Capítulo extra | Final
Cedric
— Hola campeón ¿cómo estás? ¿Has visto a mami? — nuestro pequeño hijo se encontraba en la sala de juegos que habían mandado construir tanto Alanís como Jessi, en la empresa de ambas. Para que de ese modo cuándo los niños deban venir con ellas, tengan un área segura de recreación. Pues la verdad se encargaron de hasta el más mínimo detalle. Había venido a buscarlos para almorzar juntos pero era una sorpresa para Alanís porque no le había avisado.
— Está con tía Jessi— Alan traía una carita de enfado, eso solo significaba que estaba celoso. Y por lo general solo cela de su mami.
— ¿Y por qué traes esa carita? ¿Dónde está tu primito?
— La nana Ana le llevó un rato al baño, lo estoy esperando para jugar— habíamos contratado a una niñera para que de ese modo los niños también estuvieran bajo cuidado mientras trabajaban.
— ¿Y me vas a contar por qué estás molesto?
— Un señor está hablando con mami y no me gusta nada.
— ¿Un señor? ¿Y por qué no te gusta? ¿Le hizo algo a mami? — en ese instante una niña pequeña de la misma edad de Alan con el pelo color chocolate, viene corriendo al área de juegos. Y Alan al fijarse en ella se molesta aún más.
— No quiero a esa niña aquí— me puse de cuclillas acercándome a mi hijo para saber realmente lo que estaba ocurriendo con él.
— A ver... He venido a buscarlos para que podamos almorzar juntos, creí que la sorpresa de venir a verlos iba a gustarte. No me saludas y me dices que no quieres a esa niña aquí. Además, dices que un señor está con mami, ¿Qué está pasando Alan?
— Ese señor vino con esa niña, dijo que era su hija. Y mami le dio caramelos para luego decirnos que hablaría con ese señor. La nana nos trajo aquí por eso. No quiero que mami le de mis caramelos a esa niña. ¡Son míos! — Así que en realidad Alan estaba celoso de una niña. ¡Dios! ¿Qué pasará si la familia llegara a crecer? ¿Qué haría Alan si tuviera una hermanita? ¿Estaría igual de celoso?
— Campeón pero es una niña, tal vez mami solo estaba siendo amable ¿por qué no quieres convidarle tus caramelos?
— Por qué son míos y no me gusta esa niña — Mi pequeño ha estado así de berrinchudo últimamente, no entiendo por qué. Bah... creo saber porqué pero según mamá se le pasará pronto.
— Pero si esa niña no te ha hecho nada, mira está jugando solita y tal vez quiera un amigo para jugar.
— No es cierto, ella me dio un beso en mi cachete cuando llegó. Por eso no la quiero — ya veo, en realidad la presencia de la niña le incomoda a Alan porque tal vez esa niña le guste.
— No veo nada malo en eso ¿y tú la saludaste? ¿También le diste besos?
— Si... y su perfume era muy bonito. Olía fresas.
— ¿Lo vez? Entonces, después de todo no está mal que esté aquí ¿no lo crees? ¿Por qué no te acercas para jugar con ella?
— No lo sé... ¿y si no quiere jugar conmigo? — ¡vaya! Ahora entiendo mejor, en realidad Alan tiene miedo de ser rechazado por la niña.
— Mira campeón, ella está solita esperando a que te acerques para que la invites a jugar.
— ¿Cómo sabes eso?
— Pues... porque una vez vi a mami solita. Le dije dije que quería ser su amigo y ella me regaló la sonrisa más hermosa que te puedas imaginar. Y ¿sabes qué? También tuve miedo, tenía miedo a que me diga que no. A qué creyera que yo no era bueno.
— ¿Y qué pasó? ¿Mami te dijo que si?
— Si, ella me dijo que si. Y además de ser el amor de mi vida, ella sigue siendo mi mejor amiga. Porque ella siempre sabe lo que necesito, lo que quiero. Y siempre tiene las palabras justas para hacerme sentir bien.
— ¿Cómo cuando se pierde algo y ella lo encuentra siempre?
— Así es campeón, mami siempre encuentra todo lo que necesitamos. Es por eso que estoy seguro de que pasará lo mismo con la niña. Estoy completamente seguro de que te dirá que si. Anda campeón ¿Qué dices? ¿La invitarás a jugar contigo?
