Capítulo 12: Oscuridad parte 2

Es oscuro.

No hay luz en ese lugar, solo está oscuro.

Abre los ojos y pronto recuerda en dónde está, el lugar se ilumina con luces y rayos de diferentes colores. Cuerpos desconocidos chocan contra ella de vez en cuando.

Hablando de eso, ¿cuándo fue la última vez que se sintió así?

Un brazo la atrae hacía ella y trata de enfocar su alrededor, ¿en dónde está? ¿por qué nada de esto le parece familiar?

Le pasan otro vaso, lleno de algún alcohol malditamente fuerte y caro y lo toma de golpe; sonríe cuando el líquido pasa por su garganta y después de unos segundos vuelve al presente. Dahyun la abraza por los hombros, igual o más borracha que ella misma.

Sana frente a ellas bailando como si su vida dependiera de ello, han estado en el club desde las diez de la noche y ahora que pasan de las tres de la madrugada no queda un solo pensamiento coherente.

Chaeyoung se safa del agarre de su amiga y va al barandal que separa el área VIP del lugar, desde arriba puede ver a todos los presentes moviendose al ritmo de la música, besandose a punto de tener sexo en público y drogandose sobre alguna mesa a escondidas de los guardias.

Suspira y parpadea varias veces, mira hacía atrás y puede ver a Momo tomando uno de sus tragos, ella no baila mucho a diferencia de Sana, que de hecho fue su idea venir aquí. La japonesa la mira fijamente desde el sillón... le sostiene la mirada y Dios, es hermosa. Tiene mucho dinero también. Sacude su cabeza e intenta sacar esos pensamientos de su cabeza.

—¿Por qué dices que no vino Mina? —Dahyun llega a su lado otra vez, prácticamente gritando en su oído.

—¡Dijo que tenía mucho trabajo! ¡Está cerrando un negocio en Chile! —Dahyun frunce el ceño y toma de su bebida.

—¿Mina te cuenta de sus negocios? — la pregunta de Dahyun toma por sorpresa a Chaeyoung.

—Sí, me dijo que haría una llamada por Zoom y que por eso no nos acompañaría, pero si te soy honesta estoy segura que nunca ha estado en un lugar así.

Dahyun no escucha ni un poco de lo que dice Chaeyoung, con el ceño aún fruncido se cuestiona ciertas cosas. —A mi no me cuentan nada de sus negocios, Sana y Momo quiero decir. Los de mis padres no me interesan, pero por qué no me cuentan si yo soy su novia.

—Espera ¿son novias? —Chaeyoung dijo entre hipidos, el alcohol que consumió de más llegando pronto a su garganta.

—Sí, creo. Me dicen cosas lindas y me follan casi a diario. ¿Qué eso no lo hacen las novias? —Dahyun casi no se puede mantener en sus pies, pero aún así deja a Chaeyoung sola. Chaeyoung se ríe cuando la ve caminar y en ese momento Sana la jala para que baile con ella.

La de cabello naranja se ofreció a cuidar a las "pequeñas", pero parecía todo lo contrario cuando pidió botellas y alcohol desmedido; que además cuestan una fortuna por el lugar tan exclusivo en el que se encuentran.

Para Chaeyoung, Sana se está convirtiendo en una amiga más. Sana tomó sus manos y comenzaron a brincar y seguir bebiendo más de lo que sus cuerpos podían soportar. Mientras tanto Dahyun de milagro logró llegar al regazo de Momo. Tirandose aparatosamente en sus piernas y abrazando su cuello.

En un lugar así, no podían arriesgar las apariencias, pero tener el área VIP para ellas solas y guardaespaldas no solo de Momo, sino también de Sana era una gran ventaja. La japonesa pone las manos en sus caderas y acomoda a Dahyun de manera que ambas piernas encajen a sus propios costados.

—¿Qué te pasa, hermosa? —pregunta Momo mientras Dahyun la abraza demasiado caprichosa. Toma su mentón y hace que la mire, su pequeña tiene las mejillas sonrojadas a más no poder y sus ojos se cierran debido al alcohol consumido.

—¿Por q-qué...? ¿Por qué ustedes no me cuentan de sus negocios? — a Momo se le borra la sonrisa, de reojo pude ver a Chaeyoung divirtiéndose con Sana. Si Mina es una estúpida que le cuenta todo a la muerta de hambre, ella no tiene culpa.

