Epilogo: Healing Song
Dos años y medio más tarde...
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-¡Pelea! ¡Pelea! ¡Pelea!—Gritaban los reclusos alrededor de esos dos que se liaban a golpes en la cafetería. La pelea de la semana nunca debía faltar, siendo protagonista de esta el Uzumaki, quien se enfadó contra otro tipo que le robo su porción de pan.
Naruto estaba tan acostumbrado ya a liarse a golpes con cualquiera que se sintiera lo suficientemente macho para hacerle frente. A principios muchos se metían con él y con Sasuke por ser los nuevos, más aparte por lo jóvenes que lucían ambos, la gran mayoría pensaba que será pan comido someterlos como sus putas, pero ahora, era muy inusual que algún tipo quisiera meterse con ellos. Habían demostrado lo que Kakashi les enseño, y eso basto para mantener su estatus de peligrosos y eso evitaba que se les acercaran a hacerles algo...
Pero siempre estaba el machito dispuesto hacerlo.
Los guardias no tardaron nada en llegar a ellos y separarlos a base de gas pimienta y la cachiporra. Terminando así con la diversión de los presos.
-Siempre metiéndose en líos, Uzumaki—Hablo el guardia que ya conocía al chico de sus pleitos. Podría añadirle que ese rubio era su "favorito"
-¡No fue mi culpa, ese hijo de puta empezó!—El sujeto se defendió a base de blasfemias cuando Naruto le llamo así. Y como buen altanero que se estaba volviendo, se defendió de igual forma.
-No me importa quien comenzó, los dos se van a aislamiento por lo que queda de la semana—Sentenció y dio la orden a los dos guardias que les tenían que se los llevaran.
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Sasuke regresaba de la biblioteca cuando vio a su amigo siendo llevado nuevamente a aislamiento. No evito suspirar. Nunca iba a entender, y si las cosas seguían así, trasladarían al rubio a aislamiento por el resto de su vida.
Él, a diferencia de su amigo, adquirió aquel buen y quizá el mejor habito, que Kakashi les dejo. Y ese era el de leer. Ahora, ya no solamente terminaba los libros, sino que también entendía porque a su Padre le gustaba tanto.
Casi por inercia pensó en todos ellos... ¿Qué estarían haciendo? ¿Estarían planeando algo para sacarlos de la cárcel? O... ¿es que se olvidaron de ellos?
No evito agobiarse él mismo con toda idea, pensamiento o duda.
Ya había pasado dos años y medio, y ellos nunca aparecieron. Nunca hubo una llamada, nunca hubo un mensaje o alguna señal de que estuvieran tramando algo para sacarlos, no hubo nada.
Día con día que pasaba encerrado en ese lugar, sentía las energías de vivir siendo consumidas. Lo único que tenía de Hinata era aquel recorte maltratado de periódico que la Rata les había dado como regalo hacía tiempo. Ese recorte era su única fuente de esperanza, era lo único que le ayudaba a sobre llevar su castigo.
Casi cada noche, por no decir que la gran mayoría, soñaba con ella. Soñaba con volver a su lado, con despertar y verla dormida aun lado suyo. Extrañaba besarla, molestarla, hacer el amor... ¡La extrañaba como un condenado! La extrañaba como un esclavo a la libertad.
-Oye Sasuke—Hablo Rata. El reo amigo de Naruto que traficaba con cosas.
-¿Qué quieres?—Sino fuera porque aquel tipo les proporciono los recortes, pasaría de él como con cualquier otro reo.
-Escuche que habrá revuelta en la noche—Comento siguiendo al Uchiha al interior de su celda.
-Saldrá mal como otras veces—Dijo sin mayor interés mientras se sentaba en su cama dispuesto a leer el nuevo libro que le prestaron.
-No, no, no—Negó velozmente el tipo. —Eh oído que esta vez los que van a fugarse tienen hombres dentro de la prisión—Imitando a Sasuke se sentó a su lado.
Sin embargo el Uchiha no se mostraba convencido por lo que decía ese hombre. Muchas otras veces, intentaban escapar, y todas esas veces terminaban en aislamiento una semana y media.
-Mira, sino estuviera seguro de que varios lograran salir, no te daría esto para que sacaras a Naruto de asilamiento—Rata metió una mano dentro de sus ropas, y saco lo que era una navaja pequeña. —Gracias a ustedes dos me han dejado tranquilo, y se los debo, por fin conseguí que un guardia hiciera de la vista gorda para dejarme pasar con esta navaja—
Sasuke tomo la navaja antes de que algún guardia los viera. En todo ese tiempo dentro, aquel sujeto jamás les ofreció una navaja, cosa que ahora le hizo creer más en sus palabras sobre la revuelta que trataban de hacer.
-Mucha suerte—Dijo el tipo antes de salir de la celda.
Observo la navaja antes de guardarla bajo su almohada. Esa podría ser la oportunidad que buscaban para escapar. Sin mostrar nada más, abrió su libro para iniciar con su lectura.
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Pasaba la media noche, cuando el estridente sonido de la sirena comenzó a sonar por toda la prisión.
