Lento.

Capitulo 17: Lento.

Narrado por Sakuno:

Me dolía la cabeza solo podía ver oscuridad, solo sentía tristeza, mi pecho me estaba matando sentía mi corazón partido en mil pedazos. Necesitaba una buena noticia, no podía perder a las tres personas que yo amaba, Ryoma estaba grave y la trabajadora social quería quitarme a mis pequeñas.

Comencé a sentir una molestia en mi rostro abrí los ojos con lentitud observando con atención donde me encontraba.

—Sakuno— me llamó mi madre preocupada —¿Cómo te sientes? — me preguntó.

No pude contestar a su pregunta, la desesperación me invadió comencé a llorar sin poder detenerme, abrazando una de las almohadas de la camilla con fuerza.

—Hija— dijo mi madre con un hilo de voz —trata de calmarte no me gusta verte sufrir— expreso decaída.

—No puedo hacerlo, Ryoma esta peleando por su vida y acaban de decirme que me quitaran a mis hijas— sollocé —no puedo calmarme— grité lanzando la almohada con fuerza a un lado de la habitación — no puedo hacerlo todo esta mal, esto no debería estar pasando— expresé alterada volviendo a romper en llanto.

—Saku— se acercó la Sra. Rinko —buscaremos la forma de que las niñas se queden con Ryoma y contigo— me consoló la Sra. Rinko —Saku, deberías ir un rato a la casa a descansar— me sugirió.

Negué con mi cabeza.

—¿Sabe algo de Ryoma? — le pregunté intentando tranquilizarme y con voz ahogada.

—Están realizándole otra transfusión de sangre, Ryoga resulto ser compatible con él esperan que con esto se estabilice— me respondió acariciando mi cabeza.

Respiré profundo un poco aliviada.

—Saku, ven deberías lavarte el rostro, te sentirás mejor— me pidió mi madre —Cambell está hablando con la terapeuta Mikiya, esperamos tener una buena respuesta de su parte— comentó mi madre.

Me levanté de la camilla despacio caminado al baño, me mire en el espejo mi rostro daba miedo, estaba muy pálida, lave mi rostro, recogí mi cabello en una coleta alta y regrese junto a mi madre y la Sra. Rinko.

—Ya estoy mejor— les indiqué tranquila.

Mi celular estaba vibrando, lo saqué para ver de quien se trataba, vi que era mi abuela.

—Dime abuela ¿está todo bien? — le pregunté preocupada.

—Lamentó molestarte, pero no logramos dormir a las niñas— me respondió apenada, de pronto las escuche llorando a lo lejos, ambas estaban muy alteradas.

—No te preocupes, pon el altavoz— le pedí con delicadeza. Me senté en de nuevo en la camilla.

—Listo cariño— me informó mi abuela.

—Hola, pequeñas— las salude con delicadeza —Natsumi, Sora mamá y papá n-no pueden estar con u-ustedes p-pero ambos las amamos mucho, es hora de dormir mis princesas, si guardan silencio les contaré un cuento, el que su papá les lee de la princesa Rapunzel— les hablé derramando unas cuantas lágrimas.

Las niñas dejaron de llorar, comenzando a llamarme sentí un puñal en mi pecho, respiré profundo y comencé a contarles el cuento.

—Buenas noches mis pequeñas las amábamos— le dije al terminar el cuento, finalizando la llamada.

—Sakuno— se acercó a mi la Srita. Mikiya —creo que eres una excelente madre y me parece muy tierno lo que acabas de hacer— comentó pasándome un pañuelo —hablé con la oficina de servicio social, pedí que cambiaran a la Sra. Bale del caso, no me parece que ella este siendo objetiva y el Sr. Cambell opina lo mismo, así que las gemelas estarán a cargo de William Evans y Sumire Ryuzaki, mientras nos envían a alguien— me explicó con serenidad.

—¿Y las podré ver? — pregunté un poco aliviada de que mi abuela y Will estuvieran con ellas.

—Mañana podrás verlas, pero luego deben mantener distancia por la seguridad de las menores— me contestó.

—De acuerdo ¿podré llamarlas? — cuestioné con un hilo de voz.

