Chapter V: Despertar
Narra Hinata
No... no tenía muchos recuerdos de anoche, solo que el cuerpo me dolía, me dolía demasiado. Como si hubiese hecho una maratón, después tuve un pleito que termino a golpes, y como último que estuve haciendo ejercicio intenso.
Vagos, muy vagos recuerdos llegaban a mí. Estaba sentada sobre la cama, con aquella ropa que él dejo para mí.
Había despertado hacía varias horas a causa de la alarma del pequeño reloj que estaba en la mesita noche. Una vez que pude sentarme, puesto que, todo el cuerpo me dolía, en especial mi... "intimidad".
Vislumbre una habitación, a la cual no recuerdo haber llegado. No era como la otra, aquella tenia paredes blancas, piso de madera clara, muebles blancos, y una ventana. Había dos sillones pequeños cerca de la ventana, un armario incorporado a la pared de la izquierda, un mueble con una T.V y una puerta que era de seguro al baño.
Me levante como pude, tambaleándome un poco a causa de la debilidad que sentía en mis piernas, me sentía un poco mareada; así que en cuanto pude llegar al que si resulto ser el baño, vomite rápidamente en el escusado.
Mi cuerpo se sentía frágil, mi cabeza empezaba a doler, y el mareo era horrible. Me quede vomitando hasta que solo podía salir agua de mi boca debido a que no había comido bocado en... dios, ¿Cuánto tiempo he estado dormida?
Cuando pude levantarme, sentí una corriente eléctrica que atravesó mi cuerpo... el cual estaba desnudo, ¿Qué tan mal estoy para no haber sentido mi desnudez?
Me logre apoyar sobre el lavado, y en cuanto mis ojos dieron con el espejo, no evite gritar.
-No...No... ¡NO!- Y todo llego a mi cabeza. Sasuke... él... me...
Volví a caer, de rodillas, y después vomite otra vez.
Mi cuerpo, lo sentía tan frio, tan sucio... ¡Estoy que me doy asco!, me levante, como pude de nueva cuenta, mirándome al espejo, no puedo evitar llorar...
Todo mi cuello lleno de mordidas, de marcas, y... ¿residuo blanco?, oh no... otra vez a vomitar.
FIN DE LA NARRACION
Tras haber estado vomitando bastante en la taza, se levantó para darse una ducha, esperando limpiar la suciedad de su cuerpo, limpiarlo de aquel pecado que le obligaron a cometer. En su cuello, en sus pechos, en su entre pierna y en la espalda estaba llena de aquel liquido blanco que no fue necesario ser un genio para saber qué clase de sustancia era.
Se limpió, con cuidado cada zona provocando que cada que sus manos tocaban y limpiaban, recordara al moreno sobre ella, con esa sonrisa, con esa mirada y sus gemidos...
Aun no entendía por qué ella, ¿Qué pudo haber cometido para ser sometida a semejante tortura?
Y peor aún, no estaba en días seguros, y a juzgar por... bueno, solo por juzgar, él en ningún momento se había protegido, en ningún momento, porque sus recuerdos eran malditamente vividos, y por asco que le diera, podía recordar exactamente como este se corría una y otra vez dentro y fuera.
Sucia... no importaba cuantas veces se hubiese lavado el cuerpo, cuantas veces restregara el jabón, ni cuantas veces se limpiara con fuerza, no dejaba de sentir su cuerpo sucio.
Al salir, vio algo de ropa en un mueble con una nota. Aun lado de eso, estaba una toalla blanca que uso para secarse y después leer aquella nota.
"Lo lamento, pero destroce tu ropa, así que te he conseguido algo que espero pueda quedarte. Cuando llegue, te daré todas las explicaciones que quieras.