Sasuke se levantó de sobre saltó de la cama, viendo la escena que se desarrollaba fuera de su celda. La puerta de la celda estaba abierta, había muy pocas luces fuera, entre ellas una de color rojo que giraba. Guardias que corrían de un lado a otro siendo perseguidos por los reclusos; otros que hacían lo posible por defenderse.
Tomo la navaja de debajo de su almohada, y salió disparado de su celda. Todo estaba siendo un caos, hombres siendo golpeados, otros muertos, otros siendo violados, solo hacía falta fuego para hacerle sentir que estaba en el infierno.
Otras veces se había intentado escapar, otras veces habían intentado un motín pero ninguno resulto como el de ahora. No al menos a ese grado de caos.
Unos presos pelearon contra él, pero gracias a esa navaja pudo dejarlos agonizantes en el suelo. Tras ello, continuo con su carrerita hacia la zona de aislamiento, donde las celdas ya estaban abiertas y su amigo se las apañaba solo contra dos tipos.
-Veo que te diviertes—Hablo Sasuke quien llegaba enterrando la navaja en la parte baja de la espalda de uno de ellos. Si algo aprendió del desgraciado de Kuro, ese era el de la magia de torcer el arma dentro del cuerpo de su rival.
-Sí, hacia tanto que no me divertía como ahora—Sonrió el Uzumaki rematando al tipo con una patada al estómago.
-Debemos aprovechar esto para salir de aquí—
-No tienes que decírmelo dos veces-ttebayo—Y así sin más se pusieron en marcha para salir de ese lugar.
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Corrían como los condenados que eran en busca de alguna ruta de escape. En medio del caos, de la destrucción y masacre que los presos no contralaban contra los guardias. Era más que evidente que muchos tenían asuntos pendientes con los guardias por lo abusivos que eran, o simplemente por sus instintos psicópatas.
Un pirómano prendió fuego a las camas, y a los guardias que corrían de un lado a otro, envueltos en fuego. El aroma de la sangre, el sudor y ahora, el fuego se olía perfectamente en todo momento. Los gritos de súplica de los guardias o de otros reos, resonaban en las paredes con fuerza, llegando al grado de sentir incluso el arder de sus propias gargantas solo por imaginarse los gritos tan desgarradores. Las sirenas que empeoraban el ambiente con su estridente zumbar de alerta.
Ahora mismo, los dos se sentían atrapados en el infierno. Como si estuviesen en alguno de los pisos del inframundo, buscando una forma de salir, abriéndose paso solamente con sus puños y la pequeña navaja que llevaban como únicas armas.
No paso mucho para que los refuerzos llegaran hasta la Prisión. Y comenzaran por retomar el control, o hacer el intento.
Los equipos S.W.A.T. llegando armados, helicópteros a las afueras y patrullas 4x4 listas para recorrer el desierto en busca de aquellos que lograran salir.
Ambos llegaron casi al final de un corredor, donde solamente al girar estaba el último tramo para salir de ese asqueroso lugar. Sin embargo, los agentes ya estaban en ese lugar, reteniendo a cualquiera que quisiera salir.
Evidentemente no podían salir usando una navaja y sus puños. Podrían intentarlo, pero terminarían perdiendo en cuestión de segundos. Sasuke pensó otra forma de salir, debía recordar otra forma...
-¡Sasuke!—El mencionado giro en dirección de su amigo quien era sometido por dos agentes de la S.W.A.T. Que aparecieron casi de la nada.
Iba a su ayuda, cuando otros dos llegaron por él. Su navaja no fue de gran ayuda, y menos cuando uno de ellos uso un pañuelo con lo que reconoció era cloroformo. Trato de herir a alguno de ellos, pero el efecto de esa sustancia actuó demasiado rápido. En cuestión de segundos, sus parpados pesaron, lo último que vio fue a su amigo caer al mismo sueño que él.
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Despertó.
Sus parpados pesaban, su cabeza dolía y se sentía bastante mareado. Usualmente era él quien hacia dormir a sus víctimas con ese cloroformo, así que esta vez que fue él a quien sometieron con eso, se hizo la promesa de no hacerlo otra vez.
Se reincorporo sobre lo que reconoció era una cama. Sus ropas habían cambiado a una que constaba de un pantalón de pijama rojo con una playera en color negro.
Espero a que terminar de espabilarse del sueño para empezar a prestar atención a su entorno.
La habitación era pequeña, con piso de madera de caoba, ventanales amplios a la izquierda con una puerta de cristal que estaba abierta, misma que dejaba entrar una brisa suave con un cierto y peculiar aroma marino.
Al lado contrario de eso, estaba lo que podría decir que era un armario. Enfrente a la cama, estaba una T.V. sobre un mueble.
No recordaba haber estado en ese lugar antes. Quiso disfrutar la cama un poco, tanto tiempo durmiendo sobre los colchones rancios y duros de la prisión le hicieron sentir que estaba sobre nubes. Pero no tenía tiempo, debía averiguar dónde estaba y saber sino se encontraba en peligro.
