Chapter X: Palpitar
-Ese es el plan-Hablo Obito hacia sus nuevos seguidores. Tras haberse dado a entender de que él era el líder, y que debían obedecerlo para poder adquirir su venganza, los hombres atendieron el plan. Una simple pelea para él contra el primer tipo que cuestiono su poder bastaron para dejar al resto a sus servicios.
Su plan era más directo y sin mucho contratiempo, como sí el único objetivo de ese hombre fuera asesinar a todos los integrantes de la banda, sin ánimos a robar o alguna otra cosa... solo matar.
-Hay una tarea especial para todos ustedes-dijo Obito, quien estaba encima de la cajuela de una camioneta y así más sencillo dirigirse a todos ellos.- Quien asesine al integrante Kurama... podrá quedarse con esta chica...-De su bolsillo, saco una fotografía de su hija, misma que usaba para hacer tratos o apuestas; era ella el intercambio que ofrecía o la garantía de su trabajo. La foto era de ella dormida con un pijama de dos piezas, mostrando un poco su mercancía. Lanzo la foto a los hombres para que la vieran.
-¡¿Quién es ella?!-grito uno bastante emocionado.
-¡Es la propiedad de Kurama!, si logran matarlo... la chica será suya- Hubo gritos y exclamaciones obscenas hacia ella, si antes tenían razones para matarlo, ahora tenían muchas más. Pero, claramente Obito no dejaría a su hija en manos de ninguno de esos bastardos idiotas, su hija ya estaba vendida a otro hombre, uno que le consiguió algo importante, misma cosa que usaría esa noche contra Kakashi y su pequeño grupo.-También, si logran matar al integrante Taka... habrá otra chica de la que puedan quedarse... ¿conocen a la Familia Hyuga?-
Muchos afirmaron.
-Pues, Taka, es el dueño la hija mayor de Hiashi Hyuga... -Saco del mismo bolsillo donde estaba la foto de su hija, otra fotografía de Hinata.- ¡Una foto por si no la conocen!-
Pero a diferencia de la fotografía de Naemi, la de la joven Hyuga era que usaron para hacer saber la noticia de su desaparición. Y al igual que su hija, muchas palabras vulgares que incluso a Obito le resultaron desagradables.
-¡Quienes logren matarlos y llevarme sus cabezas en bandeja, les daré a estas chicas!- Y como lo anterior dicho, no lo cumpliría con su palabra. Vendería a su hija a ese sujeto, y él se quedaría con la Hyuga.
Muchos vitoreaban la victoria, porque ya tenían buenas razones para matarlos. Más de las necesarias.
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Naemi estaba en la cocina lista para servirse un poco de helado, tarareaba una canción mientras sacaba las cosas para servirse y antes si quiera sacar el helado de la nevera, un ruido que provenía de la entrada atrajo su atención.
Dejando lo que hacía, camino hasta la puerta, para ver como esta se movía bruscamente, algo así como si alguien hubiese golpeado con una patada o estuviera usando algo para tratar de entrar a la fuerza.
Paso saliva duramente, durante algunos instantes pensó que quizá se trataría de la policía, pero... algo no cuadraba.
Se acercó hasta la puerta para ver por la mirilla, sus ojos se abrieron como platos y retrocedió hasta tropezar con sus pies. Esos hombres... eso significaba que su Padre sabía dónde estaba.
La puerta volvió a sacudirse otra vez, pero esta vez, esa puerta de madera se empezó a abrir, se puso de pie entrando a la cocina con torpes movimientos y tomar la única arma que le podría ser de ayuda. Un cuchillo.
Con el cuchillo en sus manos, corrió hasta la habitación del "Pánico", cuya ubicación estaba antes de llegar a las otras alcobas, pero aquella habitación no era exactamente de pánico, era más bien una alcoba donde los chicos tenían guardadas algunas cosas, mismas que ella nunca vio debido a que jamás había tenido que entrar... hasta ese momento. Busco rápido algo que pudiera usar para llamarle al Uzumaki, pero antes si quiera poder hacerlo, la puerta se siguió abriendo más bruscamente, dejando ver a esos dos hombres por el orificio que hicieron.
