Le matin du dégel

Marinette era la clase de persona que se despertaba siempre de malhumor. Cuando se levantaba y se encontraba con sus padres mientras desayunaba apurada, era todo sonrisas, incluso cuando por poco se atragantaba con el croissant por llegar tarde. Pero cuando se despertaba era una historia muy diferente, necesitaba pasar al menos quince minutos en la cama, rezongando porque ya hubiera llegado el día y el reloj no le dejara cinco minutitos más, antes de reunir fuerzas para ponerse en pie.

Esa mañana, en cambio, fue diferente. Mecida por los recuerdos de la noche anterior, Marinette despertó con una sonrisa tonta en la cara y las mejillas arreboladas. No es que fuera un despertar de película, tenía las marcas de la almohada en toda la mejilla y le dolía el brazo sobre el que se había dormido, pero no fueron razones suficientes para estropear su buen humor.

Tikki, aunque se sintió tentada a hacerle una broma sobre su repentino buen humor y su inusual despertar madrugador, prefirió callarse y dejarle a Marinette disfrutar del momento. Cosa que no hizo Plagg, quien no dudó ni un minuto en meter cizaña en cuanto vio que Adrien había abierto los ojos.

—Mira de qué buen humor te has levantado hoy, en cualquier momento empezarás a cantar canciones pastelosas —bromeó Plagg haciendo una mueca.

—¿Qué tiene de malo que me levante de buen humor?

—No tiene nada de malo, es el mejor presagio después de una cita.

—No fue una cita —refutó Adrien, cambiándose el pijama.

—Ya, por eso te pegaste a Marinette como el queso fundido al pan.

—¡Yo no me...!

—Sí, sí, eso díselo a otro —le cortó Plagg, riéndose al ver el rostro arrebolado de Adrien, lanzándole su smartphone a la cara.

Adrien lo atrapó al vuelo y se encontró con que Plagg había abierto múltiples pestañas con publicaciones sobre la gala de la noche anterior. Sobre ellos dos concretamente. Adrien hizo caso omiso de la mayoría de los titulares, no eran nada nuevo. Esos tabloides publicaban notas sobre él cada vez que pisaba la calle, se había cansado de ver alusiones a una posible relación entre Chloé y él. Pero lo que lo dejó sin habla fueron las fotografías. Se sentó sobre la cama, perplejo. Quizás podrían engañar a otro, jugar con la perspectiva y la ubicación para confundir el ojo de los lectores y hacerles ver cosas que no eran, pero él se reconocía a sí mismo. La expresión que tenía en su cara, en cada una de las fotos, mientras observaba a Marinette era muchas cosas, pero no una mentira. Ni siquiera él podía negar lo que traslucía su mirada mientras admiraba perdidamente a Marinette. Y ella, por todos los prodigios, realmente estaba preciosa. Se detuvo en una foto de los dos, un primer plano de sus rostros frente a frente mientras bailaban, y la mirada de Marinette era lo más hermoso que había visto. Ahí se dio cuenta que no había embellecido sus recuerdos por la felicidad del momento, la mirada de Marinette estaba llena de sentimiento, llena de ilusión, de alegría, y Adrien no pudo sino sentirse completamente atontado por verla. Se preguntó si debía mandar que se la imprimieran, realmente quería esa foto.

Adrien cerró los ojos y, confundido, se echó de espaldas sobre la cama emitiendo un suspiro lastimero.

—Oh, sí, desde aquí puedo captar el olor del queso churruscado —aseguró Plagg para vergüenza de Adrien.

Que Marinette tuvo una mañana movida fue decir poco. Ella no fue consciente del impacto que había tenido su fantasía la noche anterior hasta que se vio rodeada de fotografías y preguntas. Algunas estaban llenas de purpurina, como las que le hizo Rose, y otras la hicieron tartamudear y sonrojarse como la que le hizo Alix por lo bajo. Kim estuvo a punto de preguntar algo, pero Mylène le pisó un pie antes de que tuviera oportunidad de abrir la boca. Marinette sabía que se estaba perdiendo algo ahí, pero no le dio ninguna pena no conocer el secreto.

Conocía a Kim, no controlaba su lengua y era capaz de hacer las preguntas más vergonzosas a toda voz sin apenas inmutarse. Cuando tuvo a Alya frente a frente supo que el torbellino iba a arrastrarla por completo, literalmente. Alya la tomó del brazo y la arrastró lejos del patio, hacia las escaleras, para lamento del resto de sus compañeros. Subieron hasta los baños de la planta superior y Alya no la soltó en todo el trayecto.

Solo cuando se vieron solas en el baño y con la puerta cerrada, fue que Alya la liberó. Puso su móvil frente a los ojos de Marinette como si se tratara de una prueba irrefutable.

—Creo que tienes algo que contarme, Dupain —afirmó Alya con una sonrisa socarrona.

Era una foto de Adrien y Marinette bailando juntos en medio de la pista. La cámara los había pillado de arriba a abajo, así que llamaba más la atención sus disfraces que sus caras.

—Los trajes quedaron bien, ¿verdad? Elegí bien las telas, combinaron con el ambiente.

—Sabes que no estoy hablando de eso —aseguró Alya, pasando las imágenes de la galería hasta conseguir una de los rostros de ellos dos—. Al final sí fue una cita, ¿me equivoco?

—No fue una cita —contestó Marinette, sonrojándose más de lo que le gustaría. Tomó el teléfono de Alya entre sus manos, contemplando la imagen más de cerca.

—Sí, ya, y yo me lo creo. Los dos estáis tan monos poniéndose ojitos.

—No nos estábamos poniendo ojitos. Bueno, quizás yo sí.

