Chapter XVI: SasuHina: Esclarecer

Un mes después de que Sasuke se hubiese enfermado, las cosas estaban muy tranquilas, y lo mejor era que ella por fin había logrado ganarse la confianza del moreno para salir del departamento con un ingenioso disfraz. Ya fuera para dar una vuelta, o para ir a comprar algunos comestibles que Shisui e Itachi hayan olvidado comprar.

Claramente tras que Sasuke se recuperara, el Uchiha dueño del departamento le hizo trabajar como burro para pagar todo lo que duro enfermo. Y por esa razón, Hinata se la pasaba sola el resto del día, a veces limpiaba, otras cocinaba y dejaba las mejores actividades para el final, salir a caminar. Solo se colocaba una peluca castaña y algo de maquillaje, más unos lentes que servían para ocultar sus tan extraños pero hermosos ojos perlados, y con ello salía a la calle sin temor a ser reconocida.

Suna era una ciudad hermosa, demasiado grande, quizá un poco más que Konoha. Ni siquiera conocía Konoha completamente y eso que había vivido allí toda su vida, esperaba conocer Suna en sus tantas vueltas por la ciudad, pero apenas si tenía conocido el distrito donde vivía más dos parques que estaban cerca. No era mucho, pero al menos ya era algo.

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Un día, se levantó para realizar sus tareas domésticas como era habitual. Tras concluirlas y dejar lista la comida, decidió salir a dar una vuelta por el nuevo parque que se inauguró.

Niños corriendo, jugando, adultos caminando de un lado para otro. Jóvenes que paseaban a sus mascotas, parejitas que caminaban de la mano. Entre otras personas más.

Llego a una banca que se situaba delante del pequeño kiosco que estaba en el centro del parque. De color blanco con globos y personas que vendían comida, helados y otras baratijas, festejando la recién inauguración. Respiro profundamente, el limpio aire que los arboles proporcionaban, mismo que se mezclaba con las flores cerca y un característico perfume. No le dio importancia la primera vez, pero... aquella fragancia la reconocería donde fuera, reconocería a la persona que le gustaba usar dicho perfume. Sus sentidos se sacudieron rotundamente para buscar a esa persona con sumo interés.

Sintió una mano sobre su hombro, y el aroma del perfume era más fuerte. Cerró los ojos con fuerza, conteniéndose de llorar o de lanzársele a los brazos. Giro para toparse con esa persona, recibiendo una sonrisa que mostraba sus dientes, hermosa como siempre. Una sonrisa acompañada de dos bellos ojos azules, de un cabello largo y lacio, hecho con finas hebras doradas.

-Te encontré-

-¡Ino!- Sin pensarlo dos veces se puso de pie para abrazar a su amiga con fuerza. Ino le correspondió al gesto abrazándola de igual forma, ambas querían llorar, ambas tenían tanto de que hablar, pero por el momento solo se concentrarían en ese abrazo que expresaba el cariño de dos mejores amigas que parecían no haberse visto en muchos años.

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-¡ESE HIJO DE PUTA!-grito en medio de aquel pequeño local de café, captando la mirada de los comensales y meseros, pero, ¿Cómo no reaccionar de esa forma? Tras su encuentro en el parque, Ino insistió en que fueran a un café para chalar más cómodamente, pero aquella charla abrió recuerdos en Hinata que prefería haber mantenido enterrados todo el tiempo que fuera posible. Tan solo recordarlo, tan solo contarle le hacía estremecer hasta la más pequeña parte de su cuerpo, juraría que durante algunos segundos sintió las manos de Sasuke recorrerle la espalda y las piernas. Se estremecía.

Ino estaba mirando a su amiga, estaba tan cabreada, ten enfadada... tan... mal. Una de sus mejores amigas había sufrido de esa forma tan horrible, y lo peor era que vivía con ese monstruo. Quiso gritar a los cuatro vientos, quitarle ese disfraz y avisar a las autoridades. Pero aquello no haría más que empeorarle las cosas a su amiga y a ella.

Tras lo ocurrido en el puerto en Konoha, noto a Sai muy distraído, ya no quería pintarla y se la pasaba fuera de casa. Hasta que un día llego y le dijo que se irían de Konoha hacia Suna. No lo entendía, pero no quedaba otra opción.