Sasuke"
Y otra vez, comenzó a llorar, tan amargamente que el dolor era insoportable. Arrojo la nota mientras se vestía débilmente. Una playera azul oscuro que le llegaba hasta por debajo de las nalgas, unas pequeñas bragas azul claro con encajes y un pequeño moño en la parte de enfrente en color negro. Y solo eso.
Salió del baño, sin fuerzas, sin ganas. Se sentó sobre la cama, y después empezó a llorar, tratando en vano sentirse mejor, pero no podía, sentía que aquello que tenía clavado dentro era una daga que no hacía más que enterrarse en su corazón con fuerza solo con recordar cada cosa que él le había hecho.
Jamás le hizo daño a nadie, jamás trato mal a nadie, nunca hizo nada malo... y, ¿así fue como la vida le pago?, ¿así fue recompensada por una vida noble y honesta?
Su cuerpo fue usado de las formas más obscenas, más pervertidas y, ¿Qué hizo ella?, solo se dejo hacer cual muñeco de trapo. Como una muñeca se dejó hacer por él, colocándola en las poses que más le excitaban, como mejor fuera para él penetrarla.
Fue usada, secuestrada, y ahora estaba como un rehén en aquella casa con un chico que apenas conoció. Miraba la ventana, pero su cuerpo estaba tan mal, que no tenía fuerzas para moverlo. Solo quiso quedarse ahí, acostada sufriendo y llorando hasta poder quedarse dormida, con la esperanza de que al despertar todo hubiese sido un mal sueño.
Quería escapar de su nuevo destino, escapar de esa realidad... y olvidar, de que fue violada.
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Por su lado, los chicos estaban en el prostíbulo terminando de hacer los papeles para las chicas y pagar a Kakashi los de sus adorados juguetes.
-Juzgo que debieron habérsela pasado muy bien-dijo Kakashi mientras miraba como aquellos dos le entregaban el efectivo.
-Ni me lo recuerde, que soy capaz de irme ahora mismo-dijo Naruto a la par que se ponía ambos brazos por detrás del cuello mientras sonreía ampliamente.- Muero por "sodomizarla"*-Ttebayo-
-¿Y a usted cómo le va con su chica?-dijo Sasuke.
-Bien... es muy educada, solo que quiero darle tiempo para que se acostumbre a todo esto- respondió mientras contaba con codicia su amado dinero.-A diferencia de ustedes, bestias, no pienso violarla... ni drogarla.-
Los otros dos solo se encogieron de hombros.
-Como sea... ¿nos darás la semana o no?-chasqueo Sasuke.
-No puedo, tiene que ayudar con el embarque... además necesito que averigüen un par de cosas por mí, si terminan de hacerlo, les doy dos semanas- Sonrió.
-Bien-bufo Sasuke dándose la vuelta seguido de Naruto.
Los dos chicos salieron, mientras Itachi entraba. Saludo a su hermano y después a Naruto, para a continuación ir hasta donde Kakashi.
-¿Necesitabas verme?- hablo mirando al peligris con un cigarro en sus labios.
-Ve a ver a las chicas, tanto a la mía como a las de aquellos dos, ya sabes lo que debes hacer-comenzó a revisar un par de papeles que tenía.
-¿Tan idiotas los crees?- El líder le vio, encarnando una ceja.
-¿Te recuerdo quiénes son?- Itachi soltó el humo de cigarro en otra dirección.-Tu hermano no se controla cuando se trata de una mujer que quiere, y Naruto... bueno, de él sobran palabras.-
-Entiendo-hablo.- ¿Ya le has avisado?-
-Si... solo quiere que dejes inconscientes a las chicas, sabes que no le gusta tratar con... bueno, tú sabes.- El mayor de los Uchiha afirmo.
Y sin más que decir, salió del despacho de su líder rumbo a recoger a su querida colaboradora para que hiciera su trabajo, primero iría a casa de su Hermano y después a ver a la futura mujer de Kakashi.
