| 61 | Castigadas

Kyouka, sin duda alguna, la mujer demonio mas ruin y despiadada. Su personalidad arrogante, cruel, fría y sádica iba de la mano con su maldición "Alteración de sentidos", dando como resultado horas de diversión demoníaca y agonía humana.

O al menos eso pensabas al cruzarte en su camino, pero la realidad era otra.

— E-Esto es... Hu-Humillante—expresó temblando ligeramente en "esa" pose.

Tu te lo buscaste, Kyouka. Sólo así aprenderás la lección—declaró E.N.D., su amo, Rey, superior y amante, con arrogancia, desde el asiento de su trono.

A una distancia considerable, Kyouka, vestida con la ropa más fetichista entre los humanos, era  castigada por el Rey Demonio. Su rostro recostado en el suelo, su trasero al aire y con la ropa interior, unas panties blancas con lunares rosados, al ojo ajeno, para alguien como ella, era la peor humillación. E.N.D. lo sabía y ahora se regocijaba en gracia al ver a su querida amante pagar por sus actos.

Perfectamente equilibrado, como debe de ser—dijo al pensar en los hechos de manera ordenada.

— E-E.N.D.-sama, p-por favor...—suplicaba Seilah, su otra amante, desde su lugar en la sala del trono del Rey.

Al igual que Kyouka, tu te lo buscaste, Seilah. Sólo así aprenderás la lección—apoyó su mentón sobre la palma de su mano y observó divertido como la otra mujer demonio se retorcía buscando escapar.
Le parecía muy tierno que fuese tan ingenua.

Seilah estaba encadenada a una pared, totalmente desnuda. Llamas negras envolvían su cuerpo; unas de ellas adoptaron la forma de tentáculos y se introducían en su boca y vagina, mientras se frotaban en sus pechos, pellizcaban sus pezones y azotaban su trasero.
Sonrojada, Seilah únicamente podía lanzar gemidos ahogados. Su castigo era sentir el máximo placer sin derecho a llegar al orgasmo, únicamente acumulando placer dentro de ella. No merecía la bendición de la liberación.

Y ahora...—balbuceó devolviendo la vista a su otra amante de cabello verde—. ¿Que voy a hacer contigo? Pff' Es obvio—declaró, levantándose de su trono.

Por primera vez desde que fue creada, Kyouka sintió el verdadero terror al ver a su amo acercarse a ella de esa forma depredadora.

Sintió sus manos sujetarla y girarla en dirección a Seilah; podía verla y Seilah a ella.

Así que, ¿Te gusta masturbarte mientras piensas en mí? Me temo que no puedo permitirlo. Cuando tomó a una mujer, quiero que todo el placer sexual que sienta venga de mis manos, mi boca y mi pene; no puedo permitir que algo más te haga gemir.

¡Zas!

— ¡AAAHH'!—gritó de placer al sentir la nalgada en su trasero. Estaba segura de que su mano estaba cubierta de fuego, por que le ardía como el Infierno.

¡Zas! ¡Zas! ¡Zas! ¡Zas!

Quedaría afonica si seguía así. Y ya no tenía panties; E.N.D. las volvió cenizas con tantos golpes a su trasero.

Esta ropa ya no me divierte—dijo aburrido.
Acto seguido, las prendas desaparecieron en cenizas—. Ahora si nos entendemos.

Su vagina fue asediada por el Monstruoso pene de su amante. Gimió largamente hasta que el bastón de carne alcanzó su útero, marcado como el límite.

Movimientos rítmicos, rudos y constantes; no sabían cómo era tan bueno, pero lo era. Kyouka no podía evitar gemir por su culpa.
Las manos del Rey Demonio la hicieron elevar el cuerpo hasta chocar su espalda con el fornido y ardiente pecho del mismo.
Ahora si podía sentirlo llegar más profundo.

Me encantan tus pechos—dijo mientras los manoseaba sin cuidado—. ¿Que tal si gritas el nombre del único hombre que puede complacerte?

— ¡¡E.N.D.-SAMA!!—y así lo hizo; Kyouka gritó en éxtasis el nombre su amante cuando sintió sus dedos jugar hábilmente con sus pezones mientras su pene causaba placenteros estragos en sus entrañas.

Seilah observaba todo, sonrojada, y de manera anhelante. Deseaba que su amo la sometiera del mismo y la hiciera suya del modo más rudo y violento que quisiera.
Y en vez de eso, como castigo, debía observar la suerte que tenía su hermana amante mientras se le negaba el derecho al orgasmo.
No sabia cuanto mas podría soportar.

Disfruta tu paleta, niñita.

Salió de ella y ahora su pene estaba del rostro de Kyouka. Y ella, como la buena esclava que era, lo atrapó todo con su boca.

Se movía al ritmo de su amo, moviendo la cabeza y con las manos de el sobre su cabello.

Mientras Kyouka lo mamaba, E.N.D. dirigió la vista a su otra amante. Sonrió de manera arrogante mientras guiaba a Kyouka en su labor.
La pobre Seilah iba a llorar si seguía así.

Extrajo su pene del interior oral de Kyouka y se masturbo rápidamente hasta correrse en abundancia sobre su cara.
El semen cayó en su cara, boca, cabello, ojos, pechos y piernas.

Limpiame—ordenó sonriente.

Segundos después y pasados, su pene quedó reluciente de limpio gracias a Kyouka.

Bien. Terminamos por hoy—dijo para luego chasquear los dedos.

Las llamas que envolvían a Seilah se disparon, al igual que las cadenas, y cayó de rostro sobre el suelo, jadeando y totalmente drenada de fuerzas.
Un charco de líquido, muy abundante, rápidamente, se formó debajo del cuerpo de la demonio, siendo su origen su vagina. Esa era la clara señal de que otra vez podía tener orgasmos.

Las cuerdas de Kyouka se volvieron cenizas y cayó sobre su espalda en el suelo, jadeando débilmente.

Hoy he sido indulgente por que son las portadoras de mis descendientes—confesó mientras se colocaba los pantalones—. Pero si vuelve a repetirse una vez que den a luz, van a conocerme—antes de irse, giró la cabeza para decirles una última cosa—. Y quiero este lugar limpio para cuando vuelva. De lo contrario, no habrá sexo para ustedes en 10 siglos—amenazó. Y finalmente se retiró de su sala del trono, dejando a sus dos amantes tendidas en el suelo, bañadas en sus y sus propios fluidos.

No por nada el era el Rey Demonio.










































































































____________________________________

Totalmente improvisado.
Por cierto, la imagen en multimedia me enamoró por completo y sentí la gran necesidad de usarla. Y si alguien pudiera pasarme un link o lo que sea que me lleve al capítulo completo en donde aparece, se hartara de que le bese los pies como señal de mi gratitud.

¡Gracias por el tiempo y la atención prestadas a la lectura! ¡Y sin más que agregar, hasta la próxima!.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top