Chapter XXIX: Butterflies...
Golpe tras golpe, patadas, y fuertes puñetazos, eran la coreografía en aquella habitación. Donde los dos, Uchiha y Kurosaki luchaban como si no existiese un mañana.
Una patada dada por el albino les separo un metro de distancia, mismo que les basto para tomar bocanadas de aire.
-Que... divertido—Sonreía el albino hacia el Uchiha. —Admito que tu amigo me dio mucha diversión también... pero... sé que ahora mismo debe estar ocupado—
-Créeme... yo voy a darte mucha más diversión en cuestión de segundos—Hablo Sasuke.
-Eso espero—
-Lo único que vas a esperar serán mis balas en tu cráneo, Kuro—En preciso momento llegaba Kakashi junto a Pain hasta donde se encontraba ambos.
El líder de la banda mantenía su arma firme, apuntando hacia el albino. Pain imito el gesto.
-Parece que nuestra diversión se ha terminado—Dijo Sasuke con media sonrisa.
-¡Colmillo blanco!—Grito Gai al ver a su rival. —Yo... voy a—Intento levantarse pero aquella herida dolía como los mil demonios, sobre todo porque no podía sacar la navaja, de lo contrario terminaría con una hemorragia que no podría atender.
-No te muevas o vas a morir—Dijo Kakashi. —Permíteme atender a mi amigo albino, y después te atiendo a ti—
Era lamentable la condición en la que Gai estaba, herido y sin poder levantarse. Teniendo que obedecer las órdenes que daban aquellos criminales.
-Yo no soy ahora el peor de tus problemas—Hablo Kuro. — ¿Por qué no solicitas información de tu novia, Sasu-chan?—La mirada rojiza se clavó en el Uchiha menor, con una sonrisa bastante amplia.
Kakashi al igual que Pian se intercambiaron una mirada. Sasuke por su lado no supo bien porque le solicito eso... y claramente la sensación de que algo malo sucedería le abrumo.
-Sasori... ¿Y Hinata?—Hubo un silenció. Un silenció que duró poco.
-Ella... se la están llevando ahora mismo—Soltó.
Sasuke abrió los ojos como platos, sintiéndose paralizado en su lugar. Aquella mirada asustada y llena de una incontenible rabia se centró en aquel albino que continuaba sonriendo.
-Oh~... No creyeron que vendría yo solo, ¿o sí?—
-Sasori, Shikamaru ¿Qué sucede?—Hablo ahora Pain.
-Obito Uchiha... tiene a Naemi y Hinata—Respondió Shikamaru. —Naruto y Kiba van ahora en camino a detenerlo—
-Dos de nuestros hombres ya van ahora a detenerlo—Dijo Pain. —Tu plan no está funcionando—
-¿Crees que no?—Kuro le observo de reojo, aun con aquella enfermiza sonrisa. —Mi misión era esta... atraerlos a ustedes tres... y dejar que el pequeño Kurama se enfrente a tu ex –compañero, Colmillo Blanco. ¿Crees que pueda ganar? ¿O mi colega le va a matar?—
Ahora las piezas ya encajaban dentro del plan del albino. Los puso a los tres, en una encrucijada bastante peligrosa. Entre ellos tres existía una mayor y más segura oportunidad de matarlo, pero a su vez, el riesgo de dejar a Naruto ocuparse de un criminal bastante peligroso y que muriera intentando salvar a las dos damas... o que alguno de ellos fuera en su ayuda, matar a Obito, pero dejar escapar a Kuro.
-Confió en que mi hijo podrá matarlo—Hablo Kakashi, bastante confiado por sus palabras. —Yo mismo le entrenado... yo mismo he visto de lo que es capaz... y estoy seguro, de que ganara contra tu colega—Afilo su mirada contra la del albino, a quien no le pareció para nada gracioso aquel comentario. Puesto que su sonrisa se había borrado en cuestión de segundos.