—Si puedes, pero solo 20 minutos— me indicó Cambell sereno —necesitamos que Ryoma este estable pronto antes de que un juez sentencié algo en su contra— mencionó preocupado.

—¿Cuánto tiempo estarán lejos de nosotros? — pregunté respirando cabizbaja.

—De tres a cinco días, y en ese lapso necesitamos que Ryoma pueda ser entrevistado— respondió Naomi Mikiya.

—Entiendo— contesté sin ánimo.

Las horas seguían avanzando con lentitud, Tezuka intento enviar a los chicos a casa, pero todos se negaron a irse hasta no tener noticias de Ryoma y la transfusión de sangre.

Eran las 11: 30 pm aun no sabíamos nada, me sentía cansada y muy preocupada por la salud de Ryoma, estaba costando mucho que se estabilizara. Recosté mi cabeza en uno de mis brazos cerrando los ojos por un momento, no había comido nada desde el almuerzo y por más que me ofrecieran distintas cosas mi madre y la Sra. Rinko me negaba a comer.

La Dra. Minamoto entro en la sala con cara de cansancio, todos nos levantamos de nuestros lugares de un salto.

—Veo que Ryoma es alguien muy querido, no esperaba ver tantas personas en la sala— comentó con una leve sonrisa —Vengo a informarles que la transfusión de sangre funciono, Ryoma comenzó a reaccionar a los medicamentos, esperamos que permanezca así— abracé Ann con fuerza sintiéndome aliviada —en este momento Ryoma está en la unidad de cuidados intensivos con la Srita. Nanako, ahí estará hasta que sepamos que esta fuera de peligro, por lo tanto, lo mantenemos inconsciente, pero si gustan señor y señora Echizen pueden pasar a verlo— les informó la doctora.

—Gracias, le agradecemos mucho lo que a hecho por nuestro hijo, por cierto ¿Ryoga? — dijo la Sra. Echizen aliviada.

—Él me pidió que no les informara, pero se encuentra descansando se desmayo después de terminar con la donación de sangre, en un rato se sentirá mejor— le indicó con delicadeza.

—Ryoga, le teme a las agujas— expresó el Sr. Nanjiro con suavidad.

—Sakuno, vendremos en un rato para que pases con Ryoma y si es posible Dra. Minamoto me gustaría que ella se quede con él durante la noche— mencionó la Sra. Rinko con amabilidad.

—¿Está segura? — le preguntó la doctora.

—Si muy segura, si ella no hubiera llegado a tiempo junto a Ryoma, él no estaría con vida— expresó con agradecimiento y seguridad.

—En ese caso no hay ningún problema— acepto la doctora con gentileza —por cierto, un investigador el Sr. Itomi solicitó hablar conmigo ¿lo conocen? — interrogó serena.

—Sí, esta investigando a las personas que le causaron esto a Ryoma— le explicó el Sr. Nanjiro relajado.

—De acuerdo, estoy dispuesta ayudar en lo que pueda, si gustan síganme— les pidió a los señores Echizen.

...................................................................................

Me encontraba sentada junto a la cama de Ryoma, la Sra. Rinko y el Sr. Nanjiro me pidieron que fuera fuerte, claro en su momento no entendía que se referían, pero al entrar en la habitación de Ryoma me impresiono mucho verlo con un respirador artificial, sus muñecas vendadas, conectado a un montón de aparatos, con varios moretones en el brazo donde tenía la vía con los medicamentos, su piel completamente pálida y la sombra morada bajo sus ojos.

Sentí un gran vacío en mi estomago al verlo de esa forma, deseaba que se recuperara pronto, no quería seguir sintiendo este gran dolor dentro de mí.

—Se recuperará— dijo Nanako tomando una de mis manos.

Asentí.

—Te dejaré con él— me indicó saliendo de la habitación.

La doctora me permitió tomar su mano con cuidado de no maltratar sus muñecas, además me dijo que le hablara, aunque él estuviera inconsciente había probabilidades de que me escuchara. No estaba muy segura si lograría hablarle sin romper en llanto, pero lo intentaría.

—Ryoma, quiera que sepas que Sora, Natsumi y yo te amamos demasiado, además tus amigos están aquí y todos están muy preocupados por ti, ya sabes, aunque no lo digan de aprecian mucho— le dije con suavidad.

