Las calles de Seúl se encontraban totalmente iluminadas por la inmensa luna y sus acompañantes; las estrellas.

La pareja caminaba tomados de la mano, con un sonrisa nerviosa pero llena de tranquilidad y felicidad.

Habían cenado en un restaurante de comida gourmet, ambos habían disfrutado los exquisitos platillos. JiMin había elogiado al mayor porque era la primera vez que iban a un lugar de lujo como ese que habían visitado.

«Mereces todo lo bonito de este mundo»

Había dicho el mayor, quien provocó una enorme sonrisa y sonrojo en JiMin.

Ahora ellos caminaban por las calles cercanas al edificio donde vivían. Cuando llegaron al parque el cual era el testigo fiel de todos sus encuentros y recuerdos ambos se voltearon, quedando frente a frente, en medio del camino del lugar, los árboles de cerezo dejaban caer los pétalos con parsimonia, algunos cayendo sobre ellos creando leves caricias al rozar con las pieles.

El mayor se acercó un poco y tomó ambas manos del menor, éste miró la unión establecida. —Jiminnie yo... ¿Puedo besarte?

JiMin quien tenía la mirada fija en sus manos, levantó su cabeza tímido y sorprendido por la pregunta. —Hyung...

YoonGi sonrió avergonzado, pues a pesar de llevar una relación ellos aún no se habían besado.

El menor asintió levemente. —Puedes hacerlo cuando quieras Yoonnie.

YoonGi asintió y se fue acercando cada vez más, mientras JiMin se quedaba quieto en su lugar, mirando cada movimiento del mayor.

Entonces cuando YoonGi ladeó su cabeza y atrapó los labios del contrario; eso bastó para que miles de mariposas se sintieran dentro de JiMin, sintió aquella calidez, aquel beso lo fue todo para él.

Suave pero marcando cada espacio, recorriendo cada rincón de la boca del contrario. JiMin se abrazó al mayor y este lo atrapó de la cintura. El beso se fue haciendo cada vez más profundo, los chasquidos no se hicieron esperar y cuando por fin se separaron ambos respiraban acelerados.

—¿Puedo quedarme a dormir en tu departamento JiMin?— YoonGi preguntó con la emoción del momento, provocando que JiMin le mirara emocionado. —¡Si!... Digo, si hyung sabe que puede hacerlo.

Entonces ambos caminaron de vuelta al edificio.
Tomados de la mano y con la brisa fresca de la noche.

El menor pensó tantas cosas que definitivamente no creyó vivir esa escena mas adelante.

—Hyung... ¿Qué hace?— JiMin frunció su ceño al ver la gran almohada afelpada en medio de la cama, partiéndola en dos.

—Debo protegerte Jiminnie. Además así cada quién respetará su lado. — YoonGi sonrió al ver al menor con un puchero.

Cuando llegaron y se alistaron para dormir, el mayor decidió dividir la cama en dos, así cada uno dormiría en su lado y no debían pasar esa barrera afelpada.

—Buenas noches JiMin. — YoonGi besó los labios del menor fugazmente.

—B-buenas noches Yoonnie. — respondió sonrojado y olvidando el detalle de la almohada se quedó dormido.

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