-En ese caso... amigos míos... Es hora del segundo acto—Kuro saco dos cuchillas de su traje, y se dispuso a luchar con ellos. Se movió, ágil y veloz, hacia la dirección de Kakashi y Pain, dispuesto a desarmarlos como lo hizo con Sai y Sasuke.
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Obito caminaba cerca con ambas chicas delante de él. Sino fuera porque la suma que Kuro le pagaría sería más que generosa, no habría aceptado el trabajo. La idea de fingirse como policía, entrar en la mansión de Kakashi y secuestrar a su hija a la Hyuga no eran exactamente de su agrado. Y eso que había realizado trabajos peores... pero estar dentro de ese lugar, en los dominios del peli-gris no le resultaba cómodo.
Miraba a su hija con la cabeza gacha, se notaba bastante resignada a lo que le estaba ocurriendo.
-Igual a tu Madre—Pensó el Uchiha.
A diferencia suya, Hinata parecía más alerta, mirando en su entorno disimuladamente, esperando ver a alguien que les ayudara.
Y justamente vio su ayuda acercándose velozmente a ellos con pistolas en mano. Ese sin duda era Naruto y Kiba, reconocería las máscaras de animales que usaban.
El Uzumaki disparo a los pies vaciando el cartucho de su arma. Hinata reacciono más rápido de lo que Naemi lo hizo, y gracias a ello le permitió correr hacia donde estaban aquellos dos... lamentablemente la rubia no corrió con suerte. Su Padre le sujeto del brazo, atrayéndola hacia él y apuntando a su cabeza con su arma.
-¿Estas bien, Hinata?—Dijo Kiba una vez que la Hyuga estaba cerca de ellos.
-S-Si—Respondió agitada por la velocidad en la que se vio obligada a moverse para llegar a ellos. El Inuzuka le sujeto suavemente de la muñeca para llevarla detrás de él y protegerla. Mantuvo su arma apuntando a Obito en todo momento al igual que Naruto lo hacía.
-¿Qué esperas, Kurama?—Dijo el Uchiha con media sonrisa. —Acércate y le volare los sesos—Hizo presión a la cabeza de la rubia con el cañón del arma.
Naruto apretó el arma con rabia, incluso sus dientes rechinaron con fuerza. Naemi le observo, se veía tan asustada, que provocaba más a la rabia del Uzumaki de no poder salvarla.
-¡¿Qué carajo quieres ahora?! ¡Creí que estarías feliz de deshacerte de ella como siempre decías!—Grito Naruto más que encabronado.
-Oh... ¿así que mi dulce niña te conto como he sido con ella?—Hizo fuerza en su agarre, que estaba alrededor del cuello de Naemi para lastimarla, la respuesta de la rubia fue une mueca de dolor. —No deberías hablar tanto... querida—
Al ver como la lastimaba Naruto disparo y fallo apropósito. Obito rio.
-Debemos tener una buena relación, Kurama... somos yerno y Suegro después de todo, ¿verdad?—La sonrisa del Uchiha se ensancho, haciendo hervir aún más la sangre del rubio. Kiba sabía lo que estaba haciendo, quería hacerlo enojar, más de lo que ya debería estar, para que se lanzara de cabeza e hiciera alguna estupidez. Con ello, le daría motivos para matar a su rehén... ¿Qué clase de Padre sería capaz de matar a su propia hija de esa manera?
-Escucha... Kurama... Te has hecho una buena reputación en los bajos mundos, y dicha reputación me obligan a ofrecerte una generosa propuesta—Dijo Obito.—Primero... me gustaría mucho que te quitaras esa mascara, me gustaría saber qué fue lo que mi hija vio en ti; y segundo, te propongo una lucha... tu y yo, mano a mano, si tu ganas, te llevas a mi hija... si yo gano, te darás un tiro entre la sien delante de ella—La sonrisa que había dado inicio a sus palabras se borró abruptamente al finalizarlas.
