Y así comenzó mi primer día en la preparatoria, esa noche no pude dormir pensando en que pasaría, me levanté más temprano de lo normal, me bañe, me vestí un pantalón de mezclilla negro y una blusa blanca, ya que me encantaba andar de pantalón y en la escuela no eran estrictos con la vestimenta y menos los primeros días de clases.

Baje a desayunar, para sorpresa de mamá por primera vez temprano, pues aunque yo era alguien responsable eso de levantarse temprano no era lo mio, asi que la clásica pregunta por parte de mi madre...

-Amor ¡Buenos días! ¿Te encuentras bien? ¿O te caíste de la cama?

-Sí mamá estoy bien sólo un poco nerviosa por mi primer día de clases

-No te preocupes, te irá bien, conocerás gente nueva, vivirás nuevas experiencias y espero que pronto nos traigas a presentar un chico guapo como novio, ya va siendo hora, ya me estoy preocupando.

Papá que estaba sentado leyendo el periódico, según yo creyéndolo ajeno a nuestra conversación, nos vio con cara de desaprobación. Mamá se fue sonriendo y yo me quede pensando que eso de traerle un novio a presentarles a mis padres no sucedería pronto, por lo menos hasta mis treinta años cuando el tipo de chicos que me gustan fuera de mi edad.

Quede de verme con Rose para irnos juntas a la preparatoria al salir a la esquina aún no llegaba, y tuve que esperar mientras veía chicos pasar, parejitas besándose y yo ponía los ojos en blanco. No podía evitar pensar cuantos embarazos de niñas saldrían de su calentura. En eso se me acerca un chico desconocido a hacerme conversación.

-¡Hola! ¿También te diriges a la preparatoria 81? -Se nota que es del tipo de chicos que se creen el último refresco del desierto y piensan que pueden hacer caer a cualquiera a sus pies.

-Si -Contesté cortante.

-¿Gustas que te acompañe? -Creo que no entendió mi indirecta, asi que hice el esfuerzo por no poner los ojos en blanco.

-No, gracias, espero a alguien -Intento dar a entender que tengo novio solo para quitármelo de encima pero sin ser demasiado obvia, por si llega Rose y se me cae la mentira.

-Ok gusto en conocerte me llamo Mathew nos vemos en la preparatoria -Pongo una sonrisa forzada.

-Igual -Tal vez sea muy prejuiciosa y antipática pero no puedo evitar perfilar a las personas.

Después de un par de minutos llego Rose.

-¿Por qué llegas tarde? Por tu culpa tuve que soportarme a un chico.

-Lo siento me quede dormida. ¿Y era guapo? -Su mirada de querer molestarme no puede faltar.

-No estaba mal, pero ya sabes lo que pienso.

-Si, si ya se, para que me molesto en preguntar. Y el chico, ¿tiene nombre?

-Creo que dijo que se llamaba Mathew. Hasta en eso se ve su inmadurez, de seguro se llama Mateo pero no le gusta su nombre y se autonombra Mathew.

-Ya, ya, basta con tus críticas, y tu humor negro, mejor vayamos a la escuela o llegaremos tarde.

-Si llegamos tarde será por tu culpa -Rose ya se ha acostumbrado a mi forma de ser, solo ella me soportaba.

Sólo sonrío y así nos dirigimos a nuestro primer día de clases poniéndonos al día de nuestras vidas. Aunque de la mía no hay mucho que contar, un libro nuevo que he leído, una película que he visto. En cambio Rose si tiene que contar, fiestas a las que ha ido, universitarios ebrios, ella y su novio peleándose y encontentandose, etc.

En poco tiempo ya estábamos en clases y su novio Sebastián la vino a saludar, el clásico beso, "¿cómo estas mi amor?", Etc. A mi sólo me dijo "Hola Rubi" a lo que yo asentí con la cabeza. Esa era toda nuestra comunicación y eso por mi estaba bien.

Este día era sólo de presentaciones el mismo discurso una y otra vez, quien era el profesor que nos enseñaría, cómo nos calificaría, su horario y el típico: "Chicos esfuercense porque yo no voy a regalar las calificaciones" y luego cada alumno tiene que decir su nombre, sus pasatiempos, etc.

Mi discurso también lo sabia de memoria, pues aunque me gustaba hablar en público no decía la gran cosa simplemente "Mi nombre es Rubi Ruvalcaba me gusta leer y escuchar música" y ya.

Advertí que no era la gran cosa hasta podía decirlo dormida, y eso casi lo estaba haciendo al final del día cuando la monotonía del día, lo largo de él y no haber dormido en toda la noche, me estaban causando estragos.

Me pregunto a mi misma porque no mejor nos reunen en el patio y ahi se hacen las presentaciones frente a todos. Claro, porque a los niños les cuesta hablar en público. De por si eso de presentarse frente al salón hace que la mayoría se pongan de colores, aunque claro siempre estan también las clásicas chicas que aprovechan para presentarse y coquetear, mientras que a los chicos se les salen los ojos y comienzan a babear mientras que yo pongo los ojos en blanco.

Para el final del día ya nada me importa me duele la cabeza y solo quiero irme. Todos los profesores parecen aburridos y tediosos hasta decir basta. Hasta que por último y para cerrar con broche de oro se presenta el profesor de literatura.

Juro que hasta el sueño se me espantó, no era un Christian Grey pero no estaba mal 1.70 cm, tez blanca, delgado, se ve que cuida su cuerpo, ojos azules (o esos ojos), de unos treinta años aproximadamente, sencillamente me encanta.

Y Rose conociéndome me voltea a ver y guiña un ojo, yo por primera vez en el día no puedo evitar sonreír y decir entre mis adentros.

«Creo que voy a disfrutar la preparatoria»