| 56 | Lámpara
— Que hermoso monumento.
Colocó su celular en la posición adecuada y capturó la imagen de tan sublime edificación creada por el hombre.
— Los muchachos no van a creer esto cuando vuelva a casa—dijo mientras verificaba que la foto estuviera en orden y bien tomada.
La India era un lugar encantador. Había cultura, objetos extravagantes y un calor del demonio, eso si era verdad. Pero todo lo demás estaba bastante bien, y muy bonito.
Maravillado, Natsu caminaba por las calles de tierra, mirando los mercados llenos de diversas reliquias, amuletos, objetos, comidas, entre otras diversidades propias del país.
— ¿Gusta comprar algún artículo?—preguntó uno de tantos vendedores ofreciendo su mercancía: Muchos hermosos y exóticos objetos.
— Mira, una lámpara como las de las caricaturas—dijo tomando dicho objeto entre sus manos. Rápidamente se dió cuenta de su error—. Mis más sinceras disculpas, señor. No tengo intenciones de ofender su tierra ni su cultura—aseguró elevando las manos a cada lado de su cabeza. El hombre nunca se cansaba de eso.
— Descuide, no me molesta. Los turistas lo dicen más de lo que cree—reveló moviendo la mano en un ademán para restarle importancia—. Puedo dejárselo en un buen precio—aseguró.
— Me la llevó—cerró el trato.
Luego de pagar por el objeto, Natsu se retiró y buscó un hotel en donde alojarse, hallando uno en menos de 30 minutos.
Dentro de su alcoba, Natsu se dispuso a probar la lámpara en su poder.
— Rampu...—dijo mientras frotaba el objeto.
Sin poder creerlo, la lámpara empezó a emitir un brillo dorado que se transformó en una cortina de humo azul. El humo se arremolino y de ahí salió una figura femenina que adoptó una forma más humana.
— El nombre de Juvia es Juvia, la genio Oceánica—se presentó con una gran voz que producía eco. He de admitir que eso imponía—. Por liberarme de mi prisión de oro...
— ¿Es de oro?—preguntó perplejo. La palabra "empeñar" vino rápido a su cabeza.
— ... Tienes derecho a 3 deseos—continuó—. ¿Que es lo que deseas?—preguntó cruzando los brazos.
— A ti—contestó rápido.
— Concedido—chasqueo los dedos dando por hecho su deseo. Tres segundos después y el clic sonó en su cabeza—. ¡Un momento...!
Un grillete atrapó su cuello y otros dos sus muñecas. Comenzaron a brillar rojo, señal de estar activadas.
— Por un demonio, lo que faltaba—maldijo con el lujo de hacerlo en voz alta.
— Acuéstate—ordenó Natsu.
Sintiendo un sofoco de volcán, la genio se recostó sobre la cama para cesar el mismo.
Natsu se posicionó sobre ella y la vió a los ojos. Tenía que admitir que el jade era muy bonito.
— ¿Que le harás a Juvia?—preguntó sin romper la conexión visual.
— Darte mi primera vez—respondió rápido y seguro—. Tengo 18 años y soy trotamundos, no es exactamente una gran forma de conseguir mujeres. Sólo quiero probar los placeres de la carne por primera vez y después podrás irte, lo prometo—explicó con cierto deje de pena. Juvia podía darse cuenta de cuando alguien mentía y el no lo hacía.
Inició con un beso de labios, el primero en su vida, después sus manos tomaron sus pechos, los primeros que tocaba en su vida. Siguiendo los pasos que había leído en fanfics y visto en algunos vídeos porno de ocasión empezó a besar su cuello y a largar los besos por toda la extensión. Sus manos tocaban sus pechos mientras hacían un intento de masaje con movimientos circulares.
Inevitablemente Juvia comenzó a Jadear y gemir.
— Creo que sigue esto—dijo bajandose los pantalones y el boxer.
No era ni muy largo ni muy corto.
Acto siguiente, Natsu procedió a introducirse en Juvia. A pesar del hecho de ser mujer ¿Sentía dolor por la primera vez? ¿Para ella había algo similar a la primera vez? Era la clase de cosas con las que su mente divagaba.
— Más rápido—pidió Juvia mientras Natsu se movía de delante hacia atrás. Para ser su primera vez no lo estaba haciendo tan mal.
Pasaron 4 minutos y Natsu terminó dentro de ella.
¿Así se sentia tener sexo? Mientras más veces y tiempo mejor, supongo.
— Fue... Interesante—comentó Natsu poniéndose la ropa. No estaba ni muy cansado ni muy enérgico. Ella tampoco.
— ¿Quieres hacer uso de tus otros dos deseos o me dejas ir?—preguntó Juvia ya vestida. La magia era increíble.
— Mi segundo deseo son más fondos; lo que tengas es bueno, no soy quisquilloso—habló relajado.
Un chasquido de dedos y la mochila de Natsu se llenó de billetes de gran denominación. Natsu sonrió al ver su mochila repleta y Juvia, igual que como llegó, se retiró de vuelta a su lámpara.
— Si alguien pregunta... La conocí en un concierto—se dijo a si mismo como sugerencia y coartada.
No podía esperar para contarlo.
___________________________________
Yo desearía poder dibujar como mangaka, tener conocimiento en las materias necesarias y de ahí en adelante me las arreglaria sólo.
¡Gracias por el tiempo y la atención prestadas a la lectura! Y sin más que agregar, hasta la próxima.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top