Se puso de pie, y empezó caminar hacia la puerta de la habitación que se encontraba entreabierta. Salió, al pasillo y escucho algo de una habitación cercana. Camino por el pasillo, mismo donde estaba un espejo adornando un lado de la pared.
En prisión, muy rara vez se miraba en el espejo. La última vez que recordó haberse visto fue en la víspera de Navidad del año pasado. Ahora que se miraba, notando cambios muy pequeños, entre ellos el largo de su cabello. Comprendía perfectamente porque otros reos le querían, unos centímetros más largos y parecería chica.
Una risa le saco de su trance mirándose a sí mismo. Una risa muy peculiar.
Avanzo velozmente hacia la habitación donde escucho aquella risa, la puerta también estaba entreabierta, misma que empujo con suavidad para toparse con la imagen más bella del mundo, una imagen que quedaría grabada en su memoria por siempre.
De pie, estaba Hinata, con un vestido azul claro, su cabello suelto y con un bebe sobre su pecho, al que mecía de un lado a otro con suavidad. La habitación tenia diseños de color azul claro, gran variedad de juguetes, entre ellos un panda gigante, una cuna detrás de donde estaba ella, con un móvil de lunas y estrellas.
Hinata al parecer no se había dado cuenta de su presencia, ya que continuaba meciendo al bebe de un lado a otro, a su vez que tarareaba una canción de cuna.
-Adivina, te tengo una sorpresa, Hikari—Escucho decir a Hinata. —Papá ya está en casa... por fin conocerás a Papi—Continuo hablándole al bebe que reía alegremente por lo que su Madre decía.
Sasuke solo se quedó quieto en su lugar. Ese bebe... ese bebe que llevaba Hinata en sus brazos, era suyo. Pero, ¿En qué momento paso eso?
-Mi hijo—Soltó, haciendo a la Hyuga salir de su trabajo materno para mirarlo.
Ambos se quedaron mirando el uno al otro. Hinata fue la primera en reaccionar, con una sonrisa amplia y quizá la más bella que alguna vez vio, sus ojos se veían tan brillantes y llenos de esa dulzura que tanto le caracterizaba, con un adorable rosa pálido tintando sus mejillas. Su cabello estaba más largo que antes, llegando un poco por debajo de su cintura.
-Bienvenido a casa... Sasuke—Camino hasta llegar con él. Aun con él bebe en brazos. —Quiero que conozcas a alguien—Hinata reacomodo al bebe sobre su pecho, para poder ver a ese pequeño de casi dos años.
El Uchiha se quedó mirando a ese pequeño en los brazos de Hinata, mismo que le miraba con esos pequeños ojos negros. Su piel era clara, y sus mejillas regordetas. Su corto cabello era color negro, no cabía la menor duda de que ese pequeño era suyo. Llevaba una playera pequeña en color azul oscuro y unos shorts pequeños en color blanco.
Tanto él bebe como él, se quedaron mirando el uno al otro durante unos instantes, hasta que el pequeño sonrió y movió sus brazos alegremente, como si supiera que él era su Padre.
-¿Quieres cargarlo?—Por un instante quería negarse, no tenía ni idea de cómo cargar un bebe. ¿Y si lo dejaba caer?—Tranquilo, coloca tus brazos como si fueras a acunarlo—Le sonrió con dulzura la Hyuga, como si hubiese sido capaz de leer lo que sentía.
Dicho y hecho, hizo los brazos como ella pidió. Y después dejo al bebe sobre sus brazos.
Era tan... raro tener a una criatura tan pequeña en sus brazos, misma que le sonreía y movía sus brazos hacia él, como si quisiera abrazarlo o algo así, no podía entender bien lo que quería de todos modos.
Observo a Hinata, y después al bebe. Parecía que buscaba una explicación a lo que estaba pasando. Hinata le sonrió. Y después empezó a narrar.
"Cuando salimos de la mansión. Gaara nos ofreció alojo en lo que nos recuperábamos. Pasamos casi un mes con él. No habríamos pasado mucho, de no ser porque a Kakashi le habían robado hasta el último centavo de sus cuentas.
Al parecer, Kuro continuo vengándose, incluso desde el mas allá.
Pain se hizo cargo de todo al igual que el resto de la organización. No teníamos que ser genios para saber a donde fue a dar todo el dinero de Kakashi.
Evidentemente, la muerte de Kuro atrajo muchos más problemas de los que me gustaría recordar. Varios criminales quisieron muerto a Kakashi y a Gaara por ayudarlo, pero, no contaban con que el antiguo líder de Kumogakuren, estuviese de nuestro lado. El amigo de Naruto, Killer Bee. Gracias a él, nos dejaron en tranquilos, al menos por un tiempo que nos brindó protección.
Pero no fue todo.
Yo al igual que Naemi, nos pusimos mal y no entendíamos porque. No hasta que Ino y Sakura nos llevaron hasta con una ginecóloga. Toda vía recuerdo sus palabras.
-Felicidades, estas embarazada—
Yo estaba tan contenta, tan alegre y muy, pero muy feliz. Pero no solo yo esperaba una sorpresita como esta, Naemi también.
