Capítulo 8: Problemas en el paraíso
Los gemidos de la rubia se mezclan con la música de fuera. El baño es muy pequeño para dos personas y aún así se aprietan entre ellas. Se besan. Se tocan. Se sienten.
Sana está buscando a Mina por todo el salón y cuando entra al baño más alejado del lugar, puede ver dos pares de piernas juntos. —¡Myoui Mina! —alza la voz y después escucha susurros.
"Mierda" "Rápido, ponte las bragas"
—Sal ahora. —Mina nunca había escuchado la voz de Sana tan seria.
—Ya vamos, ya vamos. — Sana rueda los ojos al escuchar el tono alterado de su mejor amiga. Después de unos segundos, ambas mujeres salen del cubículo del baño.
Ambas lucen desaliñadas, despeinadas y oliendo raro, pero se ven felices y eso hace que Sana casi sonría. —¿Pero qué carajo estabas pensando, Mina? Ella es un adolecesente, pero tu no.
—¡Ey! —dice Chaeyoung acomodando su vestido, ella no es una adolecente.
—Por favor, Sana. Relajate. Todos estaban ocupados con la subasta. —Mina pasa a lado de su mejor amiga y frente al espejo trata de limpiar el labial rosa de Chaeyoung. Está esparcido por todo su cuello.
Mina siempre tenía invitaciones a subastas caritativas y está era su segunda vez yendo como soltera. Con la excepción de que iba acompañada de sus dos "amigas". Por qué bueno, sabemos que Chaeyoung no es exactamente su amiga.
Todo iba bien hasta que la menor decidió hacerle una pequeña broma. Ahora Chaeyoung sabe que no debe tocar los muslos lechosos en lugares públicos. —Me dejaste a la mitad, que lo sepas eh. —dice Mina viendo directamente a Sana, antes de salir del lugar.
Sana la ve salir y después mira fijamente a Chaeyoung. —Yo no fui, lo juro. Esa mujer está loca. —Trata de defenderse la coreana alzando las manos en señal de rendición.
—¿Qué haré con ellas? —se pregunta Sana, viéndose al espejo.
En la mesa donde las habían asignado también estaban Dahyun y Momo, todas yendo a apoyar a las investigaciones contra el cáncer de mama. Chaeyoung no tenía mucho que aportar, pero sin duda estar presente era algo que la enorgullece.
Dejando de lado eso, está haciendo conexiones muy fuertes y ha asegurado vender algunas de sus pinturas entre la gente cagada en dinero, por lo cual le está yendo tremendamente bien económicamente.
—¿Tu madre no ha preguntado de dónde sacas tantas cosas caras? —Momo ha hecho ese tipo de comentarios toda la noche. Chaeyoung no pensó que existiera una persona tan bella y malhumorada al mismo tiempo.
Dahyun, que está sentada a un costado de la japonesa mayor le da un codazo. —Sí, ha tenido bastantes preguntas. No ha sido problema pues le digo que Mina es muy generosa. —contesta Chaeyoung con seguridad, no puede dejar que una de las chicas de su amiga la intimide.
Dahyun aprieta los labios, desde lo de la cafetería no había tenido la oportunidad de hablar con Chaeyoung. Y ahora tiene su oportunidad. —Chae. —La llama en susurro, está a su lado así que no es difícil captar su atención.
—¿Mmm? —su respuesta solo es eso. No la mira.
—¿Podemos hablar después de que esto termine? —Dahyun la busca con su mirada y suspira cuando esos ojos grandes la miran por primera vez en una semana.
—Claro.
Las repuestas cortas duelen más que la misma indiferencia de su tono, pero lo deja pasar cuando Sana se sienta al otro costado de Momo. La subasta comienza.
Mina se inclina hacía la coreana —¿Estás bien? ¿Momo te está molestando demasiado? —pregunta con su mano descansando en el muslo de Chaeyoung.
—Estoy bien. La que debería preguntar soy yo. ¿Cómo estás de ahí abajo? —la menor se muerde el labio, ella se pudo correr. Mina no corrió con tanta suerte, literalmente.
—Tan bien como puedo estar después de que me dejarás con las ganas, cariño. —Aprieta un poco la carne del muslo. —No te preocupes, me lo vas a recompensar llegando a casa.
Chaeyoung se tensa un poco.
—No creo poder pasar la noche en tu casa, Mina. Tengo que cuidar a mamá. —Mina frunce el ceño al escuchar eso. Sin embargo se recompone tan rápido como llega la expresión a su cara.
