| 60 | El Humano, el dragón, el demonio y la albina
Jamás me hubiera imaginado, ni siquiera en broma, ser una partidaria de la poligamia... Pero lo hice al casarme con 3 hombres, o más bien con uno, pero triple: Natsu Dragneel, el humano; Salamander, el dragón; e E.N.D., el demonio; ellos son mis esposos y a pesar de todo lo que puedan decir, soy realmente feliz al lado.
Todo sucedió un día cualquiera; mientras paseaba junto a Natsu en el lago donde solíamos pescar el se detuvo súbitamente, luego se inco sobre una de sus rodillas y me enseñó la argolla de compromiso: Un aro de plata con pequeños diamantes incrustados en un patrón de corazón en el centro y a los costados las letras "N" y "L".
— ¿Te casarías conmigo?
Fueron las palabras más bellas que jamás escuché. Con lágrimas en los ojos y la alegría en el punto del desborde, estuve a punto de darte el si... Pero los otros dos aparecieron interrumpiendo el momento haciéndome la misma pregunta que tu.
Empezaron a discutir, mientras que yo empecé a sentirme incómoda. No podía elegir a uno sabiendo que otros dos tendrían el corazón roto; simplemente no podía. Por lo tanto, y contra todo sentido común, hice lo primero que llegó a mi cabeza y que parecía la más sensata de las opciones.
— ¡Acepto! ¡Me casaré con los tres!
Y aquí estamos, 3 años después, con una casa propia y sin hijos, todavía. Se que Salamander e E.N.D. llegarán pronto a su etapa de celo y la de la concepción demoníaca.
Sólo espero que sean gentiles conmigo.
***
Una tarde muy tranquila y un día cálidamente agradable, justo como me gusta.
Hoy decidí tomarme un día y no ir al gremio. Deseaba descansar como Dios manda y tener 5 minutos para mí.
Me siento en el sofá de la sala, dispuesta a dormir una siesta corta. Pero al oír unos pasos cerca de mi, doy por muerta esa ilusión.
— Hola, preciosa—saluda amablemente Natsu, de pie frente al sofá.
— Hola, guapo—le devuelvo el saludó sonriendo como una mujer enamorada.
— ¿Te gustaría salir a algún lado?—pregunta sentándose en el espacio del sofá que, por mi altura, no puedo llenar—. Haremos lo que quieras—promete subiendo mis piernas a las suyas.
— ¿Lo que yo quiera?—cuestionó sentadome y acercándome a Natsu.
— Lo que quieras—asegura pasando su brazo por encima de mis hombros.
— Creo que ya se que es lo que quiero—digo de forma sutilmente insinuante, formando una mirada coqueta que le lanzó directamente a la suya.
— ¿Asi? ¿Y que podría ser?—me pregunta siguiendo la corriente. Su rostro se empieza a acercar al mío y yo me quedó donde estoy, sin mover un músculo.
— Una familia—culminó nuestra charla dándole un buen beso en los labios. El no se hace del rogar y corresponde de inmediato.
Generalmente no tengo preferencias entre mis esposos, pero si de un embarazo hablamos, pues... Prefiero que el primero sea de Natsu humano. Quiero que sea normal y seguro; luego podría tener a los hijos de un dragón y un Demonio sin ninguna preocupación.
Los besos van subiendo de tono; me trepó en su cadera y hago fricción entre nuestras intimidades sobre las prendas que llevamos. El gruñe y yo suelto un suspiro. Me sujeta por el trasero y me eleva. Por instinto rodeó su cadera con mis piernas y me aferró a él. De inmediato comienza a llevarme por la casa hasta nuestra alcoba. Una vez allí me lanza sobre la cama y empieza a quitarse la ropa. Me ve como el depredador mira a la presa; y en este caso, yo soy la presa.
— ¿Lista?—pregunta quitándose los boxers.
Jamás podría estar lista para semejante carne.
— Ven aquí y hazme tuya—suplique abriendo las piernas. Aún que todavía llevo ropa puesta, el parece excitarse sólo de verme. Es un punto a mi favor.
