Chapter XXV: Imprevisto

Una cena, una fiesta, un evento y muchas personas importantes se reunían en un solo lugar. Uno de los hermosos salones de fiesta del gran Hotel Sakami en Konoha.

Hotel de cinco estrellas con el salón de fiesta perfecto, hermoso y no olvidemos costoso de toda la ciudad.

La fiesta la celebraría el último heredero de la Familia Otsutsuki, Toneri. Como una tradición que llevaba su Familia en esas fechas.

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-Entiendo su preocupación, señor Otsutsuki—Hablo firmemente Nagato. —Pero no tiene de que preocuparse, Señor—

-Oh, no haga tanto formalismo, Jefe—Dijo el albino, bebiendo cómodamente su café matutino. Había invitado al Jefe de policía con la firme intención de darle a conocer sus preocupaciones con respecto a la seguridad de su fiesta. —Toneri está bien, si me trata de "usted" me hará sentir más viejo—

-Como diga, Toneri—Nagato asistió a esa reunión con él en el hogar del albino, acompañado por Konan y dos de sus mejores oficiales. Rock Lee y Deidara.

Toneri sonrió de esa forma que ponía incomodo al jefe, por alguna extraña razón, sentía que en cualquier momento el albino realizaría algo o que pretendía hacer algo.

-Con respecto a la seguridad del sábado...—Dio un par de sorbos a su café, dándole tiempo a Nagato de responder.

-Entiendo su preocupación, pero no tiene nada a que temer—Hablo con firmeza. —Un colega vendrá a darnos una gran ayuda a encontrar y erradicar a los criminales que han estado atemorizando a la ciudad—

-¿Colega?—Dijo Toneri, dejando la taza de su café sobre la mesita. — ¿Quiere decir que usted no puede realizar el trabajo para encontrarlos?—

-Lamento afirmarlo, Toneri. Pero esos tipos son muy escurridizos, es como si la mismita tierra se los tragara, mi colega puede encontrarlos—

Toneri suspiro para sus adentros, otro tipo cazando tipos así sería un problema para sus planes. El buscaba la muerte, y los hombres como Nagato buscaban la justicia. Pero si no quería levantar sospechas, sonrió dejando relucir su muy buena actuación.

-Maravilloso, en todo caso, le dejare en sus manos. No me defraude, Jefe—Toneri tendió su mano hacia Nagato, para cerrar el trato de la seguridad.

-Le prometo que no pasara nada, y podrá disfrutar su fiesta sin contratiempos—Nagato le dedico una sonrisa muy sutil, a la par que estrechaba su mano con la del albino.

-Muy bien, en ese caso, me gustaría ofrecerles a usted y sus colegas un delicioso desayuno—Toneri estaba por dar la orden a su sirvienta para que trajera el desayuno, pero el pelirrojo negó de inmediato.

-No se preocupe, debemos regresar a trabajar—Se disculpó.

Nagato se puso de pie, y continúo a retirarse junto a sus colegas.

-Bien... que tengan un buen día, caballeros y señorita—Aquella sonrisa continuo poniendo nerviosos a todos. Y sin otra cosa más que hacer, prosiguieron a retirarse.

Una vez que se retiraron, Toneri dejo de lado su actuación de estrella para suspirar fuertemente. Dio un chasquido con sus dedos, mientras uno de sus sirvientes se acercaba hasta él.

-Llama a Kuro, y dile que debo hablar con él lo antes posible—Dio la orden.

-Si señor—Realizando una reverencia prosiguió a retirarse.

Dejando al joven Otsutsuki continuar con su desayuno tranquilamente.

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Hinata caminaba con rumbo a la habitación de Ino para ayudar junto a Sakura al disfraz de la rubia. Se sentía orgullosa de poder contribuir en algo al plan, de ayudar y dejar de sentirse inútil mientras todos los demás estaban de un lado a otro corrigiendo pequeñeces que pudieran cobrarles la vida.

-¡No me lo creo! ¡¿De verdad ha dicho eso?!—Escucho la voz de Ino antes por detrás de la puerta. Se escuchaba sorprendida y contenta.

-¡Así es! ¡Hoy mismo acaba de decírmelo!—Respondió la Haruno igual de contenta.

Antes de entrar, llamo a la puerta esperando a que le dieran permiso de pasar. Incluso después de todo, sus modales jamás desaparecerían.

