchas emociones se podían sentir en la conexión de bocas; siendo las más destacadas: Ira y resentimiento. Con sus manos empujaba la cabeza de Natsu para poder devorar con más fiereza los labios y boca de Natsu. Al mismo tiempo, el peli-rosa apenas pudo volver en si mismo para poder corresponder al beso, llevando sus manos a la cintura de Lucy. Natsu no podía seguirle el paso a su novia, pues parecía sacada de quicio; como un animal salvaje al cual encierras y después liberas, poniéndole un trozo de carne frente a su camino. En este caso, Lucy era la bestia y natsu el trozo de carne. Lucy rompió el beso abruptamente para dar respiraciones roncas, para recuperar el aire...Y ni hablar de Natsu.

—¿Estas enojada...?—pregunto entre jadeos para recuperar el aire.

Tomándolo por los hombros, Lucy arrastro a Natsu hasta la alcoba; sentandolo en su cama y volviendo a besarlo fieramente. Se sentó en su cadera; rodeo su cuello con los brazos y empujó la cabeza con las manos para profundizar la batalla de lenguas que se libraba dentro de la unión bucal por parte de ambos. Al separarse, Lucy tomo una de las manos de Natsu hasta llevarla a su seno derecho.

—¿E-Eh?—expreso confundido por la repentina acción de la rubia.

Por inercia, Natsu lo apretó; sacándole a Lucy un suspiro de placer. Enseguida, ella se despojo de sus ropas superiores, dejando a las grandes gemelas frente a frente con Natsu. Y como si fuera un animal hambriento, le abrió su saco de una manga con un solo tirón para después quitárselo por completo. Tomo la cabeza de Natsu entre sus manos y la sumergió por completo en sus atributos femeninos.

—¿Estas pensando en mí?—pregunto con cierta agresividad; haciendo un esfuerzo por mantener el rostro de Natsu entre sus senos. El mismo peli-rosa sentía que se le iba el aire. —¿Quien es tu mujer?—pregunto dándole por fin un tiempo de oxígeno.

—Tu...tu eres mi única mujer—dijo tratando de recuperar el aire. Le gustaba estar entre esos senos, pero necesitaba mucho aire si quería hacerlo.

Bajo de el, sólo para arrancarle su pantalón holgado blanco y de el, sus bóxers. Tomo su pene con la mano y lo masturbo rápidamente e intensamente hasta que alcanzará un tamaño adecuado; llevándolo a su boca, una vez que lo hizo.
Natsu sentía como su miembro viril era engullido ferozmente por Lucy, quien lo lamía, lo chupaba y lo mordía levemente como si fuera una necesidad; como si tratara de hacer algo. Subia y bajaba la cabeza al mismo ritmo que su lengua recorrió todo el tronco viril de Natsu de manera desesperada. Tenía que demostrar que era mejor. 

Natsu, inevitablemente, se corrió dentro de la boca de Lucy, y ella, se bebió todo lo que atrapó con su boca. Sin tener tiempo a procesar nada, ya tenía a Lucy comiéndole los labios de manera desesperada y necesitada. Alineó el pene con su propia entrada y de un solo senton, se empalo a si misma. Daba saltos sobre Natsu como una verdadera bestia en celo; sin darle un segundo para respirar; tenía a Natsu atrapado en el vaivén de "Todo lo que sube, tiene que bajar". Subia rápido y caía aún más, y muy agresivamente. Natsu veía desde su lugar las expresiones de Lucy, pero también se estaba perdiendo; el placer era mucho y eso le afectaba a su razón, sobre todo por ver como las grandes gemelas le decían "Boing" a cada segundo y con cada movimiento.

—Lucy....Lucy.....Lucy....Lucy.... Lucy.....¡LUCY!—gemía y grito cuando sintió como su mujer le hacía una maniobra vaginal y lo hacía correrse en abundancia.

—Me encanta que digas mi nombre—dijo de manera excitada, feliz, y, muy, triunfante. —Me encanta tu semilla....Y es toda mía—declaro elevándose un poco para tomar la base del tronco con la mano y jalar a modo de exprimido, sacándole más y más. —Nuestros hijos vendrán de ella, y de ninguna otra; van a salir de mi, y de nadie mas—aseguro volviéndose a empalar con Natsu.

Cuando alcanzó su propio orgasmo, Lucy hizo que se sentara y lo abrazo fuertemente; clavando sus uñas en su espalda, mordiendo su hombro y con un grito, pudo expresar el placer maximo de correrse. Natsu intento separarse, pues ya estaba cansado, pero el que Lucy se aferrara más, se lo impidió.

—Tu no vas a ningún lado, dragón. Esta noche, haré que lo único que agobie tu cabeza, sea yo—le susurró de forma sensual e intimidante, para morder su lóbulo. Natsu sintió un escalofrío placentero por eso.

Y durante toda la noche, lo único que se oía en esa casa, eran gemidos de hombre; de mujer; gruñidos y el sonido de las carnes chocar entre sí con el desenfreno máximo.

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A la mañana siguiente, Lucy llegó sumamente sonriente, y tras ella, un zombie de cabello rosa. Cada quien tomó asiento, y los amigos no tardaron en llegar para obtener información al respecto del, inusual, estado de ambos.

—¿Estas bien?—le pregunto Gajeel a Natsu, quien no daba señales de vida. Ni una.

—¿Lucy es la responsable?—pregunto burlesco el alquimista de hielo.

—Permiso para hablar libremente—.

—Concedido—.

—Fue increíble—soltó en un suspiro. —Me lo hizo toda la noche; ni siquiera tuve chance de estar arriba. Fue una locura. Jamás la había visto tan agresiva...de hecho, no me vayan a tocar la espalda; tengo muchos moretones y rasguños que aún están sensibles—pidió con el rostro en la mesa.

—Escuche lo que sucedió, y debo decir que es normal, se sintió amenazada y celosa, y marco su territorio. Así son las mujeres—aporto Macao, siendo el que más experiencia tenía en las mujeres. ¿No creen? Pregúntenle a Romeo.

Ya llegada la noche, y todos en sus hogares, natsu se dirigía al suyo, hasta que Lucy apareció salvajemente y lo tomo del brazo, arrastrandolo.

—Ven, vamos a terminar lo de ayer. Oí escuché algunos comentarios de unas chicas y me sintió molesta—informó con las mejillas infladas.

Natsu suspiro. Esto iba a ser una larga noche.......Y ni toda el agua del mundo podría ayudarlo después.

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TRminamos.

Bueno....No se que agregar. Hasta la próxima.