Al llegar a Suna, una mujer fue a recogerlos. Su cabello rubio peinado en cuatro coletas, vistiendo unos jeans ajustados, una blusa negra que se ajustaba a su cuerpo remarcando su figura. La blusa llevaba un logotipo de banda de moda. Después de eso abordaron una limusina que les llevo hasta una mansión en el barrio más elegante de la ciudad.

Sai no le dijo muchos detalles, solo que las cosas ya no andaban bien y de haberse quedado en Konoha él la habría perdido, y eso era algo que no se permitiría por nada del mundo palabras que solo recordarlas le causaba una hermosa sensación cálida en el pecho. A diferencia de sus amigas, Sai se comportaba como el novio que toda chica deseaba. Atento, cariñoso,-a su manera claro-, dedicado, alguien con quien podía hablar durante horas, alguien que le prestaba la atención que se merecía en su vida, y sin quererlo, se fue enamorando de él. Porque le dio tiempo para adaptarse a ese nuevo estilo de vida, para adaptarse a él. Era cierto, le compro. Pero nunca le hizo daño, nunca le obligo a hacer algo que ella no quisiera. El único rencor que sentía era por esos malditos que tenían a sus amigas.

Tras llegar a la mansión, la mujer, conocida como Temari, les guio hasta el patio, donde un chico se divertía con dos mujeres en la amplia y enrome piscina. Temari pasó de él, para que tanto ella como Sai le siguieran hasta donde estaba un muchacho.

Piel clara, cabello rojo, ojos turquesas, un tatuaje en la frente del kan ji, "Amor" y un cuerpo sumamente deleitable a la vista de cualquier chica. Usaba unos sencillos shorts azules, recostado sobre un sillón blanco, siendo protegido por la sombra de un árbol y evitar broncear su pálida piel.

Clavo sus ojos en ellos apenas entraron en su campo de visión. Sus ojos bastaron para congelarle la sangre, se apegó a Sai hundiendo su cara en su espalda debido a esa mirada tan intensa. El pelinegro le dijo que no había de que temer, ella era su novia, y por dicha razón nadie le haría daño, no a menos que quisiera morir.

Con ello, conoció a ese chico. Su nombre era Gaara de la Arena, un traficante de drogas y armas. La mujer rubia llamada Temari, era su hermana y el hombre que estaba jugueteando con aquellas dos chicas era Kankuro, su hermano. Juntos gobernaban la ciudad de Suna. Según lo que pudo escuchar, Gaara precisaba de alguien con los talentos de Sai, y le ofreció trabajo con él. No escucho demasiado, el pelirrojo no parecía cómodo con su presencia, y pidió a su hermana que se la llevara hasta una habitación. Después de eso, Sai regreso unas horas más tarde para informarle los nuevos cambios. Entre ellos, era que ella debería trabajar junto a Temari por ser las dos únicas mujeres, y su trabajo constaba de sacar información. Lo demás, es historia.

Ahora que pertenecía a una banda, todo contacto con la policía le estaba prohibido, añadiendo el hecho de que Gaara le dejo en claro que estaría vigilándola. Suspiro, estaba atada de manos para ayudar a su amiga, y claramente no quería imaginarse a su amiga en la misma vida que ella, apenas empezaba a trabajar con ellos y ya había visto morir a un hombre del que nunca sabrá si era inocente o culpable.

Observo a Hinata, quien jugaba con el pastel de chocolate que pidió para acompañar. Tenía miedo de preguntarle sobre Sakura, sobre Naemi... ¿y si a todas les paso lo mismo?

-S-Solo a Naemi y a mí nos... vi... violaron-susurro al notar la mirada de su amiga sobre ella. Se quedó callada, mirando el dolor que se reflejaba en sus ojos, le mataba verla de esa forma. La impotencia, el odio, quería matarlos con sus propias manos, ahora que ya sabía dónde disparar para matar.

-Ino...-la frágil voz de su amiga le hizo salir de su mundo de muchas torturas para el maldito Uchiha que le violo, y concentrarse en ella. Cambiando su semblante de uno lleno de odio a uno de preocupación.

