| 53 | Complejo De Edipo

— Papi~... Papi~... ¡Ah, Papi!

Echó su cabeza hacia atrás mientras una gran convulsión se apoderaba de su cuerpo y sus fluidos femeninos salían de su interior sin control, logrando humedecer sus sábanas por completo.

— Dios, Papi, eso fue tan genial como de costumbre. No sabes cuánto te amo Papi. De verdad, realmente no lo sabes...—aquellas últimas palabras las pronuncia con aire afligido.

La verdad era que Nashi Dragneel Heartfilia estaba enamorada de su padre, Natsu Dragneel. Amaba al DS de fuego, más que como su progenitor, como un hombre. Deseaba, con todo su corazón, entregarle todo de ella: Su alma, su primer beso, tu virginidad y sus hijos. Eso último era su más grande anhelo, concebir un hijo de Natsu.

Como ya pudieron pensar, y decir, estos actos serían clasificados como "Incesto", un pecado mortal y tabú social en todo el mundo.
Pero nada de eso le importaba, el propósito de toda su vida era ser la única mujer para su padre. No importaba si tenía que hacerse cargo de su propia madre, Natsu iba a ser todo suyo, a como diera lugar.

***

Otro día, otro tiempo de calidad en familia, como cada miércoles sin falta.

Natsu y Nashi entrenaban mientras Lucy observaba desde lejos, leyendo un libro. Después de Natsu seguiría ella para entrenar, así que un poco de literatura no estaría nada mal.

— ¿Estas lista?—pregunta Natsu adoptando una pose de combate para la práctica.
— Yo siempre estoy lista, to-chan—responde Nashi emocionada e imitando las acciones de su padre—. Estoy encendida—digna hija de su padre.

La pelea dió inicio cuando Lucy dejo caer un pañuelo, semejante a las carreras, y ambos, padre e hija, desde el inicio, no daban tregua a su oponente.
Golpes cargados de fuego, patadas tan veloces que parecían cuchillas, hilos y columnas de llaman que reducían todo a carbón y cenizas.
Definitivamente el parentesco era innegable.

— ¿Es todo lo que puedes hacer? Si no empiezas con todo y vas en serio desde el principio, mejor olvídate del rango S—habla Natsu con burla esquivando los golpes y ataques de la descendiente Dragneel.
— Me gusta tantear el rumbo que voy a tomar—responde sencillamente lanzando una patada cortadora. Natsu la recibe con el antebrazo y enseguida, con el puño opuesto, golpea el abdomen de Nashi haciéndola retroceder—. Reitero: Estoy encendida—repite con Ímpetu. Rápidamente se libera de su prenda superior, quedando únicamente en un sostén negro y cuadros rojos.

Por un instante, únicamente un instante, la visión de Natsu se posó en el escote de su hija. Y de no ser, irónicamente, por el cuerpo de su hija, imbuido en llamas, que lo atacó habría continuado con los ojos en esa zona.

La pelea parecía más equilibrada ahora, pero era por que Nashi, con intenciones dudosas, se despojo también de sus shorts de entrenamiento, quedando únicamente en ropa interior negra con cuadros rojos que hacían juego entre sí mismas.
A Natsu le estaba costando trabajo mantener ritmo en la pelea, pues las voluptuosas curvas de su retoño femenino lo invitaban a imaginar y pecar mortalmente.
El pie de Nashi, imbuido en llamas, fue a parar directo en su rostro provocando que este cayera al suelo abruptamente.

— ¡Bien! ¡Punto para mí! ¡Yo gane este encuentro, To-chan!—grita Nashi con emoción y orgullo, empuñando su propio puño en un ademán y señal de triunfo y regocijo.
— Bien. Lo hiciste bien, Nashi. Algún día me superaras—dice Natsu halagando el rápido progreso, como guerrera, de su hija.