Su respiración aumento considerablemente, y sin más tiempo, solo corrió hasta la alcoba de Sasuke donde estaba Hinata.
La Hyuga atraída por los constantes ruidos, abrió la puerta para ver como la chica rubia le empujaba dentro y cerraba la puerta tras de sí, justo al mismo momento en el que la puerta principal cedía y caía bruscamente.
-¿Naemi que esta...?-pero sus palabras quedaron dentro de su garganta cuando la mano de la mencionada le tapaba la boca.
-No hagas ruido... alguien ha entrado a la casa...- Como si esas palabras tuvieran magia, Hinata pensó rápidamente en Neji o en la policía, pero la mirada de miedo de su amiga le hizo saber que no eran nada parecido a ellos.-So... Son amigos de mi Padre...- La chica rubia camino hasta la puerta y coloco el seguro en completo silencio, tras ello, lanzo el cuchillo que llevaba hacia la cama.
Hinata le vio tomar uno de los dos pequeños sillones de la habitación, le ayudo a moverlo para ambas atrancar la puerta. Y así sumirse en silencio, hasta escuchar como los dos hombres les buscaban.
La rubia de nuevo tomo el cuchillo, tomo a Hinata de la mano para colocarla detrás de ella y poder protegerla. Su mano temblaba y sudaba frío a causa del miedo, mismo que parecía amenazarle con dejarla paralizada.
Hinata se mantuvo sujetando su mano, tratando de darle fuerza a su amiga, ambas estaban solas...
La perilla de la puerta empezó a moverse, indicando no solo a las chicas que las habían encontrado, sino a los dos hombres donde estaban.
-¡Salgan princesas, no les haremos daño!- una voz aguda se escuchó.
-Dilo por ti-otra voz, un más grave se escuchó. Y tras ello, los golpes a la puerta.
Naemi sostenía el cuchillo, aun con su mano temblando.
Hinata por su lado, apretaba cada vez más fuerte la mano de su amiga, con un solo pensamiento...
-Sasuke...- Entre más pensaba en él, más necesitaba que estuviera con ella. Solo él era capaz de hacerla sentirse segura, al menos cuando el enemigo es alguien que conoce la misma vida que él.
Antes si quiera haberse dado cuenta, aquellos hombres ya habían hecho un agujero a la puerta. Uno metió la mano para tratar de quitar el seguro y más fácil mover ese sillón, pero al intentar hacerlo Naemi blandió el cuchillo contra él, causando un corte.
-¡Maldita puta!-grito este al sentir aquella herida. Su gemelo lo aparto de la puerta, para seguir tirando patadas, su fuerza asustaba y cada vez era más preocupante.
Podían haberse ingeniado alguna forma para escapar por la ventana, pero estaban en muchos pisos de altura, y como factor principal, de esos hombres, que en la situación de cualquier chica, congelaba y paralizaba limitando sus pensamientos a uno solo: "No quiero que me hagan daño"
La puerta se abrió, y el hombre que golpeaba la misma empujo el sillón como si nada, ambas retrocedieron hasta que la pared lo evito, Naemi trato de herirlo, pero sus movimientos lentos y torpes, más el miedo, no le dejaron nada sencillo.
-Veo que si te acuerdas de mi... pequeña.-dijo el hombre cuando logro arrebatarle el cuchillo.-Tu Padre está muy preocupado por ti... ¿no quieres ir con él?-
-¡No volveré con ese maldito!-grito ella. Pero sus palabras tuvieron consecuencia, y esa misma fue que este le había dado tremenda bofetada haciéndola caer, por cociente separándola de Hinata.