-¿Si?-

- S-Si yo... te... te dijera que... que...-estaba nerviosa, no, peor que eso, estaba asustada de lo que Ino fuera a decirle si le contaba lo que sentía, si le contaba que quería darle una oportunidad a Sasuke de emendar lo que hizo. Cualquiera en su sano juicio le diría que estaba demente, que estaba loca o que era una tonta sin remedio. Pero Hinata no tenía la culpa de ser de tan buen corazón... un corazón tan bondadoso que era capaz de encontrar perdón para alguien como él. Bien podría decirse que era una maldición tener esa bondad. Sasuke era un criminal, alguien que dañaba personas para sobrevivir, alguien que mataba sin pensarlo dos veces, no importaba sexo, raza o edad. Necesitaba hablar con alguien, alguien que fuera capaz de hacerla reaccionar como era debido pero si esa persona no lograba hacerla cambiar de opinión, sabría que nada más lo haría.-... M... Me gustaría... Da-darle una... oportunidad a Sasuke... de... emendar lo que me hizo...- Junto todo el valor, todo su coraje para poder verla a los ojos. Pero apenas verse mutuamente, y ver esa mirada de incredulidad y lo que fácilmente notaria era un inmenso enfado seguido de un regaño maternal,-al estilo Ino-, le llegaría.

-¡¿ES QUE ESTAS MENSA, TONTA, DEMENTE O YA NO TIENES CEREBRO?!-grito, de nueva cuenta siendo centro de atención del lugar. Solo que esta vez, un mesero de acerco hasta ellas.

-Disculpen, señoras... Pero les pedí--- Sus palabras ya no se completaron cuando Ino golpeo la mesa aún más cabreada que antes.

-¡¿SEÑORAS?! ¡¿SEÑORAS?! ¡TU PUTA MADRE ES SEÑORA!-grito contra el pobre mesero que le miraba asustado, usando su charola para cubrirse de esa fiera disfrazada de mujer. Ino estaba más que molesta, y ya no sabía si era por lo que Hinata había dicho o porque ese chico le dijo señora. ¿En qué momento dejo de ser joven? Que ella recuerde aún tiene veinte años. ¿Tan acabada se veía?

Saco de su bolsillo unos billetes para pagar la comida, sujeto a Hinata de la muñeca para ambas salir.

-¡POR CIERTO, SU CAFÉ SABE A MIERDA! ¡¿PERO QUE ME ESPERO DE ESTE MEDIOCRE LUGAR DE PORQUERIA?!- Continuo gritando mientras salía con su amiga de la mano, no sin antes levantar su otra mano bien en alto, levantando su dedo medio que mostraba su disgusto.

Hinata no podía decir nada, ni hacer nada, estaba envuelta en su vergüenza por todo el Show que su amiga creo. Por amor a Kami...

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Tras el show... Ambas amigas ya estaban de vuelta en aquel parque donde se encontraron, solo que en esta ocasión decidieron internarse un poco más a las zonas alejadas, y poder hablar con comodidad.

Ino miraba a su amiga, tratando de averiguar qué cosas pasaban por esos perlados ojos, tratando de saber que era lo que pensaba o lo que sentía. Estaba molesta por sus palabras anteriormente dichas, ¿Por qué darle una oportunidad a un ser tan horrible? ¿Es que acaso debe violarla otra vez para que se dé cuenta del error que quería cometer?

Conocía a Hinata de años, conocía ese lado suyo tan bondadoso y lleno de perdón. Era el lado que más odiaba de ella pero que de igual forma admiraba. Un silencio se hizo compañero entre ellas, esperando ver quien hablaría primero.

Tomo una bocanada de aire, mismo que uso para poder hablar con su amiga. Hinata se armaba de coraje para hablar con ella y explicarle el motivo de su idea. Sin embargo, antes de poder decir algo, Ino interrumpió.

