II U
Al entrar al edificio, estiró la cabeza para mirar a su alrededor, era como cualquier otro club: decenas de jóvenes calientes, bailando o toqueteándose.
El golpeteo de la música se hundió en su cuerpo. Observó a varios hombres sin camisa que alentaron su interés, pero ninguno de ellos parecía tener ese factor de 'empuje' que estaba buscando. Tenía que haber alguien, por lo menos un solo un hombre que pudiera satisfacer el fuego que ardía en su interior.
Sintiéndose reseco, se giró para dirigirse al bar en busca de algo frío y húmedo: Se congeló en seco, cuando un cuerpo grande y sólido bloqueó su camino.
Un par de brillantes ojos dorados recorrieron su rostro y se deslizaron por su cuerpo. El hombre inclinó la cabeza hacia un lado como si encontrara algo curioso en Jimin, su lengua se deslizó por el labio inferior, dejando un rastro de humedad en su camino y Jimin deseó desesperadamente probar esa carne suculenta.
Su corazón latía a ritmo con su miembro, que se endurecía rápidamente mientras el extraño se quedaba allí, follandolo con sus ojos. Era erótico pero no suficiente.
—¿Bebes? —Park balbuceó, se aclaró la garganta —¿Puedo invitarte a tomar algo? —El pecho del chico se levantó como si estuviera respirando profundamente y Jimin se dió cuenta de que era puro músculo, los brazos del hombre sobresalían de su simple camiseta negra.
El rubio gemía ante la idea de estar enjaulado por todo ese poder. Podía ver en su mente esos grandes brazos que lo abrazaban, un estómago apretado que se frotaba contra él, la pálida piel contrastando contra el cuerpo bronceado de este hombre. Esos labios tentadores se separaron y observó cómo se movían mientras hablaba. ¿Cómo se sentiría si estuviera arrastrando esos labios por todo su cuerpo?
Al darse cuenta de que el hombre había dicho algo, forzó su atención en sus peculiares ojos.
—Lo siento. La música está muy alta —Se excusó.
El extraño simplemente inclinó la cabeza hacia un lado y Jimin lo siguió hacia otra parte del bar, donde estaba un poco más silencioso, su atención nunca se movió de él. El familiar sentimiento de intimidación mordió a Jimin pero no iba a permitir que su torpeza se interpusiera en su camino.
Dejó caer sus glúteos sobre el taburete junto al hombre.
—¿Cuál es tu nombre? —Inquirió
—Hoseok —dijo el tipo simplemente.
Salvaje.
—Jimin —Hizo un gesto hacia la selección de bebidas —¿Qué vas a pedir? —Hoseok se deslizó del taburete de repente y se paró frente a Jimin, los muslos del hombre rozando las rodillas contrarias. Park tragó saliva, pero no apartó los ojos del hombre. Oh si. Estarian yendo a casa juntos y muy pronto, al parecer —¿Nos saltamos el coqueteo? —Preguntó descaradamente.
Hoseok asintió, sus ojos vagando de un lado a otro, como si estuviera buscando la salida más rápida. Jimin siguió su línea de visión y vio la puerta de atrás, que daba salida a un callejón; Perfecto.
Miró hacia el azabache quien comenzó a caminar. Mientras estaba caminando rápido detrás de él, su polla se sacudía duro ante la idea de ser follado por un tipo tan grande y guapo. Jung irrumpió por la puerta, casi arrancándola de sus bisagras.
Jimin jadeó cuando Ho lo apretó suavemente y lo presionó contra la pared en cuanto se encontraban afuera, el ladrillo frío encendió su piel.
Su cuerpo más pequeño estaba siendo rodeado por puro músculo de acero, Jimin no podía hacer nada más que mirar con los ojos abiertos mientras Hoseok se inclinaba.
¡Oh, mierda, sí!
Necesitaba probar esos labios, esa lengua. El hombre deslizó la nariz por el cuello de Jimin e inhaló. Fue entonces cuando se dió cuenta de que ese aroma delicioso que había rastreado era ese hombre.
Cerrando los ojos, se concentró en el cálido aliento de Hoseok mientras se deslizaba sobre su piel. Su polla se sacudió dentro de sus pantalones.
¡Mierda, si!
Un gruñido salvaje; Esa era la única forma en que Jimin podía describir el sonido que hizo Hoseok mientras enterraba su cara en su cuello. Cuando el hombre estrelló su cálida y suave lengua contra su garganta, gimió. Un rastro de fuego líquido lo quemó, y fue directamente a su polla.
—Sabes a lujuria —Susurró Jung y le dio un suave beso en la barbilla.
—Eso es bueno, espero —respondí descansando su cabeza contra la pared de ladrillo mientras su amante lo acariciaba con húmedos besos.
El mayor tomó los labios del contrario y éste se abrió completamente para él.
El beso era dominante, Jimin se entregó al hombre. Respondió a cada lamida, cada chupada hasta que estuvo gimiendo en la boca de Hoseok. Metiendo los dedos debajo de la camisa del hombre acariciando los firmes músculos de su abdomen, silenciosamente suplicó por más. Su polla estaba hinchada y goteaba de necesidad y este extraño ayudaba un poco a aliviar el dolor en lo más profundo de sus entrañas.
Retrocediendo, Ho sonrió astutamente. Su gran palma se levantó y se envolvió alrededor de la garganta de Jimin, presionando un poco, su pulgar se deslizó por el labio inferior de éste.
—Voy a follarte aquí mismo. Estaré tan dentro que serás capaz de sentir como mi polla destroza tus órganos. Y te va a encantar cada segundo.
7u7
Volveré pronto :)
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