XVIII

Hoseok miró a Jimin a su lado. Se había callado desde que salieron de la tienda y quería saber en qué estaba pensando.

Estar en la carretera y lejos de toda la congestión alivió a Ho, pero ahora se sintonizó con las emociones de su hombre y su cachorro. Él recibió una gran dosis de confusión. Sabía que esto era difícil para Jimin y deseaba que hubiera alguna manera de que pudiera hacerlo más fácil.

Guardar secretos de él probablemente no sea una buena idea. Jimin merecía saber quién lo había atacado y porqué... bueno, él mismo no estaba seguro de la razón. Mordiéndose el labio, intentó alinear oraciones en su mente.

—Si hay algo específico que desees, házmelo saber y lo conseguiré.

—¿Un trasplante de vida? —Dijo Jimin, su atención en la ventana.

Estaba enojado consigo mismo por ser tan descuidado y poner la vida de Jimin patas arriba. Así no era como se imaginaba trayendo un cachorro al mundo. Quería que su hijo estuviera rodeado de amor, no de mísera.

—Lo siento —murmuró Jimin —Estoy de un humor extraño.

Suspirando, Hoseok quería extender la mano y tocar al hombre. Su instinto rugía con la necesidad de cuidar a Jimin en todos los sentidos.

—No tienes nada por lo que disculparte.

~~~~~

Cuando llegaron a su cabaña, Jimin saltó y un dolor se apoderó de Hoseok.

El mayor salió del automóvil y se movió para descargar los víveres cuando Jimin apareció ante él. Sus pestañas estaban bajas y sus labios húmedos estaban separados como si estuviera olfateando algo delicioso.

El hombre se movió con reflejos relámpagos, tomando a Hoseok por sorpresa. Labios cálidos y suaves se deslizaron contra él y su instinto aulló de victoria. Clavando los dedos en el cabello de Jimin, lo abrazó, haciendo estragos en su boca hasta que no pudieron respirar.

Hoseok retrocedió lo suficiente como para sacar algo de aire, obteniendo una saludable dosis del olor cargado de lujuria de Jimin.

—No quiero que te arrepientas de esto. —Se dió cuenta de que estaba hablando de algo más que solo tener relaciones sexuales.

—Yo no... —graznó, sus dedos se enroscaron en las presillas de los pantalones vaqueros de Hoseok —No te odio. No te culpo. Ha ocurrido un accidente, pero no me arrepiento. No sé si es un instinto omega profundamente arraigado u hormonas o qué demonios pero te quiero. Quiero que esto funcione —El corazón de Hoseok se sacudió por la declaración de Jimin —Estoy asustado, estoy fuera de mis casillas —Un escalofrío atravesó a Jimin y Hoseok lo abrazó, la cabeza del hombre descansando contra su pecho —No puedo hacer esto sin ti. No creo que quiera —Sosteniendo a Jimin, Hoseok pasó sus dedos por el cabello del hombre y por su espalda.

Sintió que la tensión abandonaba el cuerpo contrario, sus músculos se aflojaban. Los fuertes latidos del cachorro se precipitaron al frente y Hoseok atesoró este momento. El hombre estiró el cuello hacia arriba y unos preciosos ojos atravesaron a Jung.

Esta vez, tomó suavemente la boca de Jimin, saboreando sus labios, respondió con entusiasmo, abriéndose a él y se encontró disfrutando con cada lamida lánguida. El resto de su cuerpo también respondió, la polla del hombre presionando contra el muslo de Hoseok. Éste tejió sus dedos en los de Jimin y lo condujo a la cabaña y a su cama.

Una sonrisa astuta arrugó la cara de Jimin mientras se sacaba la remera por encima de la cabeza y sus cabellos de arena rebotaban. Su piel resplandecía de salud, un rubor rosado que coloreaba sus mejillas. Hoseok lo guió a otro beso.

Nunca tendría suficiente de besar a Jimin el pequeño sonido que el omega hizo prendió fuego al cuerpo de Jung. Pasó una fuerte palma sobre la espalda del menor, siguió la curva de su espina dorsal e introdujo los dedos debajo de los pantalones. Ahuecó el culo del hombre, y Jimin jadeó cuando Hoseok lo agarró bruscamente.

—No seas amable conmigo — Dijo Jimin —No me voy a romper. Necesito... te necesito.

Un gruñido se arrastró por la garganta de Hoseok ante la admisión de su hombre. Su necesidad de dominar a Jimin corrió fuerte, pero admitir que él quería lo mismo lo envió a otro nivel en algún lugar cercano al cielo.

Hoseok se puso en acción, haciendo girar a Jimin. El hombre jadeó cuando Ho arrastró una palma debajo de sus pantalones y agarró su polla dura. Con su mano libre, guió la cabeza de Jimin hacia un lado para que tuviera acceso irrestricto al cuello del omega.

Hoseok pellizcó, chupó, lamió y marcó mientras acariciaba la polla de Jimin larga y lentamente. Una corriente caliente de líquido pre-eyaculatorio cubrió sus dedos mientras trabajaba en su macho.

El sonido que hizo alentó aún más al lobo a salir a jugar. Hoseok quería ser todo un animal en ese momento y estaba seguro de que Jimin quería lo mismo. Presionó un beso en el lóbulo de su amante.

—¿Quieres que te folle?

—Si —dijo roncamente. Hoseok ronroneó en su oído, le gustaba la desesperación en la voz de Jimin.

Encontró un pezón entumecido y pellizco de él sin piedad mientras giraba el pulgar alrededor del glande de Jimin. El hombre se estremeció en los brazos de Hoseok, su cuerpo ondulaba maravillosamente.

Hoseok condujo a Jimin a su cama donde arqueó a su amante sobre el colchón y le quitó los pantalones suavemente. Jimin empujó su culo gordo en la palma del mayor como un gatito que necesita ser acariciado.

Hoseok le dio una palmada a su amante, observando la forma en que los glúteos rebotaban y saboreaban el cosquilleo en su palma.

—¿Me vas a dar ese castigo que me prometiste? —Jimin dijo con voz áspera. Él no respondió, simplemente repitió el movimiento en la otra mejilla.

El hombre se quedó sin aliento, pero no se movió y Hoseok le dió unos cuantos azotes más castigadores por si acaso.

Cuando terminó, el culo de Jimin se sonrojó bellamente y su piel se calentó más que el fuego.

Es un regalo, porque está historia está en un ranking:)

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