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NARRA NAEMI
Había despertado hacía apenas un par de horas, estaba en una habitación muy diferente. Paredes de un tono crema muy claro, piso de madera clara, muebles de madera en clara, entre otras cosas más, realmente no quisiera ponerle mucha atención.
Cuando logre levantarme de la cama y entrar al baño que estaba en esa recamara, me vi, por primera vez en... no sé cuánto tiempo, mi aspecto.
Todo mi cabello despeinado y con la fina marca de la almohada marcada aun lado de mi cabeza, la mayor parte de mi cuello estaba llena de marcas y mordeduras. Pase con sumo cuidado una mano por encima de aquella horrible mordida que él me había hecho, con solo tocarla, pude recordar aquello que me gustaría mucho borrar.
Aun... aun siento su marca, su aroma, sus besos y caricias rudas tatuadas en mi piel. Quería llorar... llorar y solamente llorar.
Opte por darme una ducha, para tratar de limpiar todo el daño que me causo, pero... no podía. Como dije, todo lo que él me había hecho estaba tatuado en mi piel, y claramente un tatuaje no puede irse así como así.
Al salir, vi algo de ropa sobre un mueve blanco, una toalla y una simple nota que decía; Úsame.
Tome aquella ropa, una camisa a botones en color negro, y unas sencillas bragas en color naranja. Después salí de la habitación para recostarme en la cama, esperando lo peor.
No sabía si aquello era mi culpa, o si mi Padre tenía la culpa, él siempre decía que me vendería al mejor postor sino hacia lo que decía. ¿Habré hecho algo malo para que él quisiera hacerme esto?
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FIN DE LA NARRACION
La chica se quedó sobre la cama, esperando a que aquel llegara y le hiciera suya con o sin su permiso; pensaba si acaso habría sido su culpa, o si su Padre había hecho algún trato que no hubiese salido bien y fue ella quien termino por pagar los platos rotos.
Fuera cual sea la razón, trato ya no pensar más en ello.
Hasta que un sonido se escuchó desde el exterior de la alcoba, unos pasos y otros pasos más, pero estos eran de una mujer, podía escuchar perfectamente el sonido de sus tacones contra el suelo. Se acercó hasta la puerta, apegando su oreja para tratar de escuchar mejor, pero lo que escucho le dejo congelada.
Un grito y después un sonido seco, sin embargo aquella voz que grito era la misma de su amiga, Hinata.
Paso saliva duramente, su cuerpo se quedó paralizado por el miedo, mientras en su mente pasaban tantas cosas que no sabía cuál era la peor. Frunció sus labios, y se llevó una mano a la boca, tratando en vano de ocultar los sollozos que desgarraban su garganta por salir. Varias lágrimas salieron inclementes, mientras el dolor en su corazón bombeaba con fuerza.
¿Cuánto tiempo paso así?, no podría decirlo, pero debió ser bastante. Porque cuando menos lo espero, su puerta se abrió mostrando a un joven alto, de cabello y ojos negros, retrocedió aterrada hasta la cama, pero él le detuvo en un movimiento mientras le llevaba un pañuelo hasta su nariz, aspiro a causa de su frenética respiración, y después, todo se volvió oscuro.
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-¿Está involucrada con Naruto, cierto?-hablo la mujer mientras revisaba a Naemi aquella zona intima, apuntando con una pequeña linterna en color blanco.
-¿Tan obvio es?- dijo Itachi, recargado en el mueble que estaba a un lado de la cama.
-Le ha hecho daño-Con una de sus manos, protegidas por guantes blancos, hasta la feminidad y movía los labios exteriores apunando con la misma linterna, mirando el daño que se ocasiono por la forzada entrada. Suspiro.- ¿Cuándo entenderá ese idiota?...-gruño apretando la mandíbula.
-¿Enserio le ha hecho demasiado daño, Tsunade?-
-Bastante... forzó la primera vez, a diferencia de Sasuke, él no le preparo mucho que digamos. Sasuke hizo un mejor trabajo evitando más el daño innecesario- Hablaba Tsunade.