Hinata y Kiba miraron al Uzumaki que no había dado su respuesta en un lapso de varios minutos de un silencio sepulcral. Era una auténtica locura, pensaba Kiba, pero conocía a su hermano... y si algo le gustaba hacer, además de comer ramen hasta que su estómago ya no soportara más, ese era de hacer locuras o ser un imbécil temerario... en ese momento no distinguiría cual sería la que caracterizaba más a su hermano.
-Acepto—Hablo Naruto firme.
-¡¿Estás loco?!—Fue Kiba le primero en reaccionar. — ¡Es una trampa! ¡Aunque ganaras te matara de todo modos!—
-Soy hombre palabra—Se defendió el Uchiha. —Así somos los Uchiha... hombres de palabra—
Naruto se retiró las dos armas que llevaba en el pantalón y el dejo en suelo al igual que la que llevaba en sus manos. Una vez que se había quitado las armas, llevo ambas manos a los extremos de su máscara.
-No lo hagas—Kiba lo detuvo sujetando su mano. —Podemos matarlo sin tener que hacer esto... juntos—Sin embargo, el rubio solo se soltó de su agarre.
-Llévate a Hinata con las chicas y ayuda a Sebastián a irse—Ordeno el rubio ignorando la petición de su hermano.
-¿Qué? ¿Y dejarte solo con él? ¡Ni lo creas!—
-¡Es una puta orden!—Levanto su voz hacia el castaño. —Haz lo que te digo, y llévate a Hinata... Naemi y yo les alcanzaremos después—
Aun incluso con la máscara puesta, Kiba detectaba esa mirada en Naruto, esa mirada llena de una preciosa determinación, y un coraje que no veía en nadie más que en él.
-Más te vale—Kiba tomo las armas del suelo. —Debes llegar—Dijo, colocando su mano en el hombro de su hermano. Dispuesto a confiar en él, y en su palabra de que les alcanzarían después.
-Lo prometo-dattebayo—Era quizá, la primera vez en toda la noche, que escuchaba alegre la voz del Uzumaki y que percibía una sonrisa bajo la máscara.
-Andando, Hinata—Kiba tomo de nueva cuenta con suavidad la muñeca de la peli-azul y se la llevo con él.
Lo último que Hinata pudo ver de ellos antes de doblar por el pasillo con rumbo a la habitación donde estaban sus dos amigas y Sebastián, fue al rubio quitándose la máscara.
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En cuanto la máscara de Naruto cayó de sus manos, Obito abrió los ojos como platos y después de ello, estallo en escandalosas carcajadas. Evidentemente dejando a ambos rubios con la incógnita de porque se estaba riendo de esa forma.
-Esto sí que es lo más gracioso que he visto en toda mi vida... Tú, el hijo de Minato Namikaze... convertido en un criminal... la vida puede ser muy irónica muchas veces—Su sonrisa se mantenía ampliada y más aún por ver la expresión de idiota que tenía el Uzumaki de no comprender absolutamente nada. — ¿Qué? ¿No lo sabias? ¿Qué ese era el nombre de tu Padre?—
Claramente Naruto negó ante ello.
-Bien, bien... en ese caso... creo que sería una buena idea contarte quien era él—Comenzó el Uchiha. —Tu Padre era un policía... uno de los mejores policías que siempre me hizo la vida imposible... era honesto, e incorruptible—Continuo. —Siempre estaba dando caza a los criminales como yo y Kakashi... era tan dedicado a su trabajo que había encerrado a criminales peligrosos que ahora se están pudriendo en la cárcel. Pero tu Padre se metió con un hombre mucho más peligroso... ¿Sabes quién era?—Se quedó mirando a Naruto unos instantes, dejando ver la evidente respuesta del rubio. —Aquí tienes otro motivo más para poder matar a Kuro... porque fue su Padre a quien tu Padre encerró, el cual tuvo la pena de muerte... ese hombre antes de morir, ordeno a sus lacayos desde adentro que le mataran a él, a tu Madre... y a ti—
¿Qué sentirías si alguien llegara y te dijera todas esas cosas con respecto a tu familia? Que te dijeran que tu Padre era uno de los orgullos dentro de las fuerzas de la policía de Konoha...
