| 80 | Tres Doncellas en Penitencia
No tenía ni la más remota idea de como rayos acabe siendo arrastrada a este perfecto desastre...
—N-Natsu-sama... P-Por ahí con más fuerza... Por favor —realmente pensaba que no viviría para verlo, pero me equivoqué.
Estaba demasiado cerca y hacia mas que "verlo".
Lo único que se, a ciencia cierta, es que esta situación se salió de control enteramente.
Observó como a Virgo la están penetrando por detrás.
Veo a Natsu, moviendo sus caderas de manera rítmica y muy profesional, bombeando dentro del coño de mi masoquista espíritu. Y, por alguna razón, oírle gemir el nombre de Natsu, al mismo tiempo que saliva escurría por las comisuras de sus labios, y al mismo tiempo el flujo vaginal escurría por sus otros labios, bajando por sus muslos, me excitaba en gran medida.
—Natsu-sama...
—Hazme sentirte.
Virgo ni lo piensa antes de engullir el pene de Natsu. Puedo notar que una porción queda fuera de su boca, demostrando que la expresión "Dragón De Fuego" no es exageración.
—Uff' Aaah' Virgo... Tu boca es un Nirvana —decia Natsu al mismo tiempo que, con las manos sobre la cabeza de mi espíritu, gemía.
A mi lado, Juvia no hace o dice nada. Sólo esta allí, observando detalladamente como Virgo se comía el trozo de carne de dragón más exquisito sobre Earth Land. Y a juzgar por sus ojos, nublados por la lujuria, ella ansiaba probar y acabarse esa carne a bocados.
Yo también, para que les miento.
—Ugh' Bleeeeeeeeah' —la boca de Virgo escurre semen, mezclado con saliva que le da permanencia y forma de hilo, apenas abre la boca luego de que Natsu se corriera.
Juvia gatea y alcanza a Natsu. Lo besa sin pensarlo una o dos veces. Puedo ver que estaba muy ansiosa.
Natsu es más expresivo y, como muestra de su ansiedad, le arranca el cosplay de sirvienta que llevaba puesto, dejando ver dos cosas: Sus panties celestes con un emoji (☔️) y un par de monumentos a la feminidad, que saludan diciendo "Boing" "Boing".
—¿Doncella de agua? Mas bien debería ser "Doncella pervertida"; mira que no llevar un sostén —señaló Natsu, poniéndose juguetón.
—Si, es cierto —concordó Juvia—. Juvia es una pervertida y necesita ser corregida. Natsu-sama, enseñe a Juvia el por qué debe seguir siempre las reglas.
—Llámame "Ruler Dragon".
Sinceramente, se me fue la calentura al oírlo decir semejante ñoñada. Pero no tardó en volver cuando empezaron a hacerlo delante de mi.
Juvia tenía los ojos volteados, su cabello estaba desordenado, sus pechos iban y venían violentamente y un Natsu entraba y salía como si hoy se fuera a acabar el mundo.
Ahora, deben estar diciendo: "¿Que rayos sucede aquí?" "¿Y por que no te unes a ellos, rubia sobrevalorada?".
En primer lugar, estoy atada. Varias cuerdas cruzan por mi cuerpo, incluidos mis pechos. Y segundo, no me gusta meterme donde no me llaman. Claro que apenas alguno de los Lucy dijera, o gritara, "Lucy", saltaria sin pensarlo.
—¡Que buen instructor es, Natsu-sama! ¡Puedo sentir el valor de las reglas dentro, muy dentro de mi! —gritaba, siendo golpeada constantemente por el éxtasis.
No llevaba un conteo de sus orgasmos (perdí la cuenta luego de 8), pero se, por la expresión de Juvia, que ya no iba a volver del Nirvana sexual al que la acaban de meter con todo y zapatos.
—¡¡¡NATSU-SAMA!!! —y allí estaba: La última y mas grande venida, cortesía de Juvia.
Su grito logró poner nuevamente a Virgo en servicio. Me desató... A mis cuerdas y ropa por igual.
—¿¡Q-Que haces...!?
No dispongo de tiempo cuando Virgo, sonriendo en contra de su expresión estoica, me atrapa por detrás y coloca ambas manos sobre mis pechos.
—Los pechos de Hime-sama son realmente maravillosos —comentó la Maid Masoquista, masajeando toda su extensión y pellizcando los pezones hábilmente.
—N-No di... Gyaaah' —chilló.