-¿Por qué quieres perdonarlo?... ¿No ves la clase de ser que es?-Ino clavo su mirada en ella, justamente a sus ojos, queriendo ver sus razones. Esa mirada le derrumbo completamente el coraje que junto, sus vocablos no hicieron más que empeorarle las cosas.-Ve a donde nos han arrojado... ahora mismo estaríamos haciendo trabajos, tareas, estudiando y quizá saliendo con algún chico... Venos... ahora estamos en una ciudad diferente, obligadas a cumplir el capricho de nuestros compradores, ellos no merecen nuestro perdón... no merecen nada- Escupió esas palabras con sumo desprecio. Dejando paso a otro silencio. Mismo que le permitía de tanto en tanto ver a su amiga Hyuga luchar contra lo que parecían ser dudas. Si Sasuke se hubiese comportado como Sai, no le vería nada de malo tratar de darle una oportunidad, pero ese otro moreno no merecía ni el perdón de Kami.

No entendía, realmente no lo hacía. Por más que ella quisiera ver algún motivo para perdonar a tan despreciable ser, no lo encontraba. Si Sai le hubiese hecho eso, en ningún momento de su vida dejaría de tratar escapar, aun si significada morir.

Hinata, por su lado, era consumida cada vez más por sus memorias, por todas ellas. Desde el inicio a esa vida, hasta esos momentos que estaban almacenados en su corazón. ¿Cómo es que unos criminales llegaban a crear tanta confusión en ella? ¿Es que no le enseñaron lo que es bueno y lo que es malo?

Su Padre le enseño la diferencia entre el bien y el mal... Su Madre le enseño que no todas las personas debían ser malas, algunas actuaban así para ocultarse del mundo o simplemente para evitar que les lastimaran.

Tantos sentimientos se contradecían, se mezclaban para finalmente explotar en una nube de más dudas y sentimientos que volvían al inicio de todo, en un circuito sin fin.

Sasuke le había violado... le había drogado... había hecho muchas cosas malas hacia ella... pero de igual forma, hizo muchas otras buenas. Se preocupaba por ella, se partía en su trabajo para mantenerla segura, e incluso, aun tras su escape de la última vez, volvió a confiar en ella. Pero nada le gana a una violación.

Ese era quizá el mayor inconveniente. Era la mayor prueba de que no debía perdonarlo, que no debía si quiera regresar y que en ese mismo momento se regresara a Konoha. Entonces... ¿Por qué sentir que estaba atada a él? ¿Qué no importa que tanto fuera a escapar que siempre le encontraría?

Había algo que sentía que le única a él. Algo que no explicaba, algo que no cuadraba. Sus pensamientos le llevaron hasta esa cierta sensación que tuvo aquella vez en su habitación cuando estaba en Konoha.

Regresar a casa... casarse con Neji... regresar a vivir a Suna... tener hijos... y ser ama de casa... y ya, era todo lo que le esperaba si regresaba. Una vida llena de monotonía, llena de la misma rutina aburrida de siempre, sin acción, sin emoción y sin nada más que no fuera la cotidianidad aburrida de siempre. Tras lo vivido, un gran hueco de inconformidad y vacío se anidaría en su pecho.

Y si decidía quedarse con Sasuke... realmente no sabría que le esperaba, que clase de cosas pasaran, pero que de esa cierta forma extraña sentía emoción, adrenalina, éxtasis y mucho, pero mucho placer de por medio. Una vida que le haría llegar al extremo. Ese Uchiha era el fruto prohibido que rosaba el peligro demencial de morir a la vuelta de la esquina.

Pero... la violación... esa parte no estaba zanjada, no estaba curada y aun se percibía tan fresca que le revolvía demasiado todo lo anteriormente pensado.

Nunca corrió peligros, nunca se arriesgó... siempre haciendo caso a lo que su cabeza decía, a lo que su lógica dictaba al pie de la letra sobre lo correcto. Y aun así no evito que su vida fuera arrasada por esa intensa llamarada de fuego con nombre y apellido. Las cosas cambiaban... pero justamente, en el momento más oportuno, Itachi llego a sus pensamientos. La historia de Sasuke... y la promesa que se tenía ella misma.

Y la balanza se inclinó.

-S-Sé que... no debería perdonarlo... que estoy mal...- La voz de Hinata rompió ese silencio, haciendo que su amiga posara toda su atención en ella.-Sasuke... ¿tu recuerdas, verdad? ¿La forma en la que le trataban antes?-

Ino afirmo, un escalofrió le recorrió de pies a cabeza con la idea.