Naruto en ese mismo momento sentía al mundo caer en sus hombros... no estaban creyendo en Obito, ¿Cómo creerle a alguien como él?
Pero... ¿Por qué sentiré tan mal con esas palabras?
-El accidente de tu Padre fue planeado... tu Madre supo que ella era la siguiente.—El Uchiha le atrajo de aquellas emociones que estaban colisionando unas con otras dentro suyo.—La depresión de perder a su amado esposo... el estrés de que ella seguía... y que tu seguiría después de ella, fueron factores que ayudaron a su muerte... eso y algo de veneno en su comida después de haberte dado a luz—La sonrisa de Obito se volvía más notoria a medida que continuaba con esa historia, de la cual conocía hasta el último de sus detalles.—Con su muerte, tú fuiste un blanco fácil... la Familia que te había adoptado era cruel contigo, ¿verdad?. Bueno, adivina... ellos fueron asignados por aquel sujeto, que se aseguraría que el hijo del hombre que le condenó a muerte, sufriera hasta que el grado de que él mismo se quitara la vida—Dejo escapar varias risas después de eso. —Pero... ¿Quién lo diría?... Que Kakashi te adoptaría, y te convertiría en uno de nosotros... un hombre de los que tu Padre odiaba—Otras pequeñas risas se escucharon por su parte.
Toda su vida había vivido una mentira... había sufrido horriblemente de niño, a causa no solo del maltrato que soportaba en la escuela, sino, también en su hogar. Los del orfanato... la Familia que le adopto, todos ellos habían sido conspiradores para hacerle la vida miserable, para hacerlo sufrir, para llevarlo incluso hasta el suicido. Siempre le decían que su Padre era un borracho, y que su Madre había sido una prostituta... tantas mentiras, tanto dolor, tanto sufrimiento, tanto odio... No debería estarse permitido sufrir de esa forma. Sentía tantas cosas en ese momento, tantas emociones... era horrible esa sensación de aplastamiento que tenía en su pecho, que le sofocaba y oprimía su corazón. Tuvo que respirar por la boca grandes bocanadas de aire para evitar sentir que se ahogaba consigo mismo.
Naemi mantenía su mirada en Naruto, quien tenía su cabeza baja y una mano a la altura de su corazón. Sabía lo difícil que era para él contar cosas sobre su Pasado... Sobre todo si tenían que ver a cuando estaban juntos en la escuela. Sin embargo, ella no podía hacer nada. Nunca en su vida se opuso a ese hombre que le tenía como un rehén más, como mercancía barata en sus manos. Solo pudo quedarse mirando sufrir a Naruto en silenció, siendo consumido por sus propios pensamientos e ideas.
-¿Seguirás contándome historias tristes como un vejete o vas a luchar?—Levanto su mirada, clavando sus ojos en los del contrario. Algo había cambiado en esa mirada...
-Luchemos entonces... niño—Obito arrojo a Naemi contra el suelo, y se guardó la pistola en la funda de su pantalón.
Y así, la lucha había dado su inicio.
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Sasuke esquivaba aquellos afilados cuchillos que llevaba Kuro en sus manos. Había logrado, no solo desarmar a Kakashi y Pain, sino que también les había herido. Al grado de tener que dejarlo solo para luchar contra él.
Pain había salido herido cuando se usó a si mismo de escudo humano para proteger a Kakashi, recibiendo el cuchillo dentro de su abdomen, mismo que al estar dentro hizo girar, para que la herida no cerrara. Kakashi aplico presión en la herida con la esperanza de detener el sangrado.
Era difícil, más que difícil, parecía algo imposible continuar esquivando aquellos cuchillos llenos de sangre sostenidos por aquel demonio de cabello blanco.
-¿Qué pasa, Sasu-chan?, ¿Te estas cansando?—Se burlaba el albino de él.--¡Vamos, vamos! ¡Animo querido, que esto ya casi termina!—
Más intentos veloces trataban de darle, pero de algún milagro continuaba pudiendo esquivarlos. Debía tomar un arma, y dispararle para terminar con toda esa basura de una buena vez por todas.