Si bien Itachi se había puesto a pensar que no fue tan buena idea haber dejado a Naruto aquel año con Pain, el rubio adquirió múltiples mañas que no le han ayudado a ser mejor persona; A diferencia de Sasuke, quien paso ese año con él, le había enseñado como se le tenía que tratar a una mujer y como no dejar rastros de cuando se trató de una violación.
Había cosas que se podían hacer, otras que no. Y Naruto, aunque aún siguiera siendo un idiota y tuviera aun cierta "inocencia", por dentro estaba tan podrido como Kakashi... o peor.
-Quisiera hablar con ellos, sino es mucha molestia, Itachi-pidió.
-Seguro, podemos esperarlos-
Tsunade recogió sus cosas, no sin antes hacer un par de cosas para ayudar a la salud íntima de esa chica, una pomada y limpiar bien los residuos de semen, tal y como Hinata.
Una vez así, los dos salieron dejando a las chicas aun dormidas.
-¿Están embarazadas o algo?- pregunto Itachi mientras se llevaba una mano y rascaba su nuca.
-No es seguro decirlo sino he hecho las pruebas suficientes-
La puerta se abrió mostrando a los dos chicos con algunas manchas de sangre en sus ropas, misma que lo más seguro era que no era suya.
-Bienvenidos-dijo Itachi, recibiendo a aquellos dos, quienes le fulminaron con la mirada.
-¿Qué haces aquí?-Gruño Sasuke.
-Bueno...-el pelinegro se hizo a un lado para mostrar a Tsunade, quien llevaba ambos brazos cruzados debajo de su prominente busto.
Los dos se intercambiaron miradas. Tanto Tsunade como Itachi se acercaron a ambos.
-Antes que nada, les hicimos tomar pastillas anticonceptivas-soltó Naruto.- ¡No pasa nada!-
-¡¿Qué no pasa nada?!- regaño Tsunade.- ¡Cuando vayas a lamerle el coño mira detenidamente el jodido daño que le has hecho idiota!- El Uzumaki chasqueo molesto.- ¡Y tú!- ahora fulminaba a Sasuke.-... Bueno, no puedo regañarte demasiado, fuiste cuidadoso y eso es bueno, o eso creo... ¡¿Pero que acaso no sabes que puedes dejar escapar tus fluidos en muslos o en alguna parte del cuerpo?! ¡No precisamente debe ser dentro!-
Itachi miraba con diversión, Tsunade era el modelo más Maternal que tenían, y ahora mismo regañaba a sus dos niños. Quienes solo se encogían se hombros y hacían adorables pucheros.
-Necesito que las lleven lo antes posible a mi consultorio para ponerles un aparato y evitarles que se embaracen- se llevó el índice y el pulgar al puente de la nariz.
-Haremos lo que podamos-bufo Sasuke.
-Bien-ella suspiro.-Cierto... casi lo olvido... Naruto, esto es para ti- Metió una mano a su bolso y saco una caja de pastillas.-Si tu chica tiene molestia o le duele su vagina, dale esto para que se sienta mejor... al menos le doy un uno o dos meses para que se recupere de tu agresividad.-
El ojos azul gruño, pero tomo aquella caja, era la primer vez que pagaba por su agresión.
-Toma-dijo la mujer mientras le daba una caja igual a Sasuke.-La tuya también podría tener molestias- Sasuke tomo la caja.
-Bueno, pasamos a retirarnos-dijo Itachi mientras que él y Tsunade salían de la casa.
Dejando a ambos como perros regañados. Naruto dejo la caja de esas pastillas en la mesa, y acto seguido empezó a desabotonase la camisa para ir a la nevera y tomar una lata de cerveza.
-¿No quieres cenar?-hablo Sasuke.