Después de un rato más contemplándolo me quede profundamente dormida.

—Saku, Saku— sentí que me movían abrí los ojos con brusquedad —tranquila, no pasa nada— habló la Sra. Rinko serena.

—¿Qué hora es? — le pregunté enderezándome un poco en la silla sintiendo dolor en mi espalda y notando la manta sobre mi cuerpo.

—Son las 7 am querida— me informó.

—Lo siento no esperaba dormir tanto— me disculpé.

—No te preocupes lo necesitabas y Ryoma está estable, aún permanece inconsciente, pero sus signos vitales se han mantenido— me explicó con una sonrisa.

—Eso quiere decir ¿Qué Ryoma se pondrá bien? — pregunté aliviada.

—Es lo que se espera, así que dale ánimos para que pronto vuelva a la casa— me pidió con amabilidad —Sakuno, quiero agradecerte por todo lo que has hecho por Ryoma, me hace muy feliz que él te tenga a su lado— comentó tomando una de mis manos.

—Pues a mi me alegra que Ryoma me eligiera— sonreí con sus palabras.

—Y se que él te seguirá eligiéndote sin importar que— afirmó segura.

—Lo sé, esto lo demuestra— acepté complacida —y si hubiera sido aleves yo hubiera hecho lo mismo que él— comenté.

..........................................................................................

Han pasado cinco días desde que Ryoma ingreso al hospital, él aún se encontraba inconsciente, los doctores comenzaban a preocuparse de que no despertara.

El juez encargado del caso de Natsumi y Sora, había ordenado que las niñas permanecieran bajo mi tutela, que ambas menores ya estaban sufriendo como para ponerles más carga. Cuando Ryoma despertara y diera sus declaraciones el juez decidiría si él era apto o no para su crianza.

Me encontraba sentada junto a la cama de Ryoma, cuando de pronto sentí su brazo moverse, lo observé con atención esperando que por favor abriera los ojos, pero por más que espere no ocurrió nada más.

Un par de horas más pasaron la Sra. Rinko llegaría en unos 30 minutos para sustituirme y poder amamantar a las gemelas, yo me encontraba leyendo un cuestionario de historia, de pronto sentí de nuevo a Ryoma mover su brazo, lo observe y de pronto comenzó abrir sus ojos. Lo miré con detenimiento oprimiendo el botón para llamar a una de las enfermeras. Ryoma intento llevar uno de sus brazos a su rostro, pero como lo tenían atado a la cama, parpadeo varias veces comenzando a respirar agitado, sabia que estaba asustado, tome su mano con suavidad y acerque mi rostro a el de él para que me pudiera ver.

—No te asustes aquí estoy— le hable con delicadeza, Ryoma comenzó a respirar un poco más tranquilo.

Varias enfermeras y un residente entraron en la habitación, el residente pidió llamar a la doctora. La Dra. Minamoto no tardo en llegar comenzando con las revisiones.

—Kenji, por favor quita el respirador y cámbialo por una cánula nasal— le ordenó al residente. —Aoi, por favor quita los amarres de los brazos de Ryoma— le pidió a una enfermera.

—Ryoma, soy la Dra. Minamoto ¿puedes escucharme? — le preguntó la Dra. Minamoto, él asintió. —¿Podrías decirme tu nombre completo y el de ella? — le pidió con calma cuando Kenji retiro el respirador.

—Ryoma Echizen y ella es Sakuno Ryuzaki— respondió con voz baja y ronca.

—Excelente, hoy es 20 de diciembre ¿puedes decirme cuantos años tienes? — le preguntó.

—16 años, en 4 días cumpliré los 17— le contestó relajado apretando mi mano.

—Dos preguntas más ¿el nombre de tus hijas y el de tus padres? — le preguntó.

—Mis hijas son Natsumi y Sora Echizen, mis padres son Nanjiro y Rinko Echizen— respondió tosiendo un poco.

—Perfecto, por último, te diré tres palabras, recuérdalas y en un rato te las preguntaré— le explicó —gato, casa, pelota— le dijo. —Aoi, tráele unos cubos de hielo, por favor— le indicó a la enfermera.

Al regresar la enfermera me entrego un vaso celeste con cubitos de hielo.