-Oh... pero mira que encantadora sorpresa...- dijo mientras sus ojos se paseaban por toda de ella, desde sus pies hasta sus perlados ojos que le miraban con terror.-La princesa Hyuga... y mira nada más que hermosa ropa está usando...- guio su mano hasta la orilla inferior de la camisa, Hinata trato de apartarlo, pero estaba tan asustada que su fuerza no era suficiente.-Quizá pueda jugar un rato contigo antes de...-
-¡Aléjate de ella!- en un impulso,-a saber de dónde demonios salió-, Naemi se lanzó sobre la espalda del hombre golpeando como podía.- ¡Corre Hinata!- Pero la Hyuga no iba a dejar a su amiga en ese momento.
La Hyuga encontró el cuchillo sobre el suelo, y al igual que su amiga, en algún impulso, le enterró el mismo sobre la pierna haciéndolo caer a causa del dolor.
El otro hombre entro en escena tratando de sujetarlas, pero ambas salieron demasiado rápido.
-¡Ve tras ellas!- dijo su hermano sacando el cuchillo de su pierna.
Pero en justo momento escucho un disparo, en cuanto logro sacar el cuchillo, se giró, cojeo hasta la puerta, donde lo primero que vio fue el cuerpo de su hermano y un orificio de bala en su cráneo. Y en cuanto levanto su mirada del cuerpo de su hermano, la última imagen que vio, fue a Sasuke y Naruto, ambos llevaban sus armas apuntándole firmemente, con las chicas abrazadas a ellos.
-No debiste tocarla-fueron las únicas palabras que dijo Sasuke antes de tirar del gatillo.
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-Ese maldito...-gruño Naruto mientras sujetaba a Naemi por el mentón, mirando aquella mejilla hinchada a causa del golpe que ese bastardo le dio.- ¿Te duele mucho?-
Ante su preocupación, la joven rubia tiño sus mejillas de un tono rosa pálido.
-No... no duele-ella aparto sus manos.-Mi Padre sabe dónde estoy... y ahora...- Naruto observo su miedo en sus ojos, y aquello provoco hervirle la sangre, ¿Qué clase de cosas le habría hecho ese hombre para que ella se pusiera de esa forma con su solo recuerdo?
-Ven- El chico rubio tomo su mano para llevarla hasta su habitación.
Mientras el Uzumaki buscaba algo en su habitación para cubrir a su chica, Hinata estaba sentada en el sofá, toda ella se veía pálida, y su cuerpo temblaba constantemente. Sasuke estaba terminando de hablar con Kakashi, contándole lo que había pasado y en cuanto guardo su móvil en su bolsillo, sus ojos se centraron en ella.
Entendía en parte porque estaba así, haber visto a un hombre morir no era fácil para nadie, y claramente para Hinata fue demasiado, ella estaba tan acostumbrada a una vida normal, una vida simple... que después verse metida en todo eso arrasaba su límite, sumiéndola en pánico, en ansiedad, y en una profunda angustia.
-¿Estas bien?-sus palabras salieron sin que él hubiese dado tiempo a pensarlas mejor. Pero ella no pareció reaccionar a sus palabras.
Verla en ese estado le trajo recuerdos amargos de su pasado. Uno de ellos fue la primera vez que había matado a un hombre.
Tan solo tenía 12 años...
"Era un día normal, y tranquilo. Un día de otoño, tanto él como su mejor amigo-y hermano-, regresaban de estudiar a su hogar.
Su amigo rubio caminaba con gran entusiasmo, alegando que Kakashi les tenía una gran sorpresa. Mismas que esperaban fuera como las otras sorpresas que este les había dado, como juguetes, libros o viajes.
Una vez llegada a la mansión, Sebastián les recibió con una sonrisa tomando sus mochilas.
-Kakashi les está esperando en su despacho- el hombre les indico que pasaran sin borrar esa sonrisa.
Ambos con entusiasmo y positividad, se aventuraron por un pasillo para llegar hasta la oficina del líder, donde apenas abrir la puerta, otro ambiente se sentía en ella.
En el despacho, estaban dos hombres atados a una silla cada uno. Kakashi había terminado de golpear a uno a la cara, llevaba una camisa blanca llena de sangre, remangada hasta sus codos. Un pantalón de vestir en color negro y zapatos igual.
