—Nos vemos Nam — YoonGi se despidió de su amigo quien había llegado desde hace un mes como su superior, su amistad era muy buena y eso se hacia notar al trabajar juntos. Formaban un buen equipo.

Sus ojos pesaban debido al desvelo pero feliz de que hoy saldría en la mañana, las seis exactamente y no se quedaría hasta mediodía como en los últimos dos meses.

Así que cuando llegó a su departamento, durmió unas horas pues según entendía JiMin salía a la una de la tarde ese día. Quería sorprenderlo por primera vez, nunca se había tomado el atrevimiento de hacerlo pero, ¿por qué no?.

Despertó a las once y media y se preparó para salir, tomando una ducha, y llevando un atuendo que le hacia relucir su blanca piel. Colocó unos lentes de sol y un cubre-bocas. Finalizando con colocar loción.

Dejando el olor masculino por la casa, salió tomando una cajita de terciopelo que llevaba dentro un collar.

Su primer regalo, la verdad lo había preparado desde hace una semana pero como que nunca se atrevía a entregárselo.

Salió del departamento y subió a su auto, un lujoso auto en color gris.

Llegar a la universidad del menor tardaba cuarenta y cinco minutos en auto así que iba bien con la hora.

«Te daré una sorpresa JiMinnie»

—Bien chicos, recuerden que es un trabajo individual, no quiero ver trabajos iguales.

JiMin escuchó con pereza la misma advertencia de siempre. Era como una frase repetitiva en cada uno de sus profesores.

La clase terminó y recogió sus cosas, un abrazo le hizo sonreír en grande.

—¡Taehyung!— exclamó el menor, siendo contagiado ante la risa traviesa de su amigo.

—Yah, JiMin debemos hacer la tarea juntos ¿si?— ambos se separaron y salieron del salón.

—Sabes que no puede quedar igual — dijo el menor recordando la advertencia de su profesora, pero cambiando de opinión sabiendo que si ambos la hacían sería mas liviano. —peeeero podemos hacerla juntos — finalizó.

—Cuanto te amo, gracias enserio.

Ambos caminaban entre risas y molestándose, ante la vista de cualquiera se podría deducir que eran amigos cercanos pero para alguien que estaba recostado sobre el auto y con el ceño fruncido al ver con que confianza se trataban los otros dos le daba mala espina. Según él.

Pero ellos no eran nada, ni siquiera sabía porque había sentido una presión incomoda en su pecho, liberó su tensión apretando con fuerza la caja de terciopelo que contenía aquel collar y con molestia lo tiró dentro del auto importándole poco donde había caído.

Quería marcharse, llamenle  dramático pero se sentía tonto en ese lugar y se estaba enojando.

Su mal humor aumentó al ver como se abrazaban y se despedían.

JiMin volteó su mirada en dirección del auto que conocía ya muy bien y ajeno al enojado YoonGi corrió hacia él.

—¡Hyung que sorpresa!— el menor sonrió tomando su bolso con fuerza ante lo nervioso que estaba.
Pudo notar como las cejas de YoonGi estaban fruncidas y no se le notaba feliz así que miedoso preguntó. —¿Ocurre algo hyung?.

La mirada que recibió por parte del menor le hizo sentir culpable y dejó ir su dignidad al soltarlo. —¿Quien era ese feo niño?¿te dejas abrazar así de él? ¿ tanta confianza le tienes?.

YoonGi bufo molesto al escuchar la estrepitosa risa del menor. ¿Acaso se estaba burlando de él?.

—Yah, ¿que es tan gracioso?.

—Hyung, acaso usted.... ¿Está celoso?— las mejillas del mayor se volvieron rojas dando la respuesta con sus acciones y eso provocó que JiMin volviera a reír. —Sube al auto — le dijo abriéndole la puerta y sin decir mas se metió y condujo al edificio donde odio en ese momento que ambos vivían ahí. Quería que la tierra se lo tragara por la escena que había montado.

«Es solo un amigo hyung, nadie puede remplazarlo no se preocupe…»

Eso le había dicho un JiMin mas calmado al notar la postura del mayor y solo esas palabras bastaron para que su corazón latiera y su furia fuera retirada. Ese día se disculpó y JiMin como el tramposo que era le hizo que le pagara dos rebanadas de pastel de moras en la habitual cafetería.

¿Cómo va marchando esto?

Espero que vaya bien...

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