Capitulo X

Las peleas seguían y seguían cada vez se llevaban menos, cada vez era más difícil convivir, cada vez le lograba menos el mantener un ambiente alegre en esa casa, era demasiado difícil estar en ese lugar.

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Y pues… otro día como muchos últimamente Sebastian Jones y Qinyx estaban discutiendo ¿Por qué? Porque Sebastian nuevamente llego tarde a la casa por estar bebiendo demasiado, este no estaba completamente ebrio pero la hora de llegar a la casa fue lo que más estaba molestando mucho a Qinyx.

La hora de llegada de Sebastian Jones esta vez fue a las 3:34 a.m. esta… había sido hasta ahora la hora más tardara para llegar, ya que pues la mayoría del tiempo él llega entre las 11:15 p.m. y la 01:00 a.m.

Esta vez fue demasiado tarde y Qinyx ya estaba cansada, cansada de no poder dormir por estar preocupada por él, pensando que le había pasado algo malo… cuando él estaba muy feliz bebiendo sus botellas de tequila.

Cuando Sebastian llegó Qinyx y lo estaba esperando sentada en la sala de brazos cruzados. Ahora sí, ya se había cansado de estar esperando hasta altas horas de la noche y que él llegara como si nada.

En cuanto Sebastian entro y vio a Qinyx, estos se miraron con fijamente hasta que Qinyx fue la que rompió este silencio, diciendo:

—Buenos días Sebastian, ¿Cómo vienes?, ¿Gustas un vaso con agua?— dijo Qinyx con un tomo sarcástico —Yo quiero saber... ¿Tú no piensas en mí?, ¿No piensas que me quedo preocupada cuando no llegas temprano?, ¿Qué no duermo por pensar que te pudo haber pasado algo malo? ¡¿Que acaso no piensas en mí?!— grito Qinyx.

—¡Hace mucho que yo dejé de preocuparme por ti! ¡Principalmente cuando tú tampoco llegabas temprano... ¡O incluso no llegabas!— Le dijo Sebastian en un tomo de voz fuerte —¡¡Cuándo te quedabas en casa de Marian y no me decías que no regresarías al menos por esa noche!!— grito Sebastian —¡YO HACE MUCHO QUE NO ME PREOCUPO POR TI!— grito más fuerte e irritado Sebastián, traída demasiadas copas encima.

—¿¡Sabes qué!?, ¡YO TAMBIÉN VOY A DEJAR DE PREOCUPARME POR TI! ¡YA ESTOY ARTA, ARTA DE ESTO!— Le grito Qinyx —¡YA NO QUIERO DESVELARME PENSANDO EN QUE TE PASO ALGO MALO! ¡YA NO ME VAS A QUITAR EL SUEÑO, YA... NO.! ¡YA NO LO HARÁS!—siguió Gritando Qinyx.

—¡Me parece muy bien!— le dijo Sebastian —Lo malo de todo esto... Es que tú y yo... No nos podemos divorciar, ya que si no tendremos serios problemas con nuestros padres— dijo Sebastian con tono de voz sarcástico, pues vaya que los tenían controlados en ese campo.

—Eso tanto tú como yo lo sabemos muy bien, y eso hace que nuestro "relación" sea cada vez más difícil— le dijo Qinyx —tendremos que seguir actuando, delante de todos, fingiendo amor, cariño... Lo cual no es para nada agradable—

—No nos queda de otra que seguir actuando, afuera... Pero aquí... ¡Somos dos desconocidos!— dijo Sebastian gritando la última frase.

—¡No me opongo para nada, ve... ¡Ve sal y haz lo que quieras, ya no me importa!— le gritó Qinyx —¡VETE A SEGUIR BEBIENDO HASTA QUE NO PUEDAS ESTAR DE PIE! o no sabes que... Mejor, ¡VETE AL INFIERNO SI ES POSIBLE!—le gritó Qinyx.

Sin embargo, cuando dijo esta última frase... Sintió de inmediato, que se arrepentirá de haber dicho eso.

Sebastian solo la vio fijamente durante un buen rato, se sorprendió por lo que le acaba de decir Qinyx, últimamente peleaban mucho, pero esta vez fue más fuerte.

Pero decidió ignorar las últimas palabras de Qinyx y se dispuso a salir de la casa con la sangre hirviendo dentro de él, eran las 4:30 a.m. una hora no muy recomendable para andar solo por las calles, pero eso no le importó, sin saber lo que le esperaba afuera…

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