Capítulo 35
Minato bajó la barrera al escuchar que tocaron, el médico entró -he recibido los estudios, seguimos sin descubrir lo que sucede, seguiremos investigando -el rubio asintió, vio al médico salir, en cuanto se fue una nube explotó junto al kage, abrió sus azules con sorpresa -Jiraiya-chan me envía, Tsunade-chan está con él, los traeré -Minato asintió -le agradezco Fukasaku-san -el sapo asintió, hizo sellos de mano invocando al sannin, Tsunade apretaba su hombro a su espalda -¿Qué sucedió Kushina? sabes que odio estar en Konoha -la rubia de inmediato caminó hacia su sobrino -colapsó esta mañana, los doctores dijeron que está en coma-
Jiraiya se paró junto a Minato, estaba preocupado- ¿estás bien?- el rubio asintió -estoy preocupado sensei, es mi pequeño -el sannin apretó su hombro -lamento no haber llegado a la boda, han sucedido cosas en el exterior, Iwa se ha estado moviendo de extraña manera -Minato e Itachi afilaron su mirada- malditos, ¿qué es lo que buscan?- Jiraiya vio a la pelirroja- poder -el kage giró su mirada a su esposa e hijo, giró hacia Itachi quién asintió -a los jinchurikis, necesito hablar con ustedes, sólo esperemos un poco, nos enteramos de bastante y tal vez exista algo de relación -el sannin asintió, se acercó a Naruto, acarició suavemente sus cabellos rubios -está muy chiquito mi renacuajo, Uchiha ¿lo estás tratando bien?- Itachi asintió -no tiene que preocuparse Jiraiya-sama, a decir verdad, quién lleva las riendas de mi vida últimamente es Naruto-
El sannin lo vio con duda, su renacuajo era tímido y depresivo. Minato y Kushina sonrieron, Tsunade revisaba su cerebro con seriedad -está su cerebro inflamado, estuvo por pasar por un derrame cerebral, se siente sobrecargado, el área del hipotálamo que es la que almacena los recuerdos está dañada, no hay golpes, ni residuos de chakra ¿cómo demonios se hizo esto?- la vieron preocupados, la rubia activó su ninjutsu médico avanzado -tch salgan de aquí, necesito concentrarme, durará algunos minutos-
Minato tomó el hombro de su esposa, la guió al exterior -le agradezco Tsunade-san, estaremos esperando, salgamos- el resto salió. Itachi apretó la mano de su marido sin querer soltarlo, no quería que despertara y que no lo viera a su lado- no haré ruido, por favor -la rubia apretó el ceño -bien- la puerta se cerró tras Jiraiya. Tsunade cerró sus ojos tratando de arreglar el daño en el pequeño mientras el Uchiha veía a su marido con preocupación. Los ojos del rubio se movían tras los párpados, apretaba el ceño ligeramente con dolor. Itachi podía sentir cómo suavemente apretaba su mano, sus onix se abrieron con esperanzas. Tsunade paró el ninjutsu después de casi veinte minutos -es suficiente por hoy, mañana volveremos a hacerlo, no sé si despertará hoy o hasta que termine de sanar el daño, si continuo en este momento sin darle oportunidad a adaptarse, su cerebro volverá a colapsar, sé paciente mocoso, su memoria fallará, no sabemos cuánto se dañó, ahora mismo iré a hablar con sus padres- Itachi asintió con frustración, observó a la rubia salir, giró su mirada angustiado, sin esperar más se estiró besando suavemente sus labios -despierta pequeño, me tienes preocupado-
Naruto en su espacio mental sentía menos asfixia, burbujas salieron de su boca, sus azules se abrieron ligeramente -¿cachorro?- el rubio levantó su mirada perdida viendo al zorro despierto -¿ku… rama?- kyubi lo veía preocupado -así es cachorro, ten calma, no debes presionarte, tal vez en este momento todo sea confuso y no recuerdes mucho, pero estás rodeado de gente que te ama, te cuidarán, sé paciente, saldrás de esto- Naruto asintió, levantó su mano derecha, podía sentirla cálida, le daba paz, la burbuja se reventó, había lodo a su alrededor, observó su mano un momento tratando de entender “despierta pequeño, me tienes preocupado” Naruto abrió un poco más sus azules, todo el panorama cambió, veían un techo completamente blanco, ya no estaba en el lodo, abrió y cerró sus ojos, sus párpados pesaban, todo daba vueltas, observó unos onix verlo con preocupación, parpadeó lento tratando de recordar.
-¿Quién… eres?- Itachi apretó suavemente su mano con frustración y dolor, su manos temblaban al igual que sus labios -olvídate de eso, no te presiones ahora, sólo debes saber, que soy alguien que estará a tu lado pase lo que pase cuidándote y apoyándote -Naruto lo vio con debilidad confundido -eres… hermoso -Itachi abrió sus onix con sorpresa, sonrió con dolor tratando de contener sus lágrimas -no digas más, el único hermoso en este lugar eres tú pequeño- el menor sonrió quedito. La puerta se abrió dejando ver a los Namikaze, el rubio veía a la pelirroja llorar y sonreír al mismo tiempo tratando de ocultar su dolor, el kage se encontraba igual evitando que sus lágrimas salieran, el pequeño cerró sus ojos y los abrió lentamente, sonrió suavemente quedándose completamente dormido.
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