— Está bien pero no te vayas hasta que ella me diga que si. Porque si dice no, regresaré aquí, contigo.
— Eso no pasará, anda campeón. Aquí estaré observándote— Alan fue junto a la niña, se acercó un poco temeroso pero luego de unos segundos pude ver como se formaba una sonrisa en su rostro. Él miró en mi dirección sin dejar de sonreír y luego se olvidó completamente de mi existencia. Unos instantes después, su primito se sumó a ellos y me retiré de la sala juegos yendo a buscar a Alanís.
***
— Hola buenas tardes, disculpen la interrupción pero me temo que tendré que llevarme a esta hermosa dama— ingresé a la oficina de Alanís sin ser anunciado e interrumpí la conversación con el hombre que había venido. Todos los presentes devolvieron cortésmente mi saludo. Jessi estaba presente, así que lo más probable sea que ese hombre haya venido a contratar el servicio de eventos. Ante la atenta mirada de todos, me acerqué a mi mujer dejando un pequeño beso en sus labios— Jessi, espero no te moleste quedar a cargo.
— No, descuiden. Señor Rodríguez ¿Le parece si vamos a mi oficina y ultimamos los detalles para el cumpleaños de su hija?
— Perfecto. Un placer conocerlos, con permiso—El hombre era más o menos de nuestra edad, se retiró con Jessi y quedé solo con Alanís en su oficina.
— Me encanta esta sorpresa ¿A qué se debe el honor señor Campbell? — Alanís se había levantado cuando ingresé, llevé mis manos a su cintura mientras ella se apoyaba por su escritorio y ahora si la saludé como debía. Para luego finalizar el beso con pequeño mordisco sugerente.
— Te extrañé preciosa. Quise venir a verlos e invitarlos a comer ¿Qué dices?
— De acuerdo, me parece bien. ¿Y Alan ya te vió?— no podía evitar llevar mis labios a su cuello y dejar un par de besos allí.
— Si, estaba molesto porque habías invitado sus caramelos a la niña que está con ellos. Pero cuando comencé a hablar con él, pude darme cuenta de que lo que tenía. Y era temor a ser rechazado por esa niña. Pero logré convencerlo de que la invite a jugar.
— ¿Y cómo hiciste eso? — ladeé una pequeña sonrisa para luego bajar mis manos a sus glúteos y presionarlos levemente— Cedric, estamos en mi oficina— Seguía matándome la forma en que las mejillas de Alanís se vuelven coloradas a pesar de los años que llevamos juntos, cuando acaricio su cuerpo.
— Tengo mis métodos mi amor— La besé una vez más y luego me comporté como un verdadero caballero porque en verdad quería invitarlos a almorzar. Sobre todo porque tengo una hermosa noticia que darle a Alanís. Me había enterado gracias a Erwin y mi hermosa esposa aún no lo sabía— ¿Me parece a mí o tus pechos han crecido más? — Alanís llevó su vista a su escote, terminando de ponerse totalmente colorada.
— ¡Cedric! No es gracioso — me pegó una pequeña manotada en el brazo cuando sin poder evitar reía y se alejó de mí.
— Sólo estaba bromeando mi amor, te ves adorablemente sexy cuándo te pones así. Anda, ven aquí cariño— la atraje hacia mí de vuelta llevando una mano a su mejilla y otra a su cintura— No te enojes mi amor, que sino no podré aguantar las ganas que tengo de hacerte mía aquí mismo.
— Cedric no es gra- —la calle con un beso y al terminar apoyé mi frente sobre la suya.
— Vamos preciosa, no te enojes. Anda, ¿nos vamos a almorzar? ¿Si?
— De acuerdo— antes de salir de su oficina la besé una vez más y luego fuimos por Alan para retirarnos a almorzar. Nuestro campeón a duras penas se separó de su nueva amiguita. Tuvimos que decirle que muy pronto se verían de nuevo para jugar.
*** En la noche ***
Luego del almuerzo fuimos a la casa de papá, Alan se ponía muy feliz cuando lo llevábamos junto a él. Entre la mañana con su primito, los juegos con John y mamá. Terminó cansado y tuvimos que retirarnos con él, ya dormido. Al llegar a nuestra casa lo llevé a su dormitorio para acostarlo mientras Alanís se dirigía al nuestro. Estaba seguro de la sorprendería con lo que había comprado para ella y así poder darle la noticia.
