Capítulo 9: Egoísta
El clima de la habitación es frío, las paredes son blancas y cualquiera que entre al lugar podría darse cuenta de que el olor a medicamentos es nauseabundo. Chaeyoung se encuentra en el sillón que está a un costado de la cama de su madre, que está durmiendo placidamente.
Tiene ojeras muy profundas y su ropa comienza a sentirse sucia, aunque solo haya pasado la noche ahí. Su madre fue tratada con rapidez, pero el doctor cuestionó cómo esto pasó.
Chaeyoung sintió mucha vergüenza al decir que ella no estaba ahí, que no estaba para cuidarla. Sin embargo el médico no indagó más y salió de la habitación después de hacer un lavado gástrico.
La artista mira el reloj constantemente, sabe que en una hora tiene una cita muy importante que la ayudará a definir su futuro. Cierra los ojos y trata de pensar en sus opciones. Ella necesita ir a esa reunión, en media hora está en casa, se arregla en quince minutos y llega en veinte.
Se pone de pie y se dirige al cuerpo de su madre. Ahora está estable y el doctor dijo que se salvó sólo porque alcanzó a dar la vuelta, pero que ya estaba parcialmente inconsciente y se desmayó al poco tiempo.
Da un beso en su cabeza, es uno prolongado y lleno de remordimiento, sin embargo se irá de nuevo. —Vengo en unas horas, madre. —dice al aire y con los labios pegados a la frente de la mujer que le dio la vida.
Se da la vuelta pero una mano fría toma su muñeca. A Chaeyoung se le corta la respiración al escuchar a su madre: —Quédate, por favor. —Su voz es ronca y baja, cuando Chaeyoung la mira siente lágrimas en sus ojos al ver el color avellana tan opaco y cansado.
—Mamá...
—Ven y abraza a tu madre. —Con más fuerza de la que debería, jala a su hija a su cama. La toma entre sus brazos y no importa si los aparatos que pusieron en su cuerpo lastiman su cuerpo cuando la apretuja.
Chaeyoung siente la garganta cerrada al sentir a su madre apretarla con fuerza. —Perdón por no estar. —pasa saliva con pesadez, intentando que ese nudo se vaya de su tráquea.
Su madre suspira. —¿Dónde estabas? —pregunta Sowon con algo de decepción en su voz.
—Fui con Mina y las chicas a una subasta, y se hizo más noche de lo que debía. —explica Chaeyoung, escondiéndose en el hueco del cuello de su madre.
—¿No crees que has pasado mucho tiempo con ella? —su hija jamás había sido tan ausente, pero es inexplicable la nueva rutina que está tomando. Si antes no la veía por la escuela y el trabajo, ahora llegaba hasta altas horas de la madrugada a casa.
Y no, no es que desconfíe de ella, Sowon sabe que Chaeyoung tuvo que enfrentarse a cosas difíciles siendo muy pequeña. Sabe que es responsable pero una cosa era saber que llegaría a casa por la noche, a no verla hasta que estuvieran en un hospital.
—Es trabajo, es muy generosa. Por eso tenemos tantas cosas nuevas, madre. —Se levanta del cuello y se sienta correctamente. —De hecho tengo una reunión y...
—Chaeyoung. —su madre la interrumpe. —Casi no estás en casa, y entiendo si para ti soy una carga... —Sowon traga saliva y baja la mirada, ella debería cuidar a su hija. —Pero jamás te había sentido tan distante.
—Pero el dine- —Sowon pone la mano sobre la de su hija y la interrumpe de nuevo.
—El dinero no importa... ¿de verdad crees que vale la pena? —Chaeyoung frunce el ceño.
¿El dinero no importa? Chaeyoung se jodió desde los diecisiete, ella no puede disfrutar de su tiempo en la universidad.
—No pongas esa cara, cariño. Sé que es difícil pero creo que no es correcto recibir tantas cosas de una persona como ella.
—No la conoces, madre.
Está a punto de refutar, de decirle que no necesita conocerla para saber que esa empresaria se está aprovechando de su hija.
Una enferma entra y luce sorprendida al ver a la señora Son consciente. —¡Señora! —se apresura a las máquinas. —Debió avisarnos cuando su madre despertó. —dice la enfermera, viendo de reojo a Chaeyoung. —Por favor salga de la habitación, le notificaré cuando su madre esté lista. Tenemos que revisar sus estados vitales.
Chaeyoung asiente y sale de la habitación, Sowon se pregunta si su hija esperará por ella.
Una vez en los pasillos, toma aire profundamente y trata de no romperse a llorar justo ahí, pero no puede pues el tono de llamada retumba en su mano. Ve la pantalla y observa que ya es muy tarde, no se dio cuenta que el tiempo pasó hablando con su madre.