Ambos se congelaron debajo del marco de la puerta, captando la atención de su Padre.
-Oh... mis niños... me alegra que hayan llegado- El adulto se acercó hasta ellos tomándolos por las manos y llevándolos completamente dentro de la estancia.
Sasuke comenzó a observar la estancia, viendo solamente a Pain quien le miraba sin mostrar absolutamente nada. Sus brazos cruzados, y sin decir nada más. Se intercambió una mirada con Naruto, quien se veía tan asustado como él.
Kakashi les puso delante de aquellos hombres quienes les miraban. Se veían tan asustados como ellos, llevaban lágrimas que recorrían sus mejillas y se mezclaban con la sangre que corría de alguna parte de sus cabezas o heridas. Sus ojos que parecían suplicar ayuda.
-Esta es su sorpresa... mis niños...- Kakashi llamo la atención de ambos sobre todo cuando escucharon como este cargaba un arma.-Estos hombres han sido malos... y han hecho cosas muy terribles...- ambos hombres negaban rotundamente. Pero el líder les golpeo ante su negación con fuerza haciendo que los dos pequeños retrocedieran asustados.
Pero sus pasos se frenaron cuando Pain se colocó detrás de ellos impidiendo más su distancia.
-Naruto... ven...- El Uzumaki palideció de golpe con el escuchar de su nombre.- ¡Dije que vengas!- ordeno molesto el peligris al ver que su hijo no se movía. Pero Naruto estaba demasiado asustado, vio a Sasuke de último antes de que Pain le empezara a empujar hacia Kakashi, los ojos de amigo mostraban miedo y suplicaban a su persona que le ayudara, pero el moreno no podía hacer nada.
-¿Recuerdas que tu decías que querías limpiar el mundo de toda esta gente mala?- Kakashi se puso a su altura. El ojos azules afirmo pausadamente sin dejar de verlo.-Bien... este es tu regalo... mata a estos hombre malos-
Naruto clavo sus ojos en aquellos hombres que no dejaban de suplicarle al pequeño que no lo hiciera, pero de nueva cuenta, Kakashi les callo con golpes. El rubio solo se quedó quieto.
-Anda... hazlo...- ordeno el líder colocando el arma en las manos de su hijo.
-N...No quiero...- se atrevió a contradecir a su Padre aun con el miedo de que este le fuera a decir algo o hacerle algo.
-¿No quieres?- su tono fue calmado, antes de haberle metido un buen golpe a la cara haciendo que el pequeño cayese.- ¡Eres idiota!-
Naruto poso su atención en él desde el suelo, con pequeñas lágrimas adorándole los ojos.
-¡Te dije que los mates ahora!-Naruto siguió en el piso, haciendo todo lo humanamente posible por no llorar, pero Kakashi estaba empezando a desesperarse. Molesto, tomo a su hijo del brazo haciéndolo ponerse de pie con bastante brusquedad.
Sasuke intercambiaba miradas con Pain, después a su Familia y por ultimo a los hombres. Algo peculiar llamo su atención, y eso fue, cuando Kakashi empezó a susurrarle cosas Naruto, mismas que él no logro escuchar.
Antes si quiera poder acercarse a ellos, Naruto levanto el arma aun sin importar que sus manos temblaran, Kakashi le retiro el seguro y después su amigo solo disparo. El hombre no murió, grito dolorosamente provocando que aquellos gritos quedaran marcados en ellos para plasmarse en futuras pesadillas.
El pequeño rubio, tiro del gatillo otra vez, mientras algunas lágrimas salían. Y así continuo disparando hasta que el cartucho quedo vacío y el hombre muerto. El líder le tomo el pulso al hombre para asegurarse y no evito sonreír por debajo de su máscara.
-¡Bien hecho hijo mío!-felicito alegremente retirando el arma de sus manos temblorosas. Camino con el arma hasta cargarla nuevamente, mientras Naruto regresa a su lugar con Sasuke. El moreno le observo, y en cuanto sus ojos se encontraron, no supo porque... pero algo había cambiado en ellos.