-No, comí algo con Pain-tomo dos latas más para encaminarse a su habitación seguido de Sasuke quien iba a la suya.
Sasuke entro a su habitación para toparse con una agradable sorpresa, su amada Hyuga estaba dormida boca arriba con sus piernas ligeramente abiertas dejándole ver aquellas hermosas y sensuales bragas que le compro. Sonrió ladinamente mientras la presión de su pantalón se hacía paso en su entrepierna.
Cerró la puerta con cuidado, para evitar despertarla. Una vez así, arrojo su playera, desabotono su pantalón para quedar en plena desnudez. Iba a hacerla suya...
Abrió sus piernas para retirarle las bragas y dejarlas por alguna parte cerca de su pantalón, le retiro la playera que tenía para apreciar su pálida piel. Misma que aun poseía esas marcas suyas.
Beso la piel de su cuello y fue bajando poco a poco por sus tetas, y después bajo atravesando su vientre hasta que llego a esa zona. No tenía tiempo de calentarla, su cuerpo exigía demasiado por ella, exigía hacerla suya de una buena vez.
Pero antes si quiera hacer lo que quería, el regaño de Tsunade llego hasta él, provocando que parte de su "ardiente" carácter se evaporara. Salió de la cama hasta llegar a una cómoda de su habitación, donde en los cajones inferiores, tenía un par de cosas.
Entre ellas una botella de lubricante y un condón. Al tomar aquellas dos cosas, se colocó el condón para acto seguido colocar algo del lubricante en dos de sus dedos. Con un poco de aquella sustancia, comenzó a introducirle dos dedos dentro muy lentamente.
La escucho suspirar, tal parecía ser que el cloroformo que uso Itachi para adormecerla ya estaba pasando su efecto. Siguió con su tarea de lubricar, mientras a cada suspiro sentía como su verga respingaba alegre.
No pudo mantener mucho su autocontrol, y menos cuando ataco sus labios sin dejar de estimularla, claramente ella no le correspondía, pero poco a poco recuperaba la conciencia.
Movió sus dedos con frenesí dentro de ella; una vez que la noto lo suficientemente lista, se separó para acomodarse mejor entre sus piernas y una vez así, encestar de un solo golpe dentro.
Hinata arqueo su espalda mientras un pequeño grito salía de sus labios, mismo que fue callado por los labios de Sasuke. No era la mejor, ni la más bella forma de despertar, y claramente su mente aun afectada por el cloroformo no le permitió razonar claramente, creyendo que solo era un sueño, se dejó hacer.
Sin embargo, el moreno tenía otros planes; le tomo por la cadera para sentarla sobre su regazo y la entrada de su miembro fuera más profunda. Haciendo que la adorable Hyuga gimiese con más fuerza.
Bajo sus manos para ahora sujetarle fuertemente de las nalgas y usar aquello para moverla en aquellos compas.
Sus gemidos, sus gruñidos y el aroma a sexo, era lo único que existía en aquella habitación.
Pasados unos minutos, ambos tocaron el cielo. Y en cuanto su orgasmo llego, Hinata recupero el sentido rápidamente, sintiendo las grandes manos de Sasuke apretando sus nalgas con fuerza, su rostro hundido en entre el nacimiento de sus pechos, espero a sentir su semen entrando en ella, pero eso jamás paso.
La recostó sobre la cama con cuidado mientras él salía para quitarse el odioso condón que no le dejo disfrutar como quería, pero hasta que no la llevara con Tsunade no podría llenarla como quería.
Hinata respiraba agitadamente mientras su cuerpo aun daba pequeños espasmos musculares, Sasuke se había levantado de la cama para ir a tirar el condón. Después regreso a su lado para acostarse y taparse a ambos con la fina sabana.
Sintió como el moreno le apegaba a su cuerpo, de esa forma tan posesiva que solo él podía inspirar. Su cuerpo aún se sentía como la gelatina, y su mente se nublo nuevamente a causa del orgasmo, antes si quiera darse cuenta se quedó dormida otra vez.