Con la noticia de nuestro embarazo, nos refugiamos en la mansión de Kakashi que está en una costa.
La noticia de su arresto y su juicio fue esparcida. Todos queríamos sacarlos de ese embrollo, de ese lugar tan horrible, pero, mientras Kakashi no tuviese dinero, y Toneri estuviera al asecho de cualquier de nosotros al igual que la policía, no podíamos hacer nada más que esperar. Y rogar porque ustedes estuviesen bien.
Kakashi y Pain, ordenaron que no debíamos de ponernos en contacto con ustedes, pero eso no quería decir que no pudiéramos saber cómo estaban sin hacérselos saber. Shisui tenía un amigo que fue arrestado, según recuerdo su sobre nombre era Rata.
Ese tipo nos ponía al tanto de ustedes.
Cada día, cada noche, cada momento, quería enviarte una carta, decirte lo mucho que te extrañaba. Quería decirte la noticia de que serías Padre, quería ver tu expresión, quería que estuvieras conmigo en cada momento. Pero sabía que no podría ser así...
Tuvo que pasar mucho tiempo para poder asesinar a Toneri, no sin antes entregara todo el dinero que le robaron a Kakashi y pagara por lo que hizo hacia ustedes pagando por testimonios falsos y un jurado corrupto.
Hace un mes pudieron cumplir con su cometido. Pudieron matarlo, no sin antes entregar todo su tesoro. Sin él, sin sus hombres vigilando cada rincón de Konoha, y sus contactos dentro de la prisión, fue fácil sacarlos. A base del plan de Shikamaru.
Un plan que constaba de disfrazar a Shisui, a Itachi, Yahiko y Kakashi de agentes de la S.W.A.T. y entraran por ustedes en el caos que Sasori haría una vez que hackeo la red de la prisión."
Concluyo su narración mirando al Uchiha. Ahora ya todo tenía sentido. La razón por la cual Kakashi y el resto no habían podido ir a sacarlos de prisión, porque ese tal Rata era tan entrometido, pero no explicaba en que momento fue que ese pequeño se había hecho.
-¿Recuerdas esa última noche en la mansión?—Dijo Hinata acariciando dulcemente la cabeza del pequeño. Sasuke afirmo. —A esas alturas, lo que Tsunade había usado en nosotras, ya no funcionaba como debería... y bueno... el pequeño Hikari nació—
-¿Hikari?—El Uchiha le miro encarnando una ceja.
-Fue idea de Itachi y Shisui... y a mí me gusto. Su nombre significa "Luz"—Ella sonrió nostálgica al recordar como los dos Uchihas se discutirán un nombre. Pensando en que debía ser uno que al menor de ellos le gustara. Que mejor que un hijo cuyo nombre significaba Luz, para ellos que habían vivido casi toda su vida en la oscuridad.
-Pa... pa—Sasuke reacciono a las palabras que decía el pequeño que le miraba con una sonrisa. —Pa... pa—
-Fuiste su primera palabra—Dijo Hinata.—La dijo hace unos dos meses maso menos... le mostraba una fotografía tuya, y le decía que tú eras su Papa... y simplemente lo dijo—Esa sonrisa que surcaba las mejillas de Hinata se convirtió automáticamente en la favorita del Uchiha. Una sonrisa tan hermosa, tan llena de vida, tan... perfecta.
-¿Le mostrabas fotografías mías? ¿de dónde las sacaste?—El pequeño se movió de forma que se recostó sobre el pecho de Sasuke, para poder continuar mordiendo su puño que llenaba de saliva, y después empezar a tirar de la playera de Sasuke.
-Kakashi me las dio—Respondió sonrojada la Hyuga. —Y yo se las mostraba para que cuando te viera, no fueras un extraño—
-Papá—Dijo el pequeño llamando la atención nuevamente.
Sasuke le observo, y le pequeño volvió a su tarea de moderó su puño, no sin antes sonreírle. Parecía divertirle llamarle y sonreírle. Parecía que quería cerciorarse de que ese hombre era realmente la persona que su Madre decía que era... su Padre.
Antes continuar con más preguntas, sintió un abrazo de la Hyuga, misma que hundía su rostro en su pecho, la escucho sollozar, y aumentar más la fuerza en los brazos de ella.
-Te extrañe tanto—Sollozo Hinata. —Creí... creí que te había perdido—Y no era mentira. Ambos se extrañaban como locos. Pero Hinata era fuerte por su pequeño, y por la promesa de Kakashi. Quien había prometido sacar a sus hijos de ese lugar, costara lo que costara.
-Yo también te extrañe—Dijo el Uchiha. Quien cargo al bebe solo con un brazo, y con el otro rodeaba a Hinata, estrechándola con fuerza. Era un momento sencillamente único.
En ese momento... entendía aquello que por mucho tiempo solo pensaba que era una palabra sin significado aparente, una palabra que fue inventada para ilusionar a los hombres con que era posible sentir aquello.
Se sentía Feliz. Completamente Feliz.
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Toda su vida se había resumido en drogas, en alcohol, en mujeres que paseaban por su cama, en muerte y torturas. Una vida huyendo siempre de los hombres buenos. Una vida que no tenía sentido para él en lo más mínimo.