—Cariño, eres joven para entender. Mejor dejate querer ¿sí? —Momo acaricia su cabello negro y pasa los dedos por la espalda descubierta.

—¿Haces cosas malas y por eso no me quieres contar? Yo te seguiré queriendo si lo haces. —La risa de Momo hace enojar a Dahyun ¿por qué no la toma en serio?

—Cariño, créeme que si hiciera cosas malas tus padres no te dejarían salir conmigo. Simplemente son cosas aburridas de negocios, yo prefiero pasar mi tiempo hablando contigo y con Sana de cosas que no sean de negocios. Ustedes son mi escape a mi mundo perfecto.

Y con lo último, Dahyun quita el puchero de sus labios y termina por reír en los brazos de Momo, quien la abraza más fuerte contra ella y la besa con ternura.

Después de eso, todas a excepción de Momo terminaron hechas mierda. ¿Lo peor? A Sana se le ocurrió ir a un maldito club un miércoles por la noche y si hay algo que Chayoung nunca haría; es faltar a la escuela.

Dahyun aún tiene más privilegios que ella, por lo qué después de dos horas horas de sueño no fue sorpresa que el lugar de su mejor amiga estuviera vacío. Chaeyoung de verdad intenta concentrarse en lo que dice su profesora, de verdad intenta enfocarse en lo que sucede a su alrededor.

Sin embargo, cuando la hora del almuerzo llega, no se detiene y corre a toda velocidad al baño más cercano. Sin darse cuenta pasa por dos personas importantes. Cuando llega a un cubículo, se arrodilla y comienza a vomitar como desquiciada.

Se aferra a la taza del baño y su cabello obstruye su cara hasta que alguien por detrás sostiene su cabello y alguien más cierra la puerta de todo el baño, dejándolas completamente solas. —Dios mío, Chaeyoung apesta a que te tomaste todas las botellas de Soju que hay en Corea. —Jihyo tapa su nariz mientras que con la otra sostiene el cabello ajeno.

Tzuyu está recargada en la puerta mientras observa la vergonzosa escena. —Pensé que estabas en un ataque de ansiedad pero solo tienes resaca.

Chaeyoung se limpia la esquina de los labios y se sienta contra la pared del baño, —No, solo no desayune bien.

Jihyo suspira con enojo y va por una toallas que están en el lavabo, toma a Chaeyoung de la parte de atrás de su cabeza y la obliga a mirarla a la cara mientras limpia su barbilla. —A ver Chaeyoung, a mi no me vas a ver la cara de estúpida y mucho menos a Tzuyu. ¿Crees que no vimos las historias de Dahyun por la mañana? ¿En qué estás pensando?

Chaeyoung le arrebata la toalla a Jihyo e intenta ponerse de pie, lo logra con dificultad debido al mareo y el alcohol que sigue en sus sistema —¿Y a ustedes que les interesa?

Jihyo abre la boca con sorpresa, herida de que su Chaeyoung haya preguntado eso. ¿Qué les interesa? ¿Acaso a Chaeyoung se le han olvidado dos años de amistad? —Nunca te había visto en este estado, te saliste del equipo de Volley.

—Ya no lo necesito. —Interrumpe Chaeyoung con desagrado mientras esquiva a ambas mujeres y abre el grifo de agua.

—¿Qué no tu madre murió la semana pasada? —Chaeyoung escupe el agua que usó para enjuagarse la boca, se tensa ante la pregunta de Tzuyu, tan grosera y fuera de lugar. A esto se refieren todos con su carácter fuerte y que por eso nunca opina nada.

—¿Y eso qué?

—Chae, no me respondas una pregunta con otra. ¿Estás bien? —Tzuyu se acerca a la figura de su amiga, su ropa se ve mejor, de calidad. Su cuerpo indica que ha estado comiendo bien, sin embargo hay algo diferente en ella.

Le tiembla el labio cuando responde: —Nunca he estado mejor.

—Hace unos meses no hubieras dicho eso, Chaeyoung. Ni siquiera tuviste un duelo, después del funeral de tu madre, desapareciste y volviste como si nada hubiera pasado ¿crees que eso está bien? —Sentencia Jihyo con una mirada severa y voz firme

Sale del baño y suspira con pesadez. Camina hacía su salón y se detiene a medio pasillo. Al diablo.

Por primera vez en su vida falta a una clase.

Mina se encuentra firmando papeles, la taza de café a su costado indica el poco sueño que tuvo la noche anterior. El teléfono suena y rueda los ojos ¿Qué parte de qué no la molesten no entiende?