-Sasuke... n-no es tan malo... solo... que fue obligado a elegir esa vida...- Las palabras de la Hyuga despertaban sensaciones extrañas en ella, recordando lo acontecido en su vida días antes. A veces no podemos elegir el rumbo de nuestra vida, y las cosas pueden terminar mal por una decisión que tomas con tal de no sufrir. Y si ella recababa más en sus memorias, podría recordar como una película al pequeño Uchiha llorando, siendo golpeado, humillado y maltratado al igual que cierto rubio.

La desesperación por salir del abismo suele ser mucha, tanto que no importa los métodos que uses, o la ayuda que recibas, todo sea por salir de la oscuridad. Ellas no podían entender eso, siempre fueron afortunadas de tener una vida plena, una familia amorosa, y llena de oportunidades, a veces es muy fácil juzgar. Si ellas hubieran tenido esa vida como la de ellos, ahora ellos serían los sometidos y ellas las malas de esta historia. Puede que Hinata tuviera razón, y Sasuke no sea tan mala persona como piensa... pero no evitaba sentir tanto rencor hacia él.

-Sasuke... merece que le-le ayuden... y... yo creo que hay algo bueno... que aún queda algo bueno en él...-Ino no evito mirarla con sorpresa tatuada en sus ojos. Si, era un hecho, Hinata ya estaba mal... o estaba muy bien en pensar de esa forma, cosa que sin duda alguna su amiga Hyuga ya tenía un pasaje todo pagado y VIP al paraíso apenas muera, misma que aun lado de ese Uchiha no sería en mucho tiempo.

Negó, ¿acaso le estaba deseando la muerte? ¡Ni lo mande Kami!

-Hinata...-

-Lo se... Ino... estoy mal por lo que quiero ha-hacer...-Esta vez, la Hyuga poso su mirada en su amiga, dedicándole una sonrisa merecedora a la más hermosa de todos los tiempos y a su vez la más bondadosa que jamás llego a ver. Siempre han dicho que los ángeles son seres perfectos, seres simplemente hermosos que con solo mirarlos sentías paz, sentías seguridad, ahora mismo pensaba que Hinata era uno de esos perfectos seres.-Pero... todos tienen algo de bondad... estoy segura-

Solo Hinata Hyuga era capaz de doblegarle a la fiera salvaje que llevaba dentro. Solo ella era capaz de hacer ver una luz en medio de toda la oscuridad.

Suspiro, no tenía el valor para negarle a su amiga, ni para desalentarla a esa decisión que había tomado. Si quería arriesgarse, ¿Qué más daba? Lo peor ya había pasado... solo quedaba la muerte.

Negó con una sonrisa en sus labios.

-No sé si eres demasiado bondadosa... o eres demasiado mensa-coloco su mano en el hombro de su amiga, notando la tristeza por ese insulto-broma.

-Ya te extrañaba... Ino- La Yamanaka empezó a reír descontroladamente al ver esa mirada dulce y tierna en su amiga.

-Y yo a ti-

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Baia baia ¬¬ 

Nadie noto que no había actualizado, y ni se apuraron en preguntar. ¿Que tal si me hubiese tragado la tierra? ¿O me hubieran secuestrado? ¿O...? Bueno ya, estoy exagerando. xD 

El chiste es que no tenía Internet xD Pero hice valer ese tiempo para subir dos capítulos y compensar mi ausencia 

No tienen de que agradecer (?) 

Bueno, espero les este gustando como se va tornando la historia. 

Como siempre, comentarios y votos son siempre bienvenidos :D 

Lamento no haber contestado anteriormente los comentarios, pero ocurrieron cosas en mi familia que... bueno, solo pasaron cosas que afectaron demasiado. No se preocupen, ¡Stay strong! :') 

Att:

Midna-Nightly ;u;7

PD: ¡Stay strong! 

PD: Me mandan abrazos... ¿no? Ok :'(  :3

PD: Entonces yo les mando un abrazo,-como diría Hola Soy German-, ¡Les mando un abrazo psicológico y nos vemos el siguiente capitulo! ¡Chao chao! :D



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