Extra #3
Yoongi
Estaba en el estudio revisando los arreglos que le había hecho a una canción cuando mi celular vibró con una videollamada de Tami. Debía ser algo importante porque no solía llamarme si estaba en el trabajo.
Al responder me encontré con su cara manchada de pintura, sonreí al verla así.
–Siento interrumpir, se que estás ocupado.
–No importa, estoy por terminar. ¿Cómo va el proyecto?
Ella estaba ayudando a Malú con un proyecto para su clase de artes plásticas. A ella le gustaba mucho pintar y dibujar, era la mejor de su grupo en esa clase, era una niña con mucho talento para el arte.
–Bien, pero nos hace falta dos colores de pintura. Cómo ves no podemos salir así –Malú estaba detrás con las manos llenas de pintura, la ropa y la cara también– Me preguntaba si podías comprarlas, como dijiste que vendrías temprano.
–No hay problema, dime cuáles.
–Rojo y amarillo.
–No, mamá. Verde y amarillo. –Dijo, la pequeña mirando su trabajo que estaba en el suelo.
–Cariño, creo que con el rojo quedaría mejor.
Y ahí se enfrascaron en un intercambio de ideas en el cual no entendía mucho porque ambas solían hablar mezclando idiomas, es decir, inglés y coreano. Yo sólo sabía lo básico de inglés así que si hablaban rápido no entendía absolutamente nada de lo que decían.
–Compraré rojo, verde y amarillo, y luego ven cuál usarán. –Las interrumpí.
–Está bien.
–Y azúl oscuro también. –Agregó, Malú.
–Captado.
Vi que Tami se alejó un poco de donde estaba la pequeña, supe que quería decirme algo importante y que ella no podía escuchar.
–También necesito que compres otra cosa. –Habló en un tono de voz más bajo.
–¿Qué?
Aunque podía deducir de qué se trataba.
–Unas pruebas de embarazo. Desde que desperté he estado sintiéndome un poco rara, hace un rato me dieron náuseas y no he comido nada fuera de lo normal así que es una posibilidad de que...
–Estés embarazada. –Completé, y ella sonrió.
–No quiero ilusionarme tan rápido, pero puede ser eso.
Tami y yo decidimos tomarnos el asunto de tener un bebé con calma, queríamos que fuera lo más natural y espontáneo posible, es decir, no queríamos someternos a una presión, sobretodo ella. Hasta el momento no había tenido otros síntomas además del que me acababa de decir, pero existía una posibilidad de que lo estuviese.
Ella había dejado los anticonceptivos recientemente y su ciclo podía tardar un poco en regularse, según lo que me había explicado que le había dicho su doctora la última vez que fue a su chequeo. En ese momento ella aún tomaba la píldora, pero quería saber que esperar cuando cancelara el consumo de éstas. Quería estar al tanto de todo lo que ocurriría con su cuerpo en los siguientes meses.
Terminamos de hablar y estuve un minuto analizando la situación, llegando a la conclusión de que no iba a poder concentrarme si no sabía pronto si Tami estaba embarazada o no.
Salí del estudio directamente a comprar las pinturas que necesitaba Malú y luego pasé por una farmacia. Le pedí al encargado el test de embarazo más preciso, por lo que terminé comprando dos de los que eran digitales y que mostraban hasta las semanas que supuestamente tenía la persona.
Conduje rápidamente hasta casa sintiendo los nervios y la ansiedad crecer.
Tami.
Yoongi trajo las pinturas así que Malú y yo continuamos con su tarea, a su corta edad era muy perfeccionista y en eso me recordaba a Tae, su gusto por la pintura lo había heredado de él así como su gusto por la música era influencia de Yoongi. Cuando tenía su tiempo libre le gustaba pintar mientras escuchaba música. Jungkook le había regalado unos speakers con bluetooth y creo que no podía vivir sin ellos, los llevaba casi a todas partes.
Mi bebé era una pequeña artista.
Yoongi se puso a hacer cualquier cosa mientras, sabía que al igual que yo estaba ansioso porque me hiciera las pruebas de embarazo que pedí que comprara, pero queríamos esperar a que Malú se durmiera.
