v e i n t i o c h o

Horas después.

Henry llegó a su casa más temprano de lo que usualmente llegaba. Se había comunicado con quién los ayudaría a Ray y a él. Y como no hubo ningún crimen o emergencia el resto de día salió del trabajo. 

Al entrar miró a su hermana sentada en el sofá, como siempre con la mirada en su teléfono, a su madre sentada en la mesa... también con su teléfono, para ver finalmente a su padre, quién terminaba de cocinar.

Éste último alzó la vista encontrándose con su hijo.

—Miren, ya llegó Henry. —anunció el mayor mirando al nombrado con una sonrisa.

—¿A quién le importa?—preguntó Piper con fastidio a lo que su hermano frunció el ceño.

—Hola, cariño. —lo saludo su madre sin levantar la mirada de su dispositivo—. ¿Cómo te fue en el trabajo?

—Bien, mamá. —respondió dejando sus cosas en el sillón. Se acercó a su padre para ver que cocinaba—. ¿Qué cocinas?

—Es mi nueva creación; pan con queso, tómate y trozos de carne, las cuales son una combinación de res y carne, mezclado con varios tipos de pimientas y un producto elaborado de nitrato de sodio. —contestó con una sonrisa señalando la botella que portaba en su otra mano.

—¿Y qué producto es?...

—No tengo idea.

—... Sí, papá, acabas de describir a la pizza, alimento que tú no inventaste.

—¡Claro que no! La pizza es triangular y la comida que YO inventé es circular. No hay ninguna coincidencia. —con eso dicho alzó el sartén donde se termina de cocinar la comida para que lo viera.

—Pero-.

—Henry, deja en paz a tu padre, mientras él cocine no importa si piensa que creó un nuevo alimento.

—¿Qué? Pero si-.

—¡HENRY, HAZLE CASO A TU MADRE!—lo interrumpió Piper con un grito.

—De acuerdo. —gruñó.

—¡Todos vengan a la mesa a cenar! La comida ya está lista. —aviso el mayor de los Hart sirviendo la comida en los platos.

Kris guardó su teléfono al mismo tiempo que sus hijos se sentaban en sus lugares de siempre. Jake llevó los platos hasta la mesa.

—Piper, ¿qué te he dicho de usar el teléfono en la mesa?—preguntó con una sonrisa calmada.

—Sí, sí, que no lo use. —se quejó guardándolo.

—Mmm, cariño, esto se ve delicioso. —dice su esposa oliendo la comida.

—Sí, y no creerías cuanto tardé en cocinarlo sin un horno eléctrico.

—Hubiese sido mucho más sencillo ordenar una pizza pero no. —comenta con una sonrisa el rubio—. Supongo que el sabor será el mismo, ¿no?—cuestiona dando un probado de la comida que hizo su padre—. Muy bien, ahora deberás quiero saber qué era ese producto...

—Deja de quejarte, Henry. —lo regaño su madre dando un bocado de su comida—. ¿Porqué no aprovechamos que hace mucho no estábamos los cuatro reunidos para cenar y hablamos acerca de cómo fue nuestro día?

—¿De qué hablas? Todos los días cenamos juntos. —dijo la menor con una ceja levantada.

—No, no es cierto. A veces yo no estoy, o no está Henry, o no estás tú... Él único que siempre está es papá.

—Así es desde que era niño. Ya es algo habitual en mí. —menciona con una sonrisa.

—Como sea, cuénteme qué tal fue su día.

—Pues mi día fue horroroso, como siempre. —comenzó hablar Piper—. Estaba en clase de ciencias y él torpe profesor no ordenó hacer equipos para hacer un torpe trabajo, y yo quería a Jessica como mi compañera, pero Jana Tetrazzini le preguntó si quieres ser su compañera antes que yo, ¡y ella dijo que sí!

—... ¿Y qué?—cuestionó Henry.

—¡¿Cómo qué "y qué"?!—imitó su voz—. ¡Jana Tetrazzini se está robando a mis amigos solo porque tengo más que seguidores ella porque soy mucho más asombrosa que ella! ¡¿Qué no ven la gravedad del asunto?!

—Relájate, cariño-.

—¡NO, MI VIDA SOCIAL ESTÁ EN PELIGRO Y A USTEDES NO LES INTERESA!—reclamó levantándose de su asiento—. ¡NO ESTOY BIEN! 

—¡Tú nunca estarás bien!—respondió con un grito también Henry. Piper lo miró furiosa dispuesta acercarse a golpearlo.

Quieta...—le advirtió su padre mientras la señalaba.

—Ya, lo siento. Y sí nos importa, ¿bien? Tú eres genial y Jana apesta. —trato de tranquilizarla su hermano. Sabía que decir aquello siempre funcionaba, con quién sea.

—¡Gracias!—se sentó de nuevo.

—Henry, ¿quiere contar cómo te fue hoy sin gritar ni alterarte?...—preguntó su madre un poco más tranquila luego de escuchar los gritos de su hija.

—Sí, sí puedo. —Piper le hizo un gesto con la cara—. Ah, después de la escuela fui al trabajo con Jasper y Charlotte... luego regresé a casa.