Sube sobre mi y retoma los besos. Va bajando de mi a mi cuello con parsimonia al mismo tiempo que sus manos recorren cada centímetro de mi piel, deteniéndose en sus lugar favorito: Mis pechos.
— Redondos y suaves, justo como me gustan—me retira la blusa verde que llevo puesta y su boca, rápidamente, posee mi pezón derecho.
— ¡Natsu~!—empiezo a gemir cuando su otra mano, de forma ninja, se escabulle y mete en mi pantalón corto, luego en mi ropa interior y palpa mi vagina.
Me da un poco de vergüenza admitirlo, pero estoy realmente húmeda.
La puerta se abre abruptamente, dándonos un susto a mi y a Natsu.
Eran Salamander e E.N.D., y no se veían muy felices.
— ¡Maldito!—rugió Salamander furioso.
En aspecto era semejante a Natsu, salvo por las escamas rojas que cubrían parcialmente secciones de su cuerpo.
— ¡Acordamos no sacar ventaja de la ausencia, maldito humano traidor!—gritó E.N.D. igualmente furioso. También se asemejaba a Natsu en aspecto, salvo por unas marcas negras como raíces que cubrían su cuerpo, alas y un par de cuernos sobre su cabeza, y las puntas de sus mechones de cabello color rojo.
Al parecer no tengo voto. Veo como ambos se empiezan a desnudar y suben a la cama.
Pero de un instante a otro parecen hacer las paces y luego me envían miradas furtivas y lascivas. Yo sólo me limito a tragar saliva, en una mezcla de temor y excitación.
Entre todos comienzan a desprender las prendas de mi cuerpo hasta que quedó desnuda. Luego comienzan a acariciar mi cuerpo con delicadeza y gentileza. Me besan, me abrazan y susurran lo hermosa que soy sobre mis oídos.
Tengo que reconocer que me sube el ego al ser adorada por 3 hombres.
Pasan las horas como si fueran minutos; la casa se llena de gemidos, gruñidos, gritos, groserías que harían sonrojar a camioneros y marineros, y mis súplicas por más y mas.
Se detienen luego de mi orgasmo número 38. Estoy cubierta por el semen de todos ellos, incluso escurre de mi vagina, mi boca y mi ano, y el olor a sexo, a sexo duro y puro, llena la habitación y cubre mi cuerpo. Los tres me observan sonriendo. Estan orgullosos de lo que han hecho, especialmente por realmente lo disfrute.
***
5 años después.
Todo cambia. Las estaciones, el tiempo y la vida misma... Todo está sujeto al cambio. Es interesante pensar que lo único que no cambia es que todo cambia.
El tiempo siguió su curso y mi matrimonio poligamo se había consumado reiteradas veces en los 7 años que han transcurrido desde que dió inicio.
Del Natsu humano tuve 3 hijos: 2 varones albinos y una nena peli-rosa; de Salamander tuve 2 hijos: Dos nenas, una albina y otra albina con mechones rosados, uno colgando sobre su frente y otros en la parte posterior de su cabellera; y de E.N.D. tuve 4 hijos: 2 pares de gemelos, uno de varones y otro de nenas, una odisea a la hora de parirlos.
Como dije antes, estoy realmente feliz por la vida que tengo, junto a mi esposo y a mis preciosos retoños.
Esta fue Lisanna Dragneel Strauss y les deseo un gran día a todos. Nos vemos.
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Y ahora, un par de cosas que he querido sacarme del pecho desde hace un corto lapso de tiempo:
-En el capítulo 25 de Fairy Tail: 100 Years Quest, lo único que le faltó para parecerse al filme "Nosotros", fue que todos empezaran a matarse entre ellos.
-Resumen del capítulo 46 de EZ:
Xiaomei (a Homura): ¡Tómala!
Homura: Esa no me la esperaba.
¡Gracias por el tiempo y la atención prestadas a la lectura! Y sin mas que agregar, hasta la próxima.
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