—¿Cómo te sientes? — preguntó la Dra. Minamoto.

—Me siento un poco mareado— contestó con calma.

—Te daré un medicamento para disminuir la molestia, Ryoma ¿Cuáles son las palabras que te di? — lo cuestionó.

—Gato, casa, pelota— le dijo con tranquilidad.

—Genial tu cerebro esta excelente, poco a poco te iras sintiendo mejor, Sakuno puedes darle los cubitos de hielo para que disminuya la sequedad en su garganta, llamaré a tu madre para informarle que despertaste, vendré en un rato. Ryoma no te esfuerces demasiado aun estas muy débil— expresó la Dra. Minamoto con amabilidad.

Ryoma asintió despacio.

Me acerqué a él con lentitud conteniendo todos mis sentimientos. —Abre la boca— le pedí con un cubito de hilo en la cuchara, él obedeció.

—Quiero otro— me indicó Ryoma con suavidad abriendo de nuevo su boca, sonreí dándole otro cubito.

Pasaron diez minutos sin que ninguno de los dos dijera nada, pero de pronto no pude evitarlo dejando escapar unas cuantas lágrimas, me alegraba mucho que estuviera consiente, por un momento había pensado que no despertaría, perdiéndolo para siempre.

—Ven— me pidió para que me sentara junto a él.

—Lo siento— susurré sentándome con cuidado de no lastimarlo, limpiando mi rostro.

—Yo soy él que debería disculparme— mencionó acariciando mi mano —Saku, lamento preocuparte, no sabes lo mucho que me alegra estar hablando contigo, hubo un momento mientras me atendían que podía escuchar todo lo que decían los médicos, pero de pronto todo se puso oscuro y ahí fue cuando pensé que no volvería— me contó afligido.

—Yo... yo tuve mucho miedo de perderte— le expresé con sinceridad —no sabes lo feliz que soy de que despertaras y de verte un poco mejor— le dije con dulzura besando su frente, el sonrió. —Ryoma, lo que hiciste fue realmente estúpido, pero a la vez también fue muy valiente y estoy muy agradecida de que tu hicieras esto por mí y por nuestras hijas, pero sabes que nosotras te necesitamos, por eso quiero que seas fuerte y te recuperes, para que vuelvas a casa junto a nosotras, las tres te amamos demasiado Ryoma— le expresé con cariño derramando unas cuantas lágrimas.

—Ryoma— suspiró la Sra. Rinko con alivio entrando a la habitación.

Me levanté de la cama para darle espacio.

—Hijo, no sabes lo preocupada que estaba, me asusté tanto— habló la Sra. Rinko abrazando a Ryoma con delicadeza y con unas cuantas lágrimas.

—Lo siento mamá— susurró Ryoma devolviéndole el abrazo con cuidado.

La Sra. Rinko se separó de él acariciando su cabello —debes recuperarte pronto— le pidió dedicándole una sonrisa.

—Les prometo hacer mi mayor esfuerzo— le contestó sereno.

—Se que lo harás— lo animo la Sra. Rinko —Saku, Ryoga esta con las niñas por si quieres verlas— me dijo la Sra. Rinko con calma.

—Vuelvo en un rato— le respondí acercándome a la puerta de la habitación.

—¿Podrías traerlas? Quiero verlas— me pidió un poco emocionado.

Lo observe por un momento sin poder responderle, la Sra. Rinko lo miro afligida.

—¿Que? — cuestiono confundido.

—Lo siento— susurre rompiendo en llanto sintiéndome terrible.

—¿Sakuno? — pronunció.

—De verdad lo siento Ryoma— expresé con vos quebrada acercándome a él.

—Mamá ¿Qué pasa? — le preguntó mirándola preocupado.

—Hijo, por ahora no puedes ver a las gemelas— le explico la Sra. Rinko.

—¿Por mi condición o...? — interrogo preocupado.

Tome su mano con suavidad sollozando levemente, Ryoma me miro con fijeza por un rato analizándome.

—Tu nunca me has mentido, solo dime— me pidió con suplica.

—Lo lamento, el juez encargado de la custodia de Sora y Natsumi no te permiten verlas— le dije entristecida.

—¿C-cuando podre verlas? — preguntó Ryoma con voz quebrada.