Desde la silla del espectador, Lucy analizaba la situación. En otras circunstancias no habría problema de que su hija se quitará la ropa para mayor agilidad en combate. Incluso diría que pasaba mucho tiempo con Silver (hijo mayor de Gray y Juvia), pero Lucy no era tonta, algo más sucedía.
La ventaja de estar casada con un hombre sensual, como lo es Natsu, es que aprendes a distinguir entre una dama pulcra y de corteses intenciones, y una suripanta que quiere hacerle el kamasutra, de ida y vuelta, a tu marido. Y, con todo el dolor se su corazón, sospechaba, y temía, que su hija fuera lo segundo.
Que Mavis la libre de una mala pasada.

***

La noche llegó a la ciudad de Magnolia y todos sus habitantes se preparaban para poder descansar.
En la residencia Dragneel, el señor y la señora también se "preparaban" para dormir.

— ¡Natsu! ¡Natsu! ¡Natsu~!—gritaba Lucy mientras era embestida ferozmente por su marido. Entre embestida y embestida, su cabeza, ocasionalmente, se pegaba con la cabecera del mueble.
— Te amo mucho, Lucy...—gemía Natsu con la mirada entrecerrada, las mejillas rojas y gotas de sudor bajando por todo su cuerpo.

Desde su alcoba, Nashi escuchaba a sus creadores mientras, seguramente, le hacían un hermanito. Sus mejillas también estaban levemente rosadas y un calor extraño se apoderaba de su cuerpo. Miro su diestra por unos segundos y, en un acto de excitación, metió su mano dentro de sus shorts y comenzó a acariciar sus labios.

— Papi~... Mmh' Ahh~' Papi~... Te amo, te amo mucho, Papi~...—decia entre gemidos mientras se masturbaba escuchando los sonidos de sus padres, quienes cogían como animales a sólo dos recámaras de distancia.

Si fuera a la habitación de sus padres y entrara ¿La dejarían participar? No le molestaría tocar a su madre y ganaría mucho pudiendo estar con el hombre de su vida. Pero, seguramente, si iba y hacia eso sus padres detendrian lo que hacían y le dirían que estaban "Jugando a las luchitas".
Lo último que quería era ser tratada como una niña.

— Dios, ¡Papi!—gimió más alto, pero su voz una migaja sonora en comparación con los gritos y gemidos que de sus padres emergían.

Nashi retiró la mano de sus genitales y fue directo a tenderse a su cama. Si seguía allí, sentada en la puerta, escuchando eso, muy seguramente, haría una estupidez.
Si iba a actuar sería en una ocasión más conveniente. Era sólo cuestión de paciencia.

***

Muchos filósofos concuerdan al decir que la paciencia es una virtud, una virtud que, al igual que su padre, Nashi no tenía ni conocía. El plan se estaba demorando y ella se impacientaba rápidamente. Su madre era la pieza clave del fracaso, ergo, si su madre seguía en el camino, nunca tendría a Natsu entre sus brazos.

Ya sabía, y tenía en claro, que es lo que debía hacer. Es por eso que, aprovechando la ausencia de su madre y que estará fuera todo el día, Nashi puso manos en acción y puso en marcha el "Domar al patriarca del fuego".

En la sala, Natsu veía televisión, sin siquiera imaginar que el peligro acechaba a dos recámaras de distancia.

— Papi—llama Nashi a Natsu planteándose entre Natsu y la pantalla.
— ¿Que sucede, hija?—pregunta Natsu apagando la televisión para poder prestar atención a su hija.
— Te preparé un pastel. Espero que te guste—dice extendiendo el postre hacia su padre.
— Oh, gracias. Espero que hayas salido mejor cocinera que tu madre—bromea Natsu aceptando amablemente el obsequio de su hija.

Algo andaba mal. A Natsu le empezó a invadir una especie de calor muy extraño por todo el cuerpo. Su visión se tornaba borrosa y algo empezaba a despertar en su "zona baja".

