Misuk

"Sensaciones"

—Solo dejarte llevar —lo miré al hablar.

Estaba cerca, tan cerca que podía sentir el calor de su rostro cerca del mío, y también vi el pequeño lunar que tenía debajo del labio inferior. El señor Jeon tenía labios muy bonitos, se veían suaves, como dos cerezas juntas. ¿Sabrían tan bien como se veían?

No debería de sentir nada de lo que estaba sintiendo en estos momentos. Mi cara ardía y mirarle los labios al señor Jeon solo hacía que deseara tocarlos con los mios. Relamí mis labios por instinto.

Cerré los ojos esperando el beso del señor Jeon cuando lo vi acercarse, sin embargo, no llegó. Pero si sentí sus labios en mi cuello. Su mano sujetó mi nuca mientras sus labios no paraban de dejar pequeños toques en mi piel.

Se me erizó la piel al sentirlo. Cerré los ojos experimentando sensaciones jamás sentidas. Era... Placentero. Abrí la boca en busca de aire cuando el señor Jeon se atrevió a morder la piel de mi cuello sutilmente.

—Mírame —su voz salió más ronca de lo normal. Mucho más atractiva para mí.

Mi pulso se encontraba disparado y sentía todo mi cuerpo arder en llamas. Su mirada fue como gasolina para mí. Sus ojos parecían inyectados en sangre al verme. Tenía los labios un poco más rojizos que antes.

—Tienes un cuello tentador, Misuk —añadió.

Su mano se abrió al rededor de mi delgado cuello y lo apretó. Pensé por un momento que me ahorcaría, pero no sé sentía tan malo. Su mano era tan grande que podia agarrarme el cuello por completo.

Su lengua mojó mi piel a todo lo largo. Un escalofrío me recorrió completa y una sensación rara me hizo apretar los muslos. Sentía algo raro en mi intimidad. Eso quería decir que me gustaba lo que estaba haciendo el señor Jeon ¿Cierto?

La respiración del señor Jeon era pesada. Su mano libre agarró una de las mía y la dirigió a sus pantalones de pinza. Abrí los ojos llenos de pánico al sentir su hombría dura.

El señor Jeon me observó. Sin embargo, no apartó ni dejó que apartara mi mano en ningún momento. Me desesperé.

¿Esto era lo que él señor Jeon quería de mi?

Su rostro cambió a uno más apacible al verme tan nerviosa. Quería quitar la mano pero la sentía entumecida, no la podía mover. Las articulaciones de mis dedos no querían responder.

—Tranquila, no pasa nada, si no quieres, solo quitas la mano y listo. No tienes porqué temer —acarició mi rostro con su mano y yo cerré los ojos, relajando la mano que aún estaba en el lugar prohibido.

Sentí su respiración esta vez mucho más cerca y luego sus labios tocar los míos. Un cosquilleo se acopló en mis labios al sentir los suyos. Eran calientes y si estaban suaves.

A mi mente se me vinieron las últimas palabras que me dijo el padre Choi como si me estuvieran castigando por disfrutar de los labios del señor Jeon.

—Confío en ti con los ojos cerrado, sin embargo...

El padre Choi tenía la sospecha de que esto podría pasar. Me recriminé a mi misma al instante, recordando todo lo que no debía de hacer, y todo lo que me había dado el camino del señor.

Me separé sin dejar que el beso fuera más allá. Dejando al señor Jeon perplejo. Suspiró al ver como me alejaba de él y pude ver también como apretaba su mandíbula.

—C-Creo que deberíamos volver a casa —dije, nerviosa y un poco incómoda.

El señor Jeon se colocó de pie, sacudiéndose la arena y sin mirarme emprendió el camino hacia el auto.

Me sentí un poco mal, porque yo había sido la que le había dicho que me gustaba y yo era la que seguía poniendo barreras entre nosotros. Pero algo dentro de mí me seguía gritando que estaba mal. Que no era lo que yo buscaba.

Sin embargo, la otra parte, seguía enamorándose del señor Jeon sin ningún motivo.

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