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Por su parte, cuando Naruto había entrado a su habitación, se sintió complacido de ver a su adorado juguete durmiendo y la postura era perfecta para solo llegar y penetrarla hasta vaciarse, pero no... aunque lo odiara, su cuerpo se sentía hecho trizas debido al trabajo que debieron realizar ese día.
Con el nuevo embarque siempre salen nuevos problemas, uno de ellos había sido exterminar a la sabandija que les traciano, claramente el hombre puso resistencia, pero no pudo contra ellos. Después ocuparse de que la policía se alejara del puerto tampoco era algo sencillo, asaltar un banco en el centro a plena luz del día para llamar la atención, por poco y se quedaba sin oreja.
Más aparte que Pain les había sometido a un nuevo entrenamiento, según él, para mantenerlos en forma y poder compensar cuando estén de vacaciones. Así que en ese mismo momento por más que su instinto bestial tirara de él para hacerla suya, el resto de su cuerpo no compartía la misma idea.
Por lo tanto mejor solo se recostó sobre la cama, encendió el televisor y siguió bebiendo su lata de cerveza. De momento a otro la miraba de reojo, pensando si realmente le había hecho el daño que Tsunade le reclamo.
Se quedó pensativo unos momentos, hasta que se decidió. Se acomodó entre las piernas de la chica, llevo sus manos hasta los extremos de las bragas naranjas para retirarlas completamente, pero antes si quiera tocarla, se detuvo.
Si bien lo recordaba, sus manos no habían estado en lugares limpios, o decentes, así que antes si quiera seguir, fue al baño a limpiarse cuidadosamente.
Una vez con su limpieza lista, empezó a revisar. Ahora mismo daba gracias de haber elegido estudiar un poco de "Criminología". Cualquiera que lo supiera pensaría que era irónico que un criminal como él, estudiara esa categoría, pero vaya que aquello dio sus frutos.
Si bien Itachi lo decía, siempre se debe estar uno o dos pasos delante de tus oponentes, y él claramente lo estaba.
Reviso, y vaya que Tsunade tenía razón. Incluso llego a sentirse mal por ella y la forma tan brusca en la que trato... pero, ¿Qué demonios le pasaba?
Sacudió la cabeza mientras suspiraba y soltaba el aire directo hacia la intimidad de ella, lo que provoco que en una reacción ella cerrara las piernas atrapando su cabeza entre las mismas, aunque si fuerza claramente.
Se quedó quieto mirando como la rubia se apoyaba en sus codos para poder levantarse y verle, pero a causa del condenado cloroformo que aun la mantenía adormilada no podía hacer nada más que verlo con suplica.
El Uzumaki sonrió, sujeto ambas piernas para abrirlas lo suficiente y poder avanzar hasta que sus labios dieron con su intimidad, beso los labios exteriores de su vagina, para después dar una larga lamida.
Ella solo pudo reaccionar para arquear su espalda, dejando escapar un jadeo y un sutil gemido. Pero aquello no iba a terminar, siguió y siguió lamiendo.
Mordisqueo con sumo cuidado su clítoris; metió después dos dedos dentro de ella de un solo golpe; y como último para hacerla correrse introdujo su lengua dentro de su intimidad para saborear aquellos líquidos tan deliciosos.
Y así, en un potente gemido que ella sola se calló al llevar una mano, llego a su ansiado orgasmo. Naruto se levantó de su lugar, relamiéndose los labios, pero cuando este dio con los ojos de ella, sintió el desarmar de su alma. Sus ojos entrecerrados, y varias lágrimas que salían de los mismos.
Naemi se sintió avergonzada, y se llevó ambas manos a la cara para ocultar su pesar, pero no pudo evitar dejar escapar unos cuantos sollozos.