— ¿Como te sientes, Papi?—pregunta Nashi al ver que su "ingrediente especial", puesto en el pastel, empezaba a surtir efecto.
— Me siento extraño. Es como si...
— ¿Estuvieras excitado?—complementa la peli-rosada comenzando a quitarse la ropa.
— Si.
— No te preocupes, yo te puedo ayudar.

Natsu no espero que su propia hija se despojara de sus prendas hasta quedar en una lencería rosa, pero lo hizo. Por si no fuera poco, se sentó en su cadera y le robó un beso, muy pasional y sucio.

— Nashi...—pronuncia Natsu tratando de alejarla con la poca fuerza de voluntad y sensatez que le quedaba.
— Así, di mi nombre—dice Nashi excitada. Tomo las manos de su padre, que estaban en sus hombros, y las dirigió a sus grandes pechos. Definitivamente tenía genes Heartfilia.

Al sentir ambas cosas blandas en sus manos, que eran semejantes a las de su esposa, Natsu las apretó, mandando todo a la mierda y dejando que el afrodisíaco hiciera lo que tuviera que hacer.

— ¡Kya!—chilla Nashi cuando su padre, además de estrujar sus pechos, la puso contra el sillón agresivamente.
— Nashi...—murmuro como una bestia en celo. Parece que el afrodisíaco fue mejor de lo que el vendedor le dijo.

Rápidamente le arrancó el sujetador y se llevó uno de sus senos a la boca. Nashi gritó al sentir que Natsu comenzó a morder sus pezones y a lamer, y chupar, como un bebé hambriento. Natsu daba falsas estocadas, pero la peli-rosada podía sentir la gran dureza que cargaba su padre.

— S-Se... Se gentil...—suplicó Nashi entre gemidos de placer, producido por la bestia de su padre.
— Eres deliciosa—fue lo único que dijo Natsu antes de lamer su cuello y seguir su trabajo.

Pasaron los minutos y Natsu le arrancó la última prenda que llevaba. Acto seguido, el mismo se arrancó sus prendas, dejando ver como Dios lo mandó al mundo. Los ojos de Nashi, por instinto, fueron descendiendo hasta llegar a "esa" zona.

Apenas lo vio y tragó saliva de manera fuerte y forzada.

— ¿D-De ahí vengó...?—se preguntó mentalmente y asustada por el Monstruoso tamaño que su padre tenía entre las piernas.

El peli-rosado mayor no espero para girar a su hija, pegarla contra la pared e introducirse de una sola estocada dentro de Nashi.

— ¡¡DIOOOOOOOS!!—gritó Nashi al sentir como era desvirgada por su padre.

El peli-rosado no quiso esperar los minutos para que se adaptará al tamaño y comenzó a moverse frenéticamente dentro de su hija, desgarrando y dilatando ese mismo interior sin piedad.

— ¡Mas! ¡Mas! ¡Mas rápido, por fa-VOR, TO-CHAN!!—suplicaba Nashi a gritos cuando el dolor se transformó en placer. Ahora sabía por que en algunas ocasiones vio a su madre utilizar muletas cuando era niña.

Natsu no decía palabras, sólo emitía gruñidos y otros sonidos de una verdadera bestia en celo. Y Nashi no emitía otro sonido que no fuera gemidos o gritos pidiendo más y mas.

— Vaya.

Como si a Natsu le hubiera caído un balde de agua de fría, y eso limpiará los efectos de la droga, detuvo sus movimientos y giró la cabeza lentamente, encontrando a su esposa de pie en la puerta.

— L-Lu-lu-ce...—apenas podía hablar.
— ¿Puedo saber que están haciendo?—pregunta sarcásticamente la rubia.
— Papi y yo nos demostramos cuánto nos amamos. Si no te importa, nos gustaría llegar al orgasmo—habla Nashi cansada. Su padre se estaba excediendo.
Pff—emitió Lucy, desconcertando a ambas cabezas rosadas—. ¿En serio crees que puedes hacerlo llegar a un orgasmo? Te faltan 100 de experiencia, niña—se burló pasando a reír a carcajadas. Para Nashi, eso fue una declaración de guerra.
— ¿Ah, si? Mira y aprende, ¡vieja!—grita tomando la cabeza de Natsu para besarlo fervientemente.