Yo no había tenido síntomas en días pasados, pero desde que desperté en la mañana había sentido el cuerpo extraño, un poco pesado y tenía una sensación incómoda en el estómago, como acidez. Luego se me pasó el malestar, pero mientras estaba cocinando el almuerzo me dieron náuseas, que se me quitaron a los minutos. Todo era raro por eso quería salir de dudas, ya que era consciente de que podía tratarse de que estaba embarazada.
–¿Y si no lo estás? –Preguntó, Yoongi.
–Simplemente tenemos que seguir intentándolo. –Respondí.
Habíamos estado alrededor de cinco minutos completamente en silencio, sentados uno al lado del otro en el suelo de nuestro baño. Malú se durmió a eso de las nueve de la noche y tan pronto como lo hizo Yoongi buscó las cajas que contenían los test, pero estaba nerviosa y mis ganas de ir al baño desaparecieron por lo que tuve que tomar mucha agua y traté de relajarme hasta que pude meterme al baño por fin.
Después de haber adoptado una actitud relajada con respecto a quedar embarazada ahora sentía los nervios a flor de piel.
Al hacer los test, en total debíamos esperar seis minutos o un poco más porque el indicador de las semanas tardaba un rato más en aparecer, así que lo redondeamos a diez minutos. Los cuales nos parecían una eternidad, seguí las instrucciones al pie de la letra y esperaba que tuviésemos una respuesta precisa cómo según decía el empaque.
–¿Y si aún así no pasa nada? Tendríamos que ir con un médico y...
–Yoongi, relájate. No hay que adelantarnos.
Era muy raro verlo tan nervioso, pero lo entendía porque ambos estábamos ansiosos por saber si ya esperábamos un bebé. Uno de los dos debía mantener la calma y en esta situación me había tocado a mi.
Él tomó mi mano y yo apoyé mi cabeza contra su hombro. Ambos estábamos contra la pared y frente a nosotros se encontraba el lavabo donde había dejado los test.
De pronto me fui a un viaje directo al pasado, recordé a aquella chica de apenas veinte años que al enterarse de que esperaba un bebé creyó que su vida estaba acabada, que se sintió sola porque las personas a su alrededor le dieron la espalda, que no sabía que hacer con tanta responsabilidad en sus hombros. Yo había perdonado y no guardaba rencores, pero esas vivencias que me hicieron fuerte al día de hoy nunca las olvidaría.
La experiencia y las emociones eran tan diferentes a la de hace unos años. En ese entonces cuando decidí hacerme una prueba de embarazo estaba sola en un baño y con mucho miedo, pero ahora tenía a Yoongi conmigo.
–¿En qué piensas?
Su voz me trajo de vuelta al presente, me moví y quedé sentada entre sus piernas que se encontraban extendidas, acaricié su mejilla con suavidad y sonreí.
–¿Qué?
–Eres muy guapo. –Dije, provocando que una pequeña sonrisa se dibujara en su rostro.
–Lo estás diciendo ahora para distraerme. –Rió.
En parte si lo hacía por eso, aunque era una costumbre decirle un montón de cosas a Yoongi. Mi dulce gatito. Mi bebé. Mi bolita de algodón. Mi muñequito de nieve... Podría seguir.
Y si, yo era muy cursi pero en el fondo a él le gustaban todos esos apodos cariñosos a pesar de su cara de desagrado.
–No, te lo digo porque lo eres. Así como tú que me dices a mí que soy hermosa.
–Te lo digo porque lo eres. –Repitió. Me apretujó las mejillas robándome un beso en el proceso.
La alarma que había puesto en mi celular comenzó a sonar.
–Ya debe estar listo el resultado.
Habían pasado los diez minutos. Era hora de la verdad.
Me levanté y tomé las pruebas que había metido de nuevo en la caja. Me giré hacia donde estaba Yoongi aún en el suelo, sus ojos estaban puestos en mis manos, de pronto se puso muy pálido y mira que eso ya era decir demasiado.
–¿Quieres verlo tú primero? –Le extendí la caja.
–No... hazlo tú. Ven. –Me indicó con la mano que volviera a sentarme como estaba hace unos segundos atrás.
Saqué las pruebas sin mirar, Yoongi mantenía su vista en mi rostro. No se atrevía ni ver por error lo que nos confirmarían la sospecha, sólo esperaba a mi reacción.
Respiré profundo y entonces enfoqué mi atención en uno de los test, mis manos temblaban ligeramente.
"Embarazada 3+"
Vi la otra y decía lo mismo. Si estaba embarazada y tenía más de tres semanas, según lo que indicaba.