—¿Es todo? ¿no sucedió nada más?—preguntó curiosa la mayor.

—Bueno... debieron ver cómo quedaron de relucientes esos pisos, creo que mi jefe me dará un ascenso o algo así, jeje. —ríe un poco con una sonrisa falsa. Kris lo examinó con la mirada y supo que estaba mintiendo. Sabía cómo hablaba y que movimientos hacía cuando mentía.

—¿Ascenso por limpiar los pisos?... Wow, que interesante es tu vida, Henry. —comentó con un notorio sarcasmo logrando molestar al nombrado.

—Al menos Jana Tetrazzini no me está robando a mis amigos...—dice en voz baja, pero fue suficiente para que la contraria lo escuchará.

—¡¿QUÉ DIJISTE?!—se levantó de su asiento, de nuevo, furiosa.

—¡Ya escuchaste!

—Ay no...—murmuró su padre.

Piper, molesta, tomó su comida y se la arrojó a Henry, pero éste, con su poder la pudo esquivar. Ella, y sus padres, lo observaron sorprendidos.

—¿Cómo hiciste eso?—preguntó su madre asombrada.

—A-Ah, un reflejo supongo, jeje...—ríe nervioso. Y fue cierto, él normalmente no usaba su poder en su vida cotidiana.

 Mientras todo eso sucedía, Piper le quitó la comida de su plato a su padre y se la arrojó a Henry, con éxito ésta vez.

—Supongo que está vez no funcionaron tus reflejos. —dijo con una sonrisa burlona.

—No, no lo hicieron...—apretó los dientes molesto.

Jake solo baja la mirada triste al ver como sus hijos desperdiciaba su nueva creación así.

—¿Porqué nunca podemos tener una cena normal?...—pensó en voz alta Kris al ver a sus hijos comenzar a discutir.

【•••】

Henry dejó el peine en su mueble luego de verse peinado.

—Tonta Piper, justo cuando pensé que por fin estábamos llevándonos bien...—murmuró para si mismo.

Miró su brazalete, parecía que no habría ningún crimen esa noche. No lo admitiría pero extrañaba las llamadas que Ray le hacía cada llamada; ya sea por una llamada o para desearle un buen día.

Soltó un suspiro dispuesto a dormir, pero una suave brisa lo detuvo. Notó que la ventana estaba abierta así que fue con la intención de cerrarla.

—Hola Henry. —lo saludo su madre sentada en una de las ramas del árbol.

—¡¿PERO QUÉ?!—cayó al suelo debido al susto y a la sorpresa.

—¡Henry, ¿estás bien?!—preguntó la mayor preocupada.

—S-Sí, s-solo, duele m-mucho...—masculla levantándose del suelo—. ¿Qué estás haciendo allí?

—Quería hablar contigo.

—¿Y no pudiste... no lo sé, espérame dentro de la habitación y no sentada ahí?

—Es que la brisa es muy agradable. En unos momentos iba a entrar.

—Pues, ya puedes hacerlo... y por favor hazlo ya, me pone nervioso que estés ahí. —dijo volteando a ver a otro lado. Su madre obedeció y entró a la habitación, al entrar se sentó en el sillón.

—Ven aquí, Henry. —dio palmadas al asiento del lado izquierdo para que él se sentará.

—... Agh, bien, ¿de qué quieres hablar?—cuestionó subiendo las pequeñas escaleras para sentarse a lado de ella.

—Sé que mentiste cuando nos dijiste cómo te fue hoy. —Henry abrió los ojos sorprendido.

—¿Qué?... Claro que no, es decir, ¿porqué mentiría? Es, es ridículo...

—Lo estás haciendo de nuevo. Hablas así cuando mientes, no creas que no conozco a mi propio hijo. —se cruzó de brazos.

—No estoy mintiendo mamá, si estuve trabajando hoy en basura y más, es la verdad.

—Por esa parte te creo. Pero no puedo dejar de pensar que algo nos estás ocultando...—el menor desvío la mirada poniéndose nervioso—. Te he estado notando diferentes estos días, y creo que sé qué es...—Henry se levantó de su asiento, comenzando a sudar, antes de que la mayor terminara su oración—. ¡Estás enamorado!

Él se detuvo al escuchar eso. Sintió un gran alivió al saber que no había descubierto su secreto, pero al pensar claramente en lo que dijo la vergüenza invadió su cuerpo mientras una pregunta sonaba en su mente;

« ¿Tanto se nota? »

Se sentó de nuevo en el sillón.

—... ¿Disculpa?

—No puede ser, sí lo estás. —sonrió con emoción.

—Ni siquiera te he dicho si lo estoy o no.

—Por favor Henry, si no lo estuvieras hubieses dicho que no inmediatamente, en cambio; te levantaste y no dijiste nada por varios segundos... además de que tus mejillas están rosadas, uh, que tierno te ves.

—¡No soy tierno!...—cubrió su cara con sus brazos—. Y tampoco estoy enamorado.