-Adelante—Escucho decir a Ino desde el interior. Hinata entro y las vio a ambas con sonrisas muy amplias, sosteniendo ambas vestidos de satén negro y azul marino. — ¡Hinata! ¡Que bien que hayas llegado!—

-Llegas en justo momento—continuo Sakura. —Tenemos grandes noticias—

-¿E-En serio?—Se acercó hasta ellas, mirando aquellas sonrisas que le contagiaban a ella a sonreír.

-Si. Sakura va a ayudar en el plan, será mi compañera—Hablo Ino mostrándose entusiasta ante la idea de compartir escenario con su mejor amiga.

-Así es, Kakashi me ha dejado participar junto a Ino—Continuo la Haruno. —E estado entrenando muy duramente para participar—Movió el vestido negro que llevaba en sus manos de un lado a otro.

No es necesario decir que Hinata aún no comprendía del todo el plan, salvo lo que Sasuke le llego a comentar y poco más que escuchaba de sus conversaciones con Naruto o con algún otro integrante. Más el hecho del plan que ahora cumplirían sus amigas. Esa parte que ellas cumplían era del ser acompañantes.

-Maravilloso—Dedico una sonrisa a ambas. Una sonrisa que pudo borrarse tan pronto se formó, ahora si sería la única que se quedaría en casa además de Sebastián sin otra cosa que hacer que rezar porque todos regresaran vivos. Por algunos momentos sintió celos de sus amigas.

Aunque le doliera aceptarlo, no sería de mucha ayuda como lo podrían ser ellas. Ino quien ya estaba involucrada en todo eso y podía manejar un arma e incluso matar a un sujeto; Sakura, quien a pesar de no llevar mucho entrenando ya podía ser capaz de defenderse mejor y sostener un arma sin que sus manos temblaran. Solo ella era quien continuaba sin hacer nada más que ayudar en cosas pequeñas.

Mientras que ella se perdía en eso, las otras dos continuaron festejando que estarían juntas en esa parte del plan.

-¡Bueno! ¡Manos a la obra señoritas!—dijo Ino con mucho ánimo.

-Si—respondieron ambas. Una más alegre que la otra.

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Naemi iba en el auto con Kuro. Era la primera vez que salían juntos, y eso la ponía ansiosa. Miraba constantemente por la ventana, buscando o pensando en ver al rubio de ojos azules buscándola en algún auto. Pero por más que miraba, no lo veía.

El auto en el que viajaban era uno del año en color negro. Ventanas tintadas del mismo color y asientos de piel blanca.

Según dijo el albino, quería que salieran a comprar ropa y algunas cosas más que quería regalarle a su joven novia. O ese era el plan hasta esa llamada.

Cuando uno de los semáforos que les quedaba de camino marco el alto, Kuro se detuvo y entendió su móvil. Naemi casi por instinto sintió un escalofrío.

-Kuro—Saludo. — ¿Eh? ¿Para qué quiere verme ahora?—

Naemi le observo cambiar su expresión, que cambiaba de una sonrisa amplia y misteriosa hasta una de disgusto extremo. Sin embargo no dijo nada, pero aquello no evito que sintiera casi el mismo miedo de años atrás.

-Bien... iré de inmediato—Tras esa afirmación, colgó y el semáforo marco el verde para avanzar. El albino acciono a tomar un rumbo diferente. —Disculpas, mi ángel. Pero debemos llegar por unos asuntos antes—Le dedico una sonrisa.

-C-Claro... está bien—Sonrió.

Kuro amplio aún más su sonrisa y recupero de nueva cuenta su expresión alegre de siempre.

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Al llegar al edificio, Kuro aparco su auto unas calles antes. Por seguridad.

-Bien, mi ángel... regresare tan pronto pueda, ¿está bien?—Ella afirmo. —Bien. No hagas travesuras—

Beso los labios de la chica con rapidez antes de salir del auto y colocar la alarma de por medio. Después de ello, emprendió su camino hasta el edificio del albino contrario.

Naemi respiro con mayor libertad, y es que estar con él, le tensaba. Era tan misterioso y aún más con aquella sonrisa que parecía ser hecha por el mismo diablo. Sin embargo, dejando de lado eso, se puso a pensar en cómo salir del auto.

Estaba fuera, y su libertad estaba detrás de una puerta. Tal y como cuando escapo de Naruto aquella vez, esta era su oportunidad de escapar. La pregunta era: ¿Cómo salir?

Busco en la guantera, en los asientos traseros, en todas partes busco una forma o algo que pudiera ayudarle a salir de ese vehículo. Pero no había nada. Suspiro con frustración pasando una mano por su frente.

A cualquier movimiento brusco, la alarma se accionaria y eso le alertaría al ojos rojos de su escape. ¿Entonces... que más hacer?