Algo se había desaparecido o se había quebrado.
-Tu turno... Sasuke...- El pequeño Uchiha camino hasta quedarse a un lado de su Padre, quien le entrego el arma.
Poso sus ojos en el hombre que le rogaba que no lo hiciera, que no quería morir, sus gemidos de dolor, sus sollozos, y las lágrimas que no dejaban de caer.
-Hazlo...-susurro Kakashi. Pero Sasuke estaba a punto de contradecirlo, pero de nuevo sus palabras le frenaron.- ¿Recuerdas como solían tratarte?... ¿Cómo tu Padre te gritaba por ser un marica?, ¿recuerdas los sollozos de tu Madre?... ¿La huida de tu hermano?... ¿Lo que hicieron?... ¿Puedes recordarlo?... Sentir ese odio, esa rabia que recorre tus venas... Eres débil... eres un completo inútil... por eso eres lo que eres... un mediocre... un error... im-be-cil-
En ese instante, sus palabras despertaron en él algo que le dio una fuerza increíble. El odio le envolvió, el rencor, tantas cosas que se generaron en él, tantas cosas que no entendió pero que le hicieron sentirse tan bien.
Su corazón palpitaba fuertemente contra su pecho, la adrenalina recorrió todo su sistema... y después, solo escucho el disparo."
Una mano suave recorrió su mejilla, atrayéndolo de vuelta al presente. Inconscientemente se había perdido en sus memorias y con ello, sentimientos líquidos habían salido sin que se diese cuenta.
Se alejó por esa misma razón de la persona que le acariciaba la mejilla, Hinata le miraba preocupada.
Ya tenía varios minutos que se quedó callado y con la mirada al frente, parecía perdido en alguna parte de su cabeza, pero aquella perdición momentánea le basto para hacerlo llorar inconscientemente. ¿Por qué lloraba?
-¿E-Estas bien?- Fue turno de preguntarle ahora ella, Sasuke se levantó sin miramientos y solo suspiro con cierta frustración. ¿Cómo podía llorar a causa de aquel recuerdo?, era cierto que durante algún tiempo estuvo "traumatizado", y que eso le llevo a tener pesadillas. Chasqueo molesto y solo fue en busca de su amigo, en un intento por olvidar esos malos recuerdos.
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Hinata y Naemi esperaban en el auto mientras que los dos chicos se ocupaban de los cuerpos. Ambas mantenían dudas sobre los vecinos, pero Naruto apago sus dudas cuando les dijo que la única persona que Vivian ahí eran ellos, dado que, usualmente usaban ese complejo para guardar cosas o para dar alojo a otros integrantes.
Ahora entendían porque por más que gritaban pidiendo ayuda nadie les hacía caso.
Naruto abordo el auto donde estaban ellas, arranco el mismo para ser seguido de cerca con Sasuke en la camioneta donde ya venían los dos cuerpos.
Llegaron a un puente, donde Sasuke dejo arrancando el auto y este cayera por el mismo. Después de ello, subió al auto con los demás.
-¿No tenemos aromatizante de auto, o algo así?- pregunto el moreno buscando ese mismo artículo en la guantera.
-Creo que debe haber alguno... ¿Por qué?- dijo su compañero arrancando el auto.
-Esa camioneta apestaba horrible... siento que tengo la esencia pegada al cuerpo- siguió buscando, pero parecía no haber ninguno.
-¡No creo que sea tan malo como cuando caímos en ese barco lleno de basura-ttebayo!-
Sasuke le paso a manga de su chaqueta negra por la nariz, haciendo al rubio contraer su mueca. No pensó oler algo tan horrible como cuando estuvo en ese barco de basura.
-Aparca-hablo el moreno. Naruto hizo caso y se detuvo a un lado de la vía, donde gracias a las horas que eran, no había ningún tránsito, quizá solo uno que otro camión.