Me quedé observando ambas pruebas en mis manos procesando el hecho de que sería madre de nuevo. Mi corazón latía súper rápido y mis manos comenzaron a temblar aún más, sentía un cosquilleo recorriendo todo mi sistema. Estaba muy feliz. Un cúmulo de emociones me embargó por completo y me abrumó de tal manera, que mi vista se empañó enseguida.
Miré a Yoongi que se encontraba totalmente inexpresivo, sonreí y alcé las pruebas en medio de ambos, sus ojos fueron de una a la otra varias veces. Creo que quería asegurarse de que estaba leyendo bien.
–Estamos embarazados. –Dije, en medio de las lágrimas.
Apenas pude ver su sonrisa porque me abrazó fuerte y yo dejé las pruebas de lado para rodearlo con mis brazos.
•••
20 semanas de embarazo.
–¿Que quieres que sea? –Le pregunté a Malú que estaba sentada a mi lado, ella colocó su mano en mi panza.
–Un niño. –Respondió sin dudar.
Recién había cumplido los cinco meses de embarazo y nos encontrábamos en el hospital para el chequeo mensual. Esperaba que pudiéramos ver el sexo del bebé ya que Malú nos acompañaba, ella sólo había venido a dos de los chequeos.
Cuando se enteró de que estaba embarazada literalmente gritó de la emoción, eso era lo que más quería. Desde que tenía alrededor de cuatro años ella ya sabía cómo se hacían los bebés y algunas cosas con respecto al embarazo, obviamente una versión apta para una niña. Para ella hacer bebés se trataba de que dos personas que se querían mucho durmieran toda la noche abrazados y en ese momento una semilla que tenía papá se unía con la de mamá. Yoongi le dijo el cuento de la cigüeña en un principio porque lo tomó desprevenido cuando le preguntó, pero aún a esa edad a Malú eso no le hizo mucho sentido y siguió preguntando, así que le dije algo más real sin perturbar su inocencia.
Desde que le dimos la noticia comenzó a hablarle a su hermanito o hermanita, le cantaba antes dormirse, me acariciaba la panza siempre. Además estaba muy atenta conmigo, trataba de ayudarme en lo que pudiera. Todos nuestros amigos y nuestras familias se pusieron muy felices al enterarse, también se sorprendieron porque nosotros nunca les dijimos que planeábamos tener un hijo.
–Yo también quisiera un niño, pero estaría bien con lo que fuera igual lo amaré como a ti. –Besé su cabecita. Ella se apoyó contra mi cuerpo, abrazándome.
Yoongi se encontraba estacionando el auto porque se nos había hecho tarde y Jiwoo tenía muchas pacientes. Ahora nos tocaba esperar porque habían varias personas por delante de mi.
Jiwoo seguía siendo mi doctora y me gustaba el hecho de que fuera así, porque confiaba mucho en ella. Era una lástima que ya no pudiese pasar a ver a Hoseok como solía hacer antes porque él se había mudado a otra ciudad, estaba casado y con tres hijos, al parecer iba a cumplir su meta de tener cinco. Solíamos hablar constantemente y nos había visitado varias veces.
–Mamá, ya no quiero que sea niño. –Dijo Malú luego de unos minutos en silencio.
–¿Por qué?
–Es que si Taeha y él se hacen amigos me van a dejar a mi de lado.
Reí.
–En tal caso de que fuera niño, Taeha y él serían los mejores hermanos menores, te querrían mucho.
–Yo los protegería porque soy la mayor. –Expresó con orgullo.
–Claro, y ellos a ti también.
Yoongi llegó junto a nosotras en la sala de espera, me entregó unas galletas dulces que había dejado en el auto. No es que comiera muchos dulces o crema batida, lo normal. En este embarazo no había vomitado o tenido tantas náuseas, si toleraba el chocolate esta vez, pero al igual que con Malú el tocino me daba asco, aunque era raro porque una vez tuve antojo de comerlo dentro de un sándwich y cuando le di el primer mordisco tuve que ir al baño a vomitar. Había tenido unos cuantos antojos y creo que desarrollé una fascinación con los sándwiches de pollo. Podría comer sólo eso de desayuno, almuerzo y cena aunque no lo hacía. Aquí las mujeres embarazadas tenían la costumbre de comer sopa de algas siempre porque según era muy bueno, pero yo la odiaba. Nunca lo hice con Malú y no planeaba hacerlo ahora.
