Tren

Songfic.

Jueves / La oreja de Van Gogh.


Nunca he sido de los chicos que se preocupan por su físico. Tampoco me interesa la moda o la ropa de marca. Así que el estar aquí, sentado en los últimos asientos del tren, sintiéndome como un imbécil por no haberme puesto una chaqueta más decente o los tenis nuevos arrumbados en la esquina de mi armario desde hace 5 meses, sólo por querer llamar la atención de alguien me hace sentir estúpido.

Tampoco ayuda el hecho de no tener el cuerpo atlético de un Adonis y no es porque no lo hubiera intentado antes, ¡Yo soy un deportista nato y de los mejores de la Universidad! Simplemente, por algún extraño motivo o algún problema metabólico, mis músculos no crecen. Así como mi estatura es la misma desde la secundaria. Aún a los 19 espero que me llegue el estirón.

Tampoco tengo la cara de un súper modelo, todo eso del perfil griego y la mandíbula cuadrada... No, no, no. No hay de eso para mí. Aún tengo cara de niño.

Y realmente, jamás me había molestado.

Hasta hace un par de meses. En cuanto las clases se reanudaron después de las vacaciones navideñas,  me senté en el lugar donde estoy ahora para que, una estación después, el chico más apuesto que he visto se sentara justo frente a mí.

Después de esa primera semana yo había logrado captar el brillo sutil del llavero en su mochila. Llavero perteneciente a otra universidad donde asistía uno de mis mejores amigos, así que en cuanto llegué a la escuela llamé a Misono para preguntarle por el chico del tren, a quien le había tomado una foto disimuladamente mientras dormitaba.

Al día siguiente tuve toda la información posible sobre él en un mensaje con el nombre de mi amigo como remitente, prometiéndome que le daría un muy buen regalo a Misono en su cumpleaños.

Se llamaba Ash Sleepy, extranjero y con 7 hermanos, de los cuales uno asistía a mi universidad. Estudiante de literatura clásica, quinto semestre, y de notas excelentes. Perezoso por naturaleza y extremadamente antisocialidad.

Y es verdad que no suena como el hombre de los sueños de nadie, incluso yo creía que no podría haber alguien más vago. Pero tenía algo, un no-sé-que impidiéndome despegar mi atención de él.

Lo cual es completamente molesto porque el tipo nunca, jamás, en estas semanas ha reparado absolutamente en mi presencia. Siempre sentado frente a él.

Pero me propuse hablarle, saber de él.

Hace dos semanas, el último día que lo vi, intenté entablar conversación con él solo para darme cuenta, demasiado tarde, después de pronunciar un torpe y patético "Oh, disculpa", que él llevaba audífonos. Esas cosas diminutas en las orejas le habían impedido escucharme y el hecho de que él bostezara antes de cerrar los ojos como si yo no existiera; me habían dado unas ganas inmensas de llorar, por algún extraño y ridículo motivo. ¡Por que un chico me ignoró!

Ese día, tan distraído y molesto como estaba, tuve un pequeño resbalón en las escaleras de la escuela. Resultados: Un problema con los ligamentos de mi tobillo y posteriormente una fiebre de días ¡Casi una semana completa! Y aún cuando la gripe se fue tuve que esperar otra semana por aquello del reposo absoluto para mi pie. Lo cual acepté de buena gana, no iba ver a Ash con muletas. Aún si en el tren no las usaba... y él no me hiciera caso.

Fue en esos 14 días que me di cuenta de lo mucho que extrañaba ver a Kuro en el tren. Y lo ridículo que me sentía al haberle puesto un apodo sólo por notar lo mucho que le gusta usar ropa negra al mayor.

Y también acepté que me gusta. Mucho.

Así que mi propósito es hablarle hoy, con una venda aún en el pie y un par de capaz extras de ropa porque el invierno está dando sus últimos y más fríos suspiros.

Claro que todo valor se pierde cuando el tren llega a su estación y lo veo ingresar. Tan fresco como una lechuga con botas negras, un pantalón de jean, chaqueta negra y un gorro con orejas. Kuro tiene el cabello teñido de un azul celeste tan claro que podría parecer blanco dependiendo del cambio de luz, cabello ahora ligeramente húmedo por un reciente baño. O quizás por los ligeros copos de nieve que caen.

¿Acaso soy yo el único que se siente extinguiendose por el frío?

Bajo la vista cuando pasa junto a mi y toma su lugar enfrente. ¡¿Donde quedó mi valor?! Realmente quiero estrellar la cabeza en el cristal de la ventana.

Vivimos fuera de la ciudad, donde por kilómetros sólo verás vegetación y hectáreas y hectáreas de cultivo, así como inmensas mansiones de vez en cuando. Aunque ahora todo este cubierto de un manto blanco. Son unos buenos 30 minutos antes de que Kuro se baje y debo aprovechar ese tiempo.

Alzó la vista y lo veo a través de mis pestañas, con la barbilla recargada en la mano, ve el paisaje con expresión aburrida.

