| 49 | El Fruto De Nuestro Amor

— Natsu~ Natsu~ ¡Natsu!

Pude sentir como tu semilla me llenaba por completo.
Había deseado esto por tanto tiempo y ahora se vuelve realidad. Miro hacía abajo y puedo ver perfectamente tu expresión: Tienes los ojos cerrados con fuerza, tus mejillas están rojas y aprietas los dientes con fuerza, además, sujetas mis caderas más fuerte, y puedo sentir que tiemblas levemente.

Sería redundante decir que estás más agotado que yo.

— Luce... Te amo...—dices entre sueños luego de que acurrucó a tu lado para descansar.

Una felicidad inmensa me invade  al oírte decir eso. Me llena de júbilo y euforia el corazón. Te abrace fuertemente y acomode mi cabeza en tu pecho.

Fue la mejor noche de mi vida.

***

— N-Natsu...—estaba nerviosa y temerosa. No sabia como decir esto.
— ¿Si?—me preguntas totalmente calmado, sin un ápice de preocupación en tu sistema. Siempre he admirado eso de ti.
— E-E-Estoy... Estoy... Estoy...—dios, ¿Por que es tan difícil?.
— ¿Estas pesada? Eso no es un secreto, Luce—me dice sin tacto.

En un impulso de irritación te doy un golpe en la cabeza que te manda al suelo.
A veces ni yo misma soy consciente de mi fuerza.

— ¡Estoy embarazada! ¡No estoy pesada!—gritó pérdida en mi misma. Tan sólo unos segundos después me entero de lo que dije y, por instinto, tapó mi boca con ambas manos.

Te levantas estrepitosamente y me miras con un rostro duro de descifrar. Cuando trató de decir algo, tu me abrazas con fuerza y empiezas a susurrar sobre mi oído lo feliz que estás y que seras un gran padre para el, o ella. Pero, por sobre todas las cosas, lo que repites constantemente era: "Gracias".

Este era el inicio de la etapa más feliz de mi, no, de nuestras vidas.

***

Fueron 9 meses de espera, pero finalmente estas aquí, mi dulce bebita.

Nació con cabello rosa, igual que tu; tiene tus ojos, tus colmillos, el color de tu piel y rasgos faciales semejantes a los míos.

Es toda una belleza sin igual.

— ¿Como te sientes?—me preguntas nada más ingresas a la sala, vestido con la bata médica celeste.
— Cansada. Pero la vale la pena si es por ella—digo refiriendo mis palabras a nuestra hija, quien mantengo acurrucada entre mis brazos—. Pero no te quedes allí. Ven a conocer a nuestra hija, el fruto de nuestro amor—enfatizó elevando levemente a la pequeña Nashi (una fusión de nuestros nombres) para que puedas verla.

Te acercas y la tomas entre tus brazos. Puedo ver cómo la observas estupefacto, sin creer que sea tu primogénita. Acercas tu dedo índice a ella y ella, tal vez por instinto (no conozco como funciona el sistema de un recién nacido), eleva sus diminutas manitas y, con ambas, sujeta tu dedo. Eso me parece de lo más tierno. Tu ríes y la cargas de un modo más paternal.

— Hola, Nashi. Soy Natsu, tu padre—te presentas, como si ella entendiera lo que dices—. Te prometo que, mientras camine y respire, te protegeré a ti y a tu madre con todo mi corazón y fuerza. Tu serás la heredera de las llamas del Dragón Slayer y protegeras a tu madre, y a todo el gremio, cuando yo ya no pueda. Tu eres y seras recordada como: Nashi Dragneel Heartfilia. Te amo, mi pequeña dragona celestial.

No puedo evitar llorar cuando terminas tan hermoso discurso. Al verme te acercas a mi y, con Nashi en brazos, me abrazas y juntas nuestras frentes. Retiras las lágrimas de mis ojos y vuelves a entregarme a Nashi.
Sellas nuestra primera reunión familiar con un beso en mis labios y otro en la frente de Nashi.