Natsu quiso poner resistencia, pero, a estas alturas, siguió la corriente. No le gustaba dejar un trabajo sin terminar, incluso si era cogerse a su hija, no lo iba a dejar sin terminar. Era muy orgulloso para eso.

— ¿Estas retandome?—pregunta Lucy desafiante—. Ahora voy a enseñarte por que soy tu madre—dice tirando su mochila al suelo y caminando hacia ellos, quitándose la ropa en el proceso.
— ¿Acaso estas loca, Luce? Es tu hija—de manera hipócrita, Natsu trató de ser la voz de la razón. Lucy, sin hacerle caso, sujeto la cabeza de su esposo y la puso entre sus grandes pechos.
— No me importa si es contra mi propia hija, voy a luchar por mi hombre. Me costó mucho trabajo llamar su atención, y no se lo dejaré a cualquiera sin pelear—habló Lucy con determinación, mientras su esposo luchaba por respirar. Era obvio quien las tenía más grandes.
— No me quedaré atrás, madre—asegura Nashi tomando la base del "dragón" de Natsu con ambas manos.
— Te estoy esperando, hija—desafía Lucy bajando sus manos por el cuerpo de Natsu.

Esta iba a ser una noche muy loca.

***

Sus ojos se abrían con calma. Extrañamente se sentía muy cansado y el cuerpo parecía no responder a su voluntad.
Cuando logró abrir los ojos por completo, entendió todo.
Recuerdos llegaron a su mente y al tratarse de mover, no lo consiguió. Miro sus muñecas y estas estaban atadas con grilletes anti-magia en la cabecera de la cama.

— ¿Pero que...?—murmuro confundido.

Se dió un vistazo rápido: Estaba completamente desnudo y todavía tenía una erección. A sus costados, Nashi y Lucy dormían plácidamente. Nashi tenía la cadera alzada al aire y el semen todavía se escurría de su vagina y de su boca, sin mencionar que su trasero estaba muy rojo.
Lucy yacía boca arriba, con su semen en todo su rostro, sus pechos, su vagina e incluso sus pies, mientras mantenía una gran sonrisa satisfecha dibujada en sus labios.

— Por Dios, soy un degenerado—dijo Natsu reprochando semejante comportamiento en el.

Bueno, esto no podía ser peor.

***

Estoy embarazada—dijeron ambas féminas Dragneel.
— Vamos a ser papás de nuevo y Nashi tendrá un hermanito—dijo Lucy alegremente.
— Vas a ser abuelo y yo seré mamá—dijo Nashi alegremente.
— Voy a ir a la cárcel por embarazar a una menor—dijo Natsu asustado y horrorizado.

Parece que las cosas en la familia Dragneel se iban a poner muuuuuuuuy interesantes.














































Y antes de irnos, aquí los marcadores:

Natsu: 19 orgasmos.
Nashi: 41 orgasmos y provocó 6 orgasmos de Natsu antes de caer K.O.
Lucy: 32 orgasmos y provocó 13 orgasmos de Natsu y pudo seguir 2 horas más antes de caer K.O.

Ganadora: Lucy Heartfilia.
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Para aquellos que no sepan que es el complejo de edipo, no se sientan mal y sigan leyendo.

Complejo de edipo: Atracción sexual que sienten los hijos por sus progenitores.
Esto se puede manifestar de dos maneras: El positivo y el negativo.
Positivo: Atracción sexual que siente el hijo varón por su madre.
Negativo: Atracción sexual que siente la hija hembra por su padre.
Lo que leyeron fue negativo.

¿Verdad que era mejor cuando no lo sabías?

¡Gracias por el tiempo y la atención prestadas a la lectura! Y sin más que agregar, hasta la próxima.

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