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Canción del capítulo [ fotito en multimedia]
...
Yoori.
La noche estaba despejada, el cielo era alumbrado por miles de estrellas y la luna llena hacía acto de presencia. Apresurada agité el paso logrando llegar rápidamente al club. Entré por la entrada trasera donde Jiwaa me recibió con un 'bienvenida', igual le devolví el gesto acompañada de una pequeña inclinación con la cabeza.
Apreté la correa del bolso entre mis manos al mismo tiempo que cruzaba el extenso pasillo en dirección a los camerinos.
-Hola Yoori- me saludo mi jefe al entrar al camerino.
-Hola-le sonreí levemente.
-Las chicas han esperado por tí- asentí apretando los labios y poniendo el bolso sobre una de las sillas.- Te dejo sola, tengo cosas que hacer. Cuando termines pasas por mi oficina, tengo algo que decirte.
Asentí no muy convencida- De acuerdo.
Al estar sola me miré en el espejo que era adornado por luces por todo el marco.
Me dirigí al gran clóset abriéndolo y sacando de este una lencería, que consistía en un sostén y unas bragas que eran conectados por tiras, al menos no es tan revelador.
Lo tomé y me dirigí al baño, que estaba justo detrás de la puerta del fondo.
Ya dentro de este comensé a desvestirme quedando completamente desnuda y pasé a colocarme el conjunto. Me miré en el espejo cuando salí de él baño, notando que el pequeño tatuaje que tengo en una cadera se veía a la perfección. No muy contenta hice una mueca, no era que no me gustara el tatuaje porque a decir verdad era pequeñito, consistía en un corazoncito y una estrellita pero no me gustaba que otros lo vieran.
Me coloqué un fino camisón por encima y el tiempo restante lo dediqué a leer mensajes que tenía en la bandeja de entrada.
La mayoría eran de mi madre pero uno llamó mi atención.
Yoori hoy iré al club, quiero ver a la chica.
Jk...
Solté el teléfono de repente, mierda y si ¿Me ve? Estaré jodida.
Tomé una gran calada de aire antes de colocarme la máscara y salir en dirección al escenario.
Cuando las luces se apagaron salí y me posicioné justo al lado del tubo. Y para cuando volvieron a prenderse lo ví. Frente a mí, con un porte bastante atractivo e intimidante. Las piernas me temblaron y cuando escuché la música comensé a moverme sensualmente, balanceaba las caderas de ves en cuando y me deslizaba del tubo bajo su atenta mirada, sin darme cuenta me sentía excitada, algo que nunca me había pasado y verlo morderse el labio hacía que ráfagas de electricidad me recorrieran.
...
Culminé con una coqueta inclinación viendo cómo soltó una risa pícara y remojó sus labios. Me incliné hacia él y lo ví tragar grueso. Sabía que ese conejito en el fondo era muy travieso.
Con el mayor pésame del mundo salí del escenario con una sonrisa maliciosa y luego de entrar al camerino y beber agua, me volví a poner el camisón para dirigirme a la oficina de Sejin.
Toqué dos veces recibiendo un pase de su parte.
-Oh, ¿Estás ocupado?- pregunté un poco intrigada por lo que me tenía que decir.
-No, pasa.- indicó y asentí quedando frente a su escritorio.- En realidad hay algo que te quiero comentar- rascó su oreja y desvié la mirada.
-Te escucho- le hice saber.
-Hay un cliente que está dispuesto a pagar lo que sea por conocerte.- dijo juntando sus manos y colocándolas encima del escritorio. Interesada arqué una ceja.
-¿De que cantidad hablamos?- mordí mi lengua. ¿Habré sonado muy interesada?
-Hablamos de 5 000 000 de won.
Mi cara de seguro fue un poema, abrí la boca sin siquiera saber que decir. A decir verdad era mucho dinero.
-¿Quién es el cliente?- dije rápidamente sin pensar.
-Dice llamarse Jeon Jungkook.
El pecho se me infló de una sensación rara e inexplicable, tragué en seco desviando la vista de donde estaba Sejin.
Si, me sentía contenta, de una manera pero por el otro lado me da un enorme sentimiento de culpa. Porque a fin de cuentas él es un buen chico y prácticamente me pidió ayuda para conquistarme, pero lo malo de todo es que el no sabe que esa chica soy yo.
Dios mío.
¡Qué dilema!
Y sí, quiero conocerlo fuera del ámbito laboral y quizás después de todo no sea tan malo y aunque sea podamos ser amigos.
No voy a negar que siempre he sentido curiosidad por conocer ese lado de chico atrevido que posee Jungkook porque en este tiempo he notado que suele insinuarse a las chicas sin darse cuenta. Tal vez no sea un niñito santo como da a entender en el trabajo y joder..., Eso es lo que más me llama la atención de él.
Mentiría si dijera que no me parece atractivo en su totalidad. Su perfil fino y refinado, esos labios, esos ojos, ese lunar en adorna su labio inferior, sus manos. Todo de él me parece interesante.
¿Pero... Y cuándo sepa que la chica prohibida soy yo?
De seguro me odiará y hará que me expulsen del hospital por trabajar en un club de prostitución.
Ya no quiero pensar más o me sentiré peor.
Sacudí la cabeza borrando todos mis pensamientos tormentosos y volví mi vista a Sejin.
-Me das a entender que se conocen- habló convencido de sus palabras y suspiré.
-No exactamente, pero de todas formas no es nada importante.- En gran parte no nos conocíamos solo sabemos lo necesario el uno del otro para tratarnos en el trabajo.
-Espero que no te arrepientas- se quitó los anteojos mientras se refregaba los ojos. Se los volvió a poner y dijo- Que pases buena noche.
Asentí antes de retirarme y mientras caminaba por los pasillos toqué mi máscara por impulso y suspiré aliviada al saber que no me la había quitado.
Estaba dispuesta a arriesgarme a conocer el lado oscuro de Jungkook y solo dejaría mis pensamientos de lado.
Giré el pomo de la puerta mientras movía las caderas y me adentraba al camerino, me quité el camisón lista para cambiarme de ropa mientras bailaba tratando de distraerme y murmuraba una canción en inglés que adoro.
Un escalofrío me recorrió al sentir la presencia de alguien a mis espaldas y para cuando me giré grité tan fuerte que casi infarto.
Él estaba frente a mí...
-Hola- es lo único que dice.
...
Oh, ésto se está poniendo intenso.
Ya saben voten y comenten.
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