—Entonces un rapidín en mi coche ¿te parece? —da otra opción, esperando que Chaeyoung la tome. No quiere deshacerse de eso ella sola.
Desde que comenzaron a verse, Chayeoung ha reducido el tiempo que pasa con su madre. Y hoy quería llegar medianamente temprano para pasar tiempo con ella. Pero unos minutitos no hacen daño.
La subasta de está vez incluye joyas de alta calidad y lujo. Chaeyoung se concentra en la siguiente joya. —Conjunto de diamantes amarillos y blancos. El set incluye collar, pendientes y anillo. — Todos se quedan asombrados con las piedras preciosas. —Abrimos la subasta con cinco millones de dólares. Cabe aclarar que solo el anillo cuesta casi un millón de dólares.
—Uy, me gusta. —dice Sana al aire, sin prestar mucha atención a sus dos acompañantes.
Momo alza las cejas. —¿Lo quieres, cariño? —pregunta la pelinegra con su habitual semblante serio.
Sana se retracta, sacude la cabeza y desvía su vista. Es un gasto innecesario. —Oh no. Está bien. Tengo muchas en casa.
Chaeyoung admira la conversación con discreción . —Se vería hermoso en ti, unnie. —Dahyun dice acariciando el muslo de Sana, Momo repite el movimiento en su otra pierna.
Sana niega y alguien en otra mesa ofrece. —El señor Kamimoto ofrece cinco millones ¿quién da más?
Mina se acerca a Chaeyoung y le susurra: —Observa como la convencen. Ellas tienen ese efecto en Sana. —Chaeyoung pone atención, se siente como hipnotizada al ver como su mejor amiga trata de seducir a Sana atraves de sus manos. Momo susurra algo en su oído mientras alguien más ofrece diez millones.
—Quiero verte desnuda con esas piezas, cariño. Anda di que sí. —son las palabras que solo el trío escucha, dejando a la otra pareja fuera de su conversación. Sana suspira temblorosamente y asiente lentamente.
Chaeyoun piensa que con eso, Sana comenzará a ofrecer. Se sorprende al ver a su retacada amiga ofrecer quince millones por las piezas.
—Ofrezco veinte. —Momo alza su paleta glamurosamente. Dahyun hace una mueca, su tarjeta de crédito no tiene tanto alcance pues sus padres aún controlan sus finanzas. —En efectivo. —Momo luce radiante con ese vestido negro y su sonrisa malditamente blanca.
—Eso lo hacen para ver quien será la activa. —Chaeyoung tiene ganas de vomitar. Tanto dinero, solo por ver quién será la que dará placer.
—¡Vendida a la señorita Hirai Momo por veinte millones de dólares!
Oh, Chayeoung se siente mareada. Es mucho, mucho dinero. Y aunque es para una buena causa no puede evitar pensar en cómo personas que ella conoce se regocijan en riquezas y ella hasta hace dos semanas no podía faltar a trabajar porque si lo hacía, dejaba de comer.
—Dios, eso es mucho. —Sana sale de su trance cuando Momo llega a la mesa con una caja de terciopelo amarillo. Abre la caja y todo el conjunto está ahí.
—Para ti, bonita. —Momo le da un beso en la mejilla y Dahyun hace lo mismo del otro lado.
Chaeyoung sabía por Mina que Sana y Momo comparten acciones en una cadena de hospitales de lujo por todo el continente de Asia. Además de sus negocios independientes y las herencias activas que reciben de sus padres. Ella está consciente de todo el dinero que circula por sus cuentas bancarias, pero nunca pensó que fuera tanto como para gastar en unas cuantas piedras.
Y jamás imaginó la cantidad que poseía Dahyun solo por ser hija de una exitosa empresaria en la industria textil. Así eran todas sus amigas, no quiere imaginarse la fortuna de Jihyo o Tzuyu. —¿Quieres uno? —pregunta Mina al observar la admiración con la que Chaeyoung detalla la joya en el dedo de Sana.
—No, no es necesario. —Chaeyoung niega con las mejillas sonrojadas. Mina ha gastado unos miles de dólares en ella, pero que gaste millones no está en sus planes.
—Si así lo quieres...
El evento termina después de unas cuantas joyas más. Todos dan aplausos al escuchar la cantidad recabada y pronto se retiran del lugar.
—¿Nos vamos? —Mina la toma del brazo, ansiosa.