Una hora después ya me encontraba dentro del consultorio de Jiwoo, acostada en la camilla con mi camisa hasta el pecho. Ella deslizaba el aparato por mi vientre, gracias al gel, a la vez que nos explicaba que todo iba bien con el bebé, que se estaba desarrollando correctamente. Yoongi estaba sentado a mi lado y Malú también.
Jiwoo, así como los chicos, había sido testigo de como Yoongi y yo pasamos de ser sólo mejores amigos a novios, ahora con un bebé en camino. Era curioso las vueltas que daba la vida.
–¿Quieren que les diga el sexo del bebé?
–¿Ya se puede ver? Malú tardó un poco más, ¿recuerdas?
–Si, pero aquí puedo verlo claramente. –Dijo ella viendo hacia la pantalla. –No se hizo del rogar como otra por ahí.
Malú soltó una risita a mi lado.
–Es un niño.
–¿Seguro? –Preguntó, Yoongi mirando fijamente la pantalla. Él quería un niño también, aunque como yo, fuera lo que fuera lo queríamos sano.
–Si, tendrán un niño. –Reiteró, Jiwoo, con una sonrisa. –¡Felicidades!
Llevé una de mis manos a la nuca de Yoongi para acariciarlo, tenía sus ojos brillantes por las lágrimas que se habían formado, estaba conmovido así como yo. Bajó la mirada hasta mi cara y le sonreí, acercó su rostro al mío para dejar un patrón de besos cortos en mis labios.
–¡Si! ¡Tendré un hermanito! –Exclamó Malú feliz, dando saltitos.
Al fin llegamos a casa, me sentía un poco cansada. Habíamos llevado a Malú con mis padres porque se quedaría allí por el fin de semana y aprovechamos para darles la noticia de que tendríamos un varón. Yoongi también llamó a sus padres y les dió la noticia, a nuestros amigos pensábamos invitarlos a casa en unos días más y decirles, ya que nos reuníamos seguido.
Me acosté en el sillón, apoyando las manos en mi panza que no estaba tan grande. Yoongi se sentó a mis pies, colocando éstos sobre sus piernas.
–¿Quieres que te haga un masaje?
–Por favor. Están comenzando a hincharse.
Comenzó a mover sus dedos en mi pie derecho y sentí el alivio de inmediato.
Yoongi siempre había sido muy atento conmigo, dejaba esa fachada despreocupada o indiferente a un lado cuando estábamos juntos, también con Malú, siendo un hombre completamente dulce y cariñoso. Con el embarazo crecía la necesidad de recibir el doble de mimos y atenciones, y él siempre estaba dispuesto a hacerlo.
Cómo decía su madre, nosotras éramos su debilidad y ahora el pequeñito en camino.
–¿Recuerdas cuando estaba embarazada de Malú y te decía que me sentía como una vaca y tu siempre tratabas de hacerme sentir mejor?
Él sonrió haciendo que se formaran pequeñas arrugas junto a sus ojos. Siempre solíamos recordar los viejos tiempos y los momentos tan bonitos que pasamos conviviendo bajo el mismo techo y siendo sólo amigos, pero caímos en cuenta que en algún punto nuestro comportamiento el uno con el otro fue mucho más allá de eso sin notarlo.
–Te veías muy linda, así como ahora. El embarazo te sienta bien.
–¿Ya te gustaba en ese entonces? –Alcé una ceja, inquisitiva.
–Eso creo, tonta. –Dijo, sin dejar de mostrar sus lindas encías.
–Quién diría que terminarías teniendo un bebé con una extraña la cual metiste a tu apartamento.
–Si lo dices así suena raro.
Reí divertida.
–¡Te amo, mi pastelito de arroz! –Fingí una voz chiquita y chillona.
–¡Ahhgg!... –contrajo su expresión en una mueca exagerada de dolor– Me sangrarán los oídos. No tortures a nuestro hijo así.
Lo pateé con mi pie izquierdo haciendo que riera y yo también lo hice un segundo después.
Seguimos tonteando y buscando nombres en internet porque no habíamos pensado en uno.
~~~~~~~~~~~
It's a boyyyy ^^
Espero les haya gustado, gracias por leer 💜
Nos estamos leyendo mis calabacitas dulces jsksjs 💖
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top