-¡Maldición! ¡Resiste Yahiko!—Aquella suplica que había salido de los labios de Kakashi le distrajo durante un segundo, suficiente para que Kuro le enterrase un cuchillo en el hombro.
Su reacción fue rápida, golpeando la mano de su rival para que soltara el cuchillo y evitara hacerlo girar.
Sentía su sangre salir fluida y rápida de la herida, al igual que el intenso dolor. Kuro se apartó un poco de él para mirarlo... juraría que los ojos rojos de ese albino brillaron incluso más cuando le vio sangrar.
Llevo una mano hasta la cuchilla y se la retiro rápidamente, soltando jadeos y un chillido de dolor al momento en que había salido por completo de él. La observo en su mano, llena de su sangre. Levanto la mirada hacia el albino, que mantenía su sonrisa amplia sin mostrar sus dientes.
-¡Yahiko! ¡Más te vale resistir!—Volvió a escuchar a Kakashi gritar hacia su hermano mayor que estaba sobre el suelo desangrándose por aquella herida profunda que llevaba en el abdomen. — ¡Necesito apoyo! ¡Necesito ayuda!—Suplico el líder, quien miraba al Uchiha.
E iba a acercarse a ayudarlo, pero Kuro lo impidió.
-No~... Tu baile es conmigo, Sasu-chan—Sonrió, ladinamente de forma retorcida. De inmediato, se lanzó a atacarlo, esta vez con más fuerza y menos velocidad que antes. Haciendo retroceder a Sasuke por impulso.
Ambos regresaron a lo suyo.
Mientras Kakashi continuaba haciendo lo que podía por salvar la vida de Yahiko, quien continuaba perdiendo cada vez más sangre. No podía apartar las manos de la herida, necesitaba ayuda para mínimo cauterizar la herida y evitar su muerte. Pero como se mencionó antes, si quitaba las manos, la hemorragia lo mataría en cuestión de segundos.
Gai se acercó hasta él como pudo, y aunque no pudiera verle la cara por esa mascara, percibía miedo en él. El miedo que todo Padre tendría si la vida de su hijo pendiera de él.
Se acercó más.
-Busca algo con que cauterizar esa herida... yo detendré la hemorragia—Hablo el Agente hacia él.
Kakashi abrió los ojos platos, bajo otras circunstancias, se opondría a su ayuda, pero no tenía tiempo de replicar, no tenía tiempo de nada. Necesitaba ayuda. Asintió lentamente, a su vez que se apartaba para dejarle el lugar a Gai y este pudiera hacer presión en la herida. Se puso de pie, buscando algo que pudiera serle de ayuda.
-¡PADRE!—Escucho que Sasuke había gritado. El líder le observo, y vio como el Uchiha le lanzaba el cuchillo que anteriormente Kuro uso en él para tratar de matarlo.
Atrapo el cuchillo, y volvió hacia donde estaba Gai y Yahiko. Reviso los bolsillos de su traje y después los de Yahiko, encontrando en los bolsillos del segundo lo que buscaba. Un encendedor. Ahora mismo daba gracias porque tuviera se habitó de cargar con uno siempre.
Coloco el cuchillo, mismo que limpio en su ropa con rapidez, para después colocarlo encima de la flama del encendedor hasta que estuviera lo suficientemente caliente.
-Listo—Hablo Kakashi hacia Gai y la poca conciencia que le quedaba a Yahiko gracias a la pérdida de sangre. —Esto te va a doler—Advirtió.
Y después... un grito desgarro la garganta de Pain. Aquel dolor no era posible ser descrito en palabras y menos con una sola palabra. Decir que había dolido como los mil demonios era quedarse muy corto.
El grito de Yahiko pudo haberse escuchado en toda la mansión. Un grito que puso en alerta a todos los hijos adoptivos de Kakashi; Un grito que pasaría a ser parte de una película de terror horrible...
Pero la herida había sido cerrada.
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-¡Necesito que alguien me ayude!—Solicito Kakashi por el comunicador.
