CAP. 4 Expresando mis sentimientos

Y así, acabo aquel día después de aquel discurso sonó la campana que para muchos entre ellos a mi sonó a salvación, no me malinterpreten, pero después de aquello no me sentí preparada para recitar un escrito mio. Así que decidí buscar algún escrito famoso, aquella tarde no pude hablar con Rose pues su novio la alejó de mi, tan pronto salimos de clases, así que ahí estaba, rebanandome los sesos.

¿Que podría citar? A mi me encantaría algo cómo

¿Que es poesía? Dices mientras clavas en mi. tu pupila azul. Que es poesía? Y tu me lo preguntas? Poesía... Eres tu.

De Becquer. Pero Rose citaría de Becquer y yo prefería citar algo menos conocido. Luego pensé en Denison algo como

¡Tus ojos!, tus ojos que adoro por bellos, por dulces y alegres, porque en su mirada me dicen muy querido que tan solo ellos pueden volverme en dulces destellos y amarme por siempre, vivir y soñar...!

¿Qué puedo decir? Estaba obsesionada por sus ojos; ok, yo y todo el género femenino de la escuela, suficiente razón para no citarla y así, acabo mi día sin hallar una nueva cita para la clase.

Suerte que al siguiente día no me toco pasar a mi, sino a mis compañeros; y a las chicas, Alex dio la opción de leer la poesia en pareja o solos al frente lo cual me parecia excelente idea el que no nos forzará a lo de las parejas, Alex era genial.

Y parecía que el ejemplo del profesor había dado resultado, pues los alumnos comenzaban a escucharse más decentes no al grado de ganar concursos, pero eran pasables.

Y por fin, fin de semana, y yo aún sin nada que leer, ese fin Rose no paraba de echarme carrilla con lo del profesor y su dedicatoria, cuando le dije que lo bueno es que no me puse colorada, con su mirada me dio a entender que estaba en un error. Pero al final, solo concordamos en que debió ser una hermosa coincidencia, pues con todo lo estricto que era Alex con eso de jamás tener una relación con alguna alumna, la idea de algo más, quedaba descartada, era un buen profesor, nos permitía cierta confianza, hasta permitía decirle Alex en lugar de Profesor Mata y así mismo el nos hablaba por nuestros nombres de pila pero cuando comenzaron los clásicos coqueteos por parte de las chicas y las expresiones como «profesor mata usted me mata» «o con un profesor así yo si me vuelvo nerd» o «esos ojos los quiero tenemos para mi» así como muchas más tonterias, el profesor de forma seria, prometió que bajaría un punto por cada expresión dicha o algún intentó para seducirlo. Y así, acalló todos los comentarios. Y con esto, moría toda esperanza.

Y según Rose esa era la razón por la que nadie pensaba en nada más de lo ocurrido el jueves, nadie creyó que fuera nada más que una simple recitación. Y eso es lo que era, ¿o no?
Por fin, pude hallar lo que recitaría, era justo lo que sentía, por fin me declararía sin ser aventada, pues era una tarea. Y sin el riesgo de que me bajara puntos.
Y el lunes llego, por fin me tocaría pasar a mi ya había pasado casi todos, estaba nerviosa pero segura de lo que iba a hacer.

El día se me fue muy lento, ya queria que llegara la clase de literatura. Hasta que por fin llego, el profesor Alex comenzó con algunas compañeras hasta que por fin dijo:
-Rubí, es tu turno. Deseas la compañía de algún compañero?

Yo quería decirle «Solo la de usted» pero me límite a negar con la cabeza, levantarme y dirigirme al frente. Estaba al borde de un paro cardiaco, no por hablar al frente, ni por la poesía pues lo tenía bien ensayado, sino por que diría lo que siento y esperaba que solo Alex entendiera el mensaje. En eso Alex se levantó de su escritorio y se sentó con vista hacia mi, en el único lugar libre, o sea, mi lugar, viéndome con esos hermosos ojos azules, este hombre me provocaría una taquicardia. A nadie le pareció extraño su comportamiento pues al ser yo la única que recitaba con vista al frente, no había antecedente del comportamiento de Alex. Yo, sentí morir, no solo expresaria mi sentir, sino lo haría viéndole a los ojos.

Respire profundo, intentando tranquilizarme y comencé:

Esta noche pasaste por mi camino
y me tembló en el alma no sé qué afán
pero yo estoy consciente de mi destino
que es mirarte de lejos y nada más.

No, tú nunca dijiste que hay primavera
en las rosas ocultas de tu rosal.
Ni yo debo mirarte de otra manera
que mirarte de lejos y nada más.

Y así pasas a veces tranquilo y bello,
así como esta noche te vi pasar.
Más yo debo mirarte como una estrella
que se mira de lejos y nada más.

Y así pasan las rosas de cada día
dejando las raíces que no se van.
Y yo con mi secreta melancolía
de mirarte de lejos y nada más.

Y así seguirás siempre, siempre prohibido,
más allá de la muerte, si hay más allá.
Porque en esa vida, si hay otra vida,
te miraré de lejos y nada más...

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