Diría que no puedo amarte más de lo que lo hago ahora, pero podría equivocarme.

***

— ¡Rugido del dragón...—cargas el fuego en tu boca—. ... de fuego!

La columna de llamaradas sale disparada de tu boca y destruye, como mucho, 7 montañas al impacto.

— ¡Wow!—exclama Nashi más que impresionada—. ¡Es mi turno!  ¡Rugido del dragón de fuego!

De su boca salió apenas una pequeña nube de fuego que rápidamente se disipa con el viento. Ella mantiene la pose, totalmente perpleja.

Pff...—parece que no puedes evitar reírte—. Ya mejoraras—la alientas.
— ¡Cállate, viejo!—grita con los ojos blancos y muy molesta.
— ¿¡Viejo!? ¡Pero si solo tengo 32 años!—gritas en la defensiva, del mismo modo que tu hija.
— Ajá, ¡De llegar a viejo!—grita burlándose de ti.
— ¡Hija de... Mi!

Una pelea empieza entre ustedes, donde hay una nube que los rodea y sólo puedo ver partes parciales de sus cuerpos salir abruptamente una tras otra.

Veo todo desde mi silla en la mesa del jardín. Sonrió al verlos jugar de ese modo. Es lindo, y bueno, ver que heredó tu energía y tu poder explosivo. A pesar de ser niña, ustedes parecen  uña y carne. Siempre tan unidos.

Su pelea no cesó hasta las tantas de la noche. Ambos acabaron tendidos en el suelo, pero sólo ella terminó dormida por el cansancio. Tu te levantas y sientas en el pasto. Al verte, me acercó a ti y te doy un beso en la mejilla.

— Gracias por hacer que se cansara. Me da mucha batalla a la hora de dormir—digo abrazándote. Uno de tus brazos me atrapa y acerca a ti.
— Me gusta ser útil—dices bromeando.

Te levantas y entras a la casa. Yo tomó a Nashi entre mis brazos y sigo tus pasos hacia el interior del hogar que hemos construido para nosotros tres.

La llevó hasta su habitación y la recuesto en su cama.

— Mami... Me encantan tus libros... Papi... Te voy a superar algún día...—dice entre sueños. Mi instinto maternal se doblega y me recuesto a tu lado, totalmente enternecida. 

Retiró los mechones rosados de cabello de tu frente y acarició tu mejilla. Besó tu frente, te deseó las buenas noches y me levantó de tu cama para colocarte la sábana y salir de tu habitación.

— ¿Como te fue?—preguntas saliendo del baño en boxers. Amo mucho ser mamá, pero con toda esa responsabilidad había olvidado lo jodidamente sensual que eres.
— Bien. Empezó a hablar dormida y me arrope con ella. Amó ser mamá, ¿sabes?—digo acercándome a ti. No se por que, pero algo en mi despierta—. No me molestaría otro.
— ¿Otro que?—preguntas sin entender mis palabras. Dios, también había olvidado ese lado inocente tuyo. Eso me pone todavía mas.
— Otro hijo. Quiero una familia más grande. Y esta vez, quiero un varón rubio—respondo a tus dudas sonriendo de manera sensual.

Tragas saliva y yo no te doy tiempo a nada cuando te tumbó en la cama y me siento sobre tu cadera, sonriendo de manera atrevida.

Espero que tu ducha te haya respuesto energía suficiente, por que esta noche no vamos a descansar.






























































































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¿Por que tanto Nalu seguido? Pa'que vean que estoy en paz con todos los shipps de la serie, menos el Graylu. Ese todavía lo aborrezco y lo seguiré haciendo mientras camine y respire.
Y, por último, y extrañamente, no se por que cuando me sale algo a la improvisación (esto por ejemplo) me sale bien, y hasta bonito. Misterios de la vida, supongo.

¡Gracias por el tiempo y la atención prestadas a la lectura! Y sin más que agregar, hasta la próxima.

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