-El único ahora que podría ayudarlo, sería Kiba—Informo Sasori. Mirando por las cámaras. —Shikamaru fue a ayudar a Itachi y Shisui con el jefe de policía... yo puedo ir, pero nos quedaríamos sin ojos dentro de la mansión—
Las cosas se estaban saliendo de control.
-No... tenemos que tener contacto con todos, quédate ahí. Dile a Kiba que venga ayudarme a sacar a Pain, a Sai... y al Agente—
Hubo silencio desde el otro lado de la línea.
-¿Va... ayudar al agente?—Hablo el pelirrojo.
-Se la debo... me ha ayudado a salvar a Yahiko—Respondió. Hubo silencio nuevamente. —Ya tendrás tiempo después de meditar o lo que sea, ahora mismo manda a Kiba aquí—
-S-Si, señor—
Dicho y hecho, se comunicó con el castaño.
-Kiba, Papá te necesita en la sala este, donde el equipo de Sasuke estaba—Un dato curioso, era que los pequeños adoptados de Kakashi, solo le llamaban "Padre" o "Papá" cuando las cosas ya empezaban a ponerse feas.
-¿Pasa algo?—Respondió a los pocos segundos.
-Han herido a Yahiko, y Kakashi necesita tu ayuda para sacarlo de la escena... Sasuke está haciendo lo que puede luchando contra Kuro—Informo resumidamente lo sucedido.
-Entendido, voy enseguida—
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Hinata observo al castaño. Él le regreso la mirada.
-¿Sabes cómo llegar hasta donde están Sebastián y tus amigas?—Pregunto mientras tomaba un arma y se aseguraba de que el cartucho estuviese lleno.
-S-Si... sé cómo llegar—
-Bien. En ese caso toma—Kiba le entrego el arma que anteriormente revisaba. —Tengo que ir a dar apoyo con Kakashi y...-Por poco y se salía el nombre del moreno de sus labios. —Y debo ir tan pronto pueda, ¿estarás bien si te dejo sola?—
Ella afirmo con un movimiento pausado con su cabeza, ya con el arma en manos.
-Ten mucho cuidado, regresaremos pronto—Aunque la máscara no le dejara ver, percibió su sonrisa. Y ella correspondió con una propia.
Y así sin más, Kiba salió corriendo por los pasillos. Dejando a Hinata sola.
Observo el arma en sus manos durante varios minutos. Honestamente no sabía bien como regresar hasta donde estaban sus amigas, pero para eso estaba Sasori y Shikamaru, ¿verdad?, ellos podrían apoyarle con indicarle maso menos como llegar.
Presiono el botón de su comunicador, dispuesta a hablar y solicitar la información.
-¿Cómo van las cosas por allá, Sasori?—Escucho la voz de Kiba.
-Muy, muy mal... Yahiko está herido de gravedad, según lo que puedo ver perdió mucha sangre y Kakashi le cauterizo la herida con un cuchillo... hazte una idea—Le respondió Sasori, con la intención de hacer imaginar al Inuzuka sobre el dolor del peli-naranja. —Sai esta inconsciente, y está un oficial muerto, el agente herido, y Sasuke luchando contra Kuro mano a cuchillo—
-Imagino que los cuchillos los tiene Kuro—
-En efecto... espera... creo que ya le lastimo... veo una mancha oscura en su ropa—
Hinata dejo de presionar el botón, antes de que pudieran escucharla. Llevo una mano hacia sus labios, ocultando en ellos un pequeño grito. ¿Sasuke estaba herido? Y lo que era peor, ¿luchando contra Kuro sin armas?
Se angustió, se aterro... y sintió el pánico queriendo asaltarla. La idea de perderlo, la idea de verlo morir...
No, él no moriría. Era como la hierba mala... nunca muere. O al menos eso quería ella creer, estaba hablando de un ser humano con limitaciones, no de una planta.
Le dolió el pecho, y quería llorar en ese momento por lo inútil que se sentía. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Ir y tratar de ayudarlo... o irse con sus amigas?