—Venga, mírale la cara a Adrien —persistió Alya—, tiene la misma cara de felicidad de un gato cuando le sobas la tripa.

Sin quererlo, Marinette se imaginó la escena y la carcajada brotó de sus labios por si sola.

—Venga, lo digo en serio, mira cómo le brillan los ojos.

—Esa no es la imagen que debería darte una persona cuando está en una cita, Alya —dijo Marinette difícilmente, aun riendo.

—Sabes a lo que me refiero, tiene esa cara de tonta felicidad que se nos pone a todos cuando estamos con quien nos gusta.

—Sí, claro, o con una veterinaria maja que te dé chuches y te rasque detrás de la oreja —contestó Marinette, abriendo la puerta y dispuesta a ir a clase.

—Estoy segura de que tengo razón, pero ya el tiempo me dará la razón.

Alya se encogió de hombros y siguió a Marinette.

—¿Estás segura de que no te ronroneó en ningún momento?

Marinette supo que no se iba a poder quitar de la cabeza la imagen de Adrien siendo un gato mimoso en mucho tiempo. Cuando entró en el aula y lo vio sentado en su asiento, saludándola, se le escapó la carcajada. Se tuvo que tapar la boca con la mano para controlarla, pero aun le costó un esfuerzo. Adrien la miró con desconcierto y, aunque quiso hablar con ella, la llegada de la señorita Bustier se lo impidió.

Observando a Marinette de soslayo, que se limpiaba suavemente los párpados húmedos por las lágrimas de la risa, sacó su tablet y se dispuso a empezar la clase.

—Antes no pudiste contestarme, Mari, ¿cómo fue bailar con ese hermoso vestido en un lugar tan espléndido? —preguntó Rose con mirada ilusionada.

Marinette recordó que efectivamente se lo había preguntado, pero que el secuestro de Alya le había impedido dar una respuesta.

—¿Sinceramente? Agotador —dijo Marinette para sorpresa de Rose—. Sí, te sientes como una princesa Disney con ese vestido de gala, el maquillaje y los tacones, pero la realidad es que el vestido pesa mucho y limita los movimientos. Tienes que tener mucho cuidado de que nadie lo pise, incluida tú misma, lo que en mi caso fue un reto. Y no hablemos de subir escalones, si no fuera por Adrien creo que habría caído al suelo más de una vez. Creo que las faldas cortas y los zapatos bajos son mejor opción, al menos para mí.

—Eso es porque aún eres una niña, Dupain —aseguró Chloé, acercándose al grupo.

—Fue a hablar la adulta que siempre corre en brazos de su padre —apuntó Alya, cruzándose de brazos.

—Si mi padre puede ayudarme, pienso aprovecharlo —contestó Chloé, mirándose las uñas con apatía.

—Los tacones altos y las faldas largas de mi disfraz combinaban bien con el diseño del de Adrien y eso era lo importante —dijo Marinette, encogiéndose de hombros.

Quizás en otro momento se habría enfadado con Chloé, pero aún tenía fresca en su cabeza su reacción la noche anterior.

—Ahí te reconozco el mérito —dijo Chloé, causando la sorpresa del grupo. Antes de que nadie pudiera decir nada, se marchó para encontrarse con Sabrina al otro lado del patio.

—¿Chloé te acaba de elogiar? —preguntó Alix con una ceja enarcada.

—Al parecer el diseño le gustó —contestó Marinette encogiéndose de hombros, sin asimilarlo aún del todo.

—Cómo no iba a hacerlo, si es una fantasía —aseguró Rose llevándose las manos a las mejillas, entusiasmada—. Ojalá nosotros hubiéramos hecho algo así.

—¿Por qué no? —dijo Alya—. Hagamos algo esta tarde.

—No creo que podamos celebrar ningún baile de gala de repente —apuntó Alix.

—No tiene por qué ser nada pomposo —dijo Marinette—, bastaría con que todos nos disfracemos con lo que nos guste y hacer una fiesta. Ya sabéis, música, comida... Solo necesitaríamos un sitio en el que no molestar.

—Podemos hacerlo en mi casa —propuso Juleka—, no creo que a mi madre o a mi hermano les moleste.

—Conociendo a tu hermano, capaz se pone una careta y se une —dijo Rose con una pequeña risa.

—Le estoy escribiendo a Nino —dijo Alya, con la vista en el móvil—, dice que todos se apuntan, pero que Adrien no puede hoy. Tiene sesión de fotos.

—Pero deberíamos estar todos —dijo Marinette.

—Cree que puede escaparse el viernes, ¿qué les parece?

Todos se miraron entre sí y asintieron. Al ver que se consolidaba el plan, Rose empezó a aplaudir.

—Ya sé lo que has dicho de la falda larga y los tacones, Mari —comenzó Rose—, pero ya que la idea de la fiesta está porque Adrien y tú fueron pareja de baile, espero que poder conocer al par de vampiros que dejó a París suspirando. Incluso si es una con bailarinas y falda corta.

Marinette rió y, antes de quererlo, en su cabeza ya estaban pululando mil diseños. Al parecer no podría separarse de las costuras por un par de días más.

Miércoles, 14 de agosto de 2019

¡Hola a todos, lindas flores!

Estos días han sido una auténtica locura. Quise actualizar el lunes, pero no tuve tiempo para sentarme frente al ordenador y publicar nada. En fin, pero aquí está. ¿He dicho ya que los dos son super monoshos? Porque lo son. Mucho.

Durante el próximo capítulo contaremos con una sorpresa preparada por naomi_thw, ¡qué ganas de que la vean!

Con esto y un bizcocho, ¡nos leemos pronto!

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