Siempre vacío, siempre solitario, siempre... la misma mierda.
Su vida había iniciado muy mal, pero bien dicen que lo que mal empieza, termina bien. Antes él lo dudaba, y creía que una vez iniciado mal, mal terminaría, así como el resto de personas que conocía que se dedicaban a esa vida despiadada.
Pensaba que terminaría muerto en el mejor de los casos, con una bala entre la sien. O con alguna sobre dosis, o que moriría por su imprudencia juvenil. Cualquier cosa que pudiera matarlo.
A fin de cuentas, nada de eso sucedió.
Solo paso,-a lo que ellos llamaban-, tortura eterna. Solo se enamoró.
Era un amor que comenzó siendo una enfermiza obsesión, que paso a ser odio por una parte, pero que al final termino con un amor puro.
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Salieron como una familia, para reunirse con el resto de la organización. Mismos que les esperaban en la playa privada que anteriormente pertenecía a Toneri. Para celebrar la libertad, y el inicio de una nueva vida.
Sasuke fue encerrado en un abrazo por parte de Itachi, y uno de Kakashi, quien tras enterarse de que su querida mujercita estaba en cinta, se volvió un manojo de alegría y felicidad, a quien importándole poco lo mucho que su hijo adoptivo se negara, termino por abrazarlo de igual forma.
Hidan y Kakuzu, le recibieron con bromas. Shikamaru con un sencillo apretón de manos y una sonrisa de ver a su hermano adoptivo. Kiba le abrazo, y le soltó de golpe al recordar lo mucho que detestaba el Uchiha el contacto cercano de esa forma. Sasori emitió a Shikamaru, con un sencillo apretón de manos.
Pain y Shisui le recibieron un choque de puños, aunque el Uchiha se dejó llevar por sus sentimientos y le dio un abrazo corto.
Después de todo, habían pasado mucho sin verse.
Por último, vio a su amigo rubio llegando con él, con una niña pequeña casi de la misma edad de su hijo. La pequeña era rubia, del mismo tono de cabello que Naruto, pero sus ojos eran del color de Naemi. Su piel era rosada al igual que la Mamá, y llevaba un pequeño vestido naranja con un short pequeño de color negro debajo.
-¡A! Mira nada más al bebe del Teme—Señalo Naruto al pequeño. —Menos más que se parece a la Mamá-ttebayo—Sonrió el Uzumaki con broma al Uchiha.
-Lo mismo digo—Soltó Sasuke con media sonrisa.
-Idiota—Susurro su amigo.
-¿Cómo se llama?—Cuestiono Sasuke a Naemi.
-Akane—Sonrió ella a su respuesta.
-Mi princesa, Akane—Dijo Naruto, abrazando cariñosamente a su hija, y levantándola después en el aire, haciéndola reír. —Mi princesa—Canturreo el rubio.
-¿Quieres venir con la tía Naemi, Hikari?—Dijo la mujer del Uzumaki, tendiendo sus brazos hacia el pequeño. —Estoy segura de que Mami y Papi quieren hablar a solas—La rubia les sonrió a ambos, y después al pequeño.
-¿Tu y Naruto no tienen que hablar también?—Dijo Sasuke, mirando como su hijo prestaba mucha atención a la forma de juego de Naruto y su hija.
-Ya hablamos—Dijo Naruto deteniendo el juego con su hija, y recargándola contra su pecho. —Cuando desperté, Naemi estaba conmigo y Akane dormida en su cuna. "Hablamos" en silenció—Sonrió el Uzumaki con picardía.
Los contrarios se miraron entre ellos.
-Cuídalo mucho—Ordeno Sasuke mientras cargaba a su pequeño y se lo pasaba a Naemi. Quien al estar en sus brazos demando ser cargado por Naruto, queriendo jugar como lo había hecho con su hija.
-Creo que alguien quiere jugar—Dijo Naemi, quien le pasaba al pequeño Hikari a Naruto, y Akane regresaba a sus brazos.
Sasuke le fulmino con la mirada al Uzumaki.
-Vamos, Hikari—Sonrió el rubio. —Yo jugare contigo, ya que tu Padre es un amargado. Si lo es, si lo es—Dijo entre risas.
Y la mirada aumento más contra el rubio, pero a este poco le importaba.
-Anda, Sasuke... váyanse a charlar... cuidaremos de Hikari—Sonrió Naemi a ambos.
Hinata tomo al Uchiha de la mano, y tiro suavemente de ella para hacerlo moverse, no sin fulminar de último a su opuesto, pero Naruto no prestaba atención a sus miradas llenas de ira, estaba más ocupado haciendo reír a su hijo.
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Una de las muchas fantasías que tienen las mujeres, es hacer el amor en la playa con su pareja en el atardecer. Nadie sabe bien porque, o al menos Hinata no lo sabía hasta hace unos momentos.
Sasuke y ella habían "charlado" en su hogar. El lugar donde vivían, era nada y nada menos que una playa privada, que como se mencionó antes, era de Toneri. Misma donde estaba una mansión grande en el centro, y varias pequeñas mansiones a sus alrededores. No había nada que las separara. Era un lugar perfecto para la Familia de Kakashi.