Sasuke bajo del auto, para retirarse la chaqueta y la playera, por su buena suerte-o más bien, gracias a la poca responsabilidad de Naruto- había dos cambios de ropa en la cajuela. Tomo la camisa que había y el pantalón.
Subió al auto ya con la nueva camisa puesta, y una vez dentro se retiró el pantalón.
-¡¿Pero qué carajo haces teme?!-grito el rubio mirando a su amigo quitarse los pantalones dentro del auto, por el no habría problemas, no era la primera vez, pero estaban las chicas detrás mirando.
-Cierra el pico, no pienso quedarme oliendo de esta forma- El Uzumaki solo se cruzó de brazos molesto, mientras que las chicas miraban a todos lados menos al semidesnudo moreno. Incluso Hinata se coloro al verlo, no podía evitar que los recuerdos llegaran a su mente, y que las imágenes de lo que aquellos calzoncillos protegían asaltaran su mente haciéndola acalorarse por dicha razón.
Sasuke la observo por el espejo retrovisor, y no evito sonreír de medio lado, no existía nada más adorable que su mujer sonrojada y apenada, entendiendo la razón de sus mejillas rojas.
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-Entiendo... yo cuidare de ellas-Sebastián sonrió hacia ellos.
-Volveremos con Kakashi-dijo Sasuke.-Lo más seguro es que regresemos en la madrugada... si puedes dejarlas quedarse en habitaciones separadas te lo agradeceríamos más.-
-¡Si, quiero llegar y darme una ducha con Naemi!-el rubio alegre como siempre coloco sus manos detrás de su nuca con una sonrisa.
-Sus deseos son ordenes-El adulto hizo una reverencia hacia ellos.- ¿Algo más que necesiten?-
-Kakashi dijo algo de un estuche negro...- hablo el moreno.- ¿Recuerdas donde lo guardo?-
-Iré por el enseguida.-Sebastián hizo una reverencia nuevamente para acto seguido salir de la estancia principal.
Las chicas habían estado hablando un poco y se habían abrazado buscando fuerza entre ellas, después de lo vivido eso necesitaban.
Los chicos se quedaron mirándolas en completo silencio, pensando en que sería de ellas si algo les llegaba a pasar.
-Naruto...- Naemi había llegado hasta él, mientras Sasuke se alejaba dándoles espacio. La chica rubia le miraba a los ojos al igual que él a ella. Fruncía sus labios, mientras se mecía sobre sus pies en señal de nervios.-T-Ten cuidado...-
El chico abrió enormemente sus ojos a causa de esa sorpresa, pero su sorpresa aumento cuando sintió los brazos de Naemi envolviéndole.
En su vida, nunca había recibido esa clase tacto cariñoso, esa clase de amor. Algo cálido surgía en su interior, un agradable calor que llenaba su cuerpo emanando de su pecho. Esa sensación dolorosa en su pecho volvía igual, pero aumentando aún más la fuerza. ¿Qué era lo que estaba sintiendo?
Naemi solo había dejado a su cuerpo reaccionar, pasados unos minutos y no ver que este respondiera, quiso alejarse de él, pero el Uzumaki le correspondió el abrazo apegándola más contra él.
-No te muevas... quédate así un poco más... ¿sí?- susurro. Y ella solo se dejó hacer.
Sasuke había observado todo, sintió algo de celos por ver que Hinata solo estaba delante suyo sin decirle nada. Claramente él no era una persona muy abierta a los sentimientos, y mucho menos a las muestras de amor delante de otros, porque aquella vida que eligió le obligo a ser la clase de ser que era ahora.
Hinata también observo como su amiga abrazaba a ese chico que le hizo demasiado daño, y no comprendía como pudo hacerlo. No negaría que durante su asilamiento en la alcoba de Sasuke le sirvió para pensar mejor en él y su persona, su carácter y él porque era así. Extrañamente sintió apatía por él, además, después de haber visto como este fue a salvarla y matar a un hombre por ella... quizá, solo quizá podría darle una oportunidad... a fin de todo, ¿Qué podría perder?