El Uzumaki apretó la mandíbula furioso, esa chica le dio lastima y desarmo su alma haciéndolo sentir culpa, y lo peor, arrepentimiento.
Tomo de nueva cuenta la lata de cerveza para tragarse aquellos sentimientos, y ahora, con una mirada más aterradora, se acercó hasta ella para quitarle bruscamente las manos de la cara.
-¿Por qué lloras cariño?-dijo burlonamente, dedicándole una sonrisa maniaca.-Aun no te doy motivos para que llores, pero si tanto quieres llorar... voy a dártelos, es una promesa-ttebayo-
Si lo conociera un poco más... sabría que él siempre cumple sus promesas.
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Lejos, ajenos a todo eso, estaba Obito delante de su automóvil, una chaqueta en cuero negro, pantalones negros y un cigarro en sus labios. Expulso el humo lentamente, mientras esperaba.
No solía hacer esas cosas, usualmente era a él a quien debían esperar, pero en esta ocasión, la cosa era diferente.
Habían pasado si acaso ya casi una semana desde que su hija desapareció, y claramente no se quedaría de brazos cruzados. No tanto por el amor que sintiera por ella, sino por el hecho de que él maldito que la haya vendido no le hubiese dado ni una simple parte.
A juzgar, no era necesario ser un genio, no al menos para él, saber quién podría haberla secuestrado y vendido. Solo conocía a un hombre que le ofreció dinero por ella... Hatake Kakashi.
El maldito peligris era quien tenía a su hija, y eso no se quedaría sin repercusiones. Si Kakashi quería a su hija, debía pagar, sino,... él tenía una preciosa magnum que usaría en su contra.
Un auto llego hasta él, mismo del cual bajo uno de sus únicos colegas, Madara Uchiha. El hombre bajo con un elegante traje en color negro, con camisa negra igual y sin una corbata.
-¿Cuándo planeas atacarlo?-hablo Madara mientras se colocaba cerca de él.
-Voy a mandarle a la policía primero, para hacerle una advertencia de mi visita-soltó con normalidad.- ¿Has conseguido lo que te pedí?-
-Usualmente soy yo quien dice eso...-Madara entro a su auto para sacar un maletín negro, mismo que le entrego.- ¿Qué piensas hacer con el dinero?-
-Comprare algo muy divertido.-le dedico media sonrisa.
-¿Puedo preguntarte... por qué quieres salvarla?-el contrario de cruzo de brazos.-Sino te conociera diría que te importa- Le dedico una mirada de su clásica superioridad a juego con su sonrisa.
-Es solo el error que tuve con una prostituta-gruño.-Solo yo podía venderla... nadie más.-
-Bien... entiendo-suspiro.- ¿Entonces?-
-Ya te avisare, por ahora sigue jugando a dirigir una empresa- le sonrió con sorna.-Ya después nos ocupamos de Kakashi, y del maldito que haya comprado a mi hija.-
Se dio la vuelta con su portafolio para subir a su auto, y acto seguido irse, Madara solo se quedó ahí, mirando como el auto desaparecía de su alcance visual.
Sea quien sea que haya comprado a la Hija de Obito Uchiha, la pagaría muy caro.
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En otra parte, en una mansión llena de caos y desesperación, estaba la familia Hyuga, lamentando la desaparición de su amada princesa.
Hiashi trataba de consolar a su mujer, quien no había dejado de llorar desde la trágica noticia. Hanabi solo estaba sentada sobre el sofá, su mirada plantada en sus manos, tratando aun de sopesar lo que ocurrió. Neji... él estaba en jaque de un lado a otro con el móvil en manos, tecleaba a cuanto conocido tuviera, con la idea de poder pedir ayuda para encontrar a su futura esposa.
Puesto que la policía no había sido de mucha ayuda, eso sí, la noticia de la desaparición apareció en las noticias e incluso Hiashi había hecho pública una recompensa a quien pudiera encontrarla, pero nada daba sus frutos.