Quería decirle que se detuviera y que no dijera cosas tan vergonzosas... Pero sus manos, tan suaves al contacto con la piel de sus puntos más sensibles, no se lo permitían.
—Volveré por ti apenas termine —le informó a Juvia, quien yacía sobre la alfombra, con mirada nublada, boca entreabierta y su semilla escurriendo de ambas entradas.
Después, se dirigió a la rubia, la última doncella a quien no había complacido todavía—. Hola, Lucy.
—S-Si vas a hacer algo... —dijo con dificultad. Virgo, usando su mano derecha, dilato los labios de su Hime-sama para enseñarle a Natsu que estaba lista—... Q-Que sea ahora... Y rápido.
Se puso en posición, abrió sus piernas y entró, todo en menos de 10 segundos.
El dolor de la primera vez fue súbito, y de no ser por Virgo, que la besaba, habría gritado tan fuerte que en Álvarez y Stella los abrían oído.
—Hime-sama estaría feliz si usted... —Virgo levantó ambos pechos en sus manos. Natsu captó la proposición. Sonrió. Primero se dió un breve instante para mirar como las manos de Virgo no eran suficientes para levantar las montañas de Lucy. Siempre pensó que eran grandes, pero ahora se daba cuenta de que estuvo 50% equivocado.
—¡Aah'! —gimió. La aguda y cálida lengua de Natsu paseaba por todo su seno, cubriendo de saliva su pezón y soplando después para provocar una reacción muy placentera que la hacía gemir como jamás lo hizo—. Sabes exquisita, Lucy.
—U-Urusai, Baka —dijo ella, desviando la mirada, molesta y avergonzada. Pero en el fondo sentía felicidad. Le llenaba de euforia que Natsu la hallará hermosa físicamente.
—Jeje' Tienes razón. Mejor dejemos que las acciones lo digan todo.
Su ritmo interior sufrió un aumento colosal. Lucy sentía en carne viva como Natsu golpeaba en su útero. Los ojos se le fueron para atrás, igual que la cabeza, y su lengua se colgó de su boca mientras la cara se pintaba en rojo de oreja a oreja.
—¡¡¡NATSU~!!! —esa fue Lucy, como jamás se ha visto: Gritando por culpa de un orgasmo.
Sus ojos se cerraron a causa del cansancio apenas el éxtasis orgasmico llegó a su fin.
Pero Natsu tenía otros planes.
—¿A donde vas? Yo ya te deje complacida; es tu turno de hacerme feliz —indicó Natsu, sonriendo mientras salía de ella.
Natsu se dirigió a su rostro e hizo que atrapara toda su extensión falica con la boca.
Se sentia muy agitada aún, pero que Natsu le estimulara con las manos sobre la cabeza la mantenía despierta, mucho mejor que cualquier bebida energética.
—Natsu-sama —Virgo lo besó en los labios. No quiso esperar su turno. Estaba ansiosa y era una sirvienta muy codiciosa.
—¡Mmmh'!
Por el ojo derecho, Lucy observó a la responsable de su gemido. Por suerte se estaba comiendo la polla de Natsu o habría sido muy vergonzoso.
—Lucy-san es muy sensible —bromeó Juvia, asomando una mirada lasciva de su entrepierna—. Juvia se pregunta que reacción habrá si Juvia hace esto...
Atrapó su vagina con la boca. Su aliento caliente golpeaba con las zonas más sensibles de Lucy, provocando olas y descargas eléctricas culminantes en placer.
—Jeje' —pronunció Juvia entre lamidas y besos, directos en el "tesoro" de la doncella rubia.
Lucy rodeó el cuerpo de Juvia con sus piernas.
Su orgasmo llegó al mismo tiempo que Natsu se corría y le llenaba la boca. Un par de hilos de semen se dejaron ver por sus comisuras mientras que Juvia bebía las mieles femeninas de su "Rival de amor".
Las horas siguieron, entre nalgadas, gemidos, sexo oral, tijeras y besos húmedos.
Natsu quedó desecho, igual que sus tres compañeras sexuales. Decoraban la alfombra con la desnudez de sus cuerpos, mientras que el resto de la habitación era adornada por el desorden que su "excitación" conjunta provocó.
—«Somos unos animales» —pensó el hombre peli-rosado—. «Y pensar que esto empezó por que Juvia me invitó a jugar juegos de mesa...»
Un día normal, en la vida de Natsu Dragneel.
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¿Personaje A o Personaje B?
Piénsalo con cuidado.
¡Gracias por el tiempo de tu vida y hasta el próximo capítulo, compadre!.
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