Contesta la llamada y un tono venenoso e hiriente la recibe. —¿Dónde diablos estás? —La respiración agitada de Mina es un claro indicador de que está molesta. Y es que ella le hizo saber que no quería ver a Mako, y aun así Chaeyoung quedó mal.
—Y-yo estaba-ba.
—Chaeyoung deja de tartamudear, por Dios. ¿Por qué no has llegado? ¿Te estás burlando de mí?
Chaeyoung aprieta los dientes con enojo, no responde y cuelga la llamada con brusquedad. La resequedad de su garganta la sobrepasa. La tensión en su espalda aumenta con cada respiración agresiva.
Mina la llama de nuevo y rueda los ojos. —¿Qué quieres? —pregunta Chaeyoung con enojo, está a nada de mandar todo a la mierda y tirarse de la azotea de ese hospital.
—¡¿Por qué me cuelgas así?! Te hice una pregunta. —Mina está exigiendo respuestas, pero no está dispuesta a escucharlas, cegada por lo que cree que es verdad.
—Mi madre casi muere por el vómito. —De pronto la línea se escucha en silencio. —Si no hubiera estado follando contigo en la madrugada, tal vez hubiera llegado a poner una cubeta. O una puta bolsa. —Chaeyoung deja salir las lágrimas que estaba conteniendo desde la platica con su madre. —Pero no, estaba en tu carro y el rapidin. Carajo Mina.
—Cha-Chaeyoung yo no lo sabía.
—Es obvio que no ibas a saberlo. —Chaeyoung ya no puede controlar sus lágrimas, ni su boca. —Porqué eres una puta egoísta.
Mina siente un pinchazo en el pecho al escuchar eso.
—Por eso estás sola.
En el momento en el que esa frase sale de su boca, se arrepiente infinitamente. Chaeyoung suspira y pasa la mano por su cabeza y después limpia sus lágrimas.
—Perdón, y-yo no estoy en mis cabales hoy.
—¿Cómo está tu madre? —Mina se traga el dolor que sintió al escuchar eso de Chaeyoung.
Chaeyoung suspira —Ya está estable, la están revisando ahora. —explica con la voz cansa y rota. —No creo poder verte en estos días, lo siento.
—No te preocupes por eso. ¿En qué hospital estás? —Chaeyoung aclara su garganta, ella no puede ver como Mina se ha recargado en la puerta de la oficina de Mako y siente que el mundo se la come.
"Eres una niña extraña"
"Siempre está sola, mirala"
La japonesa recuerda los comentarios hirientes de su infancia, ¿quién iba a decir que una niña de la élite podría sufrir bullying por ser callada y tímida?
"Ni sus papás la quieren, prefieren a Nayeon unnie"
—Estamos en el Asan Medical Center. —la voz de Chaeyoung la saca de sus recuerdos. —¿Por qué?
—Nada más, cuídate.
La llamada termina y Chaeyoung mira su celular, con un sentimiento extraño en su pecho, cuando entra a la habitación de nuevo, su madre la mira con una sonrisa maternal. Suspira y se deja caer en el sillón de acompañantes.
—Entonces supongo que tú mocosa no viene. —Mako pregunta con un puro en la mano. —Podemos reunirnos otro día, todo con tal de ver tu cara bonita.
—Veremos. —dice Mina acomodando sus cosas en la bolsa que lleva.
—Ay, Mina pero que amargada. No has cambiado nada. —dice Mako rodando los ojos.
Él es un hombre verdaderamente guapo, es alto y su cabello negro peinado pulcramente. Sus trajes siempre siendo elegantes dándole un porte aún más presencia. Fue algo que llamó la atención en Mina al principio, pero pronto se dio cuenta de lo innecesario que era estar con un hombre que no amaba.
Minatozaki Mako siempre luchó por ella, y eso es lo que más le molesta a Mina. Que él sí lo intentó, pero había veces donde salía a relucir su lado más clasista, incluso siéndolo más que ella misma. Al contrario de Sana, quien es dulce con todos los seres del universo, Mako hacía mucha distinción en clases sociales.
Se conocieron cuando eran adolescentes, Sana fue la primera amiga de Mina cuando estaban en secundaria y naturalmente frecuentaba la mansión Minatozaki. Naturalmente cuando todos crecieron, Mako comenzó a cortejarla.
Sana había sido punto clave para que las chicas odiosas del colegio privado en el que estudiaban la dejarán en paz, situaciones clave que hicieron que Mina se cerrará con el mundo. Porqué cuando un grupo de mean girls te dejan encerrada toda una noche en un cuarto de limpieza bajo engaño de "jugar a las escondidas", no lo olvidas fácil.