Así que, apenas llegar a su hogar, Sasuke se había lanzado sobre ella como una fiera salvaje. Dos, casi tres años sin ella, sin contactos físicos, sin caricias y sin besos. Era más que evidente la necesidad de uno por el otro.
Besos desenfrenados, que daban inicio a una lucha entre sus lenguas por ver quien dominaba a quien. Pero más que una lucha, era la necesidad de saborearse el uno al otro. Recordar cada detalle de sus bocas, cada sensación que provocaba aquella danza lujuriosa y obscena que podían sentir.
Sasuke le había arrojado a la cama con violencia, aunque no era su intención, pero a esas alturas no podía controlarse, no podía frenar sus instintos, ni a la bestia interna que tiraba de él para hacerla suya. Y podría sonar extraño de su parte, pero a Hinata le excito incluso más ese movimiento de rudeza. No por nada había extrañado sus castigos.
La observo, sobre la cama, con su respiración agitada, algo de saliva corriendo por la comisura de sus labios, jadeando por la falta de aire que él había causado; la ropa que estaba a medias sacada y movida y ese sonrojo que tanto lo volvía loco.
Y ella le miro, su sola mirada decía todo. Sus ojos inundados de lujuria; su cuerpo casi desnudo; y esas pequeñas gotas de sudor que empezaban a verse bajar por su cuello, y recorrer celosamente su pecho expuesto.
Ahí estaban... esos dos amantes, listos para entregarse el uno al otro hasta que sus cuerpos no aguantaran más.
Sasuke se trepo a gatas sobre ella, y la beso despacio. O al menos eso intento, puesto que apenas saborear sus labios otra vez, ese beso se volvió intenso. Sus manos acariciaron sus hombros, y después fueron bajando poco a poco por sus brazos hasta sus muñecas, para después ser llevabas hasta el escote de ese ligero vestido azul que llevaba.
Apenas poner sus manos sobre ese escote, aplico toda su fuerza para romperlo completamente. Dejando expuesta la ropa interior que yacía bajo el mismo.
Observo la suave y pálida piel de su mujer. Hinata al verse siendo vista de esa forma tan aguda, se cubrió de inmediato la zona del vientre con vergüenza.
-¿Qué sucede?—Hablo Sasuke al verla actuar.
-Mi... mi vientre ya no es como antes—desvió su mirada, apenada y sonrojada a alguna otra parte. El cuerpo de una mujer difícilmente vuelve a ser perfecto tras un embarazo.
El Uchiha torció sus labios. Llevo sus manos hasta las de Hinata, y las quito de esa zona que estaba protegiendo inútilmente de él, sin importar sus protestas y lo mucho que se negara. Y en efecto, el vientre de ella no era plano como él lo recordaba, ahora se veían unos pequeños kilos extra y la piel flácida. Pero eso no significaba puntos menos de belleza.
Se inclinó, besando su vientre y repartiendo pequeños besos sobre el mismo.
-No me importa como luzcas... yo te amo—Dijo el Uchiha al cabo de unos minutos repartiendo besos sobre su vientre. —Yo te amo—Dijo casi de último, mientras acariciaba esa zona en específico con mucho cuidado.
Hinata enterneció por sus palabras. Le tomo del rostro, y le guio hasta llevar de nueva cuenta sus labios con los de ella, besándolo con ese amor tan bello que sentían el uno por el otro.
-Y yo te amo a ti—Ambos se sonrieron. Y volvieron a besarse, sellando la declaración amor.
Las traviesas manos de Sasuke reaccionaron para acariciar sus hombros, ir bajando poco a poco por su pecho, para romper el sujetador por la parte de enfrente; con ello realizado, fueron bajando nueva y lentamente por su vientre, hasta llegar a sus bragas, mismas que fueron retiradas lentamente.
Como si al momento de sacarlas aprovechara para acariciar sus piernas celosamente, haciendo que la piel de Hinata reaccionara en pequeñas descargas eléctricas.
Apenas liberarla de toda su ropa, él se liberó la suya, quedando desnudo junto a ella.
Sus pieles se rozaban, a su vez que volvían a besarse con gran deseo. Antes que Sasuke tomara el control, Hinata se lo arrebato, cambiando las posiciones, siendo ella quien estuviese encima de él.
Un gesto que dejo al moreno sorprendido.
Esta vez, sería ella quien tomaría las riendas, y decidiría en que momento llegarían juntos al clímax. Comenzó por rozar intimidad con la de él, sacando esos sonidos únicos de los labios del moreno. Esos gruñidos eran autentica música para ella.
Pero no podía gastar todo su tiempo en aquel juego.
Tras unos minutos de esa forma, y terminar por lubricarse el uno al otro, tanto con los fluidos pre-seminales del Uchiha y sus propios fluidos vaginales, se dispuso a auto-penetrarse.
Lentamente toda la hombría de Sasuke fue entrando en ella, centímetro por centímetro era gozado por ambos, hasta que todo estuvo dentro.
