Les derniers carillons
Cuando los dos se encontraron con Chloé, acabaron de nuevo con mil miradas sobre ellos. No porque conocieran la rencilla que había entre Chloé y Marinette, que si era famosa en su colegio, sino por el repentino grito que lanzó al verlos. Justo se habían cruzado con ella en el paseo de farolas, encendidas con velas perfumadas de vainilla y nueces. La luz les provocaba un mar de sombras en los rostros y las lágrimas de sangre brillaron. A Marinette el maquillaje rojo de sus pestañas le otorgaba un fantasmal color morado a sus ojos.
Marinette estuvo segura de que no la había reconocido y no falló. Bastó verla ponerse a la defensiva, agarrando su bolso de mano como si se tratara de un arma, para estar segura.
—¡¿Cómo han podido colarse unos akumas aquí?! Si creéis que no recibiréis vuestro merecido porque Ladybug no está aquí, ¡la lleváis clara!
Adrien rió entre dientes, enternecido por el ceño fruncido de su amiga de la infancia. Realmente podía ver a Queen Bee ahí, a una fuerte heroína.
—Tranquila Chloé —dijo Adrien, acercándose a ella con las manos en alto, lentamente—. Soy yo, Adrien.
Adrien dio un paso más, exponiéndose lo más claramente que pudo a la luz. Movió el rostro a ambos lados, despacio, permitiendo que Chloé viera sus rasgos. Chloé relajó la postura, enderezándose, pero con el rostro muy confuso.
—¿Adrikins? —preguntó con duda.
—Soy yo, solo estoy un poco más maquillado de lo normal —bromeó con una sonrisa suave.
—Entonces ella... —comentó Chloé, regresando su mirada a Marinette.
—Hola Chloé —saludó Marinette.
—Realmente viniste con ella.
—En eso quedamos.
—Sí, el trato por el disfraz. Si querías ir en un disfraz de pareja, podías habérmelo dicho.
Marinette estaba segura, por mucho que le irritase, que la imagen habría sido increíble. Mientras que ella había optado por recuperar el espíritu más clásico de Halloween, el terror, Chloé se había decantado por una fantasía que parecía casi una ensoñación. Con un vestido largo, hecho a partir de una falda abombada con tul y cubierto con un tejido de hojas secas y brillantes, Chloé parecía una ninfa de los bosques. La piel entera le brillaba de dorado ante la luz de las velas y el recogido sobre su cabeza, decorado con piedras doradas, estaba plagado de pequeñas trenzas, dejando expuesto su cuello y sus hombros. Si Adrien hubiera ido a juego con ella probablemente habrían dejado suspirando a medio París.
—No era cuestión de ir de pareja, sino de llevar un diseño de Marinette. Estoy muy feliz con mi decisión.
Marinette se habría sonrojado por esa declaración si no hubiera sido porque Chloé se acercó repentinamente a ella. La observó de arriba a abajo, con el ceño fruncido y mirada analítica. A Marinette le dio rabia descubrir que ni así dejaba de lucir preciosa.
Chloé, sin moverse, miró a Adrien de hito en hito. Éste le sonrió como única respuesta. Chloé suspiró antes de regresar la mirada a Marinette.
—Bien —dijo finalmente, separándose de Marinette.
—¿Eso es todo lo que vas a decir? —preguntó Marinette, sorprendida, esperando el aluvión de críticas que esperaba de ella.
—Solo por hoy, Dupain, no te acostumbres.
Chloé se giró, regresando la mirada a Adrien. Se acercó a él y lo tomó por el mentón, examinando bien su maquillaje, su pelo enloquecido y el collar de su cuello.
—Buen trabajo.
Y con esas palabras, se marchó de allí sin esperar respuesta. Marinette no salía de su asombro, estaba a punto de boquear como un pez observando confundida el camino por el que se había ido Chloé.
—Chloé acaba de felicitar mi trabajo.
—Te dije que no era tan mala como creías.
—El mundo ha llegado a su fin —continuó Marinette, haciendo oídos sordos.
Adrien rió ante la dramática reacción de Marinette, que no se quedaba atrás con la dramática reacción de Chloé. No iba a quejarse, ¿qué sería de su vida si no tuviera amigas que pusieran su mundo de cabeza? Y, aunque no lo iba a decir, era realmente tierno ver a Marinette con esa cara de desconcierto y ese sonrojo que era incapaz de controlar. Tomó su mano, sorprendiéndola, y suavemente la saco del paseo para llevarla a la pista de baile.
Estuvieron juntos, bailando, hasta que la fiesta dio a su fin. Él no lo supo hasta ver las fotos después, pero fue incapaz de quitarle la mirada de encima a Marinette durante toda la noche.
Lunes, 5 de agosto de 2019
¡Hola a todos, lindas flores!
No pude resistirme a escribir este capítulo, más sabiendo lo reinas del drama que pueden ser Marinette y Chloé *cofcof* sobre todo Chloé *cofcof*. Si mis cálculos no fallan nos quedan dos capítulos, y les prometo que se avecina una sorpresa que me hace mucha ilusión compartir con ustedes. Un proyecto que ha surgido colaborando con Naomi_THW. ¡Tendrán noticias pronto!
Con esto y un bizcocho, ¡nos leemos pronto!
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