—Ya voy, hablaré con Dahyun. Te veo en el auto. —Mina asiente y se retira, caminando levemente raro. Chaeyoung se ríe al darse cuenta que está apretando las piernas. Niega con la cabeza y se dirige al trío.
Debió esperar más, porque cuando está lo suficientemente cerca escucha los susurros de Sana en el oído de su amiga. —Te dejaré que me la— un carraspeo por parte de Momo la detiene y ahora las tres la observan fijamente.
Sana la mira con un poco de vergüenza, Momo con desagrado y Dahyun con diversión.
—¿Querías hablar conmigo? —pregunta Chaeyoung ignorando a las japonesas. Momo avisa que la esperarán en la camioneta. Cuando están solas, Dahyun por fin le pone atención.
—Chae, lo siento mucho. No debí asumir el cómo ibas a tomar mis secretos. Tu me cuentas todo y sé, sé —Dahyun toma aire y chaeyoung la toma de la mano, animando a seguir. Hasta ahora se da cuenta cuánto la ha extrañado. —Sé que tienes tus problemas y me confías todo. No sabía cómo ibas a reaccionar o algo así.
—No te iba a juzgar, es raro, sí. Pero no te iba a condenar por tus decisiones.
Dahyun se sonroja —Las dos me gustan mucho, y yo a ellas. No importa la diferencia de edad. Yo quiero estar con ellas.
—¿Tus papás saben de esto? —Es lo que más le preocupa a Chaeyoung.
—No, y por favor no se los digas. Para ellos soy como la hermana pequeña de Sana y Momo, por eso me dan tanta libertad con ellas.
—Está bien, no te preocupes por eso.
—¿Si me perdonas? —Dahyun hace un puchero, esperando que con su arma final, Chaeyoung la perdone.
—Claro que sí, Dubu. —la atrae con un abrazo apretado y se despiden, alegando que tienen asuntos pendientes con sus "mujeres".
Cuando Chaeyoung entra en el auto, se sorprende al ver a Mina con el carro encendido. —¿No qué un rapidín? —pregunta con una risita que desaparece al instante. Mina abre sus piernas y expone su centro por primera vez, completamente depilado. Mina apaga el motor.
—Sí así lo quieres, yo lo hacía para que llegarás pronto a tu casa. —Mina no espera respuesta y besa a Chaeyoung con lujuria. Pasa su lengua por sus labios y Chaeyoung la toma. Succiona a través del músculo tenso. —Vamos, Chaengie.
La mencionada guía lleva su mano a la vulva de la mayor. Debido a la interrupción de Sana no había podido meterle mano a Mina. Oh, ahora sí que lo siente. Es más suave que las otras veces. En la semana donde habían formalizado sus negocios, habían tenido bastante sexo.
No se cansaban.
Chaeyoung quiere que llegue rápido, pero los segundos se convierten en minutos cuando Mina le ruega que lo haga fuerte, pero lento. Sus dedos ya se encuentran hasta el fondo de su vagina. Salen con lentitud y entran con fuerza desmedida.
Mina se aferra con fuerza al volante mientras Chaeyoung le besa el cuello, aún sentada en el asiento del copiloto. Los vidrios se empiezan a empañar cuando la coreana no puede con su propia tortura y la penetra con fuerza.
—Aún me sorprende lo mucho que me necesitas, Mina. A mi, una don nadie que no tiene donde caerse muerta. —Con cada palabra, Mina se siente más cerca. Gimiendo el nombre de su pintora. —Siente como te aprietas en mis dedos. Siéntelo, Mina.
Mina siente el aliento caliente en su oreja, respira aparatosamente y puede sentir que algo crece en su interior. Está tan cerca hasta que...
—Señorita, ya casi cerramos el estacionamiento. —La voz de un hombre las sobresalta. Chaeyoung comienza a entrar en pánico hasta que recuerda que todos los coches de Mina cuentan con ventanas polarizadas y anti balas. Por lo que el calor del auto y las ventanas empañadas son sólo visibles por dentro. Ella solo puede acelerar el movimiento de su mano.
Mina abre los ojos con sorpresa al sentir los bruscos pero placenteros movimientos de su pareja. —Dile. —Es lo único que dice Chaeyoung, esperando a que corra al hombre que las interrumpe.
—Ve-vete. —La voz de Mina es apenas audible, no puede hacerlo.
—Señorita, es hor.
—¡Que te vayas! —Mina grita, está llegando al orgasmo y sin importarle que tal vez el hombre siga afuera, se corre. —¡Oh Dios! ¡Chaeyoung! Más, más. — se vuelve loca ante el toque de su artista favorita. Se moja los muslos y aprieta los dedos. Su punto G siendo acariciado una y otra vez.