Hinata se quedó quieta un poco tiempo, puesto que estaba segura de que si se movía apenas estuviera toda su hombría dentro, terminaría y eso era lo que menos quería, al menos en ese momento.
Tuvo que hacer de todo su autocontrol para evitar hacerlo, y era consciente de que Sasuke también pasaba por lo mismo, no por nada le vio fruncir sus labios y estrujar la sabana bajo suyo.
Coloco ambas manos sobre el pecho de Sasuke, acomodo bien sus piernas a cada lado de él, y comenzó por mover sus caderas de arriba hacia abajo.
Era una misión, imposible para Sasuke al menos, tener que contenerse cuando miraba ese espectáculo. Lo único que atinaba a hacer, era colocar sus manos, no en las caderas de la Hyuga, sino en sus nalgas, mismas que masajeaba constantemente. Pero no solamente estaría haciendo es, llevo sus manos a las piernas de ella, acariciando centímetro a centímetro la piel que pasaba por debajo.
Quería recordar cada sensación, cada parte de ella.
Se fue reincorporando poco a poco sobre la cama, acariciando su espalda mientras lo hacía. Las manos de Sasuke tocando su espalda, parecían llamas que le encendían más de lo que su cuerpo estaba dispuesto a soportar, cada una de sus terminaciones nerviosas reaccionaban velozmente con suaves descargas eléctricas de placer. Sasuke atrapo entre los rebotes, uno de los senos de Hinata, introduciéndolo a su boca, aprisionando ese botón de carne erecto del cual comenzó a mamar ruidosamente a propósito.
-¿No te quedo algo de leche para mí?—Dijo con esa voz grave y ronca, mirándola directo a los ojos, haciendo que esa mirada penetrara más profundo que su pene dentro de ella.
Su pregunta hizo que la Hyuga se colorara hasta la medula, y esa mirada le hiciera mojarse aún más de lo que estaba, sino estuviese ocupada moviéndose y sus manos ahora apoyadas sobre los hombros del Uchiha, se ocultaría por la vergüenza.
Esa era quizá otra cosa que extrañaba de él. Esos comentarios sucios y obscenos que decía.
Continuaron, en esa posición unos minutos más, mismos en los cuales Hinata estaba por llegar hasta su clímax, pero Sasuke aún no quería la diversión terminara, por lo tanto la detuvo.
La detuvo, casi al momento de llegar.
-Aun no—Dijo roncamente. —Aun no—
La movió de encima suyo, para cambiar a una nueva posición, y ser él quien dominara. Le sentó sobre sus piernas, haciéndola penetrarse hasta el fondo con esa nueva posición, donde los brazos de la Hyuga se envolvieron en su cuello; sus senos se aplastaran contra su pecho y sus piernas le rodearan la cintura.
-En esta posición... disfrutaremos más, el uno, del otro—Susurro Sasuke hacia su oído con una sensualidad exquisita.
Recargo la espalda de Hinata contra la cabecera de la cama, y sin piedad alguna, comenzó por mover sus caderas en unos compas veloces y profundos. El por su lado, apoyo ambas manos en la cabecera para darse más impulso.
Pronto la habitación se llenó de los gemidos y gruñidos de ambos, al igual que sonoro golpeteo de sus caderas.
Unieron sus labios, dando como resultado lo que Sasuke prometió. El deleite.
Minutos así, ambos llegaron hasta donde tanto ansiaban llegar. Al orgasmo. Aunque Hinata lo alcanzo primero, creando la reacción de que sus paredes vaginales se contrajeran, apretando placenteramente el pene del Uchiha, y conducirlo a los campos elíseos.
Toda la descarga de su esencia fue vaciada dentro de ella. Ampliando las sensaciones de lo exquisito y lo obsceno, al igual que el volumen de sus gemidos.
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Así duraron, un buen rato, ambos abrazados el uno al otro. En medio del silenció de ambos, y el sonido lejano del océano.
No existía momento más perfecto que ese, donde solo eran ellos dos, juntos otra vez. ¿Qué podían decirse?
Realmente no sabían. Tal vez Hinata quisiera saber cómo fue estar en prisión, y Sasuke preguntar sobre como llevo su embarazo.
Pero aquella pregunta solo le llevaría a mosquearse consigo mismo. Había dejado a Hinata cuidar sola de su hijo. No pudo estar cuando ella más lo necesitaba. No pudo cumplir ninguno de sus caprichos, ni sostener su mano al momento del parto.
Casi por inercia, torció sus labios. Ya se había vuelto un habito hablarse a sí mismo, cuestionarse y responderse él mismo. Eso pasaba gracias las estadías en el aislamiento de la prisión.
-Sasuke... ¿estás bien?—Hinata se había levantado de su pecho para verlo.
El reacciono de su charla interna.
-Si... solo pensaba en algunas cosas—Hinata creyó en sus palabras y regreso a su lugar.
Unos minutos más tarde, Hinata se había quedado dormida, pero Sasuke no podía. Le estaba dando vueltas a todo.
