18

Jungkook.

La cabeza me da vueltas. Me siento como si estuviera en un carrusel de esos que hay en las ferias. Mi corazón duele tanto y no sé porqué. Jamás en mi vida había sentido algo parecido, es como si miles de espinas se clavaran en mi pecho constantemente.

El alcohol quema mi garganta de una forma dolorosa, pero no más fuerte que lo que siento en el pecho.

El celular no deja de sonar y no me importa, en estos momentos no me importa nada. Quiero salir volando de aquí, ojalá fuera brujo, así tendría una escoba y todo eso, pero no, no puedo. Tengo que quedarme con el alma dolida.

-Ponme otro- el barman me mira mientras suspira, quizás porque me entiende o yo que sé, no tengo cabeza realmente para pensar en ello.

-Señor, usted ha bebido mucho, lo mejor sería que fuera a casa. De verdad.- dice el hombre pero aún así me sirve el trago.

Casa. Una sonrisa melancólica cruza mi mente. No recuerdo siquiera dónde queda mi casa.

Acercó el shot a mis labios y trago todo, pero ya no me quema. Solo hace que mi dolor se sienta lejano.

Ni siquiera sé porqué siento dolor. Quizás porque sus palabras en gran parte me hicieron daño.

Mierda, Yoori.

Desde que llegaste siento que mi vida se ha puesto patas arriba. Siento una terrible necesidad de abrazarte justo ahora. Quiero saber a qué huele tu pelo y saber cuáles son tus sueños, tus miedos. Estoy jodido, ahora sí que lo estoy.

Mis pies se tambalean cuando me levanto, dejo un billete en la barra y salgo a pasos torpes y decididos de allí.

¿Dónde está mi auto?

No lo sé, siquiera sé cómo llegué aquí. Creo que fue la humillación la que me trajo hasta aquí. Camino un poco torpe y a unos metros veo mi auto.

Me siento ebrio, en las nubes, pero aún así creo poder conducir. Entro y pongo el auto en marcha. Respiro haciendo un puchero.

-¿Porqué diablos me duelen sus palabras?- digo y golpeo el volante varias veces- Duelen, duelen mucho.

Mi vista se aclara como si mi rabia en estos momentos pudiera eliminar de mi sangre todo rastro de alcohol. El corazón me bombea tan fuerte que lo siento en mis oídos. Estoy decidido a saber la verdad.

Pero.

¿Que pasará cuando la enfrente y le exija que me aclare todo?

No tengo la menor idea. Y para peor, como si de un revoltijo se tratase el alcohol regresa a mi sistema.

¡Hola amigo, me haces sentir genial!

Debería ser la frase indicada y bueno el saludo perfecto en estos casos. Porque en mi caso, nunca he sido una persona a la que le guste beber y terminar ebrio.

Dejaré mi resumen para otro día porque justo ahora no sé dónde carajo estoy.

Paro el auto asustado. Diablos a dónde me llevó mi corazón. Respiro y torpemente abro la guantera. Que bueno que siempre llevo una botella de agua conmigo, por si hay alguna emergencia.

La bebo tan rápido que me ahogo y la toz me invade, respiro logrando calmarme y me siento mejor.

Una silueta conocida entra a una casa. Su pequeño cuerpo me es tan malditamemte conocido. El corazón me golpea el pecho como un tambor y jadeo cuando distingo su cara.

Junto mis manos y las froto nervioso. Cuando dije que mi corazón me había guiado hasta aquí no pensaba que fuera cierto.

Respiro decidido mientras me peino el cabello con las manos. Trago duro mientras desabrocho el cinturón de seguridad y para cuando piso el asfalto el estómago se me revuelve.

Papá antes de morir siempre me decía: Un hombre no le debe temer al amor.

Pero yo nunca me he enamorado verdaderamente. He tenido mis aventuras como cualquier persona. Pero en mi vida me había sentido como me siento ahora.

Frustrado, pero al mismo tiempo con unas enormes ganas de agarrarla de el brazo, lanzarla sobre mi hombro, llevarla hasta la cama y luego.

¿Luego qué?

¿Follar?

Respira Jeon, respira. Piensa claro, no seas bruto. No dejes que tus impulsos te lleven al abismo.