Chaeyoung para cuando siente una humedad creciente. Con el paso de los días ha aprendido que Mina puede tener squirt fácilmente, y no quería manchar su Aston Martin. Pasan unos segundos y Mina sigue con los ojos cerrados. —Madre mía, Chaeyoung. ¿Por qué hiciste eso? —pregunta con voz temblorosa.
Chaeyoung lame sus dedos y la palma de sus manos. —Me pareció divertido. —se encoge de hombros y Mina arranca el motor. Sin que ellas lo noten, la camioneta de Momo también deja el estacionamiento. La de ella sin polarizar y con dos pares de manos marcadas en los vidrios.
Cuando se acercan a casa de Chaeyoung, Mina la despide con un beso. —Recuerda que mañana es un día importante. Llegas a mi departamento a las dos y después iremos a hablar con Mako. —Chaeyoung aún frunce el ceño al escuchar el nombre de ese hombre. No le agrada la idea de convivir con el ex marido de Mina. —No me hagas esa cara, él tiene muchos contactos fuera de Asia y te puede contactar con grandes inversionistas en el mundo del arte.
—Está bien. —dice Chaeyoung por fin.
—Le vuelvo a hablar por ti, Chaeyoung. No quiero estar sola con él. —Chaeyoung se cansa de escuchar eso otra vez. Mina hace énfasis en eso desde hace dos días que, justamente, Mina sugirió.
—Si no quieres hacerlo, está bien. No te lo pedí. —Mina aprieta el volante frente a ella.
—No seas mal agradecida, mocosa. Nos vemos mañana.
Mina pasa por su cuerpo y abre la puerta del carro. Chaeyoung rueda los ojos y se despide con un movimiento de manos. La japonesa arranca solo cuando se asegura de que Chaeyoung está dentro de su casa.
Revisa la hora y oh no, pasan de las tres de la mañana. Se dirige cuidadosamente al cuarto de su madre. Hace poco había retomado quimioterapias pues el cáncer se volvió más agresivo. Suspira de alivio al verla recostada de lado. Está bien.
Conforme se acerca a ella, puede oler que algo huele muy mal. Como a...
—Vómito.
Enciende la luz de la habitación y jadea al ver el estado en el que su madre se encuentra. Las sábanas se encuentran llenas de vómito y su madre igual. —No, no. —se le llenan los ojos de lágrimas. Toma a su madre por los hombros y la levanta con cuidado. Se obliga a estar serena, a mantener la calma.
El vómito está fresco.
Si tan solo hubiera llegado...
—Okay mamá, vamos a ver. —Se limpia las lágrimas y se mancha con el líquido asqueroso en el proceso, pero no le importa. Su madre tiene que estar bien. Con el corazón en la boca pone dos dedos sobre el pulso de su cuello. —Oh madre. —Se deja ir en lágrimas cuando puede sentir el pulso.
Si tan solo no hubiera llegado tarde.
Su madre pudo haber muerto.
Llama a una ambulancia con urgencia. Está vez si puede costearla. Cuando los paramédicos llegan dicen que es un milagro que no se haya ahogado.
"Ja, muerta por vómito y no por cáncer." piensa irónicamente Chaeyoung. Llega al hospital aún con el vestido que usó esa noche. Su madre es ingresada a estudios de urgencia. Tienen que verificar que el vómito no esté obstruyendo vías importantes.
Chaeyoung pasa la madrugada y todo el día en el hospital.
—Ya son las cuatro quince. ¿No va a venir o qué? —La voz irritante de Mako la enfurece más. —Parece que tu pintorsita no quiere fama, eh.
Mina no lo escucha. Ya no le importa el hecho de que está sola con el estupido de Mako, no.
¿Por qué no ha venido? ¿No le importo? ¿Me quiere humillar? Pobre muerta de hambre, me deja con mi ex marido para dejarme en vergüenza.
Mina no piensa con claridad. Sale de la oficina del japonés y marca el número de Chaeyoung. —¿Dónde diablos estás?
-
Uyyyyy, hasta a mi me da miedo está vieja loca. ¿Qué opinan del capítulo de hoy?
Perdón por tardar tanto, mi cumpleaños y la semana pasada estuvo súper ajetreada, pero hoy no fui a trabajar (por q estoy enferma) y pues aproveche un poco el tiempo.
Espero les guste la historia, diganme sus teorías.
Besos, los amo.
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