Sollocé de nuevo —después de que te entrevisten, el juez determinara si eres apto o no— contesté afligida.

—Ve a verlas y dales un abrazo de mi parte— me pidió entristecido.

Asentí —de verdad lo siento— expresé dolida saliendo de la habitación.

Narrado por Ryoma:

Al salir Sakuno de la habitación tape mi rostro con la manta derrumbándome por la tristeza, no podía ver a mis pequeñitas, no sabia hace cuanto no las veía y había posibilidades de que yo perdiera el derecho de crearlas. No podía más me dolía el pecho, de pronto comencé a sentirme realmente mal.

—Ryoma— me llamo mi madre alarmada quitándome la manta.

Yo comencé a respirar con mucha dificultad sintiendo como mi vista se volvía borrosa. Supongo que mi madre llamo a una enfermera o a la doctora porque de inmediato comencé a sentirme muy liviano hasta que mis ojos se cerraron llevándome de nuevo a la oscuridad, pero sin dejar de escuchar los sonidos a mi alrededor.

—Es mi culpa, no debí mencionar a las gemelas— se culpo mi madre.

—No se preocupe, debía decírselo, mañana vendrá a entrevistarlo la trabajadora social— le explicó alguien a mi madre —primero debe hablar con Cambell y con la terapeuta Mikiya— le indicó después de eso no escuche nada más.

Narrado por Sakuno:

Regrese a la habitación de Ryoma, observando que la Sra. Rinko estaba sentada junto a él, ella me explico que por la noticia de las gemelas habían tenido que sedarlo, me entristeció, yo sabia que el no poder ver a las gemelas lo afectaría y esperaba que la trabajadora social que lo entrevistara no fuera como Clare Blade.

Ryoma comenzó a despertar por lo que me acerque a la cama para tomar su mano libre.

Narrado por Ryoma:

Abrí mis ojos con lentitud me sentía con el cuerpo pesado, presione la mano de Sakuno aliviado de que estuviera a mi lado, observe a mi madre por un momento para luego mirar con fijeza a Sakuno.

—¿Qué me paso? — susurré confundido.

—¿Recuerdas lo que hablamos de Sora y Natsumi? — me preguntó mi madre.

Asentí decaído.

—Debes mantener la calma, nada es definitivo con ellas— me pidió mi madre —cada vez que te pongas mal van a sedarte, por eso intenta estar tranquilo— me indicó con calma.

—De acuerdo— acepté —¿Cómo están Sora y Natsumi? — le pregunté sereno a Sakuno.

—Están bien, mi abuela y mi madre las están cuidando— me respondió con calma mostrándome una foto en su celular.

—Están muy bonitas— sonreí al ver la fotografía.

—Mamá ¿podrías dejarme con Sakuno? — le pedí con delicadeza.

—Claro querido, estaré en la cafetería si me necesitan solo llámenme, ya sabes hijo no te alteres— dijo poniéndose de pie saliendo de la habitación.

—Ven siéntate aquí— le indiqué a Sakuno señalando un lado de la cama haciéndole espacio —tenemos mucho que hablar— mencioné.

Sakuno se sentó donde le dije quedando frente a mí, mirándome con detenimiento, yo tomé su mano.

—Saku ¿Qué paso con Lily y mi abuelo? — le pregunté con seriedad.

—Los detuvieron como sospechosos el día que te ingresaron, el Sr. Ken Itomi es el investigador de tu caso lo más probable es que mañana venga hablar contigo para continuar con el caso— me explicó con serenidad.

—Eso me alegra un poco por lo menos sirvió de algo hacer esta estupidez— comenté mirando las vendas en mis muñecas —¿te interrogo la policía? — pregunté curioso.

—Sí, el Sr. Itomi me hizo muchas preguntas y una trabajadora social muy grosera y nada parcial, para ella todo lo hemos hecho mal— le comenté molesta. —Espero que la trabajadora social que te entreviste no sea como ella, fue de lo peor— me respondió.

—¿Por qué lo dices? — cuestioné.

—Su meta era que ninguno de los dos nos hiciéramos cargo de la tutela de las gemelas, pero la Dra. Mikiya y Cambell lograron convencer al juez de que ambos somos responsables por ellas— me contó.