Sin embargo lo que más le molestaba o lo que más le asustaba, era la idea... la idea que la policía dejo.
"Sino han pedido rescate... no se tratan de secuestradores normales, sino, de aquellos que trafican con blancas."
Maldecía una y mil veces, no poder hacer nada por encontrarla y salvarla de las atrocidades que debería estarle haciendo a su amada Hyuga.
Si alguno de ellos se atrevía a tocarla, él mismo le arrancaría las manos y seguido los ojos.
-Gracias por el apoyo, Lee...-decía mientras suspiraba.-Mantenme al tanto.- Uno de sus mejores amigos, Rock Lee, era parte del cuerpo de policía, al igual que uno de los hermanos de una amiga de Hinata.
El jefe de policía, Nagato, dijo que harían hasta lo imposible por recuperarlas, tanto Lee como Deidara, y unos miembros más de la policía, mismos que eran de los mejores, estarían trabajando en el caso, puesto que, aquello había sido obra de uno de los criminales más peligrosos.
Nadie le conocía más allá de su sobre nombre, "Colmillo Blanco", y la extraña organización de la que se había hecho. Se tenía información sobre algunos miembros, pero lamentablemente solo eran los sobre nombres.
Había dos en especial que despertaron la curiosidad de Neji, "Kurama" y "Taka".
Aquellos dos, según la policía y sus vacíos informes, aquellos dos eran quizá los más jóvenes, quienes tenían la misma edad que su amada Hinata, además... había algo en ellos que le resultaba tanto conocido como extraño.
Sin embargo, no podía articular nada que no tuviera cimientos sólidos. Por lo tanto, decidió pasar por alto aquello.
-¿Te han dicho algo nuevo?-Hiashi capto su atención.
-No... aun no-respondió molesto.-Iré a dar otra vuelta para saber si logro encontrar algo-
-Neji, esto no es tu culpa-escucho al Patriarca Hyuga.-Hinata siempre fue blanco para secuestro... y, siendo tan, inocente y pura, no hacia más que aumentarle puntos... no es tu culpa lo que paso-
Quizá era la primera vez que escuchaba hablar tan pasivamente a Hiashi, pero el secuestro de un hijo podía ablandar demasiado a las personas.
-Es mi prometida... debí protegerla mejor-dijo con cierta pizca de tristeza e impotencia.-Así que hare cualquier cosa que este en mi poder para encontrarla.-
El mayor de los Hyuga se quedó mirándolo, mirando aquella determinación. Y sin otra palabra que decir, el menor salió de la casa, con la esperanza de encontrarla.
Porque si, Neji Hyuga, se juraba encontrarla aunque fuera lo último que hiciera.
Era su futura esposa, su amor, ella era suya.
--
*(u>
Una cosa si nos tardamos en actualizar, siempre sera culpa de Cheryl, ¿Ok? xD
Cheryl: Si claro, lanza la culpa hacia mi.
Midna: Pero si fue tu culpa, yo hasta trasnoche mucho para terminar la mía, es justo que te deje caer la culpa a ti :D
Cheryl: Calla
Midna: TnT
Bueno, que más... así, la parte de Naruto que dice, Sodomizarla.... Cheryl, explica xD
Cheryl: Sodomizar es el acto sexual que se hace por el ano.
Midna: Esa fue su idea ¬¬
Bien, eso era lo único que creo que debía explicar :D por si alguien no lo sabia .-.
Gracias como siempre por leer y votar por esta historia ^^
Att:
Midna-Nightly & Cheryl
PD: Día 20: Aun no logro persuadir a Cheryl de hacer su cuenta en Wattpad, seguiré intentando ¬.¬
PD: Una duda que nos surgió a ambas fue, ¿Que piensan de los cambios de personalidad a Naruto & Sasuke? ¿Son buenos o les hemos exagerado en quebrarlos?
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