Y ocurre algo milagroso, tan rápido que no lo vi venir su mirada se encuentra con la mía y yo suelto un pequeño jadeo al ver sus ojos en toda plenitud. Aún en la distancia que divide los asientos, el color gris de sus orbes es casi hipnotizante. Si fuerzo la vista un poco más casi puedo ver el anillo azul rodear su iris. Ojos gris azulados, Dios...

En el momento que mí suspiro resuena entre nosotros siento el ardor en mi cara y se lo que él ve: Un chico sonrojado desde la base del cuello al nacimiento del cabello. Cierro los ojos para tomar aire y tranquilizarme. Cuando los vuelo a abrir él tiene esas fantásticas pupilas viendo el paisaje nuevamente.

Soy taaan tonto... me encojo en mi asiento, deseado que la tierra me trague y no deje absolutamente nada de mi.

Entonces recuerdo que yo me hice esta promesa, el propósito de hablarle al chico que me gusta y por el cual he actuado como un acosador durante las últimas semanas. Debo hacerlo.

Si no lo hago nada comenzará.

Tomo aire lentamente — E-esto... ¡K-kuro!

Él voltea, confundido y yo quiero morir. Realmente morir.

¿Que la tierra me trague? No, por favor. Yo mismo me tiro por la ventana mientras el tren aún se mueve, gracias.

No quiero levantar la cabeza y ver su cara. ¿Que podría pensar? ¿"Que Chico tan tonto"? ¡Y es que lo llame por un apodo que yo mismo le puse sin que él se enterara!

Y sucede algo cardíaco. Sus rodillas aparecen en mi línea de visión al piso, él está a centímetros de mí.

— Yo... no te conozco —dice lo obvio pero realmente no me interesa ya que acabo de escuchar su voz por primera vez ¡Y que voz! Ronca como si se acabará de despertar de un largo sueño, con un matiz sensual, íntimo y rudo. Con mucha fuerza de voluntad despegó mi mirada de sus carnosos labios rosas y elevó la vista a sus orbes bicolor. El azul casi imperceptible en el gris, pero ahí está, bailando en su mirada — Éstas dos semanas han sido... fastidiosamente aburridas... sin tí por aquí.

La sorpresa en mi rostro debe ser algo épico porque su boca se tuerce en una media sonrisa — ¿Lo notaste? —pregunto y el levanta una ceja — Que no vine... en dos semanas — aclaro.

El frunce ligeramente el ceño y yo quiero tocar su frente para borrar las líneas que estropean su rostro. Y es que él tipo es tan malditamente guapo y caliente como el infierno. Piel clara y músculos fuertes...

—Lo note —contesta interrumpiendo mi lascivia mirada a sus brazos — Todas las mañanas me bajo del auto de mi hermano y subo a éste tren...

Yo lo miro como si acabara de decirme que los cerdos vuelan, el infierno se a congelado y que Miley Cyrus ya no se quita la ropa.

Aunque todas son posibilidades válidas.

Tan válidas como que el chico que me ha robado el aliento admita que a estado desperdiciando un viaje diario en auto a su universidad. Ignorando la comodidad y el hecho de que llegaría considerablemente más temprano por subir a este andrajoso tren sólo para verme.

— ¿P-por qué?

—Te vi en el Festival del año pasado. Fuiste a mi universidad... Le pregunté a Alicein por tí...

El año pasado Licht y yo habíamos ido a la universidad Servamp con cámara en mano porque Misono nos había comentado que su grupo haría un maid café dónde los hombres se disfrazarían de maids y las mujeres como mayordomos. No podíamos dejar pasar una oportunidad de humillación pública como esa.

Entonces Ash me había visto con Misono.

¡Y el muy cabrón de mi supuesto amigo no me dijo absolutamente nada cuando le preguntaba por el peliceleste!

¿Como venganza por las fotos, quizás?

—¿Por qué? —repito la pregunta y veo directamente los ojos de Kuro.

Éste se limita a rascarse la mejilla con el dedo índice sin romper el contacto visual.

— Podría morir, pero... Creo que me gustas...

Quiero gritar y saltar sobre él, pero me contengo lo suficientemente bien como para mostrarle la sonrisa más grande y feliz que he dado en mi vida.

Entonces lo siento, su mano buscando la mía. Y no hay luz, se ha ido por el túnel que atraviesa el tren antes de llegar a la estación donde él se bajará.

En un acto de valor mi mano libré busca su rostro, mis dedos se arrastran desde su clavícula hasta la barbilla y mejillas, cuando siento sus labios y su aliento calentando las yemas de mis dedos me acerco y lo beso.

Lento, casi casto. Un pequeño intercambio de aliento y sentimientos.

Cuando vuelvo a abrir los ojos sus orbes están brillando de tal manera que se me corta la respiración.

Y la voz anunciando la llegada a la estación se pierde bajo el latido de mi corazón.

— Y... ¿Qué es eso de "Kuro"?


🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒🍒

¿Quién no ha escuchado ésta canción?

ByeByeNya🐾🐾



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