Cuando Kim Misuk comenzó a trabajar en la casa de Jeon, pensó que era el chico agradable que la recibió, para una monja como ella, no era muy común ver hombres, estar en un convento era estar en una cárcel la vida entera y entregarse en cuerpo y alma a Dios, pero ella convivía con el diablo.

Jeon Jungkook aceptó a una monja en su casa como empleada solo porque no tenía el tiempo necesario para emplear en su hogar, pero no sabía que esa monja era una hermosa chica, con curvas extremadamente tentadoras que hacía despertar su instinto sexualmente primitivo.

Pero Jungkook no practicaba sexo convencional, él sometía, y sus chicas tenían que obedecerle al dedillo.

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