Veintitrés.
37 semanas de embarazo.
Pasé por alto que Taehyung quisiera hablar conmigo, los chicos decían que solo quería molestar como había hecho antes. Me causaba enojo y a la vez curiosidad el hecho de que después de todo lo que había pasado ahora quisiera verme, pero por el momento tenía que concentrarme en cosas más importantes. Cómo que Malú ya estaba en posición, es decir, en cualquier momento empezaría el proceso de parto o eso esperaba.
Jiwoo me había dicho que podría sentir una presión constante en la parte baja, por la cabeza de la bebé que ya estaba hacia abajo, y la verdad es que solo lo sentía cuando estaba sentada y me tocaba ponerme de pie, de resto no sentía nada.
Estaba ansiosa, nerviosa y emocionada, casi todos los días acomodaba las cosas de la bebé cuando no era necesario hacerlo. Cambiaba de lugar la ropa, sus productos de baño, los zapatos. Sacaba y volvía a guardar las cosas de los bolsos que me llevaría al hospital, en fin, ya no sabía que hacer. Pero los chicos ya se habían dado por vencidos en decirme que mantuviera la calma.
Hoy me encontraba con Jimin y Jungkook en mi habitación, era, según yo, día de chicas. Como Lis estaba trabajando, era día de chicas con chicos. Nos estábamos poniendo mascarillas para el rostro. Jungkook tenía una de manzanilla y Jimin una de rosas. Por mi parte tenía una de durazno y me estaba aplicando aceites en toda mi gran panza. Lo hacía desde el primer trimestre, ya que mi piel se había estirado y era para evitar que se me formaran muchas estrías.
Yoongi entró al cuarto y nos miró con una mueca.
–Ya me voy, me avisan si pasa algo.
Los chicos asintieron.
–Es una lástima que no puedas acompañarnos –dije mostrando el paquete que contenía una mascarilla– es tu favorita.
–¿Yoongi también hace día de chicas? - Preguntó, Jungkook, en un tono burlón.
–No. –Respondió el pelinegro.
–Si –dije con simpleza– las de manzanilla son sus favoritas.
Yoongi rodó los ojos al ver como exponía su secreto. En varias ocasiones había hecho que él usara mascarillas, y aunque dijera que no le gustaba, yo sabía que si. Y lo sabía porque no se dejaba de tocar la cara diciendo lo suave que le había quedado.
–¿Estarás bien?
–Si, no te preocupes.
–Descuida, Min, nosotros la cuidaremos bien. –Pronunció, Jimin, mientras usaba mi laptop.
Yoongi ya había terminado de trabajar con Joohyun, pero le había surgido un nuevo proyecto y tenía que ir a una reunión para concretar algunos detalles. Él casi no quería salir por estar conmigo, Jiwoo me había dado una fecha de parto aproximada dentro de dos semanas, aunque podría pasar deliberadamente en cualquier momento.
Había pasado media hora desde que Yoongi se había ido.
Los chicos quisieron ver una película, así que fui a la cocina para buscar las bebidas, Jungkook ya estaba en la sala sirviendo frituras en un bol y Jimin estaba buscando la película.
Me disponía a salir de la cocina cuando de repente sentí un líquido correr por mis piernas. Enseguida supe que había roto fuente, los nervios me atacaron y me quedé inmóvil en mi sitio.
–¡Chicos! –Pude gritar finalmente y no pasó ni un segundo cuando aparecieron asustados.
–¿Qué pasó? –Jungkook preguntó, pero al mirar mis pantalones húmedos abrió aún más los ojos. –Mierda.
–T-tenemos que ir al hospital. –Dije con voz temblorosa, dejando las latas de refresco sobre la barra.
–¿Estás segura que no querías ir al baño y simplemente se te salió? Yo leí que-...
–Cien por ciento segura de que ya llegó el momento. –Interrumpí al peligris.
–Jimin busca la pañalera y el bolso. -Le ordenó, Jungkook, mientras se acercaba a mi y me tomó de la mano rodeándome con su abrazo.
Jimin salió casi corriendo de la cocina y a los segundos apareció con los dos bolsos.
–Tranquila, Tami.
–Quiero ducharme. - Los miré a ambos.
Me sentía incómoda como estaba.
–¡¿Estás loca?! Tenemos que irnos ahora. –Exclamó, Jungkook. Parecía a punto de perder la cabeza y eso que no era él que tenía un bebé que pronto llegaría.
–Yo no puedo irme así, necesito bañarme.
Ambos estaban nerviosos, nunca habían lidiado con algo así en su vida, y yo por mi parte trataba de mantener la calma justo como que decía en los cientos de artículos que había leído acerca del embarazo.
No les quedó de otra que estar de acuerdo, pero me acompañaron a la habitación en caso de que necesitara algo.
Después de que me duché rápido y me vestí, sali del baño. Ambos me esperaban sentados en la cama, muy nerviosos, ambos movían las piernas de manera ansiosa pero al verme se levantaron disparados.
Jungkook agarró un abrigo grande y me lo puso, no sentía nada por el momento, había leído que las contracciones podrían empezar quizás en un par horas después de la rotura de fuente.
Ya en el auto de Jimin, yo iba en los asientos de atrás con el pelinegro.
–¡¿Puedes manejar más rápido?! –Pronunció éste un tanto exaltado.
–¡Tenemos una embarazada a bordo! –Respondió, de igual manera
–¡Una embarazada que está a punto de dar a luz!
No era tan así, Jungkook estaba exagerando todo.