Después llega Sana a su vida, que hizo todo lo que pudo para meterse en la chica tímida y con el tiempo, Mina supo que no todos eran malos. Sin embargo, nunca ha sido lo mismo, incluso cuando Nayeon amenazó a las bully de su hermana.
—Sí, Mako. Soy una amargada. —dice y sale de aquella oficina sin siquiera despedirse. "Eres una amargada" fue algo que escuchó los últimos meses de su relación, pero ya casi no le importa, casi.
Deja aquel alto edificio, que es una de las sedes madre de las empresas de los Minatozaki, la principal estaba en Tokyo y los padres de su amiga se encargaban de coordinar todo ahí. Arranca su auto y se dirige a su departamento, con los ojos cafés de Chaeyoung en mente.
—¡¿Cuánto?! —pregunta la joven en la recepción, su madre ha sido dada de alta pero se le recetaron más medicamentos para controlar su estómago, ya que el lavado que recibió y el vómito puede ser peligroso si no se trata.
—Así es, señorita. —Chaeyoung se toma el cabello con las manos, su madre detrás de ella pensando en las opciones que tiene, pero nada llega a su cabeza. Ahora se encuentra limpia con un cambio de ropa que el hospital le brindó —Pero...— la recepcionista llama la atención de las Son —No tiene de qué preocuparse, el seguro de su madre cubre la noche y la revisión. En cuanto a los medicamentos extra a su tratamiento, alguien ya liquidó su cuenta.
¿Qué?
—Mina. —susurra Chaeyoung para sí misma.
—¿Disculpe?
—No, no nada. Muchas gracias.
—¡Espere! También han pagado un transporte especial para el regreso de su madre y suyo. —Esta perra, piensa Chaeyoung y siente un amor odio hacía Mina.
—¿Quién pagó todo esto? —pregunta Sowon, a un lado de su hija, sorprendida al escuchar todo lo que la mujer frente a ella le dice.
—No dejaron nombre, pero el número que dejaron pertenece a Myoui Infrastructure.
Sowon guarda silencio. —Gracias, ¿dónde esperamos el transporte? —Chaeyoung pregunta y sigue las instrucciones de la empleada.
Cuando llegan a casa, todo se siente extraño. Su madre no ha pronunciado una palabra y se sienta en el sillón. Lo hace lento pues el doctor le recomendó reposo total. Chaeyoung percibe el olor a vómito viniendo del cuarto de su madre, tiene mucho que hacer.
—Iré a bañarme, ya bajo.
Entra a la regadera y restriega con fuerza su cuerpo, tratando de quitar todas las emociones que siente en el momento. Lava su cabello, sus partes íntimas y cuando sale del baño, no quiere mirarse en el espejo. Toma una camisa larga y una bragas.
Con eso puesto, baja de nuevo y prepara todo para hacer limpieza. —Come primero, es tarde. —dice su madre, con una mano en su pecho, ella había podido comer algo en el hospital.
—No, haré primero esto y después iré a hacer mis tareas. —Sentencia y toma la cubeta con jabón.
En el cuarto de su madre, quita las sábanas sucias, las fundas de las almohadas y las lleva al cuarto de baño. Talla la mayor parte a mano y una vez está libre de vómito seco, las echa a la lavadora que Mina les regaló junto a su refrigerador.
De no ser por ella, probablemente Chaeyoung las hubiera tenido que lavar varias veces para quitar la suciedad.
De vuelta en el cuarto, toma un trapo y talla con fuerza el colchón desnudo. Sus lágrimas se atoran en sus ojos y le nublan la vista. Ya que el colchón huele bien, comienza a limpiar el suelo y a este punto se deja ir en lágrimas.
Lágrimas de frustración, de culpa y de dolor.
El cuarto queda brillante y limpio, Chaeyoung se sienta contra la pared y ve su trabajo duro. Su madre no la puede ver pues ha cerrado la puerta, y después de mucho tiempo suelta todo el llanto contenido.
Ella se da cuenta que nunca será como ellas. Ella nunca será como Dahyun, ni como Momo o Sana. Ella nunca tendrá el dinero que posee Jihyo ni tampoco Tzuyu. Aprieta los ojos y se pregunta por qué la vida es tan injusta con ella.
Y a pesar de su llanto, de la culpa y de todo lo que lo envuelve en ese momento; Chaeyoung se aferra a que puede conseguir algo más. Decide que no le importará usar a Mina como su vasija de oro.
Sin embargo, la vida es muy injusta con ella, y se traiciona así misma al enamorarse de ella y olvidar su verdadero propósito.
jajajaj la neta este cap me da un chingo de tristeza, como siempre leo sus comentarios y cuentame ¿estás releyendo o eres nueva?
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