Ahora ya tenía un hijo... un hijo con la persona que más quería en el mundo. Pero eso solo significaba que debería de dejar de lado la vida que estaba bien arraiga a él. ¿Qué haría ahora? No contaba con muchos estudios que digamos, y no tenía mucha experiencia, más aparte que la policía ya lo tenía registrado.
Por más que lo intentara, no obtendría una vida normal, ni él, ni su Familia.
Deberían de estarse en las sombras, como siempre, huyendo por siempre. Porque era consciente de que Kakashi no les podría proteger por el resto de sus vidas, y prueba de ello había sido cuando cayeron en prisión. ¿Qué tal si volvía a caer en ese lugar?
No, no quería si quiera pensarlo. No se perdonaría lastimar a Hinata otra vez, y mucho menos dejarla cargar a ella sola con su hijo. Ese no sería él. Porque él no cometería los mismos errores que su Padre. Eso jamás.
Sentía tantos problemas en su cabeza, que no podía disfrutar el momento en el que estaba. En una casa de playa, con Hinata sobre su pecho dulcemente dormida, sobre una cama hecha de nubes, y agotado por haber hecho el amor tan intensamente.
Pero esa era la maldición de un Padre. Preocuparse día y noche por su Familia. Y en su caso era preocuparse el doble.
Se puso de pie de la cama, apartando a Hinata cuidadosamente de él. Se vistió con unos pantalones y salió a la playa. Apenas salir, vio a lo lejos a su Familia, estaban en la carne asada que Kakashi había preparado.
Vio a su hermano, a Shisui, a Yahiko y al resto de sus hermanos adoptivos. Todos se veían tan contentos y felices, como si el futuro no les importara.
Vio a Naruto jugando con su hija, y a Naemi a su lado, jugando a las cosquillas con Hikari. Ambos lucían felices, tranquilos, y haciendo lo que él no podía. Disfrutar del momento.
Pero... había algo en esa escena familiar que le estaba conduciendo a una clase de epifanía.
Kakashi les había adoptado desde muy pequeños, y no tuvo problema en criarlos. Puesto que él mismo les había dicho, ya varios años después de que se convirtieran en miembros de la organización, que si él lo hubiese querido, no estarían involucrados en toda esa mierda.
Eso solo significaba que si se lo proponía, no importaría a lo que se dedicara, podría criar y cuidar de su hijo y de su mujer.
Además... acaba de salir de prisión. Ya podría preocuparse después del futuro incierto.
Regreso a la casa, y se volvió a recostar con Hinata en la cama. Ella abrió sus ojos un poco cuando el colchón anuncio la presencia del moreno nuevamente.
Cuando ya estaba acostado, sintió el envolver de sus brazos en ella. Sacando una sonrisa de sus labios. Nada mejor para ella que estar entre los brazos de su salvaje, asesino y futuro esposo.
Y ahí se quedaron... en cama, acostados, y juntos. Disfrutando uno de los muchos momentos que les esperaban.
Puesto que, mientras estuvieran juntos... Ni siquiera una Familia protectora, sus propias conciencias, un hombre que estaba obsesionado con la luna y un peligroso sujeto de los bajos mundos, podrían separar.
~~FIN~~
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Bueno, no se que decir... es triste terminar las historias TnT
Pero todo debe llegar a su final. Y esta vez, Unhealing llego al suyo. Me habría gustado poder hacerle una segunda parte, o algo así, pero no quería arruinarla añadiendo cosas que no tuvieran sentido.
Lo del embarazo fue a raíz de unos comentarios que leí hacia tiempo, que querían que Hinata estuviera embarazada, y si lo estuvo, lastima que ese tiempo que ella estuvo en cinta Sasuke estaba encerrado xD
Se que Hikari suena a nombre de chica, pero también es nombre de chico. No me culpen por eso (?)
Y si el nombre de Akane les suena, es porque de pequeña era Fan (una gran fan) de Ranma 1/2 y si, antes pensaba que cuando tuviera una hija le iba a poner Akane. Orgullosamente Naemi y Naruto me cumplieron el sueño (?) ('・ω・')
Pero regresando al tema. Me siento muy contenta de ver que Unhealing tuvo mucho apoyo desde el principio. Y que a muchas personas les gusto, incluso en un grupo de Facebook lo compartieron. No tienen idea de lo feliz que estaba, se lo conté a casi medio mundo, hasta mi psicologa xD De verdad, muchisisismas gracias a todas y todos los que leyeron y demostraron su apoyo.
Espero de todo corazón que lo disfrutaran tanto como yo al escribirlo y que el final sea de su agrado. Aunque se que no, porque a nadie le gusta que las cosas terminen... lo digo por experiencia .-.
Me tomare un tiempo (?) De no escribir sobre Naruto, para darme una oportunidad con nuevas historias y personajes. Pero no lo cumplire porque debo terminar la segunda version de Revenge. No, no la he olvidado, y la actualizare pronto ^^
Con esta biblia... Me despido.
Muchas gracias, como siempre, por leer, votar y dejar sus comentarios.
Muchas Gracias ('⌣'ʃƪ)
Att:
Midna_Nightly (づ ᴖ ɜ ᴖ)づ
PD:
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