Levanta el teléfono —Más te vale que sea importante, Lia porque te juro que te echo a la calle si me interrumpiste por nada. —dice la japonesa con veneno en su voz.

—Es la señorita Chaeyoung.

—Me lo hubieras dicho antes, que pase.

Un minuto después aparece Chaeyooung, tirándose directamente en el colchón de Mina. —¿Mal día? —La empresaria quita sus lentes de lectura y sonríe ante el berrinche que Chaeyoung está haciendo en su oficina.

—Mala vida.

Mina levanta una vez más el teléfono: —Lia, haz que nos traigan un desayuno, un jugo de naranja y dos aspirinas.

Chaeyoung la mira desde el sillón y le sonríe. —Como te quiero.

—Si me quisieras, me hubieras saludado como se debe, mocosa mal agradecida. —Chaeyoung sonríe y camina hasta la mujer sentada detrás del gran gran escritorio. Cada que está cerca de él le recuerda la manera en la que comenzaron este negocio. —Sana me dijo la hora en la que regresaron ¿la bebé tiene resaca?

La menor asiente y por fin llega hasta Mina, que se echa hacía atrás y deja que Chaeyoung se acurruque en su regazo. —Sí.

—Mmmm. Estarás bien, creéme.

—¿Tú que sabes de borracheras? Eres una anciana.

Mina golpea su nalga juguetonamente y Chaeyoung se retuerce encima de ella. —Más respeto, niña. Recuerda la mano que te da de comer.

—Está bien, está bien. —Chaeyoung toma su cara y junta sus labios en un beso de bienvenida, no han podido estar juntas desde lo que pasó con su madre, y lo extraña.

—¿Todo bien? —pregunta Mina después de un segundo.

Chaeyoung rasca su cabeza y duda si hablar de eso. —Solo hay algo que me molesta un poco. —Mina se endereza, con la intención de escuchar mejor, sin embargo tocan a la puerta para entregar el desayuno. Dejan entrar al personal sin importarles mucho que las vean en esa posición.

Para eso Mina había contratado específicamente a esas personas, bajo un contrato de estricta confidencialidad donde solo una pequeña cantidad de empleados tenía permiso de entrar en su oficina. Cuando se van y Chaeyoung baja del regazo de Mina para comenzar a comer en la sala que hay en el extenso lugar, Mina la alienta a que siga.

—Es que no lo sé, Mina. Desde que me enteré que mi madre estaba enferma me daba miedo perderla pero ahora que no está, no puedo ponerlo en palabras. Es una sensación extraña y me molesta sentir esta...

—¿Paz? —Mina completa por ella mientras toma un poco de su segundo café del día. Chaeyoung por su parte se pasa las aspirinas con un trago de jugo.

—Está mal que lo sienta, ¿verdad? —Chaeyoung pregunta con la cabeza baja, pero sin dejar de comer.

—No lo sé, Chae. Nunca he perdido a un ser querido.

—Por cierto, gracias por pagar los gastos funerarios.

—Fue un placer, aunque estoy segura que tu madre me arrastraría al infierno si lo supiera. —Mina sonríe y Chaeyoung no puede evitar reír ligeramente.

Chaeyoug rasca su cabeza y suspira. —Simplemente siento que ya no tengo está carga conmigo. Perdón que te esté hablando de estás cosas, seguro piensas que es tonto pero no podía decirlo en voz alta si no era contigo.

—No es tonto.

Chaeyoung se queda pensando, en todo lo que viene para ella. Sin que pase por su cabeza preguntas coherentes ¿hace unos meses se hubiera sentido en paz después de la perdida de su madre?

¿Qué derecho tienen Jihyo y Tzuyu a juzgarla? Ella está bien, su madre está descansando y ahora ella se podría concentrar en sus cosas y sus metas. —No sé qué hacer con tantas cosas de mi madre.

—Ven a vivir conmigo —Mina deja el desayuno apenas después de unos bocados—, puedes volver cuando quieras a tu casa pero te puedo servir de compañía.

Chaeyoung acepta

—Además tendremos más tiempo para completar el cuadro.

Después de un rato, Mina vuelve al trabajo y Chaeyoung se queda a bocetar cualquier cosa, dándose el tiempo de pasar el lápiz por el papel. Mina está hablando por teléfono con su hermana.

—¿Y qué pasó? ¿Cuándo volverás de África? Sí, sí está bien. Ten cuidado y asegurate de no hacer nada tonto.