Dejé el pequeño velador en forma de velero, encendido y salí del cuarto de Alan dirigiéndome ahora junto a mi hermosa esposa.
— ¿Cedric que significa esto? — Alanís se encontraba abriendo una de las últimas bolsas que había sobre la cama. Abrió la cajita de color blanco que contenía una hoja— Esto... ¿es verdad? — ella me miró con los acuosos llevando una mano a sus labios. Y la otra sostenía la hoja dónde la sorprendía con la noticia que deseaba darle— ¡¿Seremos padres?! ¡Seremos padres nuevamente, Cedric! — sonreí ampliamente y me acerqué a ella abrazándola para confirmarle definitivamente la noticia.
— Si, así es mi amor. Seremos padres. ¿Te gustó la sorpresa?— ella me miró con su hermosa sonrisa y un par de lágrimas mojando sus mejillas. En la cama había unas cuantas ropitas de bebé y en la cajita había colocado los resultados de sus análisis.
— ¡Me ha encantado! ¿Pero cómo? ¿Cómo lo supiste? ¿Cuándo?— deposité un pequeño beso sobre sus labios y luego hice sentara conmigo, sobre mi regazo, en la cama.
— Está mañana Erwin me llamó porque no lograba localizarte. Al parecer tu teléfono estaba apagado cuando se encontraban de reunión con Jessi. Entonteces me llamó y me dijo que tenía listo los resultados de los análisis que te habías hecho hace un par de días— Alanís se había hecho esos análisis porque eran algo de rutina, solo algo de cuidado y así estar tranquilos respecto a su salud. Pero resultó que esos análisis arrojaron un diagnóstico con una muy grata sorpresa— Pasé junto a él a la clínica para retirarlos y quería que me dijera cómo estabas, qué tal te encontrabas de salud. Fue entonces que me dio esta hermosa noticia. Y quería decírtelo pero aguardé porque quería sorprenderte de este modo. Mamá me ayudó con las compras. Ella se encargó de escoger estas prendas para nuestro bebé y le pedí que los trajera para acá.
— Están preciosas mi amor. Tenemos en casi todos los colores, mira este, es rosadito. ¿Crees que a Alan le gustará la noticia?
— Estará feliz de ser el nuevo hermano mayor. Te lo aseguro. Además, con lo celoso que es por ti, ya verás que también lo será por su nuevo hermanito o hermanita.
— Te amo tanto Cedric, ¡gracias por esta hermosa noticia mi amor! Me haces la mujer más feliz del mundo. Te amo— Mi mujer dejó la pequeña ropita que tenía en sus manos, a un lado, junto con el análisis y luego las colocó sobre mi rostro. Besándome como si de ello dependiera su vida— Te amo— susurró diciéndome una vez más que amaba y la besé con la misma intensidad.
Está era nuestra historia de amor. Superando pruebas y obstáculos que la vida nos presentó para demostrar cuán fuertes éramos. Porque nos encontramos sin buscarnos, me perdí en lo profundo de su ojos color cafés, llegando a su alma para conocer a la mejor mujer que haya visto en toda mi vida. La amé a pesar de que prometí protegerla hasta de mí mismo, me fue imposible no hacerlo. Ella me enseño lo más puro, real, sincero y valioso. El amor. Su amor. Y la amaré todos los días por el resto de mis días porque Alanís es y siempre será mi luz. La luz que llegó a iluminar mi corazón entregándome nuevamente la fe y esperanza.
FIN.
Soñadores en el mundo de Pat 🦋💜 me despido con este final, aquí, en Únicamente Mía. Deseando felizmente que hayan disfrutado de la bilogía. Y anhelando sus presencias en mis otras obras. Además de acompañarme en mis redes sociales como Instagram, Facebook, Twitter, YouTube y Amazon.
Podrán encontrarme como:@patcar0_0, Pati Ramos, @PattyCaR0_0, Soy Trish, Pati Ramos.
Este capítulo va dedicado con mucho cariño a las chicas de Soñadores en el mundo de Pat🦋
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