—¿Entonces porque no puedo verlas? — pregunté sin entender.

—El juez determino que hasta no escuchar tu versión no se puede saber si lo que se dice de ti es cierto— le expliqué.

—Saku ¿Cuántos días he estado hospitalizado? — cuestioné curioso y preocupado.

—Pasaste inconsciente cinco días y es el tiempo que has estado aquí, estuviste dos días en una unidad de cuidados intensivos luego decidieron que era mejor cambiarte a una habitación— me indicó Sakuno con calma.

—No esperaba que fueran tantos días ¿no sabes cuánto tiempo estaré aquí? — le pregunte.

—No cariño, no lo sé, lamento que tengas que pasar aquí tu cumpleaños— me respondió cabizbaja.

—No te preocupes lo celebramos luego, lo importante es que esta pesadilla terminé— le dije acariciando su mejilla notando a Cambell en la puerta.

—¿Interrumpo? — preguntó tranquilo.

—No para nada— respondió Sakuno.

—Solo dame un segundo— le pedí antes de que entrará —Sakuno, supongo que leíste la carta que te deje y debido a que no me has dado una respuesta debo preguntarte ¿quieres ser mi novia? — le dije tomando su mano mirándola con fijeza, noté que Cambell sonreía.

Sakuno se sonrojo —Ay Ryoma no seas tontito— hablo divertida —por supuesto que sí, para mí nunca dejamos de serlo— me contestó besando mi frente.

Sonreí levemente —te amo— le susurré.

—Yo también, iré con tu madre para que puedas hablar con Cambell— me informó poniéndose de pie, yo sostuve su mano.

—No te vayas— le pedí —¿Puede quedarse? — le pregunté a Cambell al ver la mirada sorprendida de Sakuno.

—Si es tu deseo, no hay problema, la Dra. Mikiya vendrá pronto y ambos debemos realizarte varias preguntas, claro si te sientes listo— me respondió Cambell con calma.

—De acuerdo— acepté no muy seguro.

Sakuno me ayudo a enderezarme un poco sentándose en una silla junto a mi tomando mi mano, Cambell colocó dos sillas cerca de la cama.

—Disculpen ¿puedo pasar? Soy la Dra. Naomi Mikiya— se presentó.

—Adelante— le dije un poco nervioso.

—Es un gusto conocerte Echizen— expresó serena acercándose a Cambell —supongo que Cambell ya te informó, yo soy la psiquiatra encargada de tu caso junto a él— explicó.

Yo asentí, mientras ella tomaba asiento junto a Cambell.

—Creo que podemos empezar, Ryoma quiere que Sakuno este presente— le indicó Cambell a la Dra. Mikiya.

—Me parece excelente— aceptó ella —¿Te molesta si te llamo por tu nombre? — me preguntó.

Negué.

—Genial ¿empiezas tú? — le sugirió a Cambell.

—De acuerdo— aceptó él —Ryoma, tú ya sabes las reglas de esto, debes ser sincero al 100% con lo que dices y con lo que sientes— me indicó con seriedad.

Asentí.

—Bien— abrió su portafolio —Ryoma ¿te sientes presionado por todas las responsabilidades que has tenido este año? — me preguntó.

—No, antes de esto sentía que todo marchaba bien— respondí sereno.

—¿Entonces no te sientes estresado por el tenis, la preparatoria y las responsabilidades en casa? — cuestionó.

—La preparatoria estresa a cualquiera y más cuando debes estudiar el doble para nivelarte con tus compañeros, por haber adelantado un año, además de tener que decidir que estudiar en la universidad— contesté con sinceridad.

—¿El tenis? — averiguó Cambell.

—Mmm el tenis... me gustaría que fuera más constante, más ahora que es el último año que jugares todos mis amigos juntos— indiqué decaído.

—¿A qué te refieres? ¿Qué sientes? — interrogó interesado.

—Me refiero que este año no debía haber lesiones o imprevistos para que jugara toda la temporada con los chicos del club y me siento molesto de que las lesiones no me las causo yo directamente, todo a sido por factores externos— dije intentando mantenerme calmado.

—¿Te molesta no poder disfrutar el tiempo con tus amigos? ¿desearías tener más tiempo para ellos? — preguntó observándome con detenimiento.