–Cállense, no me están ayudando. –Hablé, intentando estar tranquila pero con sus gritos me alteraban un poco.
–Lo siento. –Pronunciaron, al unísono.
Por el resto del camino no hablaron más. El hospital no quedaba tan lejos pero aún así Jimin trató de ir lo suficientemente rápido y con cuidado.
Al llegar me ingresaron enseguida a una habitación. Me dieron una bata para que me cambiara, Jiwoo confirmó que ya había empezado el trabajo de parto y me revisó procurando que todo estuviese en orden. También me pusieron una pulsera en la muñeca con el nombre de la bebé y me introdujeron una vía.
Les había dicho a los chicos que no le dijeran a Yoongi aún, no quería que lo estresaran ya que estaba ocupado.
Las contracciones comenzaron alrededor de una hora después, no eran tan constantes y tampoco duraban mucho, aún no dilataba por completo. Jiwoo dijo que tenía que caminar y me dieron una pelota de ejercicio, eso ayudaría a que el proceso fuera más rápido.
Los chicos seguían conmigo, además de Leila, que había llegado un rato después de que Jimin la hubiese llamado.
Ya había comido, la comida que me dieron fue muy buena, de hecho. Hace uno minutos había salido a dar una vuelta con Leila, me detenía al darme las contracciones y luego seguía caminando. Tenía que hacer ejercicios de respiración en cuanto comenzaban.
Estaba en la cama y los chicos en el mueble viendo un programa de variedades que estaban dando en la televisión, cuando un teléfono comenzó a sonar interrumpiendo la música que sonaba por los speakers que había ido a buscar Jungkook, la música me distraía un poco del dolor.
Jimin tomó su teléfono de la mesita a mi lado y me miró.
–Es Yoongi, voy a contestar.
Supuse que ya se había desocupado y quería saber de mí, seguramente llamó a mi celular pero éste estaba apagado.
Jimin le dijo que estábamos en el hospital y por su cara deduje que Yoongi no le había dicho cosas agradables, además de que escuché como se disculpó por no haberle avisado antes.
No pasó mucho tiempo cuando un Yoongi, con cara de pocos amigos, entró a la habitación. Aunque se relajó en cuanto me vió, ignoró a los chicos, pero si saludó a Leila y se sentó a mi lado.
–Tuvieron que llamarme enseguida, yo sabía que tenía que quedarme.
–Estabas ocupado –chasqueó la lengua– no quería interrumpir, esa reunión era importante.
–Tú eres más importante, Tami. –Me miró a los ojos y yo sonreí a causa de eso. –¿Cómo te sientes?
–Como si fuera a tener un bebé.
Soltó una risa, pero dejó de hacerlo en cuanto hice una mueca y llevé una mano a mi vientre, era otra contracción. Leila del otro lado me acariciaba el cabello.
–Acuérdate de la respiración. –Dijo, ella. Hice otra vez el ejercicio de respiración, tomaba aire por la nariz y lo expulsaba por la boca.
Al cabo de unos segundos se me pasó y volví a mirar a Yoongi, parecía preocupado.
–Hyung, no es nuestra culpa –habló Jungkook llamando la atención del pelinegro– Tami nos pidió que no te avisáramos aún.
–Ya no importa. –Suspiró. No podía molestarse con ellos.
En eso una enfermera entró y me entregó una bandeja con varias paletas de helado, anteriormente me habían traído barras de chocolate pero no quería comerlos por los que se los había dado a los chicos y a Leila. Debía tener energía para lo que se venía.
–Tami, ¿puedes darme una? –Preguntó Jungkook, en cuanto la enfermera salió.
Me estaba apuntando con su cámara. Desde hace días que había guardado una de sus cámaras en mi bolso, ya que, quería documentar todo el proceso de nacimiento de Malú y darme el vídeo para tenerlo como recuerdo, así que estaba grabando todo lo que pasaba.
–No son para ti. –Respondió, Yoongi, mirándolo mal.
–Ten. –Le tendí una paleta a mi amigo, sin prestarle atención a lo que había dicho el chico a mi lado. Jungkook se acercó como un niño emocionado en cuanto ve dulces.
Las compartí con todos porque no me las iba a comer yo sola.
Pasaban las horas, ya había caminado casi todo el hospital con Yoongi, había usado la pelota haciendo ejercicios, para relajarme y poder manejar el dolor. Hasta que llegó el momento en que las contracciones eran más seguidas, más fuertes y duraban más, al punto de hacerme llorar, las tenía cada tres o cuatro minutos y se sentía horrible. Me habían administrado un analgésico pero no disminuía por completo el dolor.
Jiwoo había venido a revisarme y aún me faltaba tres centímetros para llegar a los diez de dilatación.
Estaba acostada de lado en la cama viendo hacia la televisión, los chicos y Leila hablaban de cualquier cosa, cuando me empezó otra contracción.
Apreté la mano de Yoongi, cerrando los ojos y a los segundos sentí una caricia en mi cabello.
–Tranquila. –Susurró, mientras pasaba los dedos por los mechones de mi cabello.
–Quiero que se termine. –Pronuncié, mirándolo con lágrimas en los ojos.
Su mentón estaba apoyado en las barras de la cama, nuestras caras estaban muy cerca y no era necesario que hablara alto.
–Ya falta poco, lo estás haciendo bien.
A pesar del dolor que sentía era un alivio de que Yoongi estuviese aquí conmigo.
~~~~~~~~~~
Malú ya está por llegar💕
Espero les haya gustado, gracias por leer💜
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top