—Sé que tienes secretos Henry y tienes derecho a tenerlos, todos los tenemos...—agregó—. Pero no tienes que negar esto, no tienes nada de que avergonzarte de algo tan normal como enamorarse.

Henry bajó los brazos y la miró. Quizás tenía razón, a lo largo de estos años se acostumbro tanto a tener secretos... El estar enamorado no tenía nada que ver con ser Kid Danger, podía hablar de aquello, ¿y qué mejor persona que con su madre?

—Bien...—suspiró—. sí estoy enamorado.

—Ya lo sabía, Henry. —dijo con una sonrisa—. Y dime... ¡¿Es esa chica que vino a estudiar contigo?! ¡Sabía que acabarían justos! ¿Cómo es que se llamaba...?

—¡______!—gritó al mismo tiempo que sus mejillas se coloraban ante las palabras de su progenitora—. Q-Quiero decir, quién es no importa...

—Claro que importa, hijo. ¿Ella ya es tu novia? Podrías invitarla a cenar mañana. —insistió sin borrar su sonrisa. Henry se levantó del sillón y bajó al suelo.

—Ella... todavía no es mi novia, y no la voy a invitar a cenar. Yo, ya tengo otros planes para mañana. —dijo tratando de darle importancia.

Todavía no es tu novia, pero mañana lo será, ¿cierto?—preguntó con la ceja levantada. Su hijo miró al suelo avergonzado.

—Sí pero no lo digas...—murmuró a lo que la mayor rió.

Sintió una felicidad al ver a su hijo de esa forma, y no, no se refería a lo de estar avergonzado, si no enamorado. Tristemente sus anteriores relaciones no terminaron muy bien que digamos, esperaba que ésta vez fuera diferente. Es decir, podía ver lo ilusionado que estaba por esa chica.

—Tranquilo, Henry. —se levantó y bajó por las escaleras—. Sí me permites, yo te puedo ayudar.

El nombrado la miró de reojo con confusión y algo de curiosidad.

【•••】

______ se encontraba jugando con una pelota aún sin poder dormir.  Se detuvo un momento para abrir la puerta de su habitación con sus poderes.

Pasaron unos segundos para que su tía entrará y la viera con confusión.

—¿Cómo sabías...?

—Mover cosas con mi mente no es lo único que hago... también las leo, y percibí tu pensamiento ya que tenía que ver conmigo.

—Ah, claro...—murmuró cerrando la puerta—. Aprovecho que Amy aún no despierta para hablar contigo... así que no leas mi pensamiento.

—Muy tarde.

La mayor soltó un suspiro. Se acercó a ella y se sentó a su lado.

—¿Cómo te-.

—Evitemos el drama. —la interrumpió—. Ya estoy acostumbrada a que Amy me diga ese tipo de cosas, y no la culpo, después de todo es verdad.

—______, no...

—Déjame terminar. —pidió sin voltear a verla. Ariel asintió levemente y se dedicó a escuchar—. Estoy consciente de que Tyler murió por querer protegerme, él casi me ordeno que no me culpará por eso... y eso hice, quizás para ignorar la culpa que me persigue desde ese día. Y con lo que pasó hoy, recordé algo que él una vez me dijo...

—No dejes que tus emociones controlen tus poderes. —terminó su oración con una pequeña sonrisa. La menor la observó con asombro.

—¿Cómo lo sabías?

—Porque yo se lo dije alguna vez a tu hermano. Mira, ______, de nada sirve que te sigas culpando por lo que pasó, si Tyler se sacrificó por ti fue su decisión. ¿Enserio crees que él querría verte culpando de su muerte toda la vida?

—Fue su decisión, sí... Pero no lo habría hecho de no ser por mí. Eso es muy difícil de olvidar. Hoy volví a cometer otro error por no controlarme, no tan grave como ese pero sigue estando mal.

—¿Qué fue lo qué sucedió?...

—No lo sé, yo me enojé con ese tonto y... explote. —contestó mirando sus manos—. Ya me había pasado antes pero fue hace muchos años... Esto me deja cada vez más claro que aún no sé controlar mis poderes, increíble... —murmuró levantándose de su cama.

—¿A qué te refieres con eso? 

—A que, mi telequinesis es superior a la de hace unos años, al igual que la lectura de mentes... pero aún no logró teletransportarme las veces que quiera, me cansó muy rápido y solo puedo hacerlo máximo una vez al día. ¡Y ni me hagas hablar del control mental! Podría hacer que la otra persona hiciera lo que yo quisiera sin tener que involucrarme emocionalmente con ella. ¡Debido a eso tengo que soportar y fingir estar enamorada de ese idiota de Kid Danger!—exclamó dejando salir lo que la molestaba—. ¡Y él único que podría enseñarme hacer eso es papá!... Pero no puede.

—Yo no conocí mucho a tu padre,  ahora desearía verlo hecho, me habría enseñado algunos trucos que te serían de ayuda ahora mismo. Pero si me permites, te ayudaré a controlar y mejorar tus poderes.

—¿Sabes cómo hacerlo?

—Haré lo posible para ayudarte. Tenemos que hacer un buen trabajo después de todo. 

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