—Si te refieres a que ahora paso más tiempo en casa y tengo menos tiempo para salir con ellos, eso no me molesta porque se que vale la pena estar en casa con Natsumi, Sora y por supuesto con Sakuno— le indiqué sin titubear —lo que si me enoja es no poder participar de los torneos con ellos— sentencié.

—Ryoma ¿Por qué terminaste con Sakuno? — cuestionó Mikiya.

Permanecí en silencio un momento presionando la mano de Sakuno —me obligaron hacerlo— contesté cabizbajo.

—¿Quién te obligó? — preguntó.

—No quiero hablar de ella— dije con repugnancia mirando al techo.

—Ryoma, sabes que tendrás que hablar mucho de ella y de lo que paso. El investigador Itomi también te hará estas preguntas— me recordó Cambell.

—Lo sé, pero seria más sencillo si solo tuviera que decirlo una vez y no tener que estar repitiendo la historia— le sugerí tomando una bocanada de aire, me sentía un poco agitado.

—¿Quieres que el Sr. Itomi este aquí y te interrogue con nosotros? — preguntó Cambell.

—Creo que seria más fácil— respondí tranquilo.

—De acuerdo, le diré a tu madre que lo llame, por ahora quiero que descanses, duerme un poco, las preguntas del Sr. Itomi no serán sencillas— me indicó saliendo de la habitación junto a la Dra. Mikiya.

—Hazle caso a Cambell descansa un poco, te prometo que no iré a ningún lado— me pidió Sakuno.

—Está bien— acepté acomodándome con su ayuda en la cama —¿podrías ponerme otra manta? Tengo frio — le solicité con suavidad sintiéndome cansado.

—Claro cariño ¿te sientes bien? — preguntó colocándome la manta.

—Si, solo me cansé con tantas preguntas y se que faltan muchas más— contesté tranquilo.

—Pronto acabara todo esto— me animó —anda duerme, estaré aquí— me dijo acariciando mi cabello.

Cerré mis ojos dejándome llevar por el sueño.

Narrado por Sakuno:

Me encontraba realizando unos ejercicios de matemáticas en la habitación de Ryoma, el profesor Kai y la profesora Hinamori habían estado enviándome con Momo y Ann distintas guías de estudio para no atrasarme, debido a que yo no me había presentado a la preparatoria por el ingreso de Ryoma en el hospital, yo debía ayudar a Ryoma a ponerse al corriente apenas estuviera mejor.

Observe a Ryoma dormir por un momento notándolo un poco incomodo, me puse de pie para verlo mejor, note que en su frente había una pequeña capa de sudor y su respiración era agitada, seguido de eso comenzó a moverse levemente, quejándose por algo.

—No, no, no— hablo con desesperación para despertarse con brusquedad.

No me importo nada, subí a la cama abrazándolo con fuerza acariciando su cabeza, Ryoma respiraba con mucha dificultad y comenzó a temblar levemente —Ya paso, estas bien— le susurré con cariño.

Ryoma me rodeó con sus brazos sollozando levemente, me asuste ¿Qué había soñado para ponerse tan indefenso? Dejé que se desahogara sin decirle nada, solo acariciar su cabeza y abrazarlo, pasado un rato sentí que se había calmado un poco.

Me separé un poco de él para poder verlo, percibí en sus ojos el miedo y la tristeza.

—Ryoma, cariño, dime ¿Qué pasó? — le pregunte con delicadeza.

El respiró profundo para observar sus muñecas —una pesadilla— susurró —fue solo una pesadilla— me indicó un tanto aliviado.

—¿Quieres hablarlo? — averigüé tranquila.

Ryoma volvió a estrecharme en sus brazos —en mis sueños veo mucha sangre... y por más que intento detenerla no puedo, luego siento como mi cuerpo se desvanece como... como el día que paso esto— dijo en voz baja temblando un poco.

—Ahora estas bien— lo anime tomando su rostro entre mis manos, sintiendo su temperatura elevada —tienes fiebre— le indiqué preocupada —llamaré a la doctora— intente levantarme de la cama, pero Ryoma no me dejo hacerlo.

