Kaito Kim

Mi mente ya no podía más; sentía que todo mi mundo estaba al punto del colapso. Tengo miedo, mucho miedo de perderla, pero no puedo obligarla a decidir lo que a mí me plazca; entonces no sería su decisión, sino la mía. La cara enrojecida de la pelirroja lo revelaba todo: quería escogerme, pero tampoco quería abandonar todo lo que le había costado años conseguir.

Dejé escapar un suspiro profundo para luego tratar de hacer algo que quizás empeore las cosas, pero bueno, ya no hay mucho que arriesgar.

Manteniendo la delicadeza en mis manos, sostuve su barbilla de tal forma que la obligara a mirarme a los ojos.
De nuevo me perdí en su belleza. Es que, ¿quién podía resistirse a ella? Su rostro tan bien cuidado y suave, sus mejillas ligeramente sonrojadas que la hacían verse quinientas veces más tierna, y esos ojos... Esos ojos que me observan como si fuera superior a ellos, cuando no lo soy, o al menos no me siento. Quería decirle que me escogiera, que podía darle una vida llena de amor y caricias y momentos inolvidables; que le sería fiel y que no podría vivir si ella se fuera, pero no puedo. ¿Por qué? Porque con eso lo que lograría sería confundirla más y actuar a mi favor, no al de ella. Esta vida...

-¿Kim?

Esa voz tan dulce, tan perfecta.

-¿Sí? -le respondo, aún admirando su carita.

De repente, sus ojos color ámbar vuelven a llenarse de lágrimas. Se veía tan linda así, pero ese no era el caso.

-Jary, sabía que esto pasaría, que algún día nuestras clases sociales iban a intervenir en nuestra relación. Era obvio, y lo sabes.

Sus ojos se enrojecieron más y el agua en ellos aumentaba con cada segundo. Me rompía el corazón verla así, pero había que decirle esto; es necesario.

-Mi amor, -le vuelvo a hablar, esta vez con la garganta irritada- me duele el alma cada vez que te veo así, y mucho más si ese dolor tan inteso es por mí. No lo hagas. Mira, me gustas, te amo, te quiero, como quieras llamar lo que siento por tí; es tan fuerte pero tan fuerte que a veces me da miedo comparar el que era antes con el chico que soy ahora de tanto que ha cambiado mi salud mental gracias a tí. Prácticamente me sacaste del vacío en el que estaba hundido. No sé si he sido un buen novio, -confieso, bajando la cabeza- pero... Espero almenos causarte una sonrisa cuando me recuerdes -vuelvo a mirarla, esta vez sonriéndole lo máximo que me fue posible; en sus ojitos sumergidos en lágrimas se notaba que había captado la intención de mis palabras-. Jary, tus fans te esperan, no solo eso, te espera tu futuro, tu carrera; ¿qué será de ella si me escoges? Piénsalo, por favor. Y recuerda, este no tiene que ser el final, es un nuevo comienzo. Mil puertas se nos abrirán después de esto; habrán más perso...

No llegué a terminar cuando sus brazos me envolvieron en un fuerte abrazo. No aguanté más y el llanto empezó a fluir, esto era muy doloroso, demasiado. Sentía la necesidad de gritar, de romper algo, de expresar lo que mi destrozado corazón estaba sufriendo.

-Jary... Déjame, no sufras más. Sé feliz sin mí, ¿vale?

-¡NO! -grita fuertemente ella, abrazándome con más fuerza que antes- ¡ENTIENDE QUE NO QUIERO DEJARTE!

Esa confesión es la más bonita que nunca antes me han hecho, y la que más duele. De repente, el rostro de la pelirroja abandona mi cuello para estamparse contra mi pecho; sus manos jalaban mi camisa con desesperación.
Esto tenía que parar.

-¡Jary, ya! -le grito, tratando de separarnos.

-¡Que no! -se niega rotundamente, volviendo a abrazarme con fuerza- ¡Es mi decisión, Y YO TE ESCOJO!

No sé qué pensar. Ahora mismo ya no sé lo que siento, si es paz por su decisión o culpa por todo lo que la he hecho pasar. Otra lágrima recorrió mi mejilla hasta terminar en mi barbilla, al punto de caer.

La escuché hablar, pero no entendí lo que dijo, estaba muy ocupado culpándome mentalmente como para hacerlo. Hasta que mis ojos se encuentran con los suyos; sentí que se me erizaba toda la piel al verla normal, sin ningún rastro del dolor anterior.

-Kim -pronuncia mi nombre con objetividad.

-¿Sí?

-Discúlpame, discúlpame por favor. Fui estúpida al dudar tanto cuando mi decisión estaba tan clara. Discúlpame por todo esto, porque no era necesario; tengo suficientes pruebas a mi favor para escogerte a tí -en sus labios color carmesí estaba la sonrisa más hermosa del mundo, la cual me derretía el corazón. Ella toma mi mano y me dedica una mirada decidida antes de inclinarse hacia delante para darme un dulce besito en los labios-. Vamos.

Fruncí el ceño, -¿A qué?

Como si lo que le hubiera dicho fuese algo lindo, ella sonríe tiernamente, -A hablar con mi mamá.

...

Katie Chan Jary

Fue difícil para ambos presentarnos con mi mamá y confesarle juntos mi decisión, pero valió la pena hacerlo. Sí, ella me quitó absolutamente toda mi fortuna, -desde mi enorme mansión hasta las prendas de vestir más viejas- prácticamente me dejó sin nada. Y, para ser sincera, no me molestó.

Ahora lo único que me importa es mi futuro con Kim, de hecho, nuestra boda será en tres meses, fecha planificada por la mismísima Estella. Hasta ese entonces estaré viviendo con ella para que sea todo como Dios manda. ¡No puedo esperar! Mi amiga ya tiene buscado incluso al diseñador de mi vestido.
¿Saben? Decidí que a partir de ahora seré compositora, ya que lo que en realidad me gusta es componer, no cantar. Claro, tengo que empezar de cero, pero todo será poco a poco.
Ahora mismo me encuentro sentada en la ventana de cristal de mi nueva habitación escribiéndole a Kim antes de que se vaya a la Universidad.

¿Saben qué es lo más impresionante del amor? Los sacrificios que hace.

"FIN"