VI P
—Estás en cinta —Jimin parpadeó ante este extraño en su departamento. Él no pudo evitarlo, estalló en una risa temblorosa hasta que no pudo respirar y se le formaron lágrimas en la esquina de los ojos.
¡Había invitado a un demente a su casa! El tipo estaba completamente loco.
Hoseok simplemente lo miró pensativamente mientras Park se calmaba. Limpiándose los ojos con el dorso de la mano, carraspeó.
—Eres consciente de que soy un hombre, ¿verdad?
—Sí —dijo Jung simplemente. El humor pasó rápidamente y Jimin quedó aterrorizado. Las personas locas podrían ser peligrosas y aquí estaba él, apenas capaz de mantenerse de pie.
¿Qué había estado pensando invitando a este chico a pasar?
Sabía que podía alcanzarlo si corría. Solo tenía que bombear sus piernas por todo lo que tenían y golpear la puerta de su vecino. Por lo menos, alguien lo oiría pedir ayuda, ¿no?
—Está bien —murmuró Jimin, ofreciendo al hombre una sonrisa temblorosa —¿Dijiste que tenías algo para esta náusea? —Jung asintió, su cara se iluminó exponencialmente y se volvió hacia los contenedores que había puesto sobre el mostrador.
Jimin no había terminado la universidad con una beca por nada. Siempre había sido un pensador rápido. En el momento en que la atención de Hoseok quedó fuera de él, se dirigió a la puerta con las piernas de goma, sus músculos protestando cada movimiento.
Lanzó su mano hacia la perilla de la puerta, una ráfaga de victoria circulando a través de él cuando las puntas de sus dedos hicieron contacto con el bronce. La emoción de escapar desapareció en un instante cuando unos fuertes y sólidos brazos lo rodearon para levantarlo y lo alejaron de la puerta. Una palma pesada cubrió sus labios mientras gritaba por ayuda. Trató de luchar, pero Hoseok era grande y fuerte.
Jimin no pudo hacer nada mientras el hombre lo llevaba al baño. Nadie lo escucharía ahora.
Hoseok cerró la puerta de un puntapié y habló tranquilamente contra la oreja contraria.
—Eso es suficiente. Te dije que no estoy aquí para lastimarte. Estoy aquí para cuidarte —Jimin gruñó contra la mano que lo asfixiaba e intentó patear, pero Hoseok parecía ajeno a sus dificultades.
Él era demasiado débil para hacer cualquier cosa. Sabía que nunca sería capaz de hacer otro intento de carrera.
—Tranquilo —dijo el hombre, bajando el tono —Solo relájate, Jimin. Todo va a estar bien, lo juro —El miedo se apoderó de él y negó con la cabeza.
Por favor Dios. Si me salgo de esto, prometo no más líos de una noche.
A medida que pasaron los minutos y Hoseok no lo asesinó con un cuchillo, Jimin comenzó a relajarse, su corazón se aquietó. Odiaba que los brazos de Hoseok a su alrededor se sintieran tan bien.
Jung susurró palabras tranquilizadoras en su oído, su voz extrañamente suave.
—Sólo respira. Calma. No voy a hacerte daño. Prometiste escucharme, ¿puedes hacer eso? —Jimin tragó un nudo y asintió.
El más alto retiró vacilante su mano y el contrario se humedeció los labios. Sabía que pedir ayuda molestaría al hombre y quién sabe qué haría entonces.
Su plan se formó rápidamente. Dale lo que quiere; Juega en su ilusión y cuando él no este mirando, escapa.
Jimin tomó varias respiraciones profundas cuando un escalofrío recorrió su cuerpo. Hoseok estaba demasiado cerca, se sentía demasiado bien... muy seguro. Se apresuró a pensar que necesitaba algo fuerte a lo que aferrarse en esta crisis.
—Aquí vamos —murmuró, su voz era un trueno distante —Voy a llevarte al sofá y luego te haré algo de comer. Y hablaremos ¿Cómo suena eso? —Jimin simplemente asintió.
Hoseok retrocedió y Jimin se maldijo por haber perdido esa pared de músculo sólido. No pudo evitar pensar en la forma en que el cuerpo del hombre se había deslizado contra él mientras empujaba su polla dentro de él una y otra vez. Luego se recordó a sí mismo que estaba en este lío porque pensó que enroscarse en un callejón sucio con un extraño era una buena idea.
Hoseok lo condujo al sofá y se derrumbó sobre los suaves cojines, le lanzó una mirada especulativa y Jimin logró una sonrisa torcida.
—No me creo siquiera capaz de llegar a la puerta de mi casa.
—Debi haber venido antes —dijo ignorando el comentario, luego giró y se dirigió a la cocina.
Suspirando, Jimin se desplomó y observó al hombre moverse. Escuchó el sonido de las tapas abrirse y un plato que se deslizaba sobre la encimera.
Sus oídos eran tan sensibles que quería usar tapones.
Golpe, golpe. Había escuchado ese golpe suave y silencioso antes, pero joder si supiera de dónde venía.
Cuando cerró los ojos y se apartó, se hizo un poco más claro, el ritmo acelerado reconfortante.
Respira. Relájate. Deje que el psicópata piense que está a cargo. Cuando él este dormido, escapa.
Volvió a abrir los ojos para encontrarse con Hoseok, su expresión era esperanzada mientras sostenía un plato con lo que parecía pan de algún tipo y un vaso de ese horrible líquido.
Jimin se burló de él, pero aceptó las ofrendas. Hoseok se movió para sentarse a su lado y el rubio se escabulló por reflejo.
Jung miró hacia abajo, su garganta se movía con fuerza.
—Espero que en un tiempo, confíes en mí.
—La confianza se gana —respondió Jimin. El hombre asintió.
—Lo suficientemente justo. Come —Dejando de lado su atención hacia la comida, olfateó y descubrió que el aroma de especias, hierbas y frutas no le molestaba el estómago
—¿Qué es?
—Un bizcocho. Todo natural. Sin azucar. Debes mantenerte alejado de las cosas procesadas que a los humanos les gusta consumir —Correcto. No más burritos grasosos entonces.
—Pobre de mí —Jimin rompió una pieza del pan y se la metió en la boca.
El sabor explotó en su lengua: la dulzura natural de la fruta; la terrenalidad de la harina de avena; un ligero crujido de nueces.
—Esto es realmente bueno.
—Tu metabolismo está cambiando. Parte de la razón por la que estás desnutrido es porque no estás comiendo las sustancias naturales que tu cuerpo necesita —explicó con los ojos brillantes como si estuviera entusiasmado con todo el asunto.
—¿Parte de la razón? —Preguntó Jimin. Pensó que necesitaba tanta información como fuera posible sobre el engaño. respiró hondo y lentamente lo sopló, sus enormes hombros se agitaron.
—El embarazo de un omega es agotador. Especialmente uno que no se ha unido con su pareja.
—Reduce la velocidad —dijo y luego se metió otro bocado en la boca —Por favor explícame cómo podría quedar embarazado —El hombre se inclinó hacia adelante, luciendo animado.
Jimin pensó que estaba disfrutando demasiado.
—Tienes una anatomía diferente a la de los humanos. No es tan complicado. Supongo que no has tenido ninguna crisis médica en tu vida, ¿cierto? —Jimin sacudió la cabeza mientras masticaba, contento de que el pastel estuviera bajando con facilidad, pero aún así tomando pequeños mordiscos a la vez.
Wattpad no me deja responder a sus comentarios, pero en serio aprecio que comenten, reciban un corazón hasta las puertas de su casa sin costo de envío <3
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