No te preocupes, Mina. Todo estará bien.

¿Cuándo tendrás junta con Sana y Momo? Recuerda que las declaraciones de impuestos se hacen en unos meses...sí yo sé que tu manejas sus donaciones. Je, está bien no me voy a preocupar.

Sé lo que hago, Mina. Te quiero, adiós.

—¿Es difícil ser su hermana? —pregunta Chaeyoung después de un momento.

—No, para ella es difícil que yo sea su hermana, Nayeon siempre ha sido muy inteligente pero prefirió ayudar a las personas por el mundo. A través de mi conoció a las chicas y ahora hacen negocios.

Chaeyoung se sienta más recta, interesada en la conversación —¿Entonces Nayeon administra las donaciones? ¿Eso tiene que ver con la declaración de impuestos?

Mina sonríe con desdén —¿Eso en qué te interesa?

—Curiosidad.

—Es una forma de ayuda, a través de donaciones, a las empresas nos descuentan impuestos. Es un intercambio. —Mina da por terminada la conversación cuando vuelve a teclear en su computadora.

Chaeyoung mientras tanto se dedica a revisar Instagram, olvidándose de su boceto. Navega por la cuenta oficial de Mina, después por la privada y se mete a seguidores y por da con los perfiles de Sana, Momo y Nayeon.

También es privado.

Cuando llegan a casa de Mina, esa misma tarde se hacen los ajustes de la mudanza. Tan solo se necesita lo más valioso para Chaeyoung, ya que Mina se encargará de todo lo demás. Solo regresan a su antigua casa por un poco de ropa, sus materiales de la escuela y para antes de que caiga la noche, ya están tomando una copa de vino.

—¿Cómo te sientes? —pregunta Mina con Chaeyoung en su regazo.

—Maravillosa. Jamás me imaginé vivir en un lugar así.—dice Chaeyoung con la vista de la ciudad desde el balcón de la habitación de Mina. Da una calada al cigarro, aún mareada por la anterior pero se está volviendo adictivo.

Nunca debió probar los labios de Mina con sabor a cigarro.

—¿Te hago el amor en el balcón? —pregunta la mayor mientras sumerge su mano en la bata de Chaeyoung.

—¿Tú haces el amor? —Chaeyoung pasa su dedo por la mandíbula de Mina, después acaricia el cabello rubio. —Pensé que esto solo es un negocio. —Los besos que reparte en su cuello son suficientes para dejar caer la copa de vino a sus pies. El cristal explota en pedazos, pero nada importa cuando introduce su mano entre las piernas.

—Lo es, te tengo más cerca de mi al fin. Así que cumple con tu parte, Chae. —La chica asiente, sin pensar mucho en las palabras de Mina.

Se deshacen en gemidos y sudor, las manos quedan marcadas en el barandal de metal y nadie puede verlas o distinguirlas a tal altura. De vez en cuando, Chaeyoung abre los ojos y se encuentra de frente a la ciudad. Gime cuando Mina la penetra más rápido y con cada sonido que deja su boca, se siente poderosa.

Cierra los ojos, está oscuro.

No hay nada más que oscuridad y sus gemidos rebotando en el aire frío de la noche, Mina la toma con decisión, recordando que le pertenece. —Sin mi no eres nada, Chaeyoung.

—¿Hasta ahora hablas? —dice Chaeyoung, volteando ligeramente.

—¿Crees que no escucho o no recuerdo lo que me dices? Que amas tenerme así, a una ricachona como yo.— Una embestida. —¿Qué crees que opino yo, Chaeyoung?

—¿Q-qué?

—Qué sin mi no eres nada, cariño.

Chaeyoung no puede explicarlo, está oscuro. No hay explicación para dicha sensación y cuando ve las luces de la ciudad de nuevo;

Se siente viva.

Cuando se corre no puede explicarlo.

Se siente en paz.

Mina le da lo que su familia, lo que su madre enferma y su padre ausente nunca le dieron. La vida empezaba a parecerle menos injusta ahora.

-

:O ¿Qué opinamos? ¿ustedes creen que Chae de verdad está bien? ¿que opinan de sus acciones?

Diganme todo todo que necesito saber que piensan sobre esto, trataré de responder comentarios jejee. 

Espero hayan disfrutado y como siempre gracias por leer, ahhhh y que no se me olvide que mi novia quería leer esta historia así que me puse a chambear. 

Besosssssss 

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