Sebastián regreso a la estancia para entregarle a Sasuke una caja negra, misma que el moreno guardo en el bolsillo de la chaqueta que Naruto le presto.
-Bien... nos vamos- dijo el Uchiha emprendiendo su camino a la salida, Naruto ya había dejado de abrazar a Naemi para seguirlo.
Pero antes si quiera salir de la casa varios pasos se escucharon y en cuanto Sasuke giro para ver de donde provenían, los pequeños brazos y una pequeña y frágil figura le abrazo.
Hinata le abrazaba con fuerza hundiendo su rostro contra el pecho del moreno, dejando al Uchiha en un estado de congelación. Sentía el calor del cuerpo de Hinata contra el suyo, pero de una forma más especial, de una forma que le hizo sentir calor a él también, pero no de la forma sexual, sino... de alguna forma... ¿amorosa?
Un suave palpitar resonaba en sus oídos, pero no sabía si era suyo o de Hinata. Correspondió al abrazo, sintiendo aún más fuerte aquel golpeteo. Se sintió frágil...
-T-Ten m-mu-mucho cuidado... Sasuke...- hablo Hinata contra su pecho. Por si su estado no fuera demasiado inestable emocionalmente, aquellas palabras le hicieron aun peor, aumentando aquel palpitar.
Unos minutos así pasaron, captando la atención de los demás. Naruto saco su móvil que llevaba un mensaje de Pain, dando presión para que ya llegaran.
-Teme... tenemos que irnos- interrumpió el Uzumaki el momento conmovedor recibiendo de paga una mirada asesina por parte de su amigo.
Con la molestia reflejada en cada parte de su cuerpo, no tuvo más remedio que separarse de ella. Pero el tiempo le permitió besar sus labios delicadamente, y como todo buen ladrón robar aquel beso, dejando las mejillas de su chica rojas como tomates.
-Cuando regrese, te quiero desnuda sobre la cama...-susurro, provocando que aquel sonrojo de sus mejillas se plasmara sobre toda su cara.-Siempre me excitan misiones así... por lo tanto... prepárate y hazte a la idea de no poder sentarte en una semana- tras sus palabras y dedicarle una sonrisa perversa, se dio la vuelta con su semblante tranquilo y neutral.
Hinata sentía que estallaría, así que lo único que pudo hacer fue llevarse ambas manos a la cara sintiendo el arder de sus mejillas.
Ya una vez en el auto, los dos se quedaron en silencio. Naruto quien era el conductor apretaba el volante constantemente, fruncía sus labios y suspiraba. Sasuke estaba igual, solo que era más sencillo para él ocultar todo eso.
-Tenemos que volver a su lado- Las palabras de su compañero le hicieron clavarle la mirada. Mientras Sasuke hacia lo mismo-No tenemos que darnos el lujo de dejarlas solas...-
Naruto afirmo con una de sus características sonrisas zorrunas.
-¡Mira que ese abrazo te puso sentimental!- Y claramente el rubio no dejaría pasar esa oportunidad para molestar a Sasuke.
-¡Cállate idiota!- Y como siempre, el contrario respondió a su burla con un golpe a su cabeza sin evitar que sus mejillas se tiñeran de rojo.
-¡Maldito teme!-
-¡Maldito Usuratonkachi!-
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c��Lު�
Bueno, pues primero que nada... un anuncio importante.
Cheryl ya no me ayuda en este Fanfic :/
Surgieron problemas y pues... ya continuo yo sola. No se preocupen, no es nada grave, solo ya no va ayudarme... -ni ahora, ni nunca- ¬¬
Pero no voy a echarle nada encima, haya ella. Asi que... YOLOSWAG
Las lamentaciones ya no valen y la vida sigue. :D
¡Gracias como siempre, por leer, votar y comentar! Se valora mucho n,n
Att
Midna-Nightly
PD: ¿La pastilla azul o la roja? Jajaja okno xD ¿Tienen algún actor/actriz favoritos? Como siempre, digo que no es obligatorio responder n.n
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