—No me sueltes, no quiero derrumbarme y que me seden de nuevo— me pidió con suplica.

—No dejaré que te seden, pero necesitas que la doctora te examine, no es una buena señal que estés con fiebre, debe ser por eso que tienes frio— le hablé con calma y dulzura.

Ryoma asintió soltando el abrazo recostándose de nuevo en las almohadas. Me levante de la cama con rapidez asomándome por la puerta para buscar a una de las enfermeras.

—Saku— me llamó Ryoma con dificultad, dirigí mi mirada hacia él notando que tomaba grandes bocanadas de aire.

—Señorita, necesito a la Dra. Minamoto, Ryoma no se siente bien— le dije con rapidez acercándome a Ryoma tomando su mano.

—No... puedo... respirar— me indicó Ryoma agitándose.

—¿Es una crisis? — le pregunté, él negó. —La doctora ya viene— le informé observando que ella venia hacia la habitación con dos enfermeras.

—Aoi, revisa el historial médico y dime que medicamentos le hemos administrado, está teniendo una reacción alérgica— le pidió a la enfermera.

—Hana, cambia la cánula nasal a el respirador y toma una muestra de sangre llévala con urgencia al laboratorio— le ordenó a la otra enfermera.

La Dra. Minamoto iba administrar un medicamento en la vía de Ryoma, por lo que yo la detuve.

—No lo sedé, Ryoma no quiere que lo sigan sedando— le pedí.

—No te preocupes, es para bajarle la fiebre— me explicó colocándole el medicamento.

—¿Estará bien? — pregunté preocupada.

—Debemos encontrar el origen de la fiebre— me dijo quitando la venda de una de las muñecas de Ryoma dejando a la vista la herida, luego quito la otra venda —Aoi, podrías pasarme lo necesario para limpiar las heridas— le solicitó a la enfermera.

—Dra. Minamoto, los resultados del joven— le entrego la enfermera llamada Hana al regresar.

—Mmm ya veo, Hana administra antibióticos— le ordenó la doctora —Ryoma, estarás bien, la fiebre bajara pronto, debido a que tus defensas están bajas estas presentando una infección respiratoria, como la encontramos a tiempo estarás bien en unos días— nos explicó la doctora —te dejaré el respirador, sé que el investigador, Cambell y Mikiya vendrán pronto a seguir con la entrevista, les informaré que no puedes esforzarte mucho, cuando ellos vengan cambiaré el respirador— le indicó la Dra. Minamoto con calma saliendo de la habitación junto a las enfermeras.

Ryoma asintió.

—Pronto estarás bien— le dije besando su mano.

Narrado por Ryoma:

Como podía cambiar mi estado de salud tan drásticamente, de verdad esperaba ponerme bien pronto y dejar de tener complicaciones. Me sentía cansado, pero tenía miedo de cerrar mis ojos y tener otra pesadilla.

—Duerme otro rato, te vez cansado— menciono Sakuno acariciando mi brazo.

Quite el respirador por un momento para poder hablar —no quiero tener otra pesadilla— le comenté decaído.

—Hazme espacio— me pidió acomodando las almohadas recostándose junto a mí en la cama pasando uno de sus brazos por mis hombros, por lo que recosté mi cabeza en su costado —duerme yo estaré aquí si tienes un mal sueño— dijo con su dulce voz cubriéndome con las mantas, no pude resistirme, no podía negar que con ella al lado me sentía seguro, por lo que cerré mis ojos dejándome llevar por el cansancio, todo este proceso seria lento. 

::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::

Hola a todos, al fin pude subir el capitulo... Mil disculpas por la eterna tardanza, pero se salio de mis manos el poder publicar, tuve un problema técnico con mi computadora y me toco llevarla a reparar, lo bueno es que quedo genial, entonces ya podre continuar escribiendo como lo venia haciendo, si mi trabajo me lo permite =D 

 Les agradezco mucho los comentarios que dejan y el que lean el fic, enserio me hacen muy feliz... 

Espero que les guste el capitulo. 

natsumepark

Selmiss_Alfaro

AzunaYuki20

RoxiiFalcn

FabyanGon

antodelfi

noaminazumi

StevenVera559

AlmaCarreraPaz

Raquelnoelia

Putiloka15


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top