Capitulo III

Cuándo entraron a la casa ninguno de los dos se dirigía una sola palabra, y ambos estaban con unos rostros que no reflejan más que tristeza.

Ambos como si tuvieran un modo automático fueron a su habitación para ponerse cómodos e irse a dormir.

Qinyx sacó su pijama y se metió al baño de la recamara a cambiarse y desmaquillarse, varios minutos después salió del baño, seguido entro Sebastian para cambiarse de ropa también.

Cuando esté salió vio que Qinyx ya estaba acostada del lado derecho de la cama y arropada con una cobija color blanco, solo la miro por unos segundos y se fue a acostar él también.
—buenas noches— dijo Sebastian Jones en un tono de los neutro.

—buenas noches para ti también— respondió Qinyx sin voltear a verlo.

Esas fueron las únicas palabras que se dirigieron, seguido ambos intentaron dormir, pero no lo lograban del todo por recordar cómo fue que esto empezó.

~~~~FLASHBACK~~~~
ahí estaban ambos chicos un tanto nerviosos por la noticia que les iban a dar, pero ambos por alguna razón presentían que no sería de su agrado. cuando los padres de ambos llegan, ellos dos se paran para recibirlos. Después de hacerlo los padres prosiguen a darles aquella noticia.

—Muchachos, hace tiempo que hemos tomado una decisión— dijo primero la madre de Sebastian. 

—Vamos a unir nuestras fortunas—hablo después el padre de Qinyx —y para eso hemos decidido que ustedes... Se casen— dijo sin el más mínimo rodeo, lo soltó de una vez, lo cual sorprendió a los muchachos.

Cuándo dijo la última frase los muchachos se levantaron de sus asientos rápidamente, negándose a aquello.

—¡Yo no me quería casar aún padre!— dijo Qinyx en un todo como desesperado y algo enojada.

—¡Digo lo mismo, yo tampoco quiero hacerlo! ¡Madre, padre no nos pueden hacer esto!— dijo Sebastian Jones viendo a su madre.

—¡Está decidido! ¡Ustedes se casan y punto!— les grito con una voz firme el padre de Sebastian a ambos. Era una decisión tomada, y no tenían la más mínima intención de cambiarla.

—¡¿Qué no hay otra manera de unir sus fortunas que... ¡¿Qué no sea por este “medio”?!— hablo Qinyx resaltando una palabra en especial.

—hija, está es la mejor idea, nuestras familias se llevan muy bien, estamos seguros que ustedes se entenderán a la perfección— hablo la madre de Qinyx para intentar calmar a su hija.

—¡No! No es justo para nosotros, solo pensaron en ustedes y no les importa lo que nosotros sentimos, y ambos concordamos que no queremos casarnos— hablo Qinyx en un tono firme.

—Comparto las palabras de Qinyx ¿¡Que acaso nuestros sentimientos no les importan?!— dijo Sebastian viendo a sus padres.

—¡Suficiente! ¡Está decidido, acabamos de anunciar el matrimonio de ustedes dos, sino lo hacen dañaría gravemente nuestra imagen!— hablo el padre de Qinyx con un tono algo amenazante.

Obviamente ninguno quería dañar la imagen pública de sus familias, pues ambas eran muy poderosas y un escándalo de este tamaño sin duda alguna los perjudicaría Bastante.

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