-Pero y si solo es ¿atracción?

Hablo solo mientras merodeo mi auto.

Ya se que dirán: No entiendo ni mierda, pero recuerden que sigo ebrio y en gran parte confundido.

Bueno, ¿Dónde estaba?

Ah ya, en lo de la atracción. Si eso, pues no sé. Es como si su cuerpo fuera un imán y yo fuera un metal, me es difícil pensar claro cuando la tengo cerca y más cuando sonríe. Es como si mi corazón tuviera alas y revoloteara lejos. Cuando la tengo cerca siento nervios y por una extraña causa eso me gusta, sí.

Detengo mis pasos cuando comienzo a caminar en dirección a su casa. Camino decidido como ese día en el que me gradué. Sin miedo, después de todo no tengo nada que perder. Bueno, mi orgullo y dignidad. Pero es lo que menos me importa ahora.

Toco el timbre pero nadie abre. Siento sus pasos acercarse y quiero correr de repente. No le puse seguro al auto, me lo robarán. Corre Jeon, corre.

Justo cuando pienso salir huyendo, como si me hubieran descubierto robando. Ella abre y me quedo quieto, estático. Sintiendo cada músculo de mi cuerpo tensarse.

Mi corazón late tan rápido que siento que en cualquier momento me explotará, calma amigo del alma, me digo porque tengo esperanzas de salir de ésta ileso. Hay un dicho muy común que dice que la esperanza es lo último que se muere y realmente espero que sea cierto.

Quiero hablar, decirle que no me aleje de su vida pero en cambio solo la miro, nervioso, sientiendo cada fibra de mi cuerpo temblar. No sé siquiera por dónde empezar. Quiero salir de aquí, correr lejos y luego.

No sé, si tan solo pudiera parar el tiempo y no dejarla jamás. Me es imposible eso pero bueno aún así. Pienso mientras suspiro.

-Y-Yorri, y-yo.- las palabras se atascan en mi lengua y me froto la sien un poco angustiado.

-Demonios Jungkook, ¿Estás ebrio?

Una risa tonta sale de mi boca. Me encojo de hombros y la veo bufar un poco enojada. Pero aún así se ve tierna.

-¿Tú qué crees?- mi voz sale con un tono bromista pero eso solo hace que ella se enoje más.

Entre más enojada estás, más sexy te vez.

Pienso y siento a mi amiguito removerse un poco, aguarda campeón, no te me alteres.

-Dios-dice mientras bufa sonoramente y lo próximo que siento es como tira de mí.

A veces me pregunto si tiene algún secreto, no sé, algo que oculte. Porque siempre actúa como si su espacio personal pudiera ser invadido o derrumbado.

-Yoori, ¿puedo preguntarte algo?- expreso.

-Ya lo estás haciendo.- su respuesta es obvia y un poco neutra.

-Bueno- arrastro la palabra torpemente.- Tu, ¿tú tienes algún secreto?

En este preciso momento es cuando veo su rostro palidecer, ¿Tan malo es lo que oculta?

-Todos tenemos secretos.- admite mientras me quita los zapatos. No me siento tan ebrio como hace un rato pero aún así mi mente pesa.

-¿Tan malo es?

-Si.

-¿No me puedes contar?

-No.

Resoplo sonoramente-Vamos, dime qué ocultas.

Suplico con ojos de cachorro pero niega.

-Siquiera sé cómo te dejé entrar, apestas a alcohol.- se queja un poco asqueada pero eso solo logra que sonría.

-Tengo-sueño- arrastro las palabras porque de repente siento mi cuerpo pesado y mis párpados como si cargaran una tonelada de plomo.

Me acurruco en el sofá y lo próximo que siento en cómo me arropa con una manta y besa mi mejilla. Pero no se mueve no antes de susurrar algo que no logro entender.

-Si te cuento mi secreto, podría perderte para siempre, prefiero que estamos así, a estar hechos trizas.

Una suave caricia en mi cabello hace que sea absorbido por la oscuridad.




[•••]

Estamos a nada de que Jeon descubra quien es Yoori.

Narrar al Jk ebrio fue divertido.

Espero hayan disfrutado el capítulo y muchas gracias por el 1k y más de lecturas.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top