La respuesta vacilaba en ella.
Habían pasado tantas cosas juntos...
Desde el día en que la beso en el aula de la Universidad, había dado inicio a sus historias juntas.
Una historia que tuvo unos de los peores inicios del mundo, porque si, ese inicio fue el peor de todos los inicios de relaciones que ella conoció.
La acoso desde el primer día; la secuestro; la compro como mercancía a Kakashi; la violo; y la mantuvo como su rehén en casa, obligándola a amarlo. Y eso solo había sido el principio del todo, ah y claro, dejando de lado los castigos sexuales que le hacía cuando se "portaba mal". Oh, si... esos castigos le llevaron hasta los mejores orgasmos de su vida, y le hicieron conocer las múltiples formas de tocar, no el cielo, sino el paraíso.
Pero dejando de lado lo sexual...
No solo le demostró eso, también le enseño que no todo es como lo pintan. Tanto Sasuke, como Itachi, Shisui, Naruto, Kakashi, y el resto de la organización le mostraron que no eran criminales porque así lo desearon... quizá solo Hidan y Kakuzu, pero el resto no.
Ellos tuvieron un inicio en sus vidas horribles que les obligo a irse a lo más pútrido de lo que la sociedad está hecha.
Es cierto, que en el principio solo quería escapar de él, volver con su Familia y casarse. Terminar sus estudios, y continuar con el linaje de los Hyuga... pero, poco a poco, día con día, semana con semana y mes con mes, se fue enamorando de ese demonio.
Evidentemente, no quiso aceptarlo. ¿Cómo es que alguien se llegaría a enamorar de alguien así?, pues ella fue averiguando la respuesta conforme pasaba el tiempo. Pero todo eso, le llevo a sentirse enferma... y como una enfermedad, le fue consumiendo de a poco, hasta que ella misma se declaró "Enferma enamorada". Y vaya grado de enfermedad al que le sometió.
La hizo una adicta... una adicta a él, una adicta a sus caricias, a sus besos, a hacer el amor con él, a estar a su lado, a su aroma, a su voz, a esa mirada dulce que le dedicaba cada que la veía, todo él le hizo adicta.
Tan adicta... tan enamorada... tan enferma...
Que la idea de dejarlo morir, no era una opción, porque solo bastaría un día para darse cuenta de que sin él, ella no viviría. Y no tendría motivos para hacerlo.
Porque renuncio a todo lo que pudo tener, renuncio a una vida "normal", a un hombre decente, a una herencia increíblemente gigante, a todo lo que una chica soñaría... ella lo dejo, por estar a su lado por el resto de su, ahora, condenada vida.
Una vida en las sombras, una vida huyendo de la policía, una vida donde tendría que luchar con todas sus fuerzas para no ser asesinada por algún otro maleante que aun guardase rencor hacia su hombre. Una vida muy difícil sin duda alguna.
No iba a dejarlo morir... no se lo permitiría, porque ahora ambos estaban juntos en esa vida.
El arma que por poco caía de su mano, fue sostenida con fuerza.
Sus ojos demostraban valor, y gran coraje. Se secó las lágrimas que habían caído en esos momentos con el dorso de su mano, y se dispuso a ir a salvar a Sasuke. Aun a coste de su propia vida.
Había sufrido mucho para aceptarlo completamente, como para que justo ahora que ya estaban bien, que estaban juntos, un maldito albino se lo arrebatara todo. No señor, ella ahora era Uchiha Hyuga Hinata, y como toda mujer de organizaciones como esa, defendería al amor de su vida.
Sujeto el arma con ambas manos, y se dispuso a ir a salvarlo.
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¡Hola! (•̪◡•̪)
¿Que tal eh? Las cosas van cada vez más y más intensas...
Pero bueno, espero que les este gustando. Como siempre, comentarios y votos, son siempre Bienvenidos ^^
¡Gracias por leer! :D
Att:
Midna-Nightly (づ ᴖ ɜ ᴖ)づ
PD: PD
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