-Puedo arriesgarme a romper un vidrio y tratar de salir... o quedarme aquí y... sucumbir—Se dijo.

Observo el vidrio durante algunos minutos hasta que unos chicos pasaron delante. Quizá ella no tenía de su lado algo con que romper el vidrio, pero ellos quizá sí.

Golpeo el vidrio de su lado y grito lo suficiente para que uno de ellos la escuchara.

-¡Ayuda! ¡Me tienen secuestrada!—Grito. El chico se sorprendió.--¡Mi novio está loco y me ha secuestrado! ¡Ayuda por favor!—Suplicaba al chico que se quedó en shock algunos minutos al igual que su amigo.

Espero, con pequeñas lagrimas adornando su rostro para que fuera más creíble la historia. Los chicos se intercambiaron miradas, y aceptaron ayudar.

-¡Descuida! ¡Vamos a sacarte!—Dijo uno de ellos quien se ponía en manos a la obra, junto con su amigo, a buscar algo con que romper el vidrio.

Naemi sonrió sintiendo alivio. Y tras unos minutos más de espera, uno de ellos llego con una roca bastante grande en su mano. Le pidieron a Naemi que se alejara del vidrio, y después, el golpe, más la fuerza aplicada y el tamaño, hicieron el vidrio trizas.

La alarma sonó, y eso hizo explotar dentro de la rubia una bomba de adrenalina. Los chicos la ayudaron a salir por el vidrio, ella agradeció y se dispuso a correr en dirección contraria al edificio del albino.

Los chicos se quedaron sin comprender exactamente qué pasaba, pero estaban contentos con ellos mismos por ayudar a una chica de su supuesto novio abusador, aunque claro, aquellos chicos corrieron también para evitarse problemas.

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Kuro sintió el vibrar de su móvil, la alarma de su auto se había accionado. Aquello era algo que sin duda no se esperaba. ¿Acaso alguno de los cachorros de Kakashi le había encontrado? Imposible, por esa misma razón no se acercó tanto con el auto, para evitar que alguien viera a Naemi.

-¿Pasa algo?—Cuestiono Toneri al notar como su amigo sacaba su móvil de su bolsillo.

-Dame un momento—Kuro marco con rapidez el número que tenía de unos sujetos que contrato para su escolta personal.

-Señor, acabamos de ver a la hija de Obito corriendo por las calles—Dijo el sujeto al otro lado de la línea. Apenas el albino marcara.

-Me acabo de dar cuenta—Rechino entre dientes. —Esta orden es muy importante, atrápenla antes que alguien de la organización de Kakashi la vea, y si la fallan, no se atrevan a regresar o les meteré agua hirviendo por sus orificios rectales, ¿Ha quedado claro?—Aquel tono tan grave que había usado, dejo completamente helados no solo a aquellos secuaces, sino también su entorno en la casa de Toneri.

-¡S-Si señor!—La voz del hombre tembló, solo con imaginarse aquella escena.

Kuro colgó el móvil, y volvió su atención hacia Toneri. Aquellos ojos rojos se confrontaban contra los turquesas del albino, dejando relucir una ira incontenible que estaba esperando estallar como una bomba de 5 megatones.

-Continuamos con esto después si te apetece, no quisiera que todo esto terminara mal para ti—Aquello sin duda había sido uno de los mejores comentarios que Toneri le hubiese dicho en mucho tiempo.

-No... está bien—Respondió. —Si ella escapa con ellos, yo mismo matare a toda la organización de Kakashi. Y ambos saldríamos ganando—Una sonrisa ladina se formó en los labios del albino, una sonrisa que hizo al mismo Toneri inquietarse.

Lo que él no sabia, era que su querida chica, llevaba un rastreador entre sus ropas.

Como se había dicho una vez... no sería el hombre que era, sino fuera precavido.

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Naemi corría tan desesperadamente que los músculos de sus piernas empezaban a doler como si alambres de púas se enrollaran por cada centímetro, que sus pulmones quemaban como si respirara fuego, pero no iba a detenerse.

No lo haría hasta que llegara a un teléfono público, o algún lugar seguro donde poder recuperar algo de oxígeno.

Para su suerte, llego hasta un pequeño parque que estaba rebosante de personas y policías. Se detuvo en una banca para recuperar el aire que sus pulmones venían reclamando con tanta desesperación desde hacía unas cuadras atrás. A pesar de su forma, no estaba en condiciones de correr de esa forma en la que se exigió. 

Ahora... ya no sabía qué hacer. Había huido, era libre y podía regresar con Naruto o huir de todo, ir con la policía en busca de alojo y que le convirtieran en un testigo protegido para enviarla lejos, con una historia e identidad falsa. Comenzó a caminar, mirando a su alrededor. Aun no estaba muy lejos del edificio, y era muy probable que Kuro la encontrara o que enviara a alguien a encontrarla. A fin de todo, era igual que su Padre y Naruto. Que parecía que tenía hasta las rocas de su lado para encontrarla.

Sin haberlo previsto, salió del parque andando tranquilamente por la calle. Hasta que un auto venía de frente, color negro, y vidrios igual de negros que no dejaban ver quienes venían en aquel auto. Su buen sexto sentido de mujer, le grito:

"-¡CORRE!-"

Y lo hizo... volvió a su carrerita.

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Por su parte, Naruto había estacionado en un autoservicio a cargar gasolina y esperar a que su compañero regresara de comprar algunas botanas.

Una orden de Kakashi, fue que debían de patrullar constantemente los alrededores del salón Sakami y el hogar de Toneri, que era donde habían visto al albino contrario, aunque ese mismo detalle Naruto no lo sabía. Solo seguía la orden de vigilar el lugar.

Estaba recargado fuera del auto, mirando su móvil. Estaba en la galería del aparato, mirando las fotografías que tenía, entre ellas, una de Naemi y él, en el hogar de Bee. La extrañaba, y eso sacudía hasta lo último de su cuerpo.

Incluso sonrío, ¿hasta dónde llego por una mujer?

Si su yo de hace meses lo viera ahora, seguramente se golpearía hasta recobrar su juicio. O se maldeciría por mostrase débil ante la situación. Fuera como fuera, ahora estaba de nueva cuenta en contacto con sus emociones frías y asesinas, dispuestas a todo... al menos hasta que la encontrara de nuevo.

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Naemi corría, sus pulmones ardían y estaba agotándose. Debía perder el auto que le estaba siguiendo con tanto empeño, al igual que uno de los sujetos que bajo del mismo para seguirle a pie.

No se dejaría atrapar, no lo permitiría.

Justo a lo lejos, distinguió un callejón, si entraba perdería al auto, pero no al hombre. Pero sería un problema menos que afrontar, así que eligió el callejón.

Giro, corrió más. El hombre le pisaba los talones. El auto se detuvo y su conductor busco un medio más para llegar hasta ellos.

Continúo corriendo, hasta que lo vio.

Su corazón ya no podía latir más rápido, ya no podía agitarse más, ya no o seguramente explotaría dentro de su pecho en un paro cardiaco.

A lo lejos, estaba Naruto... recargado en un auto, mirando su móvil. Adrenalina pura surgió nuevamente, dándole un aventón más para poder llegar. Cinco segundos más de adrenalina... solo cinco segundos más y llegaría hasta él.

Sintió al hombre rozar su espalda para poder atraparla y el miedo amenazo por congelar sus piernas. Pero no se rindió, y continuo corriendo hasta estar lo suficientemente cerca para poder gritar.

-¡NARUTO!—grito, al grado de llevar sus cuerdas vocales al máximo.

Escucho que alguien gritaba su nombre, y levanto la mirada del aparato para buscar su origen. Y lo encontró... siendo perseguido por un hombre que no parecía tener las mejores intenciones.

Ahora había sido su turno de correr.

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-¿Y Naruto?—Cuestiono Pain entrando de lleno a la habitación de "Matriz", de Sasori.

-Kakashi le mando a vigilancia para sacarlo un rato de la casa y que me dejara trabajar tranquilo—A la vez que hablaba con su colega peli-naranja, tecleaba velozmente sobre las teclas de la computadora o la bestia, como el querido pelirrojo había bautizado a su computadora cuando la armo con sus propias manos, mirando la pantalla que de fondo tenía algunas de las imágenes de las cámaras de seguridad de la cuidad, y una ventana emergente de color negro con letras verdes donde tecleaba lo que fuera que estaba tecleando.

Pain por su parte no se mostró muy tranquilo con aquella idea de dejar salir a Naruto, pero al menos las cosas ya serían más sencillas para todos.

No era,-y ni sería-, la primera vez que le mentía a Naruto. La mayoría de esas mentiras tenían que ver con protegerlo de sí mismo. Lo conocía lo suficiente para saber qué cosas era mejor ocultarle y que cosas no. Era su trabajo como "hermano" mayor después de todo.

-¿S-Señor Sasori?—Interrumpió un chico que estaba de ayudante en los sistemas.

-¿Qué?—

Pain presto atención a lo que el chico decía. Y aún más, cuando vio lo que la pantalla del mismo mostraba en una de las cámaras.

El joven, reflejo la imagen de su computadora sobre la pantalla detrás del ordenador de Sasori.

-Imposible—Dijo el pelirrojo.

-No puede ser—Hablo Pain igual o incluso más sorprendido que el escorpión.

La imagen de la cámara de seguridad de un autoservicio mostraba al callejón donde el miembro hiperactivo de la organización luchaba a golpes con un sujeto, mientras que Naemi estaba con él. Aquello sin duda... nadie lo vio venir.

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Uno, tras otro, y otro golpe más, eran encestados con una fuerza brutal y descomunal hacia aquel sujeto por parte de Naruto, quien no se contenía en lo más mínimo. Naemi solo podía recuperar oxigeno mientras lo miraba pelear sin medida alguna, con la esperanza de matarlo a golpes.

Estando en un callejón, no muchas personas se acercaban y muchos otros hacían la vista gorda pasando como si nada estuviese pasando.

-¡Hijo de puta!—Gruñía una de tantas blasfemias que sabía mientras golpeaba al sujeto, dejando escapar parte de la rabia que tenía, y la furia que llevaba dentro.

-Naruto, basta... por... por favor, vámonos—Suplico Naemi. El Uzumaki giro a verla sin miedo a que el sujeto se pusiera de pie, ya le había dejado incluso inconsciente y él ni en cuenta.

Se puso de pie, y camino hasta ella. Envolviéndola en sus brazos con fuerza. Ella correspondió al toque, mientras su cuerpo temblaba entre los brazos del rubio. No imagino que tan bien se llegaría a sentir con volver a tocarlo.

-¿Te hizo daño? ¿Estás bien? ¿Cómo escapaste?—Alguna de las muchas preguntas bombardearon a Naemi por su parte, dejando relucir cada una de sus preocupaciones. Una ternura inimaginable lleno todo el corazón de la rubia.

-Estoy bien—respondió con seguridad, hundiendo su rostro sobre el pecho del Uzumaki.

No fue la reunión que esperaban, pero el hecho de estar juntos era lo que importaba.

El chico que acompañaba a Naruto, llego con ellos y claramente se quedó sorprendido de ver a Naemi con él.

-Vamos, debo llevarte a la mansión ahora mismo—Naruto tomo la mano de su recuperada novia, misma que le seguía contenta, pero no el chico.

-N-No creo que se buena idea, Kurama—Dijo el chico hacia Naruto que no mostro interés. —Kurama, por favor, no... no creo que sea una buena idea—

Naruto no respondió hasta que se aseguró de que Naemi estaba dentro del auto.

-¿Por qué no?—Se giró hacia el chico, ambos brazos cruzados delante de su pecho y con el ceño levemente fruncido.

La respuesta vacilo en los labios del joven, quien no contuvo mucho más el secreto. Y conto todo.

-El... el líder, y los demás... sabían dónde estaba Naemi desde hace días—Comenzó.—No le dijeron nada porque sabía que se lanzaría por ella de cabeza como hace siempre, sin medir consecuencias... así que... todos mantuvimos esto en secreto... Kurama—Finalizo. Mirando al Uzumaki directo a los ojos, quien pudo sentir el cuchillo de la traición enterrarse en su espalda.

Casi quería que aquello fuera una mentira, pero ya otras veces le habían mentido, ¿Por qué esta vez sería diferente?

"Con Kakashi solo tendrás TÚ seguridad... no la de ella"

Las palabras de Gaara resonaron en un eco dentro de su cabeza. Ahora lo entendía todo, y sabía que tenía razón. Desgraciadamente tenía la razón.

Giro hacia una de las cámaras del autoservicio, como si supiera que lo estaban viendo allá en la mansión. Frunció el entrecejo, y gruño alguna palabra que el chico no entendió.

-Sube—Ordeno. —O voy a dejarte que te regreses caminando—

El chico afirmo, y subió.

Naruto no sabía que era lo que más le dolió en ese momento...

Si los nudillos por la golpiza que le dio a ese sujeto, o la mentira de su Familia.

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¡HEEEEEE! 

Okno, se que no debo festejar porque me estoy tardando mucho en actualizar... mil perdones.

Pero, más vale tarde que nunca, ¿cierto? .-. 

Gracias por comentar, por votar y por su apoyo n_n !¡ 

Se agradece mucho :D

Att:

Midna-Nightly ;u;7

PD: